Hoy nos permitimos despertarnos un poco más tarde, aunque tampoco mucho. Vamos a dar un paseo por Wellington, por sus calles principales. Pensábamos entrar en el museo Te Papa, que tanto se recomienda, pero al final íbamos justos de tiempo y ya no es gratis, por lo que pagar unos 20€ para 1 hora no nos merecía la pena. Vuelta a la furgo y rumbo al puerto para embarcarnos en el ferry a la isla Sur. Nosotros viajamos con Interislander porque salía más barato, la otra compañía principal es Bluebridge. El barco es cómodo, tiene comida a buen precio (aunque nosotross teníamos nuestros tuppers) y el wifi funciona regular. Lo mejor del trayecto, las vistas cuando empiezas a entrar en los fiordos fluviales que marcan el camino hasta Picton. Ya en tierra, ponemos carretera rumbo a Abel Tasman National Park, acompañados por un atardecer eterno que va coloreando el cielo con el paso de los minutos. La verdad es que las primeras horas en la isla sur no decepcionan.
Hoy toca visitar Abel Tasman. Tiene una ruta incluida entre el Top10 de grandes rutas del país. Son 60km de recorrido lineal entre Maurahau y Wainui Bay en la punta noroeste de la isla sur. Las dos formas de visitarlo más habtiuales son hacer un trekking de varios días acampando en la playa o quedándote en alguna pensión por el camino y la otra opción suele ser coger un aquataxi hasta alguno de los puntos del camino (Anchorage, Torrent Bay, Bark Bay…) y hacer el camino hasta el aparcamiento. En nuestro caso, solo teníamos un día y nos queríamos ahorrar el gasto del aquataxi, así que decidimos hacer un camino de ida y vuelta, llevándonos un poco por el cansancio y las ganas que tuviéramos de caminar. Y la verdad, es que acábamos viniéndonos bastante arriba haciendo en total 35 kilómetros. Los caminos son muy sencillos, no hay mucho desnivel y están bien señalizados. Vas casi todo el tiempo paralelo a la costa y tienes muchos desvíos para miradores y calas. Nosotros llegamos hasta Torrent Bay, atravesándola durante la marea baja, una experiencia chula de caminar por el “fondo del mar”. Es curioso que la línea e costa cambie cientos de metros cada día en función de las mareas. Ya luego volvimos por el camino, parando en “Cleopatraˋs Pool”, con un intento fallido de baño (el agua estaba helada) en alguna de las playas que nos dejamos pendientes a la ida y tras 9 horas, y los mencionados 35km, estábamos de vuelta en la furgo. No apetecía mucho conducir, pero al final nos acercamos dos horitas al próximo destino.
Aún con las piernas cargadas, planeamos un día con bastante carretera pero menos recorrido a pie. Hoy toca la West Coast: Nuestra primera parada nos lleva a visitar la colonia de focas de Westport, donde parece que viven todo el año, y tienes el mirador a apenas 5 minutos de camino desde el parking. Vimos más de 20 focas en esta colonia, algunas tomando el sol, otras jugando, pescando… creo que merece la pena hacer una parada corta. Seguimos hacia el sur impresionados por los escenarios salvajes que nos presenta la West Coast: playas, cascadas, acantilados… que nos obligan a parar a cada rato para disfrutarlos más. Parada obligatorio en Punakaiki y sus Pancake Rocks (nunca habíamos visto este tipo de estructuras, la naturaleza nunca para de sorprender). Al ser domingo, también nos encontramos algún mercado local que visitamos. Lavandería, depósitos, compra y ya tendríamos otro día completito