![]() ![]() Del Dodecaneso a las Cícladas: 10 días pintados de azul ✏️ Blogs de Grecia
Viaje de 10 días en las islas griegas, madre e hija de 8 años, entrando por Astypalea, pasando por Donoussa y terminando en Naxos. Julio 2018.Autor: Tesca Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (14 Votos) Índice del Diario: Del Dodecaneso a las Cícladas: 10 días pintados de azul
01: Primeros preparativos: elección de islas, hoteles y vuelos
02: Vuelo a Atenas y ferry a Astypalea.
03: Excursión en yate a los islotes de Astypalea
04: La playa de Kaminakia y fin del día en Chora
05: Explorando nuevas playas y cena junto al mar
06: Otra manera de conocer los islotes de Kounopi y Koutsomiti
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Julio 2018. Un año más… ¡a Grecia!
Así es, no nos cansamos de volver. Grecia tiene algo que nos engancha, y una vez más, hemos visitado este país. Este sería un viaje diferente y especial pues era la primera vez que íbamos a Grecia mi hija y yo solas. Y de nuevo, muy ilusionadas. Islas La elección de las islas ha sido fácil, pues hacía tiempo que deseaba conocer la isla de Astypalea. Sin embargo, nunca encajaba en mis itinerarios, pues su ubicación, cerca de ninguna, hace que no esté demasiado comunicada con otras. La ruta de ferry de Bluestar me dio la pista, y decidí combinarla con Donoussa, una de las pequeñas Cícladas también apartada del resto. Para terminar, parada rápida en Naxos, una isla conocida para mí, que nos serviría de enlace para regresar a España, pues dispone de aeropuerto. Vuelos Compré los vuelos en el mes de enero de 2018, eligiendo los que mejor se adecuaban a mis fechas e itinerario. Ello me hizo tener que combinar diferentes compañías: Madrid-Atenas: Iberia. 68€/persona. Naxos-Atenas: Olympic Airlines. 59€/persona. Atenas-Madrid: Aegean Airlines. 103€/persona. Estos dos últimos vuelos iban enlazados y podía haberlos comprado conexionados. Sin embargo, me salía mejor de precio si lo hacía separado. Hoteles Me encanta esta parte de los preparativos y de manera más especial aún cuando visito este país, pues tienen tantísimo encanto los alojamientos, que es un placer buscar y elegir. Astypalea En Astypalea la elección fue fácil pues me dejé guiar por el viaje de mi amiga Indialuna y elegí el Tholaria Boutique hotel. Realmente no había demasiados hoteles y sin duda, por ubicación y encanto, ganó el Tholaria sin lugar a dudas. He de decir que tuve que negociar el precio con los dueños y finalmente conseguí una habitación por 120€/noche. Teniendo en cuenta que era un hotel con encanto, piscina y que incluía un excelente y completo desayuno casero, además de tratarse de una habitación de dos plantas, con cocina, zona e estar y una estupenda terraza con vistas al pueblo y al mar, me pareció un buen precio. Donoussa En esta isla la elección fue más difícil, pues había pocos hoteles y ninguno tenía piscina ni un encanto especial. Finalmente me decanté por los Althea studios, ubicados a un pequeño paseo del puerto, que es a la vez el pueblo principal. Lo que más me gustó fue lo cuidado que parecía estar y su excelente precio: 70€/persona, aunque sin desayuno, pero esta opción no la había en ningún otro hotel de la isla. Naxos Aunque Naxos era un lugar de paso en nuestro itinerario, pensé mucho la elección pues quería un sitio cómodo para movernos en el poco tiempo que estaríamos en la isla. La elección fue el hotel Agios Prokopios, en la zona del mismo nombre. Se trataba de un hotel con piscina y que sin desayuno nos salió por 90€/noche, aunque teníamos la opción de incluir el desayuno una vez allí. Coche Únicamente alquilamos coche en la isla de Astypalea, pues en Donoussa no lo vimos necesario, al no poder acceder con él a todas las playas e informarnos de la facilidad de movernos en barco y bus. De igual modo, en Naxos utilizaríamos el autobus para los pocos trayectos previstos. Vuelos comprados, hoteles reservados, al igual que el coche de alquiler y los traslados en ferry. Solo faltaba esperar a que llegara la fecha de salida. Y por fin, el 17 de julio llegó. ¡Nos vamos a Grecia! Etapas 1 a 3, total 11
17 de Julio. Rumbo a Madrid.
Nuestro vuelo de Iberia salía de Madrid a las 23:20. Dejamos el coche en el parking de larga estancia y cogemos el avión, que sale con puntualidad. En el avión intentamos dormir, pues nos espera una noche entre aeropuerto y puerto. 18 de Julio. Largo trayecto en ferry y llegada a Astypalea. El vuelo llega al aeropuerto de Atenas a las 3:50 hora griega. Salimos a coger el bus que nos llevará directas al puerto del Pireo. Aunque la frecuencia de autobuses por la noche es menor, no tenemos que esperar mucho y el viaje por la noche es muy cómodo y rápido sin tráfico, durando el trayecto aproximadamente una hora, en la que mi hija aprovecha a dormir. Una vez llegadas al puerto buscamos la oficina de Blue Star para recoger impresos los billetes que teníamos reservados, pero aún estaba cerrada. Es increíble, pues a pesar de ser de noche aún, es un puerto en el que siempre hay mucha vida. Cuando abren la oficina, compramos nuestros tickets y nos dirigimos a la puerta de la que saldrá nuestro ferry. Ya podemos montarnos; así lo hacemos y buscamos un asiento donde nos ubicamos. Comenzaba a amanecer y a las 6:45, puntual, salía nuestro ferry hacia Astypalea. Nos esperaba un largo viaje y varias paradas en el recorrido, por lo que decidimos desayunar y a continuación, descansar. Compramos café y leche en la cafetería del ferry, que acompañamos con galletas, y desayunamos en cubierta, viendo el mar. El ferry para en Paros, Naxos, Donoussa y Amorgos (Aegiali). Cada vez que hace una parada salimos a ver los puertos de estas islas, todas conocidas, excepto Donoussa, que visitaremos a nuestro regreso… ¡Qué recuerdos tan bonitos! En el ferry nos da tiempo de dormir, jugar, leer… y para comer compramos unos hojaldres en la cafetería comenzando a sentir el aroma griego. Y por fin, tras algo más de 9 horas de trayecto, llegamos a Astypalea. Allí nos espera el dueño del hotel, quien nos lleva en su furgoneta al hermoso Tholaria Boutique hotel, donde nos recibe su mujer, María, y nos acompaña a nuestra habitación: Cavo, que es aún más bonita de lo que imaginaba, extremadamente cuidada, con su terraza que tiene vistas al castillo y al mar. Tras acomodarnos y asearnos, hablamos con María de los primeros planes, pues nuestra intención para mañana es hacer la excursión a los islotes y por eso hemos pensado bajar a cenar al puerto de Pera Yialos y buscar allí un barco para hacer la reserva. Ella, muy amable, nos dice que no es necesario, que se encarga de llamar para hacernos la reserva, con la mala suerte de que al llamar, los dos barcos que hacen esta excursión le dicen que están completos para mañana. El motivo es que durante estos días ha hecho viento y los barcos no han podido salir a hacer a excursión, por lo que había mucha gente a la espera y los dos únicos barcos que la hacen se han llenado. Ella me ofrece una excursión similar organizada por su marido en yate privado, pero 100€/persona me resulta muy caro. Le digo que lo vamos a pensar mientras cenamos. Como no tenemos que ir hasta el puerto a hacer la reserva, decidimos cenar en Chora, en una de las tabernas recomendadas por María, que está frente a los molinos de viento y para nosotras es lo más cómodo al estar tan cerca. Hoy estamos cansadas del viaje y solo deseamos sentarnos a degustar nuestro primer menú griego, y así es. Cenamos en la calle, frente a los molinos, donde se respira un ambiente muy agradable, familiar y tranquilo. En lo alto del pueblo se ve el castillo, que en los próximos días visitaremos. Ageri: dakos, calamares fritos, copa de vino y refresco. 16€. Regresamos al hotel, pensando en cómo solucionar el día de mañana y la excursión a los islotes. El problema es que para mañana no tenemos coche de alquiler porque contábamos con la excursión. Y si no la hacemos, no sabemos a qué playa podremos ir sin disponer de coche. No sabemos qué hacer, pero decidimos que mañana por la mañana lo decidiremos. Etapas 1 a 3, total 11
19 de Julio. Los islotes de Astypalea.
Es precioso despertar en el hotel Tholaria, salir de la habitación Cavos y, tras pasar junto a la piscina, subir las escaleritas blancas que nos dirigen al comedor. Cuando llegamos, María está anotando con tiza los nombres de los productos en pequeñas pizarras. Todo es casero y hay gran variedad de productos dulces y salados: pan blanco e integral, croissants, magdalenas, bizcocho, pastel de manzana y de naranja, galletas, cereales, hojaldres de queso, pastel de espinaca, embutidos y quesos variados… además de pastelitos de yogur, punding de arroz, frutas, zumos, yogur, miel, mermeladas variadas, cafés varios, leche, chocolate y té. Mientras desayunamos, María y su marido se acercan a preguntarnos si hemos pensado algo acerca de la excursión a los islotes. Él me ve muy dudosa y me hace una oferta para ir en su yate con un grupo de 8 personas más. La propuesta es tan interesante que no dudo en aceptarla. Realmente ha tenido una buena idea, pues quedaban dos plazas en el barco y con su oferta, consigue que seamos 10 y completemos la excursión. Nos dice que no tenemos que llevar nada más que bañador, pues el resto nos lo proporcionan todo ellos y que nos recoge en 15 minutos para llevarnos en su coche al puerto, donde tiene el barco y nos esperan el resto de compañeros de viaje. ¡Maravilloso! Una vez allí, vemos el barco, que tiene una pinta estupenda, y nos montamos con los que serán nuestros compis de viaje durante el día de hoy: dos parejas griegas y una pareja australiana con raíces griegas, con sus dos hijas, cuya edad es parecida a la de la mía. Todos hablan griego pero con nosotras se comunican en inglés. La excursión consiste en ir a visitar los islotes de Kounoupi y Koutsomiti, parando en otros lugares a bañarnos. En realidad, es diferente a la excursión del barco normal del puerto, pues en la nuestra no nos bajamos el barco sino que nos bañamos desde aquí. También hacemos otras paradas que no son para bañarnos, sino para ver rincones encantadores. Se nota que el capitán conoce muy bien la zona, pues nos para en sitios espectaculares de aguas cristalinas en los que estamos solos. Pero la mayor diferencia es el confort del barco y la atención recibida, pues no solo nos prestan toallas y material de buceo, sino que demás nos preparan un aperitivo y una comida estupendas acompañados de toda la bebida que queramos. Tras realizar la primera parada en la isla de Kounoupi, sobre las 13:00 nos sirven el aperitivo que consiste en diferentes tipos de quesos y embutidos acompañados de panecillos y mermelada. Después del aperitivo, una nueva parada, esta vez en Koutsomiti, donde vemos la playa a lo lejos y también nos dan la opción de ir nadando hasta allí. Parece ser que hay un cambio de planes con el lugar de la comida, debido al estado del mar, y finalizamos en la zona de la iglesia de Agios Nikolaos, donde el barco atraca y nos damos el último baño antes de comer. Cuando regresamos del baño nos encontramos una mesa preparada al detalle; en la zona exterior han preparado la mesa para la tres niñas, y en el interior la de los siete adultos. De entrante unos canapés de dakos y de plato principal un plato de tallarines con langostinos y gambas. Todo ello acompañado de vino blanco y de postre, una excelente tarta de naranja. De regreso hacemos otra parada donde nos damos el último baño y a continuación el barco se dirige al puerto de Astypalea. El camino de vuelta, viendo caer el sol desde el barco, es espectacular y a nuestra llegada, nos despedimos de nuestros compañeros de viaje con pena, pues nos han resultado encantadores y ello también ha contribuido a que hayamos pasado un día maravilloso. Nosotras nos quedamos paseando por Pera Yialos y nos acercamos a ver las tabernas de la playa para cenar otro día. Se está tan bien allí que nos quedamos en la pequeña playa paseando con los pies metidos en el agua. De allí nos dirigimos a comprar unos gyros para cenar, pues tras el día intenso en el mar, no nos apetece salir a cenar fuera. Con todo, vamos a buscar la agencia de alquiler de coche con la que tenemos la reserva: Asty-Car. Nos entregan nuestro coche de alquiler para cuatro días, con el que nos dirigimos al hotel, donde dejamos el coche aparcado para comenzar a explorar las playas a partir de mañana. Al llegar a nuestra habitación, vemos la piscina iluminada que invita a darnos un baño mientras comienza a anochecer. Para cenar encendemos un pequeño farolillo que hay en la habitación, y disfrutamos de la tranquilidad que ofrece la terraza, acompañadas de nuestros gyros. ¿Qué más se puede pedir? Etapas 1 a 3, total 11
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