![]() ![]() Belice: Nación Garífuna ✏️ Blogs de Belice
Pequeño viaje de 8 días por Belice dentro de un gran viaje de 6 meses por Latinoamérica. Recorriendo: Orange Walk, Lamanai, Cayo Caulker, Belize City, Hopkins, Placencia y la reserva nacional de Cockscomb Basin.Autor: Daniorte Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (13 Votos) Índice del Diario: Belice: Nación Garífuna
01: Preparación
02: Día 1: Belize city y Orange Walk
03: Día 2: Ruinas de Lamanai
04: Día 3: Hopkins
05: Día 4: Día del asentamiento Garífuna
06: Día 5: Cayo Caulker
07: Día 6: Cayo Caulker
08: Día 7: Placencia
09: Día 8: Placencia
10: Impresiones
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Etapas 4 a 6, total 10
Ayer me dijeron que el primer bus a Belice City era a las 5. He llegado a la estación de bus a las 4:45 justo cuando llegaba el bus a Belice. Ha sido llegar, montarme e irse el bus. Si llego a ir a las 5, me quedo esperando una hora.
El bus hasta Belice ha sido un buen despertar. Iba a tope. Me ha tocado ir de pie en el medio, estrujado entre la gente. Una hora y media, con la discografía de Chayanne a todo lo que da. A las 5 de la mañana y escuchando "Hay que ser torero" a 250 decibelios. La gente que está sentada increíblemente duerme. Ni con 20 pastillas me dormiría yo. Al menos los buses aquí no van loquísimos como en Guatemala. A las 6:30 hemos llegado a Belice city. El bus a Hopkins sale a las 7:15. He desayunado unos pasteles de carne típicos y 10 minutos antes de la hora hemos salido. El único país donde se adelantan los buses. El bus hacia Hopkins ha sido, de lejos, el más curioso. Llega hasta Belmopan para luego tomar una carretera bastante escénica, Hummingbird Road. Esta carretera sería una maravilla poder recorrerla con coche alquilado. El paisaje es precioso y hemos parado en un pueblo menonita y se ha subido una familia con 6 hijos, dos chavales jóvenes y una mujer. Verlos es como cuando ves por primera vez judíos ortodoxos. Es un choque. Las mujeres parecen sacadas del cuento de la criada, van todas con un vestido azul y una especie de cofia negra. Todas rubias con ojos azules y verdes. Los hombres no son menos curiosos, van todos con una especie de uniforme de granjero. Barba, sombrero de paja y tirantes. Al lado mío se ha sentado un niño menonita que me miraba fijamente, se me ponían los pelos de punta. Viendo el panorama del autobús, todo garífunas, unos pocos latinos y yo, imagino que el crío no entendería por qué yo, siendo tan blanco, no visto como un menonita. Yo al crío le sonreía y él me devolvía la sonrisa, pero el padre tenía cara de pocos amigos. El bus han sido 4 horas hasta "Hopkins", lo pongo entre comillas porque el bus me ha bajado en un cruce a 11 km de Hopkins. Yo ya me olía que iba a pasar eso. Hopkins es una comunidad Garífuna muy mal comunicada, buses hasta el pueblo hay como dos al día. Bajo un soletón del demonio y con cara de circunstancia he ido hacia la carretera, recordando los días de frío de Guatemala y Ecuador. La primera furgoneta que ha pasado le he levantado el dedo y me ha parado. Me he subido detrás del remolque donde iban dos rastas. Hemos chocado puñitos y nos han dejado en Hopkins. El pueblo no se puede decir que no sea auténtico. Es 100% Garífuna. Los garífuna son descendientes de africanos que escaparon de naufragios de barcos esclavistas en el siglo XVIII, encontraron refugio en la isla de San Vicente antes de ser exiliados a lo largo de la costa centroamericana, incluyendo Belice. Llegaron a Belice en el siglo XIX, huyendo de la persecución en Honduras y Guatemala. Establecieron comunidades en lugares como Dangriga, Hopkins y Punta Gorda y tienen un identidad cultural muy marcada y orgullosamente mostrada. Hopkins son casitas como prefabricadas sueltas por la costa y rodeando una carretera principal, llena de puestecitos de comida y algún hotel. Están preparando las fiestas de mañana y se ve buen ambiente. La gente me saluda en inglés, cada uno acompañando con un gesto random de las manos. Muy rastafari. El camping resulta estar al sur del pueblo, a las afueras. "Castillos beach". Tras media hora andando llego a un parche de playa que es el camping, donde dos mujeres están despellejando un pollo. Me indican que puedo acampar en la orilla por 4€ la noche. El sitio es idílico. Ni un alma. La playa limpia, pelícanos y fragatas volando, cocoteros y el agua calentita. He montado la tienda y me he pegado un baño. Al rato ha aparecido una mujer mayor de Michigan, lleva 7 años viviendo en una cabaña en el camping. Hay gente para todo, dice que si uno es humilde es una vida cómoda. Le acompaña un perro hiper sociable que tiene aprendido pedir caricias poniéndote el culo entre las piernas y dando empujones con él. Precioso. He estado un rato hablando con la mujer, mientras le rascaba el culo al perro insistente, en cuanto paraba me daba culazos para que siguiera. Me dice que las fiestas Garífunas en Hopkins son más auténticas que en Dangriga. Allí son más multitudinarias y hay mucho alcohol, aquí son más culturales y más recogidas. Voy a hacerle caso a la mujer, que lleva aquí 7 años, y me ahorro ir mañana a Dangriga quedándome aquí a ver la fiesta. Así por la tarde aprovecho la playa. Después de hablar con la mujer me he ido por la playa hasta el centro del pueblo. Mucha música y paisanos bañándose y engalanando las casas con banderas Garífunas y demás. He tomado algo mientras unos críos jugaban a la pelota en el agua. El idioma que hablan es incomprensible, garífuna, escuchándolo no se pilla absolutamente ni una palabra. Para cenar me he metido en un bar local y me he pedido lo que se supone que es típico en estas fiestas. Hudut. Una especie de sopa de coco con leche y un pescado frito, acompañado de una pasta de coco, plátano y maíz. Increíblemente no sabe nada a coco. Bastante bueno. Después de cenar me he acercado a tomar otra Belikin a la zona de la playa. Un grupo toca los tambores pero menos gente de la que me imaginaba. Imagino que es pronto porque se supone esta gente está tocando los tambores hasta mañana al amanecer. Yo a las 9 he puesto rumbo para el gusano y fin del día con las olas. Etapas 4 a 6, total 10
Hoy es el día de la fiesta garífuna. En Garifuna, la fiesta se llama "Yurumei" que significa "Tierra de Hombres Valientes", refiriéndose a Belice como el lugar donde los Garífunas encontraron refugio y establecieron su hogar después de su exilio de San Vicente, de donde fueron expulsados por los ingleses y acogidos por la corona española en las tierras caribeñas de centroamérica. La fiesta consiste en una representación de lo que fue la llegada de los Garífunas a Belice. En Honduras y Guatemala también hay grandes poblaciones garífunas y esta fiesta la celebran el día que llegaron a cada sitio en concreto. Hoy, 19 de Noviembre, le toca a Belice.
He llegado justo al amanecer. Hopkins es un pueblo de 1500 personas, por lo que tampoco es que hubiera una barbaridad de gente. Las mujeres van vestidas con vestidos coloridos y pañuelos, se ponen por el cuerpo hojas y enredaderas. Los hombres van igual aunque menos coloridos. Cuando he llegado, estaban tocando tambores mientras se iban subiendo a los barcos. Los barcos también decorados con motivos vegetales. Han llenado como 5 barcos de gente del pueblo y entre tambores y banderas Garífunas han zarpado. En el muelle se ha quedado un grupo de tambores y gente cantando y bailando. Los barcos se han ido paseando por toda la costa, se acercaban y se iban hasta que pasadas un par de horas han vuelto todos. El momento de volver es cuando más sube el ambiente. Todos tocando los tambores y cantando a la vez juntándose en la playa. Ha desembarcado lo que sería medio pueblo. Al rato han echado a andar bailando y cantando y se han dirigido hacia la iglesia, cada poco paraban para ponerse en círculo, tocar más fuerte aún los tambores y continuar. Han entrado en la iglesia cantando a pleno pulmón con toda la percusión a la vez, parecía que se fuera a caer la iglesia. El cura por fin ha puesto orden y se han puesto a hacer misa en Garífuna. Lo bonito es que la misa se alterna sermón con tambores, incluso a la hora de comulgar van bailando hacia el cura. Si en España hubiera esta alegría, más gente iría a la iglesia. Después de la misa, lo que es la fiesta en sí continúa de forma más particular. Se juntan por bares, por casas y en el campo de fútbol pero no es una fiesta donde esté todo el mundo desfasando, es relativamente tranquila. Ha estado bonita y fotográficamente es una gozada. Me he ido a la playa a desayunar/comer y me he vuelto para el camping. He echado la tarde en la playa sin mucho que hacer más que estar. Me he acercado al pueblo poco antes del atardecer y vuelta al camping. Me he pegado un baño ya atardeciendo y me he cenado un poquito de atún con queso y galletas saladas mientras se terminaba de poner el sol y aparecían las primeras luciérnagas con solo el sonido del las olas. Un día muy bonito, puramente cultural y caribeño. Antes de anochecer, me he acercado a ver si pagaba el camping y, no solo no había nadie si no que me han salido 4 perros que si poco me comen. Estas tú que vuelvo. Me parece a mí que mañana me voy sin pagar como no vengan a verme ellos a mí. Etapas 4 a 6, total 10
Afortunadamente, no me he tenido que ir sin pagar. Mientras recogía la tienda, con la luz del alba, he visto que salía la mujer del camping de la casa. Con un palo en la mano por los perros, he ido a pagarle y hoy los perros han venido cariñosos. Imagino que ayer, al no haber nadie, estaban en modo defensa y hoy no les hace falta.
Con un amanecer bonito, he terminado de recoger todo y he ido a la carretera principal. Hoy es festivo en Belice y eso significa que no pasan buses por Hopkins. No me queda otra que hacer autostop para que me lleven al cruce con la carretera principal, a 12 km de Hopkins. He empezado mal el autostop, pero al quinto coche han parado. Un todoterreno ocupado por dos garífunas enormes que bien podrían salir de una película del Bronx. A mí casi ni me han hablado. Iban hablando entre ellos, he deducido que sobre la fiesta de anoche. Hablan criollo y solo pillo palabras sueltas y, sobre todo, la palabra "fuck" que pronuncian como "fooooooock". La han dicho como doscientas veces. Al principio me he mosqueado porque en lugar de ir por la carretera principal, se han desviado por un camino de tierra. Yo ya me he imaginado asesinado en medio de la nada, pero nada más lejos de la realidad: han pasado a darle una bolsa de comida a una mujer mayor muy bonita que me ha saludado con una sonrisa de oreja a oreja. Imagino que sería la madre del que dice "fooooooock". Amablemente, me han dejado en el cruce y a las 7 ha pasado el bus, a tope de gente. Dos horas de pie, enlatado, culo con culo con un menonita, hasta que he podido pillar asiento en Belmopan. Vaya condena de bus el de hoy. A las 10:15 he llegado a Belice y un supuesto taxista medio me ha timado. Me ha visto y se ha puesto a decirme que el ferry sale ya. Hay momentos en los que uno se vuelve idiota y simplemente se deja llevar; ellos lo saben. Me he metido en el coche y luego el cabrón me ha cobrado 5 € cuando yo me creía que era un buen samaritano que me estaba haciendo el favor. Lo cierto es que el ferry salía a las 10:30 y, si no hubiera sido por el taxi, me habría tenido que esperar a las 12. Pero 5 € no valían ni de coña. He pagado el "impuesto" de pardillo. De Belice City a Cayo Caulker son 40 minutos. Al llegar a Cayo Caulker, el ambiente es playero total: muelles intercalados de playitas. Aquí no hay coches y la gente se mueve en carritos de golf o bici. Música reggae, puestos en la calle haciendo langosta a la barbacoa y guiris por todas partes. Es un ambiente muy de fiesta. Es la antítesis de la playa de Hopkins. No es el ambiente que más me gusta, pero está bonito. He ido al alojamiento y hasta las 15:00 no podía hacer el check-in. Me he puesto las lentillas, he cogido las gafas y el tubo, que llevo cargando casi dos meses, crema solar, cámara y la gorra para cuadrar el outfit de guiri y ser uno más. Me miro al espejo y nada más me faltan los calcetines con chanclas, aunque los escarpines también tienen su toque. Me he acercado a una zona que pone en el mapa como "Tarpon Feed." Tremenda turistada. Es un pequeño muelle en el que alimentan un pez llamado tarpon. Los peces son enormes y han aprendido a saltar para coger la comida como si fueran delfines. La gente paga dos dólares y les dan un par de peces para alimentarlos. Así de gordos están. La foto que he puesto me ha salido, increíblemente, a la primera, ni cinco minutos he estado en la turistada esta. De los tarpones he ido a comer a lo que yo creo que es el sitio más cutre de la isla, viendo los precios no me queda otra, es ultra cara. Un chino que me ha puesto tallarines con pollo que me han estado tremendos por 4 euretes. Hay un huevo de chinos en la isla, sobre todo tienen tiendecillas tipo supermercado y restaurantes de comida rápida. Ya comido, he ido a una playa que llaman Iguana Inn. La playa la tienen monísima decorada. Es el sueño de un instagramer: columpios en el agua, hamacas, árbol para posar en el agua, musiquita chill, tumbonas, una zona de caballitos de mar que han hecho con redes a poca profundidad... Lo tienen ideal. Aquí me he embadurnado de crema y me he metido a hacer snorkel. El snorkel es agradable. Nada impactante, pero entretenido. Pececillos tropicales en praderas de una especie de posidonia. De la playa me he pasado a alquilar una bici, 5€ hasta mañana por la noche. Me parece bien. He ido a terminar de hacer el check-in y de nuevo crema hasta las pestañas y antimosquitos. Entre la crema y el antimosquitos voy loco. Pero es que aun así los cabrones me pican. No sé cómo, pero me ha picado uno en el brazo y me ha salido hasta un bulto. Me voy a dejar medio presupuesto en antimosquitos. Funciona bien, pero los mosquitos van al hueco. He echado la tarde dando la vuelta a la isla con la bici. Está bonita. Zona de humedal inundado con manglar, muelles salteados y casoplones, de lo que sospecho son americanos. He pasado por el cementerio, en donde una especie de lagarto se soleaba en las tumbas. Lagartos que parecen iguanas de grandes. Ya atardeciendo, he ido otra vez a la playa de Instagram. Al atardecer tiran comida para que la playa se llene de rayas tipo chuchos. Aquí alimentan lo que sea con tal de atraer animales para los guiris. Los pelícanos te persiguen si sacas comida. Echan a correr hacia ti que parecen pingüinos, hasta que terminan soltando picotazos que si te descuidas te arregla. Ya atardeciendo, he vuelto a ducharme. Desde el viernes que mi cuerpo lustroso no tocaba el jabón. Tres días de salitre, crema y antimosquitos... Me hacía falta la ducha ya. El pelo lo llevaba crítico. Encima el otro día se me ocurrió lavar la gorra en Orange Walk con un bote de detergente que había y resultó ser lejía. Llevo la gorra, que era negra, a rodales. Con el pelo como lo llevo de mierda, no me queda más opción: o ir sin gorra, que parece que multiplica el aspecto guiri por 10, o llevar la gorra de mendigo. Tengo que ir viendo ya de cortarme el pelo... Por la noche, ya limpio y con ropa limpia, he vuelto a cenar al chino chungo. He comprado desayuno para evitar gastarme los 10 € que veo que están cobrando y a marear en el hostal. El hostal tiene una parte común muy cómoda. Duermo con tres personas más. Una de ellas es de Michigan, ha vivido dos años en Valencia y habla español perfecto. Mañana, al final, voy a echar la mañana haciendo kayak. Hay tours de snorkel con posibilidad de ver manatíes, pero cuestan 90 €... Ni loco pago eso por hacer snorkel con diez americanos rodeado de mantas alimentadas por el guía solo por poder ver el manatí. Estaría bonito pero es un abuso el precio, teniendo en cuenta que es que es solo snorkel grupal. Los precios en Belice son loquísimos. Yo imagino que se debe a que el principal turista aquí son los americanos. No entiendo cómo pueden poner un tour de snorkel a 90 €, ¿qué gasto más allá de la gasolina les supone? Vale que la gasolina está a precio de España, pero en España te sacan a bucear con botella por 40 € (y ya me parece caro) Es que los restaurantes te clavan por un plato de espaguetis 15 €. Además, los tíos no ponen el precio por ningún lado, ni en las agencias de tours ni en los restaurantes. Ya te tienes que meter dentro del restaurante y pedir la carta para ver precios. Lo hacen claramente para jugar con los precios, si pueden clavarte el máximo te lo clavan... No tiene sentido ninguno. El supermercado es carísimo también. El litro de leche 2,5 €. Una manzana, UNA, 2 €. Me sale el chino cutre por el mismo precio que si me comprara en el súper para hacerme espaguetis. Belice me está gustando bastante, pero lo de los precios le quita muchos puntos. Si es un viaje de una semana pues se hace el esfuerzo económico pero teniendo en cuenta que voy a estar mínimo 6 meses de viaje, en los que estoy sin cobrar un duro, se hace cuesta arriba estos precios. Etapas 4 a 6, total 10
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