Suecia (Diciembre 2018) ✏️ Blogs de Suecia

Amanecemos en el corazón de Gamla Stand. Los días fueron un poco grises y la verdad que restaba un poco de belleza a los paisajes, pero aún así cada rincón de Estocolmo desprende un encanto especial. Nos dirigimos de nuestro hostal a la parte más señorial del centro medieval donde se encuentra Slottsbacken. Una pronunciada colina que una Skeppsbron con la parte alta de Gamla Stan donde se encuentra el palacio real, la estatua de Gustavo III y la catedral de Estocolmo (Storkykarn)

Nuestra primera visita fue a la catedral. Con una belleza interior inexplicable y 700 años de antigüedad alberga en su interior auténticos tesoros de valor incalculable, entre ellos la escultura de San Jorge y el dragón creada en 1489. Esta escultura fue tallada en madera de roble y cuerno de alce. Conmemora la victoria de Sten Sture el Viejo sobre los daneses.

Salimos de la catedral y a pocos pasos se encuentra palacio real (Kungliga Slotte). No llegamos a entra a visitarlo, pero simplemente con contemplar sus alrededores podíamos hacernos una idea de la magnitud de este edificio. Entramos por la puerta principal exterior y nos encontramos frente a nosotros 6 escultura de leones que guardan la puerta del palacio. Una vez en la plaza de la entrada puedes observar la majestuosidad de este edificio y cada pequeño detalle que componen su fachada. Por desgracia cuando nosotros fuimos estaban en obras y fue un poquito más difícil poder apreciarla completamente, pero estoy segura que los que tengáis la oportunidad de verla sin andamios os encantará.

A continuación bajamos por Slottsbacken y rodeamos el palacio real por su lateral. Frente a la bahía Ladugårdslandsviken encontramos la parte trasera del palacio real donde hay unas escaleras en plena calle que nos permiten ver tras una valla el jardín trasero de dicho palacio.


Del palacio, caminamos un par de kilómetros y llegamos al edificio del parlamento (Riksdagshuset) con su gigantesco jardín donde paramos unos minutos a contemplarlo y a hacernos un par de fotos.

Desde aquí empezamos nuestro nuevo recorrido hasta Södermal. Lo primero que nos encontramos es Katarinahissen es la atracción turistica de altura más antigua de Estocolmo. Hace unos 38 metros de altura y se puede subir para contemplar todo Estocolmo. Continuamos nuestro recorrido por la colina que bordea la costa de Södermalm y una vez pasando a la altura de el fotografiska llegamos a un amplio mirador desde el que tenemos vistas panorámicas de Gamla Stan. Por desgracia el día en el que estuvimos allí fue gris y lluvioso, pero estoy segura que en un día soleado se pueden sacar unas fotos preciosas. Una vez aquí decidimos comer en un café/restaurante que teniamos al lado, se llamaba café Ersta Terras que por un precio increíble (para lo que suele costar comer en Estocolmo) 10 SEKS creo recordar, teníamos comida buffé muy rica y con unas vistas increíbles de Estocolmo.

Una vez terminamos de comer, nos dispusimos a volver a nuestro albergue en Gamla Stan, pero antes hicimos una para en una casa de intercambio de moneda que nos daba el mejor cambio de euros a coronas suecas de todo Estocolmo. Justamente, teníamos que ir de punta a punta de Söderlaml, por lo que fuimos por la calle paralela a la colina por la que habíamos ido anteriormente para descubrir lugares nuevos y ¡Que buena idea tuvimos!. La calle se llama Stigbergsgatan y al final de ella pudimos contemplar las típicas casitas de maderas suecas. Era una calle de cuento.

Una vez terminada nuestra visita a esta bonita isla volvimos a Gamla Stan para el día siguiente coger uno de los barcos turísticos que te lleva por todas las pequeñas islas de Estocolmo.

*(Si os ha gustado esta etapa hacédmelo saber dejando alguna estrellita Además si necesitas más información de cualquier cosa relacionada con esta etapa, dejadme un comentario y os responderé encantada Un saludo viajeros )

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Arrancamos nuestro cuarto día con el famoso tour en barco por las diferentes islas que componen Estocolmo. Fuimos al embarcadero a primera hora de la mañana donde se encuentra la caseta donde la empresa Red Sightseen vende sus billetes. Salian barcos cada 45 min y el precio era de 268kr, que equivalen a unos 25€. Lo bueno de este billete es que puedes usarlo tantas veces como quieres, es decir, puedes bajar en cada una de las islas y darte un pequeño paseo por ellas para conocerlas un poco más y después volver a subir al mismo barco.

Durante este tour te prestan unos cascos que conectas a un reproductor y te explica la historia de cada una de las islas por las que estás pasando en cualquier idioma del mundo. Nosotros nos pasamos todo nuestro cuarto día visitando cada una de las islas y finalmente decidimos permanecer un poco más de tiempo en Djurgärden.


La razón por la que quisimos parar aquí es porque en esta isla se encuentran unos cuantos museos que eran de nuestro interés, como el museo Skansen (que nos llamo la atención por se un museo al aire libre con pequeñas recreaciones de la Suecia de hace muchos años) y el Vasamuseet donde se encuentra el buque de guerra Vasa que se hundió en Estocolmo en 1628. Nuestro objetivo era visitar estos dos museos, pero solo nos dio tiempo a entrar en el Skansen.

Personalmente si me preguntaran si recomiendo este museo, os diría que no. Es bonito pero le falta mucha esencia. Cuando lees sobre él te lo imaginas con mucha más vida, ya que dicen que hay trabajadores que recrean los antiguos oficios y que actúan como si estuvieran viviendo en aquella época. En nuestro caso, cuando nosotros fuimos, ya sea por el mal tiempo o porque era invierno, prácticamente no había nadie en el parque, solo pudimos ver los animales y las recreaciones a escala de los antiguos edificios y casas suecas. Eso si, si viajas con niños es un lugar que no deberías dejar de visitar.

Una vez visitado Skansen fuimos dando un paseo por la costa de Ostermalm que por lo que pudimos ver es una zona mucho mas tranquila y acomodada, con menos comercios y turismo que el resto de islas.

Visto un poco por encima esta Isla, cogimos de nuevo el barco para bajarnos en Södermalm e ir a cenar a un bonito restaurante buffet vegano que estaba justo a medio camino del mirador en el que estuvimos el día anterior. El nombre de este restaurante es [url=http://https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g189852-d777432-Reviews-Hermans-Stockholm.html]Hermanss[/url] y sirven comida únicamente vegana La comida es de calidad, el local tiene muchísimo encanto y las vistas desde las mesas son increíbles. El precio fue un poco elevado pero valió la pena. Una vez terminada la cena volvimos al hostel a descansar ya que al día siguiente llegaba la parte de esta aventura más esperada. El vuelo a una de las ciudades de la Laponia Sueca ¡¡Kiruna!!

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Llegó el día más esperado de todo este viaje, el ansioso lugar en que esperábamos ver las auroras polares (o Norther Lights que es como les llaman allí) y los renos, ¡¡Kiruna!!. Cogimos el vuelo a las 11.30 desde Estocolmo y llegamos a nuestro destino sobre las 13:30, estaba ya atardeciendo y la magia de aquel pequeño aeropuerto junto al rosa cielo hicieron el aterrizaje aún más especial.

Una vez dentro del aeropuerto salimos por la puerta principal y a la izquierda estaba el autobús que nos lleva al centro de esta mágica ciudad. Le preguntamos a la conductora como llegar a nuestro destino y nos avisó en la parada que teniamos que bajar (fué la estación de autobuses de Kiruna). Una vez allí y descargadas las maletas, el paisaje era de lo más poco común para nosotros. Todo, todo, todo estaba completamente nevado, no habían aceras y los tejados de las casas estaban cubiertas completamente de nieve. GPS en mano nos dispusimos a buscar nuestro albergue, el SPis Hotell & Hostel. La llegada al hotel fue rápida y divertida, era increíble la cantidad de nieve que encontrábamos por el camino. Para que os hagais una idea, era como estar por las calles de aquellas películas navideñas que ponen en la televisión.

Una vez acomodados en el hostel, nos dispusimos a ir a un super a comprar algo para merendar (aunque para ellos casi era hora de cenar). Queríamos merendar y después ir a dar un paseo para descubrir los rincones de esa pequeña pero encantadora ciudad, así que ya que íbamos a ir al super, aprovechamos para comprar algo para cenar, ya que esa misma noche queríamos salir pronto en busca de uno de los momentos más ansiados, !VER LA AURORA POLAR!. Durante nuestro paseo con encontramos con un bonito iglú en el que pudimos entrar y ¿Sabéis qué? no me creía aquello que dicen que dentro del iglú hay una temperatura más cálida que fuera y en ese momento lo comprobé por mi misma, fue ¡Increíble!. También encontramos un tobogán hecho de hielo por el que nos tiramos como niños pequeños ¡No os podríais creer lo que nos divertimos!

Dimos un largo paseo por todas las calles del centro y nos fuimos al hotel, preparamos la cena, cenamos y una vez habíamos terminando, nos pusimos nuestras chaquetas, dos capas de ropa de más (el frío fue de otro mundo) y salimos a la calle con muchísima ilusión. Caminamos durante un par de horas, paramos en una zona oscura alejada del centro a esperar, parecía que algo podíamos ver en el cielo, pero eran más las ganas que la realidad. Tras esta larga espera y pasadas unas cuantas horas, decidimos volver al hotel un poco tristes, pero con la esperanza de que el esperado día fuera la noche siguiente.

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