![]() ![]() Bruselas Agosto 2010 ✏️ Blogs de Belgica
5 días para conocer BruselasAutor: Ralphyx Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (14 Votos) Índice del Diario: Bruselas Agosto 2010
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Etapas 4 a 6, total 8
Antes de salir de España habíamos reservado la excursión a Gante y Brujas en la página de Viator por 42 € cada uno. Incluía la recogida en el hotel y luego de nuevo te dejaban en la puerta del mismo, aunque quedaba supeditado al hotel que fuese. Tan sólo debes llevar el DNI con foto y el bono que te envían al email para confirmar la reserva, previo pago al momento de realizarla, claro está. Cómo sólo habíamos tenido la oportunidad de hablar con ellos por email y no nos aseguraron que en nuestro hotel hubiera recogida, quisimos contactar con la empresa encargada de realizar la excursión en Brusela, Brussels City Tour ya que su sede se encuentra junto a la Grand Place. Sin embargo, al estar cerrada no pudimos hablar con ellos, por lo que no sabíamos muy bien si teníamos que ir a la sede a coger el bus o bien nos recogían en el hotel...
Con esta incertidumbre, a las 7.00 ya estábamos desayunando planeando qué haríamos para saber si nos recogían o no. Cómo dije, el desayuno buffet estaba incluido en el hotel. Sinceramente, muy normalito: croissants pequeños y mini-napolitanas de chocolate, algo de fiambre, algo de pan, yogur (aunque según se acaban los sabores no reponían), fruta (peras, sólo vimos peras en todos los días que estuvimos), zumo de naranja artificial bastante malo, bacon y huevos revueltos... ![]() Parte del buffet del desayuno
![]() Nuestra elección...
Pero, aunque hubiera variedad aceptable, el problema radicaba en el servicio. Una "tranquila" camarera se paseaba de cuando en cuando, pero no reponía lo que se iba acabando. Al ser pequeña la mesa del buffet, rápidamente se iban terminando las cosas... y les costaba reponerlas... vaya sí les costaba!!! De hecho, alguna vez tuvimos que pedírselo y, siempre amablemente te traían... 1 unidad para ti, pero reponer... era harina de otro costal... Una vez con el estómago lleno (a pesar de la camarera) decidimos hablar con el recepcionista por ver si nos podía ayudar con la empresa de la excursión. Sin casi decirle nada, llamó a la agencia y nos confirmó que nos recogían en el hotel. Sinceramente, en todos los días que estuvimos sólo tenemos palabras buena para el servicio de recepción del hotel: muy amables y efectivos. Por tanto, sólo nos quedaba esperar hasta las 8'30 que nos recogía un mini-bus en el hotel. De ahí nos llevó al punto de reunión donde varios autobuses esperaban para salir. En el nuestro íbamos unas 50 personas españolas, francesas e inglesas. Aunque el guía hablaba español y era muy majo, también llevaba el autobús un equipo de audio donde tú conectabas unos auriculares que te daban y elegías el idioma, mientras que una locución te contaba la historia de Gante y Brujas. En una hora más o menos llegamos a Gante, con unos 250.00 habitantes. Estuvimos una hora visitando la ciudad mientras el guía nos explicaba lo más relevante de la catedral, del Castillo del Maligno (un conde que mató a a 5 esposas, siempre para casarse con otra...), las casas de los gremios junto al canal... ![]() Catedral de Gante
Sinceramente, nos sorprendió muy gratamente porque es precioso, aunque ahora mismo está todo en obras: iglesias, castillo, monumentos... por lo que la imagen queda bastante afectada si un andamio o un grúa salen de fondo en tu foto... Me resultó curioso un comentario del guía ya que la casa del verdugo en la época medieval se situaba junto al mercado de carne... paradójicamente... Tal y cómo decía el guía: el 1er Mc Donald's de la historia... (humor negro). ![]() ![]() ![]() ![]() Gante Apenas tuvimos 20 minutos de tiempo libre en el que poco pudimos ver por nuestra cuenta, antes de coger de nuevo el autobus a las 12.00 Salimos hacia Brujas (con 125.000 habitantes) tardando 40 minutos. Nada más llegar, pasamos junto al Minnewater o Lago del amor, donde muchas parejas se hacen sus reportajes fotográficos el día de su boda. ![]() Lago del amor Seguidamente visitamos el barrio del Beguinaje, donde, todas las mujeres que durante las guerras habían perdido a sus esposos, se reunían para vivir en lugar de irse a un monasterio. En definitiva, llevaban un vida muy tranquila, como la de las monjas, pero sin hacer votos, lo que se llamaban Beatas. De hecho, en todas las paredes todavía sigues viendo letreros de silencio. Actualmente ya no quedan beatas en Brujas, sino que las casas han sido ocupadas por monjas reales. Después paramos para comer en el Restaurante Brasserie Vivaldi, el que nos recomendó el guía. De hecho, como negocio que es, siempre que van a Brujas llevan a los clientes a ese restaurante... comisión para todos, supongo. ![]() El restaurante no estaba mal: buena decoración, limpio y con buena comida. Había algunos menús a partir de 20 € (sin bebida). Nosotros pedimos de primero unas croquetas de queso (2 unidades) y ensalada Vivaldi (con beicon y 2 langostinos, pero algo escasa). De segundo pedimos Estofado flamenco (ternera estofada con cerveza) que estaba algo fuerte, pero sabroso; y también los famosos mejillones con patatas fritas, muy buenos y abundantes. ![]() Estofado flamenco ![]() Los famosos mejillones con... ![]() ... patatas fritas, ¡cómo no! De postre una mousse de chocolate de máquina. Y, por supuesto, cerveza para acompañar, una copa de 500 ml. Al final cada uno 30 €... bastante caro a nuestro juicio para lo que comimos. Por tanto, os recomiendo que elijáis vuestro restaurante porque había muchos alrededor y más baratos algunos de ellos, aunque no estuvo mal.... Desde aquí, quedamos todos de nuevo para realizar el famoso paseo en barco, que tenía un coste de 6,90 € (no incluído en la excursión) y que pagamos en el autobús al guía todo aquel que quería hacerlo. ![]() ![]() Parte del recorrido del paseo en barco Sinceramente, fue penoso. En barcas con unas 20-25 personas, nos llevan por los diferentes canales mientras te lo explican en holandés, francés y un inglés con tal acento que para inexpertos como nosotros resultaba indescifrable (al menos en nuestra barca). Por tanto, no deja de ser un paseo en barca, pero que no te llega a quedar claro que estás viendo en cada momento... Para colmo estuvo todo el rato haciendo intento de llover, paraba, volvía... En cuestión de 25-30' ya estábamos de vuelta. Desde aquí, llegamos a la plaza del Mercado, donde nos dejaron tiempo libre para recorrer Brujas, aunque menos de una hora. Contemplamos la belleza de la plaza, donde encontrábamos el edificio de Correos (lugar hasta donde llegaban antiguamente los canales para permitir el comercio en el mercado). ![]() Junto a la plaza del mercado, se encuentra otra más pequeña, donde podemos encontrar la Basílica de la Santa Sangre, donde "teóricamente" se encuentran gotas de la sangre de Cristo. Entramos a curiosear y pudimos apreciar la curiosa decoración interior de la iglesia, muy diferente de lo habitual. Murales románicos pintados daban una curiosa imagen interna. En un lateral, una larga cola nos llamó la atención. Entonces vimos que había un pequeño altar con una señora con cara de pocos amigos custodiando un pequeño frasco de cristal. Dentro del mismo se encontraban las supuestas gotas de la sangre de Cristo y la gente podía venerarlas, previo pago en taquilla de la voluntad, ya que otra señora a los pies del altar se encargaba de recaudar el dinero. Una forma más de rentabilizar cualquier cosa, sin el más mínimo indicio de veracidad... ¡en fin! ![]() Altar con la Sangre de Cristo... ![]() Desde ahí callejeamos un poco alrededor de la plaza del mercado, hasta que llegó la hora de irse, al tiempo que comenzaba a llover, algo que en todo momento nos iba acompañando. Desde aquí, el guía nos llevó a una tienda de chocolates a comprar si queríamos. Unos 20' tardó esta parada. A nuestro juicio, mucho más sensato hubiera sido dejarnos más tiempo para recorrer Brujas que para comprar chocolates. Más fácil hubiera sido quedar algo más tarde y quien quisiera chocolate lo comprase y quién no hiciese turismo real... En una hora y media estábamos de nuevo en la puerta de nuestro hotel. Aunque Brujas y Gante merecen realmente la pena, recomiendo que los visitéis por libre ya que ir como borregos hace que no puedas disfrutar realmente de los sitios que visitas. Además, 50 personas por un guía lo considero excesivo, ya que te costaba enterarte de las cosas si te descuidabas un poco... Llegamos al hotel a descansar un poco y pegarnos una ducha, y salimos a cenar por las calles próximas al hotel. Descubrimos un pub inglés llamado The Old Oak al que entramos casi por casualidad. Nos tomamos unas cervezas (Grimberger en este caso) y decidimos cenar allí mismo. ![]() Nos comimos una de las mejores hamburguesas y unas "sausages and mash" (salchichas con puré de patatas y cebolla caramelizada). Buenísimo.... y muy bien de precio. Después de tomar una Kriek y una Framboise (cervezas de cereza y frambuesa) de postre ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 8
Tras levantarnos y desayunar lo de siempre (¡cómo no!) salimos en dirección a la parte alta de Bruselas. Cogimos el metro y, para variar, “no encontramos” donde pasar el ticket, por lo que el bono de 10 viajes seguía intacto en nuestro bolsillo. Tras hacer trasbordo del metro en Arts-Loi, paramos en Louise. Desde aquí ya podíamos ver la magnificencia del edificio del Palacio de Justicia, situado en Place Poaelaert. Aunque por fuera estaba actualmente en obras, es impresionante la vista del edificio. Fue construido entre 1866-1883. Con sus 52.464 m2, fue durante años el edificio más grande del mundo, y continúa siendo uno de los más grandes en piedra. Su impresionante cúpula alcanza los 118 m, aunque debido a las obras que actualmente se llevaban a cabo perdía parte de su imagen.
![]() Vista de la fachada principal
Actualmente alberga juzgados, y el horario de visita es de 9 a 15 de lunes a viernes, siendo gratuita su entrada. Es muy impresionante entrar dentro y situarse bajo su cúpula. Encontramos en esta oscura sala varias mesas donde los abogados dialogan con sus clientes, una escena muy curiosa. Tras una vuelta por su interior, salimos fuera viendo como una fina lluvia comenzaba a acompañarnos. ![]() Interior del palacio
Junto al palacio de justicia, se encuentra una amplia vista de la ciudad. Asimismo, encontramos un ascensor de cristal que nos permite bajar a la zona de Les Marolles. Caminamos durante un rato por la Rue Haute (con paragüas en mano porque seguí lloviendo) hasta llegar a la iglesia de Notre Dame du Chapelle. ![]() Iglesia de Notre Dame du Chapelle
Del S. XIII, fundada en 1134, es la más antigua. Su horario: de L-V 9-17 h. y fines de semana de 11’30-16 h. En ella fue enterrado Pieter Brueghel el Viejo. Tras resguardarnos en su interior durante unos minutos debido a la intensa lluvia que comenzaba a caer, salimos en dirección de la Place du Gran Sablon. En esta plaza podemos encontrar mercadillo de antigüedades y libros los sábados y domingos por la mañana. Al llegar a la plaza decidimos sentarnos a tomarnos una cerveza en la Cervería Leffe. Sabia elección, pues en ese momento comenzó a llover con mucha intensidad. Afortunadamente, resguardados en la cervecería y con una Kwak en la mano, pudimos disfrutar de esos 10 intensos minutos de lluvia. ![]() Acabando la cerveza dejó de llover. Salimos hacia la Iglesia de Notre Dame du Grand Sablon. Merece la pena contemplarla externamente, apreciando su estilo ojival belga del s. XIV. ![]() Iglesia Notre Dame du Grand Sablon
Justo enfrente de esta iglesia se encuentra el Jardin du Petit Sablon, un parque con diferentes columnas góticas coronadas por estaturas que representan 48 gremios antiguos. ![]() Jardin du Petit Sablon
Seguimos por la avenida situada entre la Iglesia y el Jardín, nos dirigimos hacia el palacio de Bellas Artes (que no visitaríamos hasta el día siguiente). Fuimos hasta el edificio de Old England, que actualmente acoge el museo de instrumentos musicales. ![]() Old England
Situado en el nº2 de Montagne de la Cour (junto a Place Royale) destaca por su exterior, pues representa el modelo clásico de Art Nouveau belga. A pocos metros se encuentra el Palacio Real. Construcción del s. XI-XII, fue residencia oficial real, aunque actualmente lo reyes belgas residen en el Castillo de Laeken, un parque situado junto al Atommium. El Palacio está abierto al público de finales de julio a principios de septiembre, por lo que pudimos entrar a verlo de forma gratuita. ![]() Palacio Real
Acogía una exposición temporal sobre arte y naturaleza, y sobre ciencia, con numerosos experimentos curiosos que podías ir realizando a tu paso. Eso sí, olvidaros de fotos porque te registran al entrar y no puedes llevar contigo nada, habiendo un guardarropero (gratuito) para dejar mochilas, cámaras… Dentro del Palacio, en la habitación de los espejos se encuentra una lámpara con más de un millón de joyas en forma de escarabajo, obra de 29 artistas. Sin embargo, no encontramos en ningún momento esta lámpara… o bien nos distrajimos con las exposiciones temporales… El horario de visitas es de 10’30 a 16’30 horas. Desde aquí, cogimos el metro en la parada de Tronne hasta que nos bajamos en Sta. Catherine. Llegamos allí casi a las 14’30 h. y la mayoría de lugares para comer en la avenida de las marisquerías ya habían cerrado. Caminamos por tanto en dirección Brouckere y Bourse, llegando a la Avda. Ansparch. Numerosos lugares para comer se encontraban en esta avenida, aunque muchos de ellos cerraban a las 14’30 y ya no estaban abiertos, por lo que os recomiendo que lleguéis antes de la hora de cierre porque son muy estrictos con el horario. Nosotros decidimos parar en Sultans of Kebab. Por tan sólo 28 € comimos 4 menús con patatas y bebida, realmente buenos. Cabe destacar que podéis elegir entre salsa Garlic (de ajo, no muy fuerte) o Spicy (muy, muy picante, así que cuidado). Desde aquí, nos tomamos un café acompañado de helado en Stella Artois, junto a la bolsa. Una vez descansados, nos acercamos a la Gran Place a comprar en la oficina de turismo las Brussels Cards que utilizaríamos el día siguiente (24 € una tarjeta de 24 horas). Volvimos de nuevo a Sta. Catherine para poder visitar la iglesia de 1854 que anteriormente no pudimos. La verdad es que el ambiente era un poco desolador: gente sentada en los bancos frente a la iglesia durmiendo, bebiendo… algo que en otras partes de la ciudad no era tan obvio, quizá nos hacía recordar que en todas partes existe gente con necesidades (y no precisamente las banalidades que cada uno tenemos diariamente…). ![]() Iglesia de Sta. Catherine
Dentro de la iglesia tampoco había nada muy significativo. Quizá destacar la imagen negra de la Virgen y el niño rescatada de las aguas del Senne por pescadores, aunque ya digo que tampoco fue demasiado impresionante. Lo que más no llamó la atención, fue al salir de la Iglesia encontrar que uno de sus laterales se había destinado a ser utilizado como aseo público, es decir, se podía mear en la pared lateral de la iglesia, tan sólo delimitado por una vieja verja oxidada. ![]() "Meadero público"
Imaginaros la dantesca imagen de este “improvisado aseo”. Desde aquí, salimos a visitar el barrio del Beguinaje junto al boulevard de Leopoldo II. La verdad es que, una vez visto el de Brujas, éste tampoco tiene nada muy destacable. ![]() Iglesia en el Beguinaje
Decidimos volver al centro y al pasar por la Plaza du Samedi encontramos un 2x1 en cervezas Grimbergen, por lo que decidimos parar a hacer un descanso… y tomar un trago, claro está. Fuimos después hacia el centro y, tras callejear un poco, entramos en el pub Poechenellekelder, situado junto al Manneken Pis. ![]() Se caracteriza por su gran variedad de cervezas en la carta (casi 100 distintas) y su decoración con marionetas por el techo. ![]() Decidimos hacer un “sacrificio” y probar las diferentes cervezas de la carta. Comenzamos a elegirla un poco al azar, y fuimos tomando una ronda tras otra… Para acompañar pedimos un plato de queso con salami y un par de platos de Spaguettis (recomendables los de jamón york y queso sobre todo). ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Surtido de cervezas que probamos... ![]() Obviamente, tantas rondas comenzaron a pasar factura en nosotros. Decidimos que ya era hora de salir por lo que pedimos la cuenta y pagamos (eran 84,10 € y pagamos 90 €). Viendo que no nos traían el cambio, lo reclamamos un par de veces (en inglés porque no sabíamos francés y ellos tan sólo un poco de inglés). Al rato, nos llaman a una amiga y a mí para acercarnos a la barra, confiados nosotros de que nos iban a dar la vuelta, obviamente. Cual sería nuestra sorpresa cuando estaban todos los camareros dentro de la barra mirándonos y uno nos decía que nos asomáramos. Nos acercamos y vimos unas pequeñas pantallas de video y, cual sería nuestra sorpresa, cuando nos señalaron un monitor donde se veía nuestra nuestra mesa. Pudimos ver como un camarero dejaba un pequeño plato sobre la mesa con un papel y alguien de nuestra mesa cogía ese papel, aunque no se le veía la cara. Yo me quedé de piedra: en principio parecía que sí nos habían traído la cuenta y que alguien la había cogido. Pedí que por favor me lo volvieran a poner, porque entre la situación, la pequeña pantalla, el blanco y negro de la imagen, y las numerosas rondas que llevaba… necesitaba volver a verlo. Tras volver a verlo, no pude decir nada y decidimos irnos con “el rabo entre las piernas” como se suele decir. Quizá mi resignación no fue compartida con todos nosotros, y alguna se encolerizó un poco ante tal manipulación. Lo cierto es que ese día no pudimos analizar bien qué había pasado, pero el día siguiente comprendimos que el vídeo que nos habían mostrado no era cómo nos daban la vuelta, pues debería ser 5,90 €. En el plato tan sólo se veía un papel, sin monedas. Caímos el día siguiente (algo más serenos) que lo que habíamos visto era el papel de la cuenta, pues entonces recordamos que uno de nosotros cogió la cuenta nada más dejar el plato en la mesa, lo mismo que se veía en el video. Desconocemos si el ponernos ese vídeo eran conscientes de que lo que veíamos no era la devolución del dinero, pero creo que se aprovecharon de que nuestras facultades mentales no estaban al 100 %. Desde aquí, y siendo ya de noche, fuimos a “La mort subite” a tomarnos unas Kriek (por si no era suficiente) y tras ello nos fuimos hacia el hotel en metro, donde aprovechamos para entonar algunos cánticos “typical Spanish”, todo ello favorecido por las numerosas rondas… ![]() Kriek en "A la mort subite" Etapas 4 a 6, total 8
Nos levantamos (algunos en peor estado que otros tras la degustación del día anterior) y desayunamos a eso de las 8,30. Cada día había menos variedad en el desayuno, así que al final apenas leche algún croissant y algo de fiambre… Tras el intento de llenar el estómago, fuimos al metro hasta bajarnos en la parada Simonis. Al salir de ella, atravesamos un larguísimo parque situado justo frente a nuestro objetivo: La Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg ![]() Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg
Esta Basílica data del s. XX y es famosa por ser la 5ª más grande del mundo: 89 m. de alto y 167 de largo. Se construyó para conmemorar el 75º aniversario de la independencia de Bélgica. En 1905, el Rey Leopoldo II puso la primera piedra y el edificio fue completado en 1971.Su horario de visitas es de 9 a 18 horas, y la entrada a la misma es gratuita (aunque la vista panorámica desde la cúpula cuesta 3 €). Una vez ante la Basílica, lo primero que impresiona es su tamaño, aunque no tanto su estilo.
Tras visitar los exteriores, entramos al interior de la iglesia, comprobando que no es demasiado llamativo, sobre todo si lo comparamos con las anteriores visitas. Por tanto, y una vez allí, decidimos hacer uso del 40% de descuento que la Brussels Card llevaba y subimos a la vista panorámica en la cúpula. Existe un ascensor que te lleva hasta ella, aunque para encontrarlo debes andar un poco, y, en nuestro caso, atravesar una exposición sobre arte moderno que no entendíamos muy bien su relación con la basílica, pues eran perfomances como basura en el suelo, sillas colgadas del techo, escaleras que no llevaban a ningún sitio… algo más bien propio de ARCO. La cuestión es que, una vez en la cúpula, entendimos que la visita merecía la pena por las impresionantes vistas que teníamos ante nosotros y, sorprendentemente, estábamos completamente solos, así que pudimos disfrutar unos minutos de tranquilidad contemplando, entre otras cosas, el Atomium (que era la siguiente visita en nuestra agenda). ![]() Vistas desde la cúpula
Tras visitar la basílica y recorrer de nuevo el parque, cogimos el metro en Simonis llegando hasta Heysel, donde bajamos para contemplar nuestro siguiente objetivo: el Atomium. Nada más bajar del metro, ya puedes contemplar esa increíble obra de ingeniería que representa una molécula de hierro aumentada 165.000 millones de veces. Alcanza los 103 m. con sus esferas de 18 m. de diámetro y fue símbolo de la Expo del 58. Por tanto, teniendo en cuenta que fue construido hace 52 años, todavía impresiona más. Las visitas de 10 a 18 horas y el precio son 11 €, aunque con la Brussels Card tuvimos también un 25 % de descuento. Aunque lo visitamos de día, de noche debería ser también sorprendente observar sus 2970 luces.
![]() Atomium
Quizá lo que más nos sorprendió tras verlo fue que desde la última esfera, un par de cuerdas que llegaban hasta el suelo servían para que la gente se tirase a modo de tirolina desde lo más alto del Atomium, algo que impresionaba sólo de pensarlo.
![]() Gente saltando desde el Atomium, visto desde la última esfera
Una vez dentro, te suben directamente en un ascensor hasta la última esfera: 92 m. en 22”. Desde arriba impresionan las vistas de la ciudad y ver de cerca la gente tirándose en tirolina. Tras contemplar Bruselas desde diferentes ángulos, también pudimos observar el Parque Laeken situado junto al Atomium con el Palacio donde viven actualmente los reyes belgas, así como el Mini-Europe, un parque donde se reproducen en miniatura diferentes monumentos de ciudades europeas.
![]() Vistas del Mini-Europe
Tras ello, cogemos nuevamente el ascensor y te vuelve al suelo de nuevo. Desde aquí cogemos unas escaleras mecánicas para empezar a subir a las diferentes esferas. En una de ellas había concretamente una exposición sobre la Inmigración. Sinceramente, si te detenías un poco a leer y observar, era realmente buena. Sin embargo, de toda la exposición lo que más nos llamó la atención fue que, al llegar a una esfera que hace las funciones de cafetería, comenzamos a oír una música conocida… hasta que, al llegar allí las escaleras mecánicas, escuchamos cantar Libre a Nino Bravo. Entendimos entonces de donde venía esa música: un pequeño equipo situado en esa esfera disponía de una serie de canciones relacionadas con la inmigración, y cualquiera podía elegir una canción que sonaría en toda la esfera. Cual sería nuestra sorpresa cuando, al acercarnos, comprobamos que, de las 20 canciones que había, 4 eran en castellano. Pero, lo que más no llamó la atención fue que esas 4 eran: Libre de Nino Bravo, Mediterráneo de Serrat… hasta aquí bien, pero las dos restantes eran “Ay pena, penita, pena” de la Faraona y… EL EMIGRANTE de Juanito Valderrama. Bastó ver la canción para seleccionarla y, mientras que sonaba en la esfera y la gente miraba extrañada qué melodía era esa, nosotros nos sentíamos por un momento como en casa…
El conocidísimo tema... jejeje
Tras este momento Typical Spanish, cogimos el metro de nuevo en Heysel hasata Brouckère, donde entramos a comer en Chi-chi’s, que, a pesar del nombre, era una cadena de restaurantes mexicanos.
![]() Resturante Chi-chi's Nos pedimos una hamburguesa completa con patatas (ya sé que era mexicano, pero nos apeteció eso…). No estaba mala, sobre todo las patatas que eran deluxe y no pudimos acabarlas. La única pega fue bebernos una Pepsi sin gas que era como tomar un Flash líquido de aquellos que tomábamos de pequeños.
Tras esta comida, y queriendo aprovechar la Brussels Card, decidimos dedicar la tarde a los museos. Fuimos en primer lugar al Museo Magritte y de Bellas Artes. Aquí activamos por primera vez la Brussels Card (ya que hasta ahora sólo habíamos gastado los cupones descuento). Desde el momento de la activación disponíamos de 24 horas para poder visitar todos los museos que incluía. De todo el museo, quizá destacar que las obras de Magritte quizá no son las más conocidas, pero sí un buen ejemplo de la evolución del artista y la influencia de diversos estilos. En el museo moderno personalmente lo que más me gustó fue la obra de “La tentación de San Antonio” de Dalí.
![]() La Tentación de San Antonio
Para los entendidos en arte, también es importante la colección de pintura realista del s. XIX –XX que existe en este museo.
Bueno, y algo que nos resultó muy curioso fue encontrar un ascensor con sofás donde poder sentarte mientras que subía… ![]() Ascensor con sillones
Al salir, cogimos el TRAM 94 (tranvía) y paramos en la parada Congreso. Desde aquí, decidimos aventurarnos y bajar por unas fábricas en ruinas adentrándonos por un inmenso parking completamente vacío y que parecía abandonado. Comenzamos a bajar algunas escaleras por escenarios propios de una película de miedo… A pesar de todo, salimos sanos y salvos justo en la escaleras que bajaban hasta el Museo del comic. Entramos haciendo uso también de la Brussels Card. En este museo puedes ver una importantísima evolución de la historia del comic, incluyendo, cómo no, obras de Lucky Luke, Tintín, Spirou…
![]() 1ª edición de Tintin
![]() Capitán Haddock
Tras ello bajamos a la tienda, donde no compramos nada porque los precios eran dignos de coleccionistas, de grandes coleccionistas…
Desde aquí decidimos darnos un descanso volviendo a la Grand Place donde nos tomamos un Chocolate caliente con un Gofre.
![]() Mmmmmmm....
Tras descansar un poco, decidimos volver al hotel a descansar y a ducharnos hasta la hora de la cena. Pero, antes de volver, pasamos por una inhóspita plaza junto a la Grand Place donde encontramos una escultura de Don Quijote y Sancho Panza. Curioso, aunque la plaza no era nada del otro mundo.
![]() Don Quijote y Sancho Panza
Tras ducharnos, salimos a cenar y decidimos volver a The Old Oak ya que nos había causado muy buena impresión. Para colmo, había música en directo, con lo cual el ambiente era mejor si cabe. Para que no fuera la cena tan pesada, decidimos pedir unos sándwiches. Sin embargo, lo que nos trajeron fue pan de chapata con bacon, queso, cebolla, pollo, tomates cherrys y ensaladas… vamos, ligerito, ligerito… Por cierto, pudimos ver al Atlético de Madrid ganar la Supercopa de Europa mientras cenábamos.
![]() Sandwich ¿light?
Desde aquí volvimos al hotel a por el merecido descanso. Etapas 4 a 6, total 8
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