![]() ![]() BUSCANDO MITOS EN GRECIA ✏️ Blogs de Grecia
Viaje a Grecia con niños visitando ruinas y playaAutor: Soniabama Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: BUSCANDO MITOS EN GRECIA
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Etapas 7 a 9, total 10
Volvimos al mismo sitio a desayunar, y vimos el mayor espectáculo del viaje una trompa de agua que se movía desde Marathonisi hacia Laganas…ESPECTACULAR…
Habiamos hablado con la señora de los apartamentos para hacer el check out más tarde (cogíamos el ferry a las 13:45), pero el día estba nublado y no se podía ir a la playa. Asi que pensamos que era mejor hacer algo de turismo y conocer Zante, la capital de la ciudad. De camino a Zante paramos en un supermercado para comprar y comer unos bocadillos en el barco y empezó una tormenta bestial que hizo que el supermercado quedara sin luz unos segundos..que manera de llover. Escampó un poco y fuimos a Zante. Dejamos el coche en el puerto y como vimos que había unos puestecillos, nos fuimos a dar una vuelta. Decidimos pasar a la catedral primero y bueno, pues puedo decir que está bien, pero nada que destacar. De camino a los puestos del mercadillo, volvió a empezar a llover y tuvimos que refugiarnos en unos soportales a esperar a que dejara de llover, pero no paraba… Al final, nos dio las 13:15 y seguía lloviendo, y nuestro ferry había llegado, así que no nos quedó más remedio que salir a la lluvia y correr hacia el coche para meterlo en el ferry...No podéis imaginar cómo nos pusimos. Embarcamos el coche y tratamos de secarnos un poco con los secamanos del baño, pero sin grandes resultados. Tras una horita y algo en el ferry (con bastante movimiento) llegamos de nuevo a Killini, y pusimos en el navegador nuestro siguiente destino Lepanto, o como los griegos lo llaman Nafpatktos. Estuvo lloviendo casi todo el camino, asi que pensamos que quizá fuera buena idea hacer una parada en el puente de Patras y ver el museo. El puente es una pasada y cuesta casi 14 euros atravesarlo, pero desafortunadamente, no vimos la entrada del museo y nos la saltamos, así que decidimos seguir rumbo a Lepanto. Tuvimos suerte y ya atravesando el puente, dejó de llover, así que pudimos dar una vuelta por Lepanto tranquilamente. Es un pueblecito con mucho encanto. Como no estaba nublado se intuía el puente de Patras, pero sin nubes, la vista debe ser estupenda… la verdad es que desde la muralla se ve todo el estrecho de Patras y es fácil imaginar cómo tuvo que ser la batalla en el siglo XVI. A modo curioso os diré que tienen una estatua de Cervantes, junto a la muralla. Después de tomarnos una café junto al puerto, pusimos rumbo hacia Galaxidi, donde íbamos a dormir. Este viaje por el interior de Grecia, ha sido uno de los grandes descubrimientos, era sencillamente precioso…las montañas acaban justo en el mar, es algo similar a Galicia y a Asturias, pero con el agua templada del Mediterraneo. Llegamos a nuestro hotel casi de noche, y tuvimos la peor experiencia del viaje…nuestro hotel se llamaba Hotel Villa Olimpia, y según las fotos de booking era un poco antiguo, pero con una buena piscina y críticas. Llegamos y como he dicho era casi de noche, y nos encontramos la verja cerrada…intentamos llamar al telefonillo, pero estaba roto. Como había coches dentro, decidimos usar el claxon y al cabo de un rato, apareció una señora mayor, que daba casi miedo…Metimos el coche en el parking y al llegar a recepción nos recibió una señora algo más joven que la anterior, y nos dice que no nos esperaba ya. Empezábamos a sospechar que éramos los únicos clientes del hotel para esa noche… El hotel no estaba mal, mal, pero entre que estaba a las afueras del pueblo, que éramos los únicos clientes y que la decoración era más bien antigua (rococó), pues a mí, me daba cierto yuyu… Intenté disimular por los niños, pero lo hice muy mal, porque mi hijo no hacía más que preguntarme que qué me pasaba. Nos fuimos al pueblo para tratar de comer algo y otra vez nos pasó como en Olimpia...parecía un pueblo sobredimensionado. El puerto estaba lleno de barcos bastante buenos, pero no había casi nadie en los restaurantes. Después volvimos al hotel y a pesar de todo, dormimos poco pero bien Etapas 7 a 9, total 10
Como ya os he dicho yo no dormí muy bien, y nos levantamos temprano. Bajamos a desayunar y comprobamos lo que pensábamos… no había ningún otro huésped en el hotel. El desayuno estaba bien, pero no para tirar cohetes.
Recogimos las cosas y pagamos el hotel. Como nota curiosa, os diré que destaco lo de pagar al hotel, porque el método de pago, era con tarjeta de crédito, pero con un datafono de estos antiguos que pasaban con carboncillo, después de hablar con el banco para que aceptaran el pago… como he dicho, lo de este hotel era un poco surrealista. Tras esto nos fuimos hacia Delfos, esperando que el tiempo nos diera una tregua y pudiéramos ver sin lluvia el yacimiento. Llegamos en menos de 30 minutos, eso sí, por una carretera de montaña espectacular, y como no llovía y no parecía haber demasiada gente decidimos ir primero a ver las ruinas y después el museo. Además del valor histórico que puede tener Delfos, lo que más impresiona es ver el entorno donde estaba. Como decía mi hijo, si la gente venía a pie para consultar al oráculo y tenían que subir todo eso, es lógico que se creyeran lo que les dijeran, jejejeje. El estado de conservación del yacimiento es similar al de todo Grecia, pero desde luego merece la pena verlo, aunque sin duda lo que a uno le gustaría ver mejor es el Templo de Apolo, donde estaba el oráculo. Como he dicho todo Delfos está en la ladera la montaña, así que hay que subir bastante. De hecho yo creo que hay mucha gente que no llega a ver el estadio, ya que es lo que está más arriba. Nosotros subimos porque mi hijo nuevamente quería correr, pero otra vez se quedó con las ganas. Tras ver el yacimiento nos fuimos hacia el museo, donde sin duda hay grandes obras, como la esfinge de Naxos, los kouroi, el omphalo y por supuesto el auriga. Tras pasar un buen rato en el museo, y viendo que el día mejoraba, pusimos rumbo hacia el santuario de Atenea, pasando por el gimnasio, del cual poco queda. Lo más destacable del santuario de Atenea es el tholo. Mi marido quería bajar hasta el tholo, pero los niños ya estaban un poco impertinentes, y decimos verlo desde una distancia adecuada y sacar unas fotos estupendas. Volvimos a comer hacia Delfos, y lo hicimos en un sitio llamado Delfiko. Tiene unas vistas espectaculares hacia el valle y comimos bastante bien por un precio aceptable. Después de comer, a mí me hubiera gustado ir al Arajova y al monasterio de Ossios Loukas, pero se nos hizo tarde y menos mal que lo descartamos porque teniendo en cuenta como resultó el viaje hasta Meteora… Tras hacer unas compras en Delfos, pusimos rumbo a Kalambaka, y aunque sabíamos que era un viaje largo, no nos dimos cuenta hasta que no nos pusimos en camino. Las vistas son impagables, ya que es una carretera de montaña, pero si vas con dos niños que se marean, lo disfrutas menos, y se te hace interminable. La carretera de montaña acaba más o menos a la altura del desfiladero de las Termopilas, en Lamia, y después de un pequeño tramo de buena carretera (autopista) la cosa vuelve a empeorar. Para colmo de males, pasado Trikala se puso a diluviar, diluviar… parecía que se iba a acabar el mundo. Una tormenta eléctrica que hizo que tuviéramos que ir casi parados en la carretera y con bastante miedo ya que los griegos conducen igual llueva o no. Por fin, llegamos al hotel Pineas en Kalambaka, y pese a la piscina chula que tenía el hotel no pudimos aprovecharla. Desde el hotel se intuía Meteora, pero con la lluvia era casi imposible verlo con claridad. Afortunadamente en el hotel nos dejaron unos paraguas y pudimos salir por Kalambaka a cenar, porque no paró de llover en toda la tarde-noche. Cenamos en uno de los sitios recomendados no solo por Trip Advisor sino también por nuestro recepcionista, la taberna Panellinio, y la verdad es que el trato fue estupendo y la comida muy buena, tradicional… y de nuevo nos invitaron al postre. Etapas 7 a 9, total 10
Era nuestro día para ver Meteora, pero llovía y llovía… No obstante, teníamos que ir a ver lo que se pudiera ver. Así que con los paraguas prestados y siguiendo recomendación de nuestro hotel, nos fuimos al Monasterio de San Esteban, el único en el que no hay que subir escaleras y que se accede por una pasarela.
Tuvimos suerte, y aunque estaba muy cubierto de nubes y no se podía hacer grandes fotos, durante la visita al monasterio no nos llovió. San Esteban es quizá el monasterio que desde fuera llama menos la atención, porque quizá sea el más remodelado. Por dentro, tiene una pequeña iglesia, un pequeño museo y unos jardines preciosos. Algo importante y aunque muchos sabréis, a la entrada de todos los monasterios, hay unos pañuelos que las mujeres tienen que ponerse a modo de falda, da igual el largo del pantalón que llevéis. Tras pasar un rato en el monasterio, pusimos rumbo hacia los otros. Hicimos alguna parada para hacer fotos, pero se puso a llover. Fuimos hasta el Gran Meteoro, donde es imposible aparcar debido a la presencia de multitud de autobuses, asi que como volvía a llover y era hora casi de comer bajamos hasta Kastraki a comer. El sitio elegido fue la taberna Gardenia, la cual os recomiendo, aunque yo comí las hojas de parra rellenas, que no me terminaron de convencer. Teniamos la esperanza de volver a subir a los monasterios después de comer, pero seguía lloviendo, asi que decidimos volver al hotel a esperar que escampara. Para nuestra desgracia no paró de llover en toda la tarde y tuvimos que quedarnos en el hotel hasta la hora de la cena, en la que provistos de paraguas volvimos a Kalambaka a cenar en otro restaurante recomendado. El elegido fue el restaurante Meteora. Fue algo más caro que en el Panellinio, pero a pesar de que no teníamos mucha hambre repetimos musaka porque sin duda fue la mejor que comimos en todo nuestro viaje (y probamos unas cuantas). Etapas 7 a 9, total 10
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