Lanzarote, paraíso volcánico ✏️ Blogs de España

Lo primero el Hotel: Iberostar La Bocayna Village (4 llaves)

Después de mucho mirar y de dudas infinitas, elegimos este hotel. Es un complejo de bungalows situado al Sureste de la isla (Playa Blanca), cerca de las playas de Papagayo.

Bungalows: Son muy amplios (estuve en un bungalow estandar) tienen una habitación de matrimonio con cama enorme y baño con bañera y ducha (las dos cosas por separado). Hay otra habitación con dos camas, un baño más pequeño con ducha, cocina y salón comedor (todo junto pero es muy amplio así que no hay problema). Terraza preciosa de cerca de 40 metros cuadrados, un jardincito muy pequeñito a la entrada del bungalow y un pequeño tendedero.
El equipamiento es muy completo, hay de todo, dos televisiones (una de ellas plana), aire acondicionado en el salón comedor, dvd, reproductores, radios. El equipamiento de la cocina incluye cafetera normal, calienta leches, cafetera nespreso con 3 dosis (si quieres más a 0,90€), exprimidor, nevera, horno, vitro, campana de humos y prácticamente todo lo necesario en una cocina, no eché nada en falta.

Unas fotos:




El Hotel: Los jardines están impecables (al igual que los de toda la isla), la limpieza de las zonas comunes es perfecta y las instalaciones son buenas. Cuenta con dos piscinas, una de adultos no excesivamente grande pero suficiente y otra pequeñita para los más pequeños de la casa. También tiene un jacuzzi muy grande.
Hay un bar al lado de la piscina (cierra a las 18:00) y otro pequeñito con horario "nocturno" (cierra a las 23:00) al lado de recepción. No los probamos, el horario es demasiado justito como en toda la isla.

Desayuno: Elejimos alojamiento y desayuno así que no puedo opinar de las cenas. El desayuno es posiblemente el más completo que he visto. 8 variedades de zumo (los típicos y un batido multrifuta interesante), 6 u 8 tipos de mermeladas (dos de ellas sin azúcar), otros 6 u 8 tipos de cereales, bollería recién hecha, pan normal y de molde de varios tipos, fruta troceada, macedonia, embutido variado y otra sección con "cocina en vivo" que no visité (huevos en todas sus variedades, creps, churros, creo que chorizos y demás.. todo hecho al momento). En fin que me pareció muy completo y bueno. El trato de los camareros perfecto.

Limpieza: Las zonas comunes están impecables, recién pintadas y muy limpias. En los bungalows la cosa cambia, la señorita de la limpieza que nos tocó no sacudía las sábanas, encharcaba el suelo, barría por donde cuadraba y no era precisamente amable (al contrario que el resto de empleados que siempre han sido extraordinariamente amables y eficientes). Limpiaba un bungalow de 100 metros cuadrados y hacía la cama en 15 minutos, ni Carl Lewis en sus mejores tiempos. Sorprendido .

Pros: La terraza es impresionante, perfectamente protegida del alisio y amplísima. Pasé más horas en la terraza que en el bungalow, todas las noches disfrutábamos de ella en un entorno excepcional con una tranquilidad impresionante. El hotel estaba completo y os puedo asegurar que no escuché ni un ruido durante mi estancia, ni uno!!
Como digo el hotel estaba al 100% pero ni en la piscina ni en el comedor encontramos masificaciones, al contrario, en la piscina como mucho éramos 10-15 personas.
A la llegada teníamos a nuestra disposición una completa cesta de frutas, una botella de agua y otra de vino Rioja. Un detallazo Aplausos

Contras: La limpieza de los bungalows y algunos detalles como los cubre camas de la habitación de dos camas que estaban parcheados o la presencia de algunas hormigas de pequeño tamaño (si cocinais no dejeis ni una miga o os invadirán :D).
Otro detalle es que no hay espectáculos nocturnos ni patochadas del estilo, yo sinceramente no los eché en falta.

Conclusión, es un hotel impresionante si lo que quieres es tranquilidad absoluta, espacio, intimidad, relax y comodidad.
Si buscar juerga, espectáculos nocturnos y/o tener un núcleo urbano a tiro de piedra este no es tu hotel.
Nosotros quedamos encantados, los pros superaron con creces a los contras.
El 50% de los alojados son familias con algún niño, el resto parejas. Ganan los extranjeros en este hotel, un 70% aprox.


El que reserve en este hotel que no se olvide de reservar coche (muy bien Cabrera Medina), es fundamental en la isla pero más en este hotel que está algo apartadillo del mundanal ruido.

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En esta etapa no pondré fotos, no quiero chafaros las sorpresas que esconde la isla, mejor verlo todo en persona.

DÍA 1:

El Golfo: Salimos de Playa Blanca con tiempo soleado y agradable, en pocos minutos nos plantamos en El Golfo donde el cielo está cubierto y el alisio golpea con fuerza. Son las 19:00, no queda ni un alma y la estampa al bajarnos del coche es sencillamente espectacular. Divisamos a lo lejos las paredes del volcán "arañadas" por la lava, el "sock" es brutal, no me esperaba ver eso y menos aún sin turistas y con unas sombras que lo hacían aún más impresionante. Nos acercamos al mirador que hay al el borde del cráter, disfrutamos de la estampa y vuelta al coche en dirección a Los Hervideros.

Los Hervideros: Aquí si encontramos algunos turistas, pero no importa, este monumento natural merece mucho la pena, más si lo véis con marea alta como nosotros. Disfrutamos de los sonidos, de las cavidades y de las caprichosas formas que nos ofrece de la naturaleza. Realmente interesante al igual que El Golfo.

Las Salinas del Janubio: De vuelta a Playa Blanca nos encontramos con estas bonitas salinas. Merece la pena verlas al atardecer.

DÍA 2:

Centro de visitantes e interpretación de mancha blanca: El centro nos ofrece muchas explicaciones acerca de los procesos geológicos de la/s isla/s, tambien cuenta con un simulacro de una erupción volcánica (no pudimos entrar, lo hacen cada hora) y con un bonito mirador. Merece la pena, además hay muchos guías amabilísimos que os ayudarán con posibles rutas por la zona o lo que necesitéis.

Montañas de Fuego (Timanfaya): Llegamos a primera hora en el coche de alquiler y gracias a eso nos evitamos las enormes colas que se forman en estas fechas. Estacionamos en el aparcamiento y nos subimos a la guagua, la ruta impresiona de principio a fin, estamos ante un paisaje virgen, impoluto y perfectamente conservado. No es demasiado recomendable para los que se marean, la guagua va rápido y por zonas complicadas.

Paseo en camellos (dromedarios): La última actividad del día, un paseo corto a 12€ por camello. Sinceramente no me pareció interesante, quizás si vais c onniños si lo sea. También hay una bonita exposición de aperos y utensilios que utilizaban antiguamente con los camellos.

DÍA 3:

Yaiza y La Geria: Yaiza es un pequeño pueblo interior, merece la pena darse un paseo y ver de cerca las pequeñas huertas y la arquitectura típica. Después de Yaiza nos dirigimos a La Geria, bajamos del coche y el alisio golpeaba con muchísima fuerza... ¡normal que protejan las parras de esa forma!. El paisaje es tremendo, hay rofe (cenizas) por todas partes y por supuesto parras, muchas parras con la típica protección de piedras. No aguantamos mucho tiempo por la zona, el viento era demasiado fuerte así que volvimos pronto con unas cuantas fotos de recuerdo.

DÍA 4:

Jardín del Cactus: Primera parada en este bonito jardín, hay cactus de todas las formas y colores imaginables y mucho gusto en el diseño de los pasillos, terrazas, etc. César Manrique ha hecho mucho por esta pequeña isla, un genio, sin ninguna duda.

Mirador del río: A los pocos kilómetros del Jardín del Cactus nos encontramos con una inquietante niebla que nos acompañó hasta el mismo mirador. En taquilla nos avisaron, no se veía nada, no merecía la pena entrar. Nos queda la espinita clavada...

Cueva de los verdes: No llevábamos buenas referencias de esta cueva, nos habían comentado que no merecía la pena, que era normalita, etc. Sacamos las entradas a regañadientes y acompados por una guía muy amable empezamos la visita. El recorrido es a través de un tubo volcánico que "nace" en el volcán de la Corona. Guarda varias sorpresas que no desvelaré, sólo diré que a mí me encantó, es una MARAVILLA DE LA NATURALEZA con mayúsculas.

Jameos del agua: Y llegamos a los Jameos, de este lugar nos habían hablado verdaderas maravillas, por eso lo dejamos para el final :D. Todo mi gozo en un pozo, quizás me hice demasiadas ilusiones, quizás esperaba algo "más grande" o quizás es que soy muy raro... no lo sé pero a mí me defraudó un montón. Es bonito, no quiero engañar a nadie, pero esperaba algo más.

Fundación César Manrique: Por último y ya de camino a Playa Blanca paramos en la casa del maestro César Manrique. La casa es preciosa, no podíamos esperar menos de un genio. Merece la pena la visita, además la entrada va íntegra para la Fundación lo cual es de agradecer.

En los 9 días también visitamos Arrecife, Haría, Tías, Arrieta y Puerto del Carmen, en total 700 kilómetros inolvidables. Nos queda la espinita clavada del Mirador del Río y de Famara que tampoco pudimos acercarnos por falta de tiempo en nuestra visita al norte de la isla.

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Capítulo a parte merecen las rutas que se pueden hacer en Lanzarote, nosotros optamos por la Ruta de la Tremesana y por Caldera Blanca. De esta Etapa tampoco pondré fotos, mejor verlo in situ y no desvelar sorpresas.

Ruta de la Tremesana:

Después de mucho buscar por internet encontré esta magnífica ruta guiada y gratuita que nos presta a los turistas el Centro de Visitantes e Interpretación de Mancha Blanca.
La verdad es que tuvimos mucha suerte, reservamos las últimas dos plazas de la semana con 15 días de antelación. La ruta se realiza los Lunes, Miércoles y Viernes, las plazas son muy limitadas y no pueden hacerla niños ni personas de edad avanzada. Es imprescindible llevar calzado cerrado.

Llegamos el Miércoles a las 10:00 al Centro de Visitantes, allí esperaba un excepcional guía y otros 6 afortunados que reservaron a tiempo. Montamos en el todoterreno y entre bromas nos acercamos al inicio de la ruta en pleno Parque Nacional de Timanfaya (es la única forma posible de acceder a pie al Parque Nacional).
Entre rofe (ceniza volcánica) comienza la ruta y las explicaciones, el paisaje es asombroso de principio a fin, la ruta te absorbe desde el minuto 1 y aunque dura unas 3 horas se hace extraordinariamente amena gracias al buen hacer del guía.

No presenta ninguna dificultad, son 3 o 4 kilómetros llanos, pero hay que ir con cuidado ya que en algunas zonas hay abundante piedra volcánica que puede darnos un disgustillo en forma de torcedura o caída.

Ruta Mancha Blanca - Caldera Blanca:

Dicen los expertos que cuando el cráter es demasiado grande se le denomina caldera. En Lanzarote podéis visitar una impresionante Caldera de 1200 metros de diámetro que se encuentra muy cerca del Centro de Visitantes, Caldera Blanca.
Antes de llegar al pueblo (desde el Centro de Visitantes) a mano izquierda veréis un camino de tierra bastante pisado y estrecho, os llevará a un pequeño aparcamiento donde comienza la ruta, allí aparcamos nosotros y comenzamos a caminar con el cielo encapotado. Los primeros pasos son entre lavas del tipo "Aa" de la erupción de 1730-1736, las sombras y la soledad de la ruta hacen que este primer tramo sea además de impresionante algo acongojante. Una vez superadas las lavas Aa llegamos a la caldera "pequeña", que de pequeña tiene poco, es impresionante y majestuosa... ¿qué nos deparará la gran caldera blanca?.
Seguimos nuestro camino pero a pocos metros de la caldera pequeña nos encontramos con una bifurcación de la senda... ¿¿y ahora por dónde vamos?? Decidimos ir hacia la izquierda en dirección a la caldera, a los pocos metros nos encontramos una granja y un perro suelto con malas pulgas. El camino desaparece (o eso creo) en la granja así que damos la vuelta y continuamos por el otro camino que va hacia la parte de atrás del cráter. Pasan los minutos y la senda pedregosa pasa a ser un camino de tierra bastante pisado por coches, nuestras dudas aumentan, no parece que ese sea el camino, pero continuamos. Tras unos largos minutos llegamos a la parte de atrás y encontramos el dichoso sendero que sube hacia la Caldera, nos ponemos manos a la obra y en pocos minutos estamos en todo lo alto. La vista es sensacional, magnífico e imponente cráter, me quedo con ganas de bordearlo y disfrutar de las vistas que debe guardar en la parte más alta pero el alisio golpea con fuerza y mi pareja prefiere bajar así que reponemos fuerzas, inmortalizamos el momento y volvemos por el mismo camino.

En total cerca de 9km que hicimos en 2 horas y media. Dificultad media, hay que tener cuidado en la ascensión con el viento y con los resbalones. Impresindible llevar buen calzado y algo de beber/comer.

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