![]() ![]() La cara humana de Etiopía ✏️ Blogs de Etiopia
Este relato no pretende ser referencia de viaje para nadie, tampoco se limita a describir recorridos o lugares, sin más. Sólo contiene mis impresiones acerca de un país que me ha conmovido, en las que se mezclan anécdotas, experiencias personales y también ruta pura y dura. Mi intención cuando viajo es acercarme a la cara humana de un país y así espero transmitirlo. Autor: Habesha1 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (22 Votos) Índice del Diario: La cara humana de Etiopía
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Etapas 10 a 12, total 16
Bahar Dahar (o Bahir Dar) es una ciudad grande y con mucha vida, la capital de la región amhara. Y se nota en el movimiento de gente que pasa por la ciudad. Está situada al sur del lago Tana, donde nace el Nilo Azul. El Tana es el segundo lago más grande de África después del lago Victoria, con 75 kilómetros de largo y 65 de ancho. Se extiende a unos 1.700 metros de altura sobre el nivel del mar y su profundidad nunca va más allá de los 14 metros. Es un lago tranquilo, apenas azotado por las tormentas, y cuenta en su interior con 37 islas. Desde el punto de vista histórico, esta zona, junto con Gondar, es una de las más importantes del país. *** Imagen borrada de Tinypic *** A unos 30 kms de Bahar Dar podemos contemplar Tis Isat (en amárico, Humo sin fuego), las cataratas. La verdad es que son impresionantes y aunque el acceso es difícil, merece la pena caminar hasta acercarnos lo máximo posible hasta el nacimiento del salto del río y que el agua nos moje levemente. Los monasterios que se reparten a lo largo del lago son peculiares; se llega en lancha, aunque los locales utilizan el único transbordador que hay, el Tanana, lo que hace de la excursión algo de lo más bucólico. Cuando las aguas del lago se calientan los hipopótamos ascienden a la superficie y se pueden ver de cerca. Encontramos muchas embarcaciones hechas de papiro, los tankwas, que no duran más de tres meses antes de que se pudran, y que fabrican con rapidez en pocos dias. Es impactante verles navegar en éstas rústicas canoas, no entendemos por qué extraña razón no se hunden con tanto peso. El lago tiene abundante pesca y en sus orillas se observa la fauna más variada: hienas, serpientes pitón, dicen que leopardos, pero nosotras no logramos verlos. La variedad de aves sí es impresionante, vimos pelícanos y cormoranes. *** Imagen borrada de Tinypic *** Visitamos los monasterios más cercanos en la península de Zegue, que permiten entrada a las mujeres: Debre Maryam, Kibran Gabriel, Ura Kidane Mehret y alguno más que ahora no recuerdo. Este último tiene el interés añadido de estar habitado por mujeres que cuidan el monasterio. Nos perdimos el que dicen es el más impresionante y rico en manuscritos: Daga Estefanos, pero la entrada a las mujeres no está permitida. *** Imagen borrada de Tinypic *** Con la visión de los monasterios, y en especial de los monjes te sientes transportado a tiempos inmemoriales, pero dudamos que no tengan ningún contacto con el exterior, y muy probablemente mantengan parte de su apariencia de cara al turismo porque la mayoría viven de ello. De hecho en el hotel encontramos a un chico español que viajaba sólo y nos contaba que en su visita a Daga Estefanos, mientras el monje les mostraba solemnemente los manuscritos, el inoportuno sonido de un teléfono móvil interrumpió la sacra escena y sorpresa: el monje sacó un móvil de su bolsillo y contestó la llamada... *** Imagen borrada de Tinypic *** Las pinturas "murales" del interior de los monasterios son bonitas y coloristas, pero entrecomillo murales porque realmente no están pintadas todas ellas al fresco sobre los muros, sino en láminas adheridas posteriormente al mismo. Desconozco si es así en todos los monasterios, pero eso nos resultó algo decepcionante. No es necesario contratar un guia, pero si lo haceis os explicará al detalle cada una de las escenas bíblicas y de los emperadores etíopes que adornan las paredes. *** Imagen borrada de Tinypic *** Encontrareis muchos niños vendiendo artículos de artesanía: reproducciones de las balsas de papiro en las que se desplazan, adornos con madera y pequeñas conchas...Están acostumbrados al farenyi y te siguen por todas partes hasta que consiguen que les compres algo. *** Imagen borrada de Tinypic *** En Bahar Dar nos alojamos varias noches en el hotel Ghion, que es estatal y tiene un emplazamiento muy bueno a pie de lago, con un cenador exterior precioso. En su contra diré que está un poco deteriorado y con un par de arreglos sería un paraíso. Pero en este viaje eso era lo que menos nos preocupaba. Hay otro hotel recomendable en la ciudad, el Tana, que cuenta también con bonitas vistas del lago, pero esos dias estaba en reformas. *** Imagen borrada de Tinypic *** La población es tremendamente religiosa, y los símbolos cristianos-ortodoxos se repiten por todas partes. Las iglesias se inundan literalmente de gente. Los hombres tienen preferencia en los oficios y las mujeres esperan fuera del templo. El exterior se reserva para los más pobres, lo que hace que pasear por las calles próximas a las iglesias en hora de oficios sea tarea casi imposible. Muchos indigentes mendigan tan solo para entregar todas sus dádivas a la iglesia local; prefieren pasar hambre y frío y entregar todo a la iglesia. Paradojicamente es su Fe, el pensar que les espera otra existencia mejor, lo que les permite mantenerse en pie en condiciones de vida a veces infrahumanas. *** Imagen borrada de Tinypic *** Me gustó Bahar Dar, su bullicio, las conversaciones con su gente; la visita al médico que hicimos y nos permitió conocer un hospital por dentro; los zumos de fruta en las terrazas, su olor a flores y a almendros indios. Los sábados tiene lugar un gran mercado al aire libre que acoge a los habitantes de poblaciones próximas, y la ciudad se llena de gente y adquiere mayor ritmo de vida si cabe. No quiero idealizar Etiopía, cuando uno está de paso todo es maravilloso y la realidad del país es otra bien distinta, pero es mucho lo aprendido y son tantos los recuerdos, casi todos positivos y entrañables, que ahora que me paro a pensar no entiendo como tan pocos dias dan para tantas experiencias y emociones. Fotografías: - Vistas del lago Tana y el embarcadero, desde el jardín del hotel Ghion. Los niños y hombres se bañan en el lago. - Balsas de papiro. - Monasterio Debre Maryam, lago Tana. Sacerdotes ortodoxos. - Monje ortodoxo, lago Tana. - Pinturas en Debre Maryam. - Niña vendiendo cestería y balsas de papiro, lago Tana. - Niños jugando al futbolín en el lago. - Cenador del hotel Ghion. - Fieles en iglesia local. - Casa de piedra en Bahar Dar. Etapas 10 a 12, total 16
No encontramos mosquitos en todo el viaje, alguno en Gondar; ir justo antes de la temporada de lluvias creo que evitó que nos cruzáramos con los molestos insectos. Pero "algo" nos picó en nuestras primeras noches en Addís Abeba. Pensamos que eran pulgas porque las picaduras eran insignificantes...al principio. Mi compañera se llevó la peor parte, le había picado un mosquito...el único con el que nos topamos en todo Addís se había ensañado con ella. Sus picaduras se infectaron al rascarse, de tal forma que al llegar a Bahar Dar todo su cuerpo estaba cubierto de arriba a abajo de molestos y enormes granos que le picaban cada dia más. *** Imagen borrada de Tinypic *** Hubo un momento en que ya no soportaba rascarse, la infección era grande e incluso sentía dolor, así que decidimos ir a una consulta médica en Bahar Dar. Eso nos permitió ver por dentro un hospital etíope. Nos atendieron en seguida, desconozco si fue porque éramos farenyis, porque íbamos acompañadas de un etíope o porque era una consulta rápida. *** Imagen borrada de Tinypic *** Mientras mi amiga era atendida por el médico curioseé un poco por el hospital. En la entrada un mostrador y mucha gente esperando; y tras el mostrador una puerta abierta de par en par me condujo a un patio infestado de gente que esperaba: madres con niños desnutridos, ancianos con heridas purulentas, gente tendida en camillas rústicas. Me sentí observada de una manera extraña, hasta que reparé que llevaba la cámara de fotos colgada del cuello y sujeta entre mis manos. La guardé de inmediato. De ninguna manera hubiera fotografiado aquel lugar y aquellas personas enfermas, pero las miradas que recibí mostraban su reprobación. A veces los viajeros somos tan obvios...acercamos la cámara a las caras de la gente, a su pobreza, de forma casi obscena. Yo no iba a hacerlo, pero probablemente ellos lo pensaron. Eso y el saber que estaba husmeando en sus miserias me hizo encontrarme mal, me hizo sentirme como un mosquito que absorbe la sangre de su víctima, como un parásito que se alimenta de los desechos del otro. Salí de allí un poco confusa conmigo misma. Antihistamínicos recetó el médico. Pagamos la consulta, una cantidad irrisoria, y nos despedimos. Más tarde, la visita a la farmacia tuvo también su parte curiosa. Los farmacéuticos no entendían a mi amiga ni con receta, y en ese momento nuestro amigo etíope no nos acompañaba, así que tuvo que hacer gala de su capacidad gestual para hacerse entender, simulando que se rascaba, echar mano del "amaringlish" y eso sirvió para relajarnos y reirnos un poco, farmaceuticos incluídos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Sirva esta anécdota para recordar que el acceso a la sanidad en algunos hospitales etíopes es privado y eso impide que la mayor parte de la población pueda permitirse una simple consulta que a nosotras nos resultó tan fácil y económica. Hay muy pocos hospitales públicos y no siempre se facilita de forma gratuita algunos medicamentos, por lo que de nuevo su compra queda limitada a una parte muy pequeña de la población. Muchos acuden a médicos tradicionales que les recomiendan hierbas y ungüentos varios. En las aldeas más aisladas carecen de asistencia sanitaria. Las pequeñas clínicas suelen quedar a cientos de kilómetros y apenas tienen material médico. En algunos pueblos nos encontramos a varias personas portando a un enfermo en una camilla hecha con cuatro palos y una tela, en un camino hacia algún hospital lejano que les llevará horas y que es muy posible que el enfermo no resista y muera en el intento. Muchas enfermedades que allí causan la muerte y para las que no tienen acceso a la profilaxis o a las vacunas (malaria, meningitis) una simple infección que se extiende, allí es mortal y aquí tendría tan fácil curación que tal injusticia causa rabia, indignación, malestar, tristeza, impotencia... Nosotras fuimos a un hospital con cientos de enfermos a la espera por una estúpida infección causada por una aún más estúpida picadura de mosquito...Farenyis, pensaría un etíope. Y no le faltaría razón. Fotografías: - Más vistas del lago Tana desde el hotel Ghion. - Farmacia Gamby en Bahar Dar. Etapas 10 a 12, total 16
Unos 200 kilómetros separan Bahar Dar de Gondar. Desde la capital del país puede llegarse en avión, o en autobús, pero en este caso el viaje dura varios dias. Gondar es una ciudad centenaria en la que se adivina lo grandioso de su esplendor de antaño. Los castillos de Fasilidas, o lo que de ellos queda, se alzan orgullosos ante la mirada incrédula del viajero, que jamás pudiera imaginar esa suerte de construcciones medievales en Etiopía si no las viera con sus propios ojos. Aquí dicen que se inspiró Tolkien para escribir "El señor de los anillos"; en todo caso una escena impresionante. En los baños de Fasilades celebran los lugareños de Gondar el Timkat, la Epifanía, bañándose en las aguas de la piscina real como signo de purificación. Qué ganas de volver para compartirlo... *** Imagen borrada de Tinypic *** Según dice Javier Reverte, los castillos fueron construídos por artesanos portugueses, que llegaron en el siglo XVI para ayudar a los reyes etíopes a combatir la invasión musulmana. También, aquellos portugueses dejaron varios puentes en toda la zona, vestigios de la arquitectura medieval europea. *** Imagen borrada de Tinypic *** Gondar es una ciudad que a pesar de su potencial turístico percibimos como muy empobrecida, pero desconozco si corresponde a la realidad de la globalidad de la zona. Muchos de sus habitantes emigraron a Estados Unidos y desde allí envían dinero a sus familias. Esto, junto al turismo que atrae el recinto real, permite que la ciudad tenga una entrada extra de divisas y que parte de su población no viva tan al límite. La población es preciosa y el hotel Goha es pasable, en especial su ubicación. Como siempre, no esperemos mucho de gentes que cuentan con escasos recursos, no es ese el objetivo de nuestro viaje. No obstante no olvidemos que el carácter etíope, no exento de cierta resignación, es alegre. En Gondar bebimos, comimos, reímos hasta que la mandíbula se nos desencajó de tanta risa; bailamos con los abeshás y disfrutamos mucho de su particular folklore. Los bailes etíopes consisten en mover los hombros como si fueran a dislocarse, al tiempo que la cadera gira y gira y los movimientos de cabeza se hacen cada vez más exagerados. No todo es miseria en Etiopía. Diría que la miseria no depende de la falta de medios, sino de la dignidad, y al pueblo etíope dignidad y orgullo no les falta. Se jactan continuamente de ser el único país africano que no fue colonizado, y probablemente eso ha hecho que su cultura y tradiciones se conserven casi intactas, al igual que su idioma, el amárico, que procede del antiguo ge´ez y que ha perdurado hasta hoy con un alfabeto único. No dejemos que el empobrecimiento nos nuble la vista y nos impida captar las numerosas posibilidades que tiene este hermoso país para el disfrute. Lo más destacable de la ciudad, además del recinto real y los baños de Fasilidas, es la iglesia Debre Birhan Selassie. Me atrevería a decir que es una de las más , si no la más, representativa del cristianismo ortodoxo etíope. Su exterior es simple, pero el interior alberga las pinturas bíblicas más importantes del país. El techo se cubre con las caras de de cientos de ángeles. *** Imagen borrada de Tinypic *** En los alrededores de Gondar, especialmente en Wolleka, quedan aún unos cuantos falashas, los judíos etíopes que forman la Bet Israel (Casa de Israel). La mayoría fueron desplazados a Israel en 1990 , en plena guerra civil, en la Operación Mosse (Op. Moisés), pero algunos se resistieron a irse y siguen viviendo como hace 2500 años. En la entrada de Wolleka hay un cartel que reza Wellcome to Sion, tal es su afán de apartarse del resto del mundo y definirse en el contexto religioso de su país. Viven en unas condiciones de pobreza extrema. Los dias que visitamos Gondar llovía. Quizás por eso nos pareció más pobre de lo que es realmente, y tan triste, aunque tampoco lo es. A pesar de los vivos colores que encalaban algunas de sus casas, a pesar de la sonrisa de los niños que nos seguían y nos saludaban con la mano, la impresión fue la de una población muy humilde. La lluvia anega las plazas y los caminos de tierra. Forma barrizales que vuelven intransitables las calzadas. La lluvia ensombrece, la lluvia moja, la lluvia lo empapa todo. Cala hasta los huesos al anciano que mendiga en la calle, a las mujeres que venden frutas en la calle, a los niños que piden limosna.... Siempre en la calle. La vida en Etiopía se hace en la calle. Nos preguntamos dónde se resguarda cuando llueve la gente que vive a la intemperie. Dónde, cómo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Pronto será temporada de lluvias en Etiopía. La misma lluvia que amamanta la tierra árida trae consigo el frío más gélido. Qué será de tantos etíopes que tienen como único techo un manto de estrellas. Que será de Gondar, qué será de sus gentes. Fotografías: - Baños de Fasilidas y recinto real, en Gondar. - Castillo en el recinto real. - Iglesia Debre Birhan Selassie y cementerio. - Estampas de Gondar. Etapas 10 a 12, total 16
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