![]() ![]() Venecia. Una ruta cultural y de leyenda ✏️ Blogs de Italia
Una ruta turístico-cultural clásica por Venecia, salpicada de leyendas populares de los lugares visitados.Autor: Joamra Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (230 Votos) Índice del Diario: Venecia. Una ruta cultural y de leyenda
01: 1 – Indicaciones, preparativos y primera noche en Venecia (viernes 3-10-08).
02: 2 – Segundo día en Venecia: de San Samuele a Rialto (sábado 04-10-08)
03: 3 – Segundo día en Venecia: norte de Dorsoduro (sábado 04-10-08)
04: 4 – Segundo día en Venecia: sestiere de San Polo (sábado 04-10-08)
05: 5 – Segundo día en Venecia: sestiere de Santa Croce (sábado 04-10-08)
06: 6 – Tercer día en Venecia: sudeste de Dorsoduro (domingo 05-10-08)
07: 7 – Tercer día en Venecia: San Marco (domingo 05-10-08)
08: 8 – Tercer día en Venecia: San Giorgio Maggiore (domingo 05-10-08)
09: 9 – Tercer día en Venecia: Lido (domingo 05-10-08)
10: 10 – Tercer día en Venecia: sestiere de San Marco (domingo 05-10-08)
11: 11 – Cuarto día en Venecia: Torcello, Burano y Murano (lunes 06-10-08)
12: 12 – Cuarto día en Venecia: sestiere de Cannaregio (lunes 06-10-08)
13: 13 – Quinto día en Venecia: sestiere de Castello (martes 07-10-08)
14: 14 – Quinto día en Venecia: sestiere de Cannaregio y vuelta (martes 07-10-08)
15: 15 – Agosto de 2006 en Venecia: paseo en góndola
16: 16 – Información práctica de Venecia y links útiles (I)
17: 17 – Información práctica de Venecia y links útiles (II)
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Etapas 13 a 15, total 17
Enfrente de la parada del vaporetto de Sant’Angelo hay un bonito y no muy ostentoso palacio del XV con fachada rosa: el Palazzo Pisani-Moretta.
Sobre las 9 de la mañana cogimos la línea 1 desde esta parada con destino a la de San Zaccaria. Éramos conscientes de que estábamos realizando nuestros últimos paseos por el Canal Grande, desde Sant’Angelo a San Zaccaria por el sur, y más tarde desde Sant’Angelo a Ferrovia por el norte. De manera que íbamos sacando las últimas tomas de los palacios: Loredan,
Contarini dal Zaffo,
Barbárigo,
Venier dei Leoni (Colección Peggy Guggenheim),
Ca’ Dario (el de la leyenda negra de sus dueños),
Salviati...
Con sus bonitos balcones, el Contarini-Fasan pasa por ser la Casa de Desdémona, protagonista de la obra shakesperiana Otelo, el moro de Venecia, basada en otra de las historias de los típicos celos morunos.
Después de San Marco y antes de nuestra parada, pudimos también contemplar por última vez el hotel Danieli.
San Zaccaria
Por la Riva degli Schiavoni cruzamos un puente en sentido opuesto a la Piazza San Marco y nos metimos por la segunda calle a la izquierda (Sotoportego e Calle di San Zaccaria) para visitar la iglesia de San Zaccaria. Tiene una bonita fachada. En el interior otra buena obra de Giovanni Bellini, Virgen con el Niño y Santos. Riva degli Schiavoni
Volvimos por la Riva degli Schiavoni pasando por un costado de la estatua ecuestre de Vittorio Emanuele II. También pasamos por delante de la iglesia de La Pietà, la iglesia de Vivaldi y que se suele abrir para dar alguno de sus conciertos, por lo que estaba cerrada. Se dice que aún hoy, en las noches de viento suave, su espíritu suspendido a media altura sobre la corriente se consuela escribiendo sobre las aguas las notas de música que siempre sintió dentro de sí, pero que nadie podrá escuchar jamás, porque el diablo se lo impidió.
Pasamos un puente y nos metimos por la primera calle a la izquierda (Calle del Dose) para ver la fachada de San Giovanni in Bragora. No os perdéis nada si no la veis. En el Campo de esta iglesia, en la Calle della Morte, eran ajusticiados, según la tradición, los condenados “no oficiales”, es decir las personas consideradas “incómodas” por los miembros del Consejo de los Diez.
Arsenale Volvimos otra vez a Riva degli Schiavoni, pasamos otro puente y torcimos por la primera a la izquierda (Calle dei Forni) y siguiendo más o menos recto (por esas callejuelas no existe la línea recta), por una zona con cierto sabor popular, llegamos a la entrada principal del Arsenale, el astillero mayor del mundo en el s. XVI, que era capaz de fabricar una galera en 24 horas, pero fue destruido por Napoleón después de su decadencia y hoy está abandonado y cerrado al público en su mayor parte. Las torres son del XVI, la época gloriosa de mayor apogeo naval. El portalón de entrada de la izquierda es la primera construcción renacentista veneciana (1460), posteriormente reconvertida en monumento conmemorativo de la victoria de la batalla de Lepanto (1571). De la misma época son también las dos victorias aladas y la estatua de Santa Giustina del frontón. Después de cien años se construyó la terraza con sus ocho estatuas de divinidades paganas de la balaustrada. El evangelio que el león de San Marco lleva entre sus patas se solía representar cerrado en tiempos de guerra, porque no podían pronunciarse palabras de paz durante en esos momentos. Cuando está abierto la inscripción pone: “Pax tibi Marce evangelista mevs” (La paz sea contigo, Marcos, mi evangelista). Los dos leones que están a ambos lados de la balaustrada, provenientes del Pireo (1692) donde figuraban como guardianes de la entrada del puerto de Atenas, tienen varias inscripciones rúnicas, hoy casi totalmente ilegibles.
Los dos leones más pequeños de la derecha, en particular el más cercano a la entrada, proviene de la reconquista de Corfú (1716). La estatua se encontraba con anterioridad al frente de la terraza de la isla griega de Delos junto con otros leones (siglo VI a.C.). En 1719 fueron encontrados muy cerca del portal los cuerpos de dos marineros que parecían haber sido destrozados por una fiera y no por la tempestad. Seis días más tarde, también después de una noche de tempestad, fue hallado otro cuerpo desgarrado, el de Jacopo Zanchi, un joven veneciano, con lo que se levantó una ola de pánico. Un joven capitán de la marina, Giustiniani, investigador de los delitos, escuchó gritos que provenían de una calle. La mujer de Zanchi, Giovanna, que ocasionalmente ejercía de prostituta, estaba acusando de asesino a un tal “Fosco” o “Foscaro”, viejo usurero, que se encontraba en una casa. El hombre la increpó presagiándole que se le iban a bajar los humos cuando volviese a haber una noche de tempestad, lo que hizo levantar sospechas a Giustiniani. Pero el viejo decrépito no salía nunca de su domicilio. La siguiente noche de borrasca Giustiniani se puso a vigilar a poca distancia del portal del Arsenale. Un arco de fuego proveniente de las casas cercanas hizo aparecer al viejo delante de la estatua del león sentado. Paralizó a los guardas con un hechizo. Posando su dedo sobre las inscripciones del león, las pronunció en voz alta. Un relámpago que salió de un globo luminoso sobre el portal golpeó al león sentado que se transformó en un animal gigantesco. Giovanna, acompañada de otra prostituta, Jolanda, apareció por la esquina del canal. Otro relámpago golpeaba al otro león que, bajando del pedestal, atacó a una de las mujeres. Giustiniani desenvainó la espada mientras un nuevo relámpago golpeaba al tercer león. El primer león había descuartizado el cuerpo de Jolanda, mientras el segundo iba a atacar a Giovanna. En ese momento, Giustiniani le clavó la espada al viejo. Se oyó un rugido pavoroso, se vio un fuerte relámpago y el silencio volvió a reinar. Del viejo no había ni rastro, sólo un corazón de piedra al lado de la espada: el viejo transformaba la piedra en seres vivos mediante su corazón pétreo. Los leones estaban inmóviles, salvo la cabeza aún viva del tercero que rugía en su cuerpo de piedra. Giustiniani seccionó la cabeza de la estatua que, en lugar de caer, se elevó dos metros y estalló emitiendo un último rugido, proyectando una sustancia negruzca. Las investigaciones siguientes revelaron que el viejo era un hechicero que había sido estafado por el joven Zanchi. Había ideado esta venganza diabólica e involucrado a dos inocentes con objeto de desviar las averiguaciones y vivir tranquilo en Venecia. Giovanna no consiguió nunca borrar las imágenes de aquella noche: su mente no resistió y terminó su vida en un manicomio. Por lo que respecta al tercer león, la cabeza que faltaba fue reemplazada por otra, como se puede comprobar hoy fácilmente.
Después de pararnos frente a la entrada del Arsenale fuimos hacia la izquierda, cruzamos el Ponte Storto, uno de tantos “stortos” que hay en Venecia, es decir, que no son rectos en el sentido de que las escaleras de ambos lados no están en línea recta, aunque el puente no esté literalmente torcido, y llegamos al Campo San Martino. En esta plaza vivía, entre los siglos XV y XVI un nigromante que practicaba artes maléficas y del que se decía que había vendido su alma al diablo. Una noche se encontró envuelto en la oscuridad total y le pidió al diablo una antorcha, con la que pudo llegar a su casa sin problemas. La guardó en un cajón para utilizarla en ocasiones sucesivas. Pero a la mañana siguiente, su criada la encontró con el brazo de un muerto todo quemado. La criada llamó al hombre y este se partió de risa ya que se trataba de una de tantas bromas que le gastaba el diablo. No nos acercamos (quedará para la próxima vez) a ver el Museo Storico Navale, que ilustra la historia naval de Venecia, con maquetas del XVII, frisos de famosas galeras antiguas, armas de fuego, vestidos, gallardetes de las regatas del XIX, elaborados ferros de las góndolas del XVI, sombreros de gondoleros de familias nobles, torpedos humanos de la II Guerra Mundial, una de las góndolas más antiguas y, sobre todo, una maqueta del Bucintoro, barcaza ceremonial del dux. Tomamos la segunda calle a la izquierda (Calle del Pestrín), la siguiente a la derecha (Calle dei Corazzieri) y la siguiente a la izquierda (Salizzada del Pignater). A pocos metros se encuentra el Sotoportego dei Preti. Al meterse por él y mirar hacia arriba, se pueden observar numerosos arcos pequeños que unen los dos edificios a cada uno de los lados de la calle, costumbre veneciana que indica que las casas, tanto por un lado como por el otro, pertenecían al mismo propietario o a familias emparentadas. El corazón empotrado en la parte superior del arco es un amuleto: si dos enamorados lo tocan al mismo tiempo, su amor durará eternamente. Y si lo toca una persona sola, su deseo de amor se realizará antes de un año. El corazón no se encuentra aquí por casualidad, fue colocado en recuerdo de la historia de Orio y Melusina, en el lugar que estaba originariamente su casa. En la época de los orígenes de Venecia, Orio, un joven pescador de Malamocco (Lido), al echar sus redes al mar pescó una hermosa sirena, Melusina, de la que se enamoró perdidamente, a la que iba a visitar cada noche a la playa y ella le llenaba de peces sus redes por la mañana. Le prometió casarse con él con la condición de que no la fuese a visitar las noches de los sábados. Pero al tercer sábado el pescador fue a verla y después de esperar por ella, salió una gran serpiente del mar que se deslizó entre sus pies ante el susto del pescador. Al pararse al descansar, la voz de Melusina le explicó que era ella, víctima de un maleficio. Total que se acaban casando y viven felices con una numerosa familia. Pero Melusina enfermó gravemente y después murió. Orio quedó solo y con importantes responsabilidades familiares, aunque ya desde el segundo día apreció que su casa estaba siempre limpia y sus hijos bien cuidados. Pensaba que su vecina, a escondidas, le ayudaba en sus labores domésticas. Pero un sábado por la mañana se encontró con una gran serpiente en su cocina y le cortó la cabeza para que no hiciera daño a sus pequeños. A partir de ese momento, la casa y los hijos quedaron descuidados, de manera que comprendió que la serpiente era Melusina que venía las noches de los sábados a cuidar de su casa y de sus hijos. Scuola di San Giorgio degli Schiavoni Después tomamos la siguiente a la derecha de la Salizzada del Pignater (Salizzada Sant’Antonin) y por último a la derecha por Fondamenta dei Furlani. Aquí está la Scuola de San Giorgio degli Schiavoni, con algunas de las mejores pinturas de Carpaccio (1502-1508) de las vidas de san Jorge, san Trifón y san Jerónimo que destacan por su colorido, minuciosidad y reflejo histórico de la vida veneciana (San Jorge y el dragón, San Jerónimo llevando el león domado al monasterio y La visión de san Jerónimo), pero no entramos porque a mi mujer no le entusiasma especialmente Carpaccio. Una pena. Así que cruzamos el puente y seguimos por la Calle Lion. Desde el puente que cruza el Rio di San Lorenzo se ve San Giorgio dei Greci con su inclinado campanile.
Campo Santa Maria Formosa
Cruzado el puente seguimos la Calle dei Preti, doblamos a la derecha por Fondamenta di San Severo, cruzamos el puente a la izquierda recorriendo la Salizzada Zorzi, tomando a la derecha por Calle Corte Rotta y Ruga Giuffa hasta llegar al Campo Santa Maria Formosa, uno de los campi más típicos de Venecia con sus puestos de frutas y verduras, flanqueado de algunos palacios interesantes y el ábside de Santa Maria Formosa, a la que entramos pero no tiene gran cosa que ver. Realmente, salvo este campo, San Zaccaria, la puerta y torres del Arsenale y, por supuesto, la iglesia de Santi Giovanni e Paolo que vimos el domingo anterior, el resto de la zona que visitamos del distrito de Castello nos pareció lo menos interesante de Venecia. Etapas 13 a 15, total 17
Casas de Marco Polo y Casanova
Saliendo por la zona norte del Campo Santa Maria Formosa, por Calle di Borgoloco, me lie de mala manera con el plano y nos perdimos, dando vueltas por la frontera oeste del sestiere de Castello y perdiendo un tiempo precioso, hasta que al fin dimos con el Corte Seconda del Milion, ya en el sestiere de Cannaregio. En ese Corte podéis ver un arco de piedra antiguo con grabados que se supone que pertenecía a una de las propiedades de la familia Marco Polo. Si os metéis por el Sotoportego del Milion, según salís de él, a mano izquierda se ve un edificio blanco (un muro del Teatro Malibrán) con una placa en la pared que indica que en esa zona se erigía en su día la casa de Marco Polo y si miráis enfrente al otro lado del canal (ya en el sestiere de Castello), el palacete gótico pintado de naranja es una de las casas en que vivió Casanova.
Hao Dong, la mujer china que trajo Marco Polo de su último viaje, fue menospreciada por los venecianos. Esta situación duró algunos meses hasta que llegó a casa de los Polo la noticia de que Marco había sido hecho prisionero por los genoveses. Una de las hermanas de Marco subió entonces a los aposentos de la cuñada para informarla del hecho, aunque, para herirla más profundamente, le anunció que su marido había muerto. Hao Dong se mantuvo silenciosa, pero esa misma noche prendió fuego a sus vestidos y desde una de las ventanas del palacio se arrojó al canal. Así, semejando en su caída a una estrella fugaz, puso fin a su breve y desdichada estancia en Venecia. Desde entonces se suele escuchar desde el puente, en las hermosas tardes estivales cuando el sol tarda en esconderse, un canto tenue e indefinido. Algunas noches, pero ya no a menudo, se vislumbra una figura etérea que se deja caer suavemente desde las altas ventanas y queda flotando entre las casas que dan al canal. Es la princesa que emprende viaje y se reúne con su familia en el otro extremo del mundo. Durante las recientes obras de restauración del teatro adyacente y de los antiguos cimientos de la casa de Polo, fueron encontrados los restos humanos de una mujer de rasgos asiáticos que había sido sepultada con algunos objetos de aspecto oriental. Entre éstos había una preciosa diadema imperial con un símbolo inconfundible: el blasón de Kublai Kan.
Madonna dell’Orto Volviendo hacia atrás por el sotoportego y cruzando de nuevo el Corte Seconda del Milion, se llega a la Salizzada San Giovanni Grisóstomo, a la intersección con la Salizzada San Canciano y, siguiendo de frente, a la Calle Dolfin. Desde aquí hicimos prácticamente el mismo recorrido por Cannaregio que el día anterior, aprovechando que había más luz y con la pretensión de hacer una visita guiada de las sinagogas del ghetto. De esta vez sí que pudimos entrar en Madonna dell’Orto, con su preciosa fachada, en la que contrastan el ladrillo rojo y los adornos de mármol blanco (el portal, estatuas de los doce apóstoles en sus nichos y pináculos), y su espléndido campanile. En su interior posee muchas obras de Tintoretto, las mejores las del presbiterio (El Juicio Final, La adoración del becerro de oro),
aunque la de La Presentación de la Virgen, más pequeña, tiene una lograda perspectiva y composición. Su tumba está en una capilla a la derecha del presbiterio.
También hay obras de Giovanni Bellini y Cima di Conegliano.
Volvimos a cruzar el bonito puente de hierro fundido del Ghetto y cuando llegamos al Museo Ebraico en el Campo del Ghetto Nuovo comprobamos que era imposible realizar la visita guiada a las sinagogas porque acababa demasiado tarde y teníamos que ir de vuelta al hotel para coger las maletas. Como consolación y dado que salía gratis con la VeniceCard Orange, visitamos el Museo Ebraico, sin gran cosa que destacar. Lo de las sinagogas parecía más interesante, pero no pudo ser. Tampoco pudo ser acercarnos al Ponte Tre Ponti. Cruzando el Ponte Scalzi que atraviesa el Canal Grande para ir a Santa Croce, cogiendo a la derecha por Fondamenta San Simeon Piccolo, Fondamenta Croce, torciendo a la izquierda por Fondamenta Papadopoli, es el segundo puente a la derecha. Parece ser que desde este puente que une el Campazzo Tre Ponti con Fondamenta Magazen, 5 puentes encadenados ofrecen vistas de otros 13 puentes más. No sé si es una exageración, pero parecía interesante. A ver si tenéis suerte y si pasáis por allí nos lo contáis, o la próxima que volvamos os lo contaré yo.
Volvimos a cruzar el Ponte delle Guglie y a ver el mercado de Rio Terrà San Leonardo, esta vez de día. De manera que fuimos a la parada de vaporetto de Ferrovia para ir al hotel, pagarlo con VISA (455€ las 4 noches), tirar de maletas y volver a coger por última vez el vaporetto hasta Ferrovia, con las últimas tomas de la parte norte del Canal Grande: Palazzo Corner Spinelli,
Palazzo Grimani,
Palazzo Farsetti y Loredan (palacios bizantinos que son la sede del Ayuntamiento),
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A la izquierda de todo Palazzo Farsetti y sólo la esquina del Palazzo Loredan Fondamenta del Vin
y una bonita foto del Ponte Rialto como despedida.
Ponte di Calatrava
Decía que nos bajamos en Ferrovía, cuando propiamente tendríamos que haber parado en Piazzale Roma para coger el autobús al aeropuerto sobre las 2 de la tarde. Sin embargo, lo que en un principio fue un error, sirvió para que cruzásemos el cuarto y último puente que atraviesa el Canal Grande que nos faltaba: el Ponte di Calatrava, que une Fondamenta di Santa Luzia con Piazzale Roma, o sea, la estación del tren con la estación de autobuses. Construido por Santiago Calatrava e inaugurado en septiembre de 2008 sin pena ni gloria debido a la polémica de su alto coste y falta de accesibilidad para minusválidos (¡ya manda, en pleno siglo XXI!), desde el punto de vista artístico es una joyita con la hermosa curva que describe y los materiales empleados que hacen que se integre perfectamente en el entorno sin dar el cante y “regalando” a Venecia otra estupenda obra de arte. Por lo que se refiere a su accesibilidad, eso es otra historia. No sólo no hay, de momento acceso para minusválidos, sino que, además, su superficie está llena desde el principio hasta el final de pequeños escalones, unos más largos que otros, lo ideal para ir arrastrando por él las maletas a botes, que es lo que hace la mayoría de la gente que lo cruza, o para desparramarte. Llegamos al aeropuerto Marco Polo. Comimos cada uno un almuerzo ligero (sándwich, agua y tarta, 7,90€ + 1 helado 2€) y aún nos esperaba una sorpresa: salimos con más de una hora de retraso en el vuelo a Barajas. En este caso (¡alucina, vecina!), el retraso se debió al comandante del vuelo (!!!!). Nos dicen en cabina que el motivo fueron los exhaustivos controles de seguridad del aeropuerto (???). O sea, ¿que ahora controlan mucho más a la tripulación que a los pasajeros? Porque una horita… ¿En qué se estaría entreteniendo ese señor? En Barajas las cosas transcurrieron poco más o menos igual: una hora de retraso. Nos tomamos en Sibarium, quizá el lugar de comida rápida más decente de la T4, una cerveza y dos mini bocatas de jamón con queso y de chorizo ibérico, por 6,80€. Y en otro que hay por allí (¿F.Court?), otra cerveza, un bocadillo de jamón ibérico y un sándwich de gambas y queso, estos un poco más flojos, por 10,80€. Y así acaba esta historia de nuestro periplo cultural (y algo más) por Venecia. Dos visitas que nos gustaría haber hecho y no pudimos por falta de tiempo fueron la colección Peggy Guggenheim y las sinagogas del ghetto. Tal vez, si tuviésemos más tiempo, también iríamos a la zona este de Castello, a pesar de que no tiene grandes monumentos que ver, aunque sólo fuera por conocer algo más de la Venecia popular. Pero siempre hay que dejar algo en todos los sitios que justifique volver otra vez, aunque Venecia no necesita justificación porque ella misma lo es aunque repitas, repitas y repitas... Y, además, tenemos otro motivo justificado por el que volver: después de revisar todas las fotos de este año y del 2006 me acabo de dar cuenta de que no tenemos ninguna decente de Santa María della Salute y de Ca’ Rezzonico. Imperdonable. Pero, eso sí, para otro año toca Venecia relax: dedicarle más tiempo al puro paseo, a las compras, a tomar unas ombre y cichetti. Esperemos que haya esa próxima vez. Con esto acaba el relato del viaje del 2008, pero aún quedan tres etapas más: la 15, sobre nuestro paseo en góndola en agosto de 2006, y la 16 y 17, con información práctica y links útiles, que tuve que poner en dos etapas porque no cabían en una. Etapas 13 a 15, total 17
El viaje ha acabado, aunque, aparte de ésta, quedan las etapas décimo sexta y décimo séptima. Estas dos últimas no son del relato del viaje, sino de información práctica que espero que os sirva. Como tienen mucho texto se me ocurrió salpicarlo de vez en cuando con alguna foto que sacamos en el 2006, por ejemplo del Puente de los Suspiros en (casi) todo su esplendor (porque ya había vallas por el lado del edificio de las Prisiones Nuevas), pero, sobre todo de nuestro delicioso paseo en góndola.
Está claro que no nos podríamos haber perdido la gozada de disfrutar por lo menos una vez de un viaje en góndola (en el 2006, no en el 2008). No seáis rácanos y rascaros un poco el bolsillo que la experiencia vale realmente la pena. A fin de cuentas, si vais en pareja y sois de los que os gusta cenar bien, en alguna ocasión seguro que os habéis gastado 80€ o poco menos (o más) los dos. Pues no hay ocasión más justificada que ésta para hacerlo: cenas habrá un montón en vuestra vida, viaje en góndola sólo en Venecia. Que sí, que es una trampa para turistas, que se aprovechan, que es carísimo, que incluso para algunos es una turistada cursi (???)… Todo es discutible, habría que oír la versión de los gondoleros, que no todo el año es temporada alta y hay otros gastos… Por no decir que, hasta donde sé, los precios oficiales se mantienen inalterados por lo menos desde 2006. Y, dejando la cuestión económica a un lado, es un relax infinito navegar por los pequeños canales de Venecia en pleno silencio escapando del bullicio de las aglomeraciones y pasando entre edificios que nunca podrás hacerlo y que nunca verás si no es en góndola, porque no hay aceras a los lados de ellos. Los 40 minutos de duración, de lo bien que estás y de vivirlos tan intensamente, os parecerán 15. El deleite y el romanticismo están servidos, aunque vayas tú solito (mejor con la mejor de las compañías). Etapas 13 a 15, total 17
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