![]() ![]() Bruselas Agosto 2010 ✏️ Blogs de Belgica
5 días para conocer BruselasAutor: Ralphyx Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (14 Votos) Índice del Diario: Bruselas Agosto 2010
Total comentarios: 10 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 8, total 8
Y el penúltimo día llegó. Desayunamos cada vez menos cantidad (hoy ni yogures, ni cacao, ni agua…) que parecía que comprasen cada semana y se estuviesen agotando las reservas. De hecho, le pedí a la camarera cacao para la leche y, muy amablemente, me trajo ¡1 sobre! sólo para mí… ¿Cómo se le iba a ocurrir a ella que lo coherente era reponer el cacao puesto que no había para nadie? En fin, quizá mi retorcida mente española exigía demasiado…
![]() Salimos del hotel en un soleado día, pero enseguida nos dimos cuenta que eso no implicaba calor. De hecho, hacía más frío si cabe que el día anterior. Nuestra primera visita estaba junto al hotel: el parque del Cincuentenario. Nada más entrar, destaca a lo lejos el arco de Triunfo, construido para celebrar el primer cincuentenario de la independencia belga. Caminamos por el parque, llamándonos la atención que bajo el parque circulaba una carretera cuya salida se encontraba tras el arco de triunfo.
![]() Arco del triunfo Justo en la explanada situada junto al arco, podíamos encontrar el museo de Arte e Historia (con armas militares) y el Palacio mundial del automóvil. Dado que la Brussels Card nos permitía entrar a éste último, sin pensarlo a las 10 en punto ya estábamos dentro. Sin embargo, antes de entrar te preguntan que si piensas hacer fotos. Nos miramos unos a otros porque no sabíamos si la pregunta tenía trampa, hasta que dijimos un tímido “sí”, a lo cual el recepcionista nos sonrió y nos pidió 2,50 € si queríamos hacer fotos, aunque eso sí, ilimitadas… ¡faltaría más!. Tras abonar el “peaje fotográfico”, entramos dentro del museo. La verdad, es que merece la pena al 100 %. Más de 300 vehículos antiguos se sitúan en sus dos plantas, a cada cual más curioso. Obviamente, si habíamos pagado, decidimos hacer fotos, muchas fotos… vamos, más de 200 en mi cámara concretamente que todavía no tengo ni clasificadas ni vistas, pero había que amortizar los 2,50 € ¿no? Ja, ja…
![]() Quizá este coche no era antiguo, pero sin duda nos llamó la atención. ¿Lo reconocéis? ![]() ¿Os suena este coche? Una pista... ¿he sido yooo?. (Recordáis a Steve Urkel?) ![]() ![]() ![]() Algunos ejemplos que se pueden ver...
Desde aquí, cogimos el metro hasta la Gare Central, desde donde caminamos hacia la Grand Place. Al ser sábado, encontramos el famoso mercadillo de flores. Bonito, aunque bastante pequeño. Nos llamó la atención encontrar algunas bodas que se estaban celebrando en el ayuntamiento, sobre todo la diferencia de estilos en la ropa… menudos modelitos… Nuestro siguiente objetivo era entrar a la Maison du Roi con la Brussels Card. Construida en 1870, se conoce como la casa del Rey, aunque nunca vivió ningún rey allí. Su horario es de martes a viernes de 10 a 17 horas, fines de semana y festivos de 10 a 13 horas, y su coste 2,50 €. Una vez dentro, hay algunos restos de la historia de Bruselas, pero, sin duda, lo más curioso es ver la exposición de trajes del Manneken Pis. Aunque posee más de 650, no todos están expuestos, pero ver el traje de torero, del Madrid, del Barça… no deja de ser curioso. La única pega es que no te dejan hacer fotos. De todos modos, la visita es bastante breve, por lo que si no es con la Brussels Card, no merece demasiado la pena.
Cruzando al otro lado de la Grand Place encontramos la Maison de l’Arbre d’Or, del s. XVII. Actualmente alberga el museo de la cerveza, el cual también estaba incluido en la Brussels Card. Abierto de 10 a 17 horas, cuesta 5 € la entrada. Sinceramente, el museo más decepcionante de todos los que vimos. Tan sólo encontramos una pequeña habitación con alguna maquinaria y un vídeo en inglés explicando los distintos orígenes de algunas marcas de cerveza. Lo único que merece la pena es que, al salir, te invitan a tomar una cerveza: Blond o Kriek. Merece la pena destinar el importe de la entrada a tomarte una cerveza por tu cuenta. Además, cuando estábamos tomando la cerveza, una señora japonesa accidentalmente volcó su cerveza al levantarse amablemente para dejarnos pasar. La verdad es que parecía la podre un capítulo de Mr. Bean, porque según se iba levantando iba tirando la cerveza sobre la mesa, al intentar impedirlo se la tiró a su marido, al intentar limpiarlo, extendió la mancha por el pantalón (era un Kriek, una cerveza de cereza, así que la mancha roja en el pantalón beige era más que considerable)… y todo ello mientras que mirábamos boquiabiertos porque no podíamos detener el estropicio que la señora iba causando, y todo por dejarnos pasar amablemente. Parte de la cerveza cayó al suelo… tras lo que la cara del camarero – encargado del museo cambió como si le hubieran hecho algo a él mismo. No sólo no le puso otra cerveza a la señora (y eso que eran de barril) sino que encima le puso una cara al tener que recogerla… que le faltó darle un par de azotes, vamos…. No sé, quizá un poco de amabilidad no hubiera estado de más.
Al salir, nos fuimos con nuestra decepción hacia la Rue des Bouchers, buscando uno de los numerosos restaurantes que había para tomar algo. Después de numerosos intentos pora parte de los camareros de “cazarnos”, decidimos pararnos en L’Arlequin. El menú costaba 12 € sin bebida. Sin embargo, para nuestra sorpresa, nos llevan a un bar enfrente de éste llamado El Moulin que, por lo visto, es del mismo dueño. De 1º pedimos Fondue de queso y Camarones. Nuestra sorpresa fue mayúscula al ver que la Fondue era una croqueta de queso, y los Camarones 4 gambas.
![]() Ésta es la supuesta "fondue de queso"... De segundo pedimos los famosos Mejillones con patatas y Steak a la pimienta. En esta ocasión sí que eran los platos abundantes y sabrosos, al menos para llenar un poco el estómago después de los primeros, jejeje…
![]() Restos del 2º plato... éste sí merecía la pena
El postre fue un pequeño mini-gofre con chocolate que también estaba bastante bueno. ![]() Mini-gofre de postre Donde se aprovecharon fue con la bebida. Pedimos 4 cañas de barril en un vaso pequeño y nos cobraron 4 € cada una, así que entendimos que el negocio del menú radica en la bebida. De hecho, en el bar junto a nosotros había un inglés discutiendo con todos los camareros (y el dueño incluido) porque, al parecer, también le habían cobrado más de la cuenta.
En fin, desde aquí decidimos dedicar la tarde a hacer algunas compras típicas de souvenirs y chocolates para llevarnos a España. La verdad es que lamentamos no haber recorrido antes las chocolaterías, pues en la mayoría te iban dando de probar distintos chocolates, bombones, galletas mojadas en fuentes de chocolate… vamos, que al final acababas harto de comer sin haber pagado ni un euro. Recorrimos muchas, muchísimas chocolaterías… y, si bien había algunas que tenían una pinta excelente, finalmente la que mejor relación calidad-precio tenía era la de Leonidas situada en la Gran Place, justo en la callecita que iba en dirección a la Bolsa.
En lo que a souvenirs se refiere, realmente no hay mucha diferencia entre las tiendas, así que simplemente elegimos lo que más nos gustó y punto, pero en el fondo son muy parecidas entre ellas (cómo suele pasar en la mayoría de lugares turísticos). Destacar un puesto de venta ambulante de caracoles, como si fueran patatas fritas, pero en una especie de salsa te los daban para llevar. Y, por supuesto, la forma de pedir dinero que más me ha sorprendido de todas las que he visto: no sabemos quién pedía dinero, pero había un perro con gafas de sol, apoyando las patas en un piano de juguete y completamente quieto junto a un cartel que pedía dinero, y la gente le echaba, vaya que si le echaba. Siempre creímos que el dueño estaría sentado en la cafetería de enfrente viendo como su perro se ganaba el jornal… Los hay con morro… y no lo digo por el perro.
![]() Éste es el perro limosnero, jejeje..
En finalizar las compras, nos tomamos un chocolate caliente y fuimos hasta la Gare Central a comprar los tickets para el bus que nos llevaría el día siguiente al aeropuerto, aunque más adelante vimos que junto a las paradas que había en la calle había máquinas para poder sacar el ticket (ya que si lo hacíamos en el mismo autobús costaba 5€ en lugar de 3€). En este enlace está toda la información relacionada con estas líneas.
Tras descansar un rato en el hotel, salimos paseando hasta el Parque Leopold situado junto al Parlamento eEuropeo.
![]() Prohibido patinar en el lago, prueba del frío que llega a hacer en Bruselas. Tras dar una vuelta por este parque, nos acercamos a contemplar la sede del Parlamento Europeo, que, al ser sábado, estaba desierta completamente. La verdad es que en todo el recorrido que hicimos casi no vimos a nadie, pues esa zona está rebosante de actividad entre semana y los fines de semana parecen calles desiertas. ![]() ![]() ![]() Imágenes del Parlamento Europeo Con la intención de despedirnos de Bruselas, decidimos cenar en The Old Oak, pero, para nuestra desilusión, los sábados a partir de las 20 horas no daban cena, así que no tuvimos más remedio que cenar en una pizzería cercana al hotel, aunque, como toda la zona, con muy poca afluencia de gente. Todo hay que decirlo: la pizza estaba bastante buena, al menos eso nos quitó la decepción de no haber cenado donde queríamos…
Y tras el último día en Bruselas, decidimos irnos pronto a dormir a fin de estar listos para el viaje de vuelta que nos esperaba el día siguiente... Etapas 7 a 8, total 8
Tras levantarnos y bajar a desayunar, hicimos las maletas y salimos a coger el autobús que nos llevaría al aeropuerto. Concretamente íbamos a coger la línea 21 de autobús, ya que los fines de semana la línea 12 no funciona. La pega de la 21 es que tenía más de 20 paradas hasta el aeropuerto, aunque por suerte no iba mucha gente y no tuvo que parar en todas. Sin duda, si se puede elegir, mejor la línea 12, aunque en nuestro caso tampoco se hizo mucho más larga la 21. Llegamos con mucho tiempo (casi hora y media antes de que pudiéramos facturar las maletas), por lo que decidimos esperar ante el mostrador de facturación. De hecho, fue la primera vez que facturamos los primeros... lógico tras una hora y media de cola. Eso sí, el check-in lo habíamos hecho ya en las máquinas de Iberia situadas en el aeropuerto, por lo que sólo faltaba entregar el equipaje. Lo que nos facilitó la espera fue que, junto al mostrador, estaban rodando una especie de programa en los que un grupito de chicas elegía a un chico... bueno, realmente ridículo. Repitieron la escena del encuentro entre la chica y su supuesto chico más de 10 veces... vamos, real real... Pero mira, al menos nos entretuvimos... Tras facturar, dimos una vuelta por las tiendas Duty Free dónde compramos cervezas (asegurándonos que así no se romperían en la maleta facturada) y tomamos algo (una hamburguesa con patatas... sano, sano...). Tras ello, el vuelo puntual hasta Madrid. Sin embargo, en la escala Madrid-Alicante estuvimos casi 40 minutos esperando subidos en el avión porque, en pleno mes de agosto se les ocurre a los responsables de Barajas dejar una única pista en la T4 para despegue, por lo que asistimos a una dantesca imagen en la que al menos 12 aviones (los que podíamos ver desde el avión, aunque habría más) estaban en cola esperando para salir... El caso es que con 45 minutos de retraso llegamos por fin a Alicante, donde poníamos punto y final a nuestras vacaciones, aunque nuestro cuerpo aún necesitaría algo de tiempo para volver a recuperar su estado prevacacional, jejeje... ![]() Etapas 7 a 8, total 8
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.9 (14 Votos)
![]() Total comentarios: 10 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |