Bérgamo y Milán en menos de 12 horas ✏️ Blogs de ItaliaViaje express a estas dos ciudades italianas, experiencias y sensaciones vividas.Autor: Leonard Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (7 Votos) Índice del Diario: Bérgamo y Milán en menos de 12 horas
01: Noche en Barajas
02: Llegamos a Bérgamo
03: Llegamos a Milán
04: Vuelta a Bérgamo
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Etapas 1 a 3, total 4
Aprovechamos el último tren de cercanías que sale a las 12,05, llegamos a Barajas alrededor de la 1,45 h.
El aeropuerto está muy tranquilo. Es la primera vez que vamos a pasar la noche en un aeropuerto, la zona del control de seguridad está desierta, decidimos pasar, llevamos unos sándwiches en el equipaje de mano, unos frutos secos y unos pastelitos sellados al vacio, el día va será muy largo y nuestro presupuesto muy justo, también es la primera vez que llevamos comida en el equipaje y entramos en el control con cierto temor a que nos llamen la atención por ello. Cierto es que entre las sustancias prohibidas, no se hace mención alguna a la comida; pasamos sin ningún problema. Afortunadamente, no me han hecho quitarme las botas, aunque estoy seguro de que a la vuelta, en el aeropuerto de Bérgamo, me las harán quitar. Nos reimos porque en el monitor del escáner se ha quedado impresa la imagen de nuestros sándwiches en la que se adivina el color verde de la lechuga y el amarillo del queso cheddar, contrastando con el blanco del pan de molde sin corteza; Mary se muere de vergüenza, porque esa imagen se quedará ahí ,durante unos interminables minutos, congelada para la posteridad, ante la mirada de indeferencia del encargado del escáner. Como nos temíamos, la cafetería parece cerrada, un operario se afana en fregar el suelo, y al acercarnos, nos grita: ¡closed! Nos apetece enormemente tomarnos un café, la noche será muy larga, el vuelo sale a las 08,00 h. y son las 02,00 h. Decidimos hacer una batida, para encontrar alguna máquina expendedora de café, sólo encontramos de agua, refrescos y snacks. Parece increíble que en un aeropuerto como Barajas no haya máquinas con bebidas calientes, hoy día las encuentras hasta en las zonas de espera de muchos talleres, tiendas, hospitales... preguntamos a una operaria del servicio de limpieza y nos dice que ella no ha visto ninguna. Contrariados nos dirigimos a las zonas de embarque, hay muchos asientos libres, aunque ya vemos viajeros tumbados decididos a pasar el resto de la noche lo más cómodo posible. Algunos sentados, se entretienen como pueden jugando con sus teléfonos, hablando con sus familiares o amigos, fumando un cigarrillo en la zona específica para ello, otros más profesionales están tumbados con su manta, su almohada cervical, descalzos... Son las 04,00 h. Mary, usando su mochila como almohada, se ha quitado los zapatos y se ha echado un sueñecito, yo he cogido un carro para las maletas a modo de mesita para estirar las piernas, no tengo sueño, el tiempo pasa muy despacio. 04,15 h. poco a poco van llegando nuevos viajeros a las zonas de embarque, y el aeropuerto empieza a cobrar vida. Vemos un grupo de gente mayor, muy activos, uno de ellos porta en su mano un vaso de plástico en el que adivino ¡café!, hablan entre ellos y decido seguir a una pareja que parece ser se dirigen a conseguir el preciado botín; cruzamos varios pasillos, zona vip, aseos, servicio de guardería, y al fondo ¡ voilà! una máquina expendedora de café. Reconfortados y con el cuerpo más a tono, nos dirigimos a nuestra puerta de embarque, ya funcionan los paneles, vuelo de Ryanair a Bérgamo, puerta 14, vamos hacia allá, son las 05,00 h, y los viajeros ya deambulan de un lado a otro, buscando sus puertas de embarque. Hay muchos vuelos con salida a las 06,00 h. Los más audaces ya están a las 5,15 h. en fila, para ser los primeros en coger asiento. Nosotros esperamos sentados. 05,30 h. Revuelo, en el mostrador de Ryanair, ya hay dos empleados, los viajeros sentados, como un resorte nos levantamos hacia la fila, en la que ya hay decenas de viajeros con sus tarjetas de embarque en mano. Puntualidad absoluta, vamos pasando uno a uno y nos acomodamos. El vuelo está casi completo, aun así, el asiento que tenemos al lado está libre y eso nos permite usarlo para dejar nuestras chaquetas. Etapas 1 a 3, total 4
Durante la semana estuvimos pendientes del tiempo que nos haría en Bérgamo y en Milán, visitamos diariamente varias páginas de información meteorológica, las previsiones a medida que se acercaba el día de vuelo no podían ser peores, noche del viernes- mañana del sábado, lluvia fuerte, temporale; media tarde, lluvia forte,; tarde noche, pioggia (lluvia) debile.
En fin, hasta ahora habíamos tenido mucha suerte en nuestros viajes a ciudades europeas, incluso viajando en invierno, Dublín, Bruselas, Oporto, Marsella, Roma, París, Londres... pero de esta no nos íbamos a librar. Llegamos a las 08,00 h. con más de diez minutos de adelanto, estamos encantados con Ryanair, a esta compañía la amas o la odias, nosotros estamos entre los primeros. Cumpliéndose los presagios, Bérgamo nos da la bienvenida con una tromba de agua. El aeropuerto de Orio al Serio, es pequeño y a esas horas está muy activo. Nuestro plan de viaje es pasar unas horas en Bérgamo, en la città Alta, para luego tomar el tren de las 13,00 h. hacia Milán. Nuestro vuelo de vuelta sale desde aquí a las 21,00 h. Desayunamos en una cafetería del aeropuerto, dos cafés tipo capuchino y unos croissants rellenos, 7,30 euros. Esta zona del aeropuerto no está muy cuidada, hay cubos en el suelo para las goteras, no para de diluviar y contrasta bastante como comprobaremos por la tarde-noche, con la zona de embarque, mucho más cuidada y moderna. Ya entonados con el desayuno nos disponemos a comprar un biglietto giornaliero para ir a Bérgamo y disfrutar de sus encantos. Compramos los billetes en la oficina de turismo , 4 euros y el transporte ilimitado en la ciudad, incluido el funicular y un trayecto de ida/vuelta al aeropuerto. Billete para 1 día Buscamos en el exterior el bus a la ciudad, sigue lloviendo fuerte. El autobús está allí esperándonos, son las 9,00 h. más o menos, validamos el billete dentro y salimos en unos minutos. El trayecto dura 15 minutos aproximadamente, nos bajamos en la última parada. Sigue lloviendo, y sacamos por fin nuestros paraguas, es incómodo pero no hay otra, las calles mojadas también tienen su encanto. Plaza donde se toma el funicular Tomamos el funicular, las vistas son preciosas, Bérgamo está rodeado de montañas, algunas nevadas, los preAlpes. Paisaje bergamesco Nos perdemos por las calles de la cittá Alta, avistamos la impresionante Basílica de Santa Maria la Mayor, muy bella, tanto su exterior como su interior; a esas horas ya hay algún que otro turista con el impermeable de rigor, paseando por las calles adoquinadas y más brillantes que nunca. Basílica de Santa Maria Maggiore Interior Basílica Cerca de la catedral, adivinamos la Piazza Vecchia, y su impresionante torre. Piazza Vecchia Algunas tiendas ya están abiertas, con sus engalanados escaparates, mostrando suculentos pasteles, ricos quesos y productos de la Lombardía. Nos vienen a la memoria las calles de Toledo. Calle de la Ciudad Alta La lluvia cae con menos fuerza, o eso nos parece, de cualquier forma seguimos con nuestro paraguas, paseando por la ciudad, calles estrechas, balcones adornados con flores, palacetes con hermosos jardines. Palacete Edificio de la Ciudad Alta Los grupos de turistas cada vez son más numerosos y cruzarse con ellos, entre las estrechas callles se antoja complicado por la marea de paraguas multicolores. La lluvia va perdiendo fuerza, buscamos en vano el funicular de San Vigilio, no lo encontramos, son ya cerca de las 12,00 h. y decidimos ir a la ciudad baja, cogemos el bus nº 1, nos bajamos en Puorta Nova; milagrosamente ha dejado de llover y el cielo deja intuir la luz del sol, esto va en contra de las previsiones meteorológicas, afortunadamente, pensamos, que aquí también se equivocan los hombres y mujeres del tiempo. Vista desde la Ciudad Baja Esta zona de la cuidad también tiene su encanto, una gran avenida, flanqueada con dos edificios neoclásicos, bancos, jardines, y al fondo la stazione ferroviaria, el paseo hacia la estación de tren desde Porta Nuova, es muy agradable, ya hemos guardado los paraguas y nuestra intención es comprar los billetes de tren para Milán. La estación es pequeña, pero a esas horas riadas de jovenzuelos entran y salen de ella, otros se algolpan en el McDonald's aledaño, haciendo cola para entrar. Porta Nuova Descubrimos en el interior de la estación una máquina expendedora de billetes, entre otros idiomas aparece el español, bien, eso ayuda, hay varias personas delante, vemos a una pareja de españoles intentando sacar los billetes, no pueden, nos toca el turno, no parece difícil, escogemos Milán, tren de las 13,00, dos billetes, segunda clase, 8,40 euros; la máquina nos imprime los billetes y nos devuelve el cambio, lo hemos conseguido, son las 12,30 h. Billete de Bérgamo a Milán Este billete tiene validez para varios días y vale para cualquier hora. Tenemos unos minutos para comer, nos dirigimos al exterior y en un aparcamiento de bicicletas nos disponemos a dar cuenta de nuestros sándwiches. Nos dirigimos de nuevo a la estación a tomar un café, una cafetería un poco sórdida, donde nos atiende el único camarero, nos pone mala cara al pagar los dos expressos con un billete de 20, son 1,80 y no debe tener cambio, buscamos en los bolsillos y encontramos una moneda de 2 euros, tutti contenti 12,50 h. nos dirigimos al andén nº 5 de la estación, antes hemos validado nuestros billetes en las máquinas dispuestas para ello, una peculiaridad de los transportes ferroviarios italianos; ya está el tren allí, nos subimos a un vagón, nos cercioramos que es zona de segunda clase y tomamos asiento, tenemos cincuenta minutos para descansar, nos despedimos de Bérgamo, nos ha encantado la ciudad, hemos aprovechado todo lo posible el tiempo de estancia y nos vamos contentos, además el cielo está cada vez más despejado, que más se puede pedir... Etapas 1 a 3, total 4
Mary aprovecha el viaje para echar una cabezada, yo me quedo ensimismado mirando desde la ventanilla los verdes paisajes lombardos, los puentes, los caudalosos ríos, las montañas nevadas al fondo. El sol definitivamente no se resiste a salir e ilumina los asientos del vagón, en las distintas paradas van entrando nuevos viajeros, que ocupan ya todos los asientos disponibles. Pasa el revisor y nos pica los billetes.
Stazione Centrale Llegamos a la Estación Central, es impresionante, es una de las más grandes de Europa, techos enormes, escaleras de mármol... son las 13,50 h., buscamos el metro, está justo a la salida, en una zona cubierta de la estación, nuestra intención es dirigirnos al Duomo, tenemos pocas horas y sólo podremos centrarnos en esa zona de Milán. Stazione Centrale Compramos los billetes del metro en una tabaccheria, un euro el billete sencillo. Buscamos la línea 3, la amarilla (como en Madrid), dirección S. Donato, sólo son cuatro estaciones: Repubblica, Turati, Montenapoleone y Duomo. billete sencillo de metro El trayecto es rápido, buscamos la salida con cierta ansiedad, el espectáculo no puede ser más impresionante, ahí está, la catedral, dominando la bella plaza, además tenemos la suerte de que se nos muestra limpia, sin andamios que oculten ni un centímetro de su fastuosa fachada. Son las 14,15 y no nos asombra el ir y venir de turistas en torno a la plaza, hace una tarde fantástica. Hay muchas palomas, algunos se hacen fotos con ellas; ya hay decenas de personas haciendo fila para entrar, hay un pequeño control a la entrada, el personal de seguridad escanea aleatoriamente los bolsos, mochilas y bolsas que portan los visitantes que acceden al templo. Duomo Detalle lateral Nosotros preferimos seguir deleitándonos con el espectáculo exterior, localizamos la entrada a la Galería Vittorio Emanuele, y su impresionante entrada a modo de Arco de Triunfo. En el centro de la piazza, la estatua ecuestre de este mismo rey. Entrada a la Galería Victor Manuel Después de hacer las consabidas instantáneas para el recuerdo, dudamos entre visitar el interior de la catedral, o aventurarnos a la subida a los tejados. Decidimos comenzar por el interior, la fila avanza muy rápido, yo me libro del control de la entrada, a Mary le escanean la mochila, estamos ya dentro, entre el ir y venir de turistas, nos quedamos extasiados con la nave central, es espectacular su altura ronda los 45 metros, afortunadamente están permitidas las fotografías, aunque la tenue luz interior dificulta mucho la labor. Nave central El tiempo pasa inexorablemente, salimos al exterior, buscamos el acceso a los tejados del templo. Nos dirigimos al lateral y en una pequeña estancia, vemos a un vigilante y un pequeño torno de acceso con un ascensor al fondo, le preguntamos donde se compran los tickets, nos señala la puerta, saliendo a la izquierda. Mary se queda en uno de los tantos puestos que venden recuerdos de la ciudad, yo me encamino a la oficina de venta de tiquets para el ascensor, se puede subir también a pie, pero estamos cansados y preferimos ahorrar fuerzas. ticket ascensor No resulta especialmente barato, 8,30 euros cada billete, aún así merecerá la pena hacer esta inversión. Pasamos el torno de entrada y subimos en el ascensor, son unos segundos y ya estamos arriba, un angosto pasillo y se nos revela la otra dimensión de la catedral, tenemos a nuestra altura las agujas y chapiteles del duomo. Escaleras Oímos música en las calles aledañas. El trasiego de gente es cada vez mayor, tenemos una perspectiva inmejorable. El contraste del gótico con los tejados y edificios de Milán es absoluto. Me vienen a la memoria las torres de la Sagrada Familia. calle del centro Vista desde el Duomo Madonnina y gárgola Hemos hecho todo el recorrido, sin duda ha merecido la pena y creemos que ningún viajero que visite esta ciudad debería perdérselo. Volvemos a la plaza, en un puesto nos tomamos un gelato de chocolate, delicioso. No dejamos de oir música, hay alguna actuación en el interior de la Galeria y nos dirigimos hacia allí. Galería Hasta ahora no habíamos constatado que se estaba celebrando la semana de la moda, Milano Fashion Week. Numerosos stands, exhibiciones de peluquería, actuaciones musicales, instalaciones alusivas al evento... mucha gente guapa de Milán dejándose ver con sus compras recién hechas. En esta Galería están las tiendas y boutiques y restaurantes más exclusivos de la ciudad. Son las 15, 45 h. seguimos adentrándonos en esta zona cubierta con hermosas cristaleras, no sin dificultad, ante tanto ir y venir de milaneses mezclados con turistas. Cúpula La Galería desemboca en la Piazza della Scala, aprovechamos para sentarnos en unos bancos a los pies de los jardines que bordean la estatua de Leonardo da Vinci. Es una plaza sencilla, sin muchos ornamentos. Piazza della Scala El teatro de la Scala no es muy espectacular, un edificio neoclásico construido en el lugar que ocupaba antes la iglesia Santa Maria alla Scala, de ahí su nombre. Teatro de la Scala Aún así no deja de ser uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. Los tranvías cruzan por la fachada del teatro y no me resisto a fotografiarlos, es un medio de transporte que me gusta, muchas ciudades lo tienen y creo que le dan un sabor especial a sus calles. Tranvía frente al teatro Leonardo da Vinci Paseamos por la zona son las 16,15 h. nos encantaría acercarnos al Castello Sforzesco y al Parque Sempione, sabemos que no está muy lejos, pero lo dejamos para otra visita. Buscamos la parada de metro para dirigirnos a la Estación Central. Esta vez compramos los tickets en una máquina expendedora, recorrido inverso, nos bajamos en la salida que da a la plaza. Ahora desde fuera es cuando podemos admirar la monumentalidad de la estación. Milano Centrale Tenemos un sensación rara, nos apetece tomar algo y sentarnos relajados, a mi especialmente una fresca cerveza ¿almozar, cenar? , buscamos por la zona y encontramos una hamburguesería con una estupenda terraza en el exterior y con unas vistas interesantes de la Estación Central. Una vez repuestas las fuerzas, damos un paseo buscando las paradas de autobús que van a los distintos aeropuertos, están todas en la misma zona, en la Plaza Luigi di Savoia. Vemos que el bus que va al aeropuerto de Orio al Serio, está allí; son las 17,45 h. dudamos en tomar este o el siguiente. El trayecto es de una hora, pero pensamos que siendo un sábado, puede haber mucho tráfico en el trayecto, en teoría llegaríamos alrededor de las 19,00 h. al aeropuerto, tiempo más que suficiente para coger nuestro vuelo de las 21,00 h. Como ya conocemos esta zona de la ciudad, decidimos finalmente tomar este bus, sale a las 18,00 h. compramos al conductor los billetes, 8,90 euros cada uno, nos acomodamos en su interior, está a medio ocupar, hay muchos asientos libres. El sol empieza a caer, nos despedimos de esta ciudad y aunque no hemos podido disfrutar de todos sus rincones, nos vamos satisfechos. Quizá Milán no sea la ciudad más bella de Italia, que no lo es, pero sólo su catedral merece la visita. Etapas 1 a 3, total 4
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