![]() ![]() 2400 km por la Costa Oeste ✏️ Blogs de USA
Los Ángeles, Las Vegas, Death Valley, Sequoia, Yosemite, San Francisco, Monterrey, Los Ángeles.Autor: Barbarella Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (29 Votos) Índice del Diario: 2400 km por la Costa Oeste
Total comentarios: 15 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 11
Nos levantamos prontito, desayunamos un café rápido (arggg!
![]() Nada más salir de Los Ángeles aprovechamos para parar en una gasolinera de las que tienen supermercado enorme y nos hacemos con el avituallamiento necesario para pasar muchas horas en carretera. Compramos por 5 dólares una nevera de corcho de ese de los embalajes que nos duró los 15 días. Hielo, agua, refrescos y una múltiple variedad de snacks autóctonos (chocolate ![]() Nuestra primera parada era en los alrededores de Barstow. Según la información que habíamos recopilado teníamos que ir por la Interestatal 10 (I10) que cogimos ya casi al salir de Los Angeles, cuando pasas Ontario coges la I15 (esta si la sigues lleva a Las Vegas) y te sales a la altura de Barstow para entroncar con la I40. En esta carretera, unos kilómetros pasado Barstow, se encuentra el lugar donde se rodó la película Bagdad Café. Es una carretera que por si sola tiene encanto, ya que es nuestro primero encuentro con el desierto y las rectas kilométricas entre las líneas amarillas de la carretera ¡cuantas veces hemos visto estos paisajes en películas! [align=center] ![]() El bar y el “motel” donde transcurre la película se conservan tal y como las dejaron tras el rodaje y nos encantó. El café, eso sí, es absolutamente intragable, y el medio litro que te sirven para llevar acabó abonando la árida tierra de los alrededores. ![]() ![]() El horrible café:
![]() Y justo al tomar el camino de vuelta, en seguida te encuentras a la izquierda de la carretera uno de los carteles que proclaman el paso de la antigua Ruta 66. ¡No pudimos evitar parar a inmortalizar el momento! ![]() De ahí volvimos a coger la I15 dirección Las Vegas y en 20 minutos llegamos al desvío de Calico Ghost Town . Está indicado desde la autopista, pero si queréis darle una idea al navegador, el desvío es el cruce de la I15 con la Ghost Town Road, no tiene pérdida. Calico es un antiguo pueblo minero que se ha conservado, y en parte reconstruido, para el turismo. Puede que ha muchos les parezca una “turistada” pero a nosotros nos pareció interesante ver las construcciones del antiguo oeste cuando los buscadores de oro explotaban las minas y hay un par de “casas-museo” con objetos de la época que no están mal. Te das cuenta de lo bien ambientado que está el Far West de Portaventura! Pero al menos aquí, ¡ocurrió de verdad! ![]() ![]() Como habíamos desayunado poco y el hambre ya apretaba, aprovechamos para parar a pocos kilómetros de Calico, en el Peggy Sue Diner, en 35654 Yermo Road, Yermo, CA 92398, a la que se llega siguiendo la propia Ghost Town Road hasta pasar la I15, donde ya encuentras Yermo Road. Peggy Sue es un “diner” ambientado en los años 50. Para los que seáis de Madrid, hay una franquicia que imita este establecimiento, pero lo que no puede imitar es el ambiente, esas camareras con sus trajes de los 50, la tropa de clientes locales (sobre todo mujeres), y la coca-cola de vainilla (un clásico que mi marido, coca-cola adicto, hacía años que quería probar) y una decoración presidida por el mismísimo Elvis. ![]() ![]() Como nos quedaba mucho camino por delante no queríamos hacer una comida copiosa y yo me pedí lo que traducido de la carta sería un “sandwich de jamón y queso”. Pero claro, no contaba con los tamaños estadounidenses y esto fue lo que me encontré en el plato: ![]() En el siguiente mapa podéis ver el triángulo que hicimos entre Barstow, el cartel de ruta 66 (donde está Bagdad Café), Calico y Peggy Sue. ![]() Seguimos por la I15 y nuestra última parada antes de Las Vegas era un tramo del desierto de Mojave, que tenía su entrada en la salida de la autopista de Baker, en Kelbaker Road. Básicamente ajustamos la visita al tiempo que nos quedaba para llegar a Las Vegas antes de las 7:00, ya que teníamos teatro esa misma noche. Eso se convirtió en 40 minutos de viaje (y otros 40 de vuelta por la misma carretera) en dirección Kelso. No llegamos a las dunas de Kelso, pero por el camino disfrutamos de la conducción en esas increíbles carreteras del desierto y vimos los primeros Joshua Trees. ![]() ![]() Volvimos a la I15 rezando para no encontrar tráfico a la entrada de Las Vegas, ya que íbamos justitos, y por suerte estaba todo despejado y en un par de horas la ciudad del pecado emergió ante nosotros como si de un espejismo se tratase. ![]() Pero Las Vegas se merece una nueva etapa…[/align] Etapas 4 a 6, total 11
Y por fin estábamos en Las Vegas. Esa ciudad que te gusta mucho o despierta odios, pero no deja a nadie indiferente.
No dirigimos directamente a nuestro hotel, el Bellagio. Nos salieron 3 noches por 630$. La mayoría de hoteles están muy bien en la Strip, pero buscamos alguno que estuviese más o menos en el centro y, siguiendo con nuestra vena cinéfila, nos hacía gracia alojarnos en el hotel de Ocean’s Eleven. No nos arrepentimos de la elección y el hotel nos encantó. Lo primero fue la extraña sensación que tienes tras coger tu llave en recepción y dirigirte a los ascensores rodeado por elegantes jugadores en mesas de póquer, ruleta y máquinas tragaperras, a la vez que te encuentras con gente en bikini y toalla que cruza el casino para ir a las maravillosas piscinas… Todo mezclado con los recién llegados turistas en pantalón corto y camiseta de playa. Las sensaciones de esa llegada ya nos empezaron a indicar que no íbamos a ser de los que odiaríamos la ciudad. [align=center]El Bellagio ![]() ![]() La piscina y el ascensor ¡me encantaba que el botón del hall fuese directamente: CASINO! ![]() ![]() Tras cenar algo rapidito nos fuimos a arreglar para el show que habíamos escogido: “O” del Circo del Sol, que está en el mismo teatro del Bellagio. Simplemente ALUCINANTE ![]() ![]() ![]() Al salir, y a pesar del cansancio que llevábamos encima, no pudimos evitar hacer nuestras primeras apuestas en Las Vegas. En casa somos más de póquer con los amigos, pero no nos atrevíamos con profesionales, así que nos limitamos a la ruleta y a algún dólar en tragaperras. Al día siguiente teníamos excursión al Gran Cañón con Papillon. A pesar de que reservamos a mediados de febrero, ya no había plazas para las primeras salidas, y nos tuvimos que conformar con la de las 12:30. El precio era 340$ por persona, incluyendo el bus, la avioneta y el helicóptero. Cómo somos de despertarnos pronto, ningún problema… ¡A disfrutar un rato de la piscina!!! A las 12:30 en punto teníamos el minibús de Papillon en la entrada y salimos hacia el aeropuerto de Las Vegas. Allí cogimos la avioneta hacia el Gran Cañón. La avioneta tengo que decir que no me gustó nada. Ya había cogido avionetas pequeñas en las Islas Griegas y sabía que no nos llevábamos bien, pero está era solo de 10 personas y ¡se movía un horror! La mitad del pasaje mareado y con pocas ganas de mirar el paisaje que aparecía frente a nosotros o escuchar la audioguía que te dan para hacer más ameno el viaje. ![]() ![]() ![]() Una vez en el aeropuerto del Gran Cañón, un bus nos dejó en un momentito en el helipuerto para coger nuestro siguiente vehículo. Esperamos a subir a nuestro helicóptero mientas, los que no tenían el estómago del revés, se comían el contenido de una bolsa de picnic que te dan en la agencia. Por si a alguien no le gusta el contenido, hay un bar con snacks y bebidas allí mismo. Yo me conformé con una manzana y decidí dejar el hambre para la cena. ![]() Y en el helicóptero sí que disfrutamos. Era la primera vez que montábamos y no teníamos ni idea de lo poco que notas el movimiento ¡nada que ver con la avioneta! Con el helicóptero nos paseamos por el cañón disfrutando de unas vistas maravillosas. ![]() ![]() ![]() Acabamos la excursión en uno de los miradores en los que compartimos las vistas con nuestras amigas las ardillas. ![]() ![]() ![]() Por la noche teníamos reserva en un de los restaurantes del Bellagio, el Jasmine (imprescindible reservar por la mañana en el lobby para cualquiera de los restaurantes excepto el buffet). Cenita romántica con vistas a las fuentes. La comida bastante cara pero la verdad es que estaba todo buenísimo ¡y nos valió la pena pagar por las vistas! Y al acabar nos dio tiempo para una vueltecita nocturna por los casinos cercanos. El Caesar Palace, que se comunica por pasillos con el Bellagio, y el Paris Paris, justo enfrente. Es brutal como han convertido cada hotel en un parque de atracciones, copiando monumentos y ambientes distintos, aunque la base del hotel, o sea, los casinos, sean casi todos iguales. La versión Vegas del David de Miguel Ángel y de la Torre Eiffel:
![]() ![]() Noche de descanso en la enorme cama del Bellagio… y ya estamos en nuestro último día en Las Vegas. A pesar del terrible calor que hacía seguimos con nuestros planes y nos propusimos recorrer el máximo número de hoteles de la Strip durante la mañana. Para evitar lipotimias cogimos el pase de transportes de un día que nos permitía ir de parada en parada en los autobuses o tranvía. Visitamos el New York, el MGM, el Venetian, el Luxor, el Excalibur, el Treasure Island, el Stratosphere, el Riviera (de los más antiguos de la Strip y escenario de la película Casino de Martin Scorsese), el Circus Circus…, y todo esto en unas 5 horas. Algunos de los hoteles: ![]() ![]() ![]() ![]() Acabamos en el New York, dónde mi valiente compañero se subió a la super montaña rusa creada alrededor del hotel, y comimos allí mismo en uno de los múltiples locales de pizza de aire neoyorquino. Nuestra siguiente cita esa tarde me causaba un gran conflicto interior, pero no me arrepiento para nada de haberlo hecho. Tenemos unos amigos que habían ido hacía un par de años y habían encontrado el Gun Store, un lugar cuya diversión es encontrar el arma real que más te guste y pegar unos tiros. ¡El paraíso de la asociación del rifle! Yo, que me considero pacifista, en contra de cualquier violencia, no me gusta la caza y estoy a favor del control estricto de armas, me encontré luchando con mi conciencia. Tenía al angelito diciéndome ![]() ![]() ![]() ![]() El procedimiento es fácil: eliges arma, eliges adversario (pintado en un papel, incluyendo representaciones políticamente incorrectas de árabes y orientales) y pasas al pasillo de tiro con un instructor a ver que puntería tienes. ¡Qué miedo me di! ¡8 de mis 10 disparos dieron en pleno blanco en mi payaso zombie! Y te llevas tu póster acribillado de recuerdo. Una vez bajó la adrenalina de la experiencia, tengo que decir que sí me dio un poco de miedo mirar a mi alrededor y ver a un montón de niños a los que sus padres llevaban allí a disparar, como cuando aquí los llevamos al “chiquipark” para celebrar un cumpleaños o pasar un sábado por la tarde, increíble… Después de esta experiencia inclasificable nos acercamos a la “entrada” de la ciudad, dónde hay un pequeño aparcamiento para poder hacer unas fotos al mítico cartel de “Welcome to Las Vegas”. Si no recuerdo mal, lo encuentras siguiendo la Strip por el lado del Stratosphere. 5 minutos para nuestra foto-recuerdo (hay algo de cola para poder ponerte debajo) y a vivir la noche de las Vegas. ![]() Esa noche nos fuimos a descubrir la parte vieja de Las Vegas: Freemont. Allí se encuentran los primeros casinos que se construyeron en la ciudad y el ambiente es totalmente diferente al de la Strip. Muchos de ellos están obsoletos, pero se ha superado la decadencia en la que cayó hace unas décadas gracias a la construcción de su principal atractivo: el espectáculo de la calle Freemont. Freemont Street es una calle cubierta por unos “toldos” que en realidad son pantallas. Allí cada noche se proyectan varios espectáculos (podéis ver horarios en la página web) y nosotros nos quedamos a ver el de Queen, que es espectacular. Hay un ambiente tremendo. No sé si es porque era viernes y agosto, pero esa noche encontramos incluso música en vivo en la calle, que solo paraba cuando empezaba el espectáculo audiovisual. Esta zona es muy recomendable, con restaurantes muy auténticos, mucha fiesta ¡y con casinos mucho más baratos! ![]() El ambiente en Freemont Street ![]() Espectáculo Queen en Freemont Street ![]() ![]() Casinos de la zona y las míticas “señales luminosas” del vaquero o la corista. ![]() ![]() ![]() ![]() Fue el broche perfecto para nuestra estancia en Las Vegas. Ya he comentado que a nosotros nos encantó y nos dio un poco de pena no habernos quedado al menos un día más. No es como para pasarnos una semana allí, pero coincidimos en que nos faltó algo de tiempo, tanto para disfrutar más de los casinos como para alguna excursión cerca, a la presa Hoover por ejemplo. Además, teniendo más días, creo que el Gran Cañón hubiese estado bien hacerlo con el coche, durmiendo en algún hotelito allí mismo y disfrutando del amanecer y el atardecer en esas montañas y yendo quizás hasta Monument Valley… lástima ¡habrá que volver![/align] Etapas 4 a 6, total 11
Otro madrugón para aprovechar bien el día. El plan era prácticamente cruzar Death Valley hasta Panamint Springs, donde teníamos hotel esa noche dentro del propio parque. Desde Las Vegas hay unas 2 horas hasta la entrada, en Death Valley Junction. Aprovecho para comentar que no llevábamos entrada conjunta de los parques nacionales. Así que a los 4 que entramos pagamos los 20$ a la entrada (el precio es por vehículo). En Sequoia y Yosemite está más organizado y hay guardas y barrera de entrada, pero en Mojave y Death Valley hay simplemente una maquina automática de expedición de permisos, que tienes que llevar a la vista en el coche.
Desde allí cogemos la 190, que es la que atraviesa el parque (dirección Furnace). Al internarnos desde el parque empezamos a apreciar la sensación de soledad que allí se respira, con kilómetros de “nada” bajo un sol abrasador. Habíamos leído algunos consejos y llevábamos buenas provisiones de agua, pero afortunadamente nuestro coche se portó muy bien y no tuvimos ningún problema a pesar de llevar encendido todo el rato el aire acondicionado. La media de temperatura que nos encontramos durante el día era de unos 114º Fahrenheit, vamos, unos 45ºC sin una sombra donde refugiarse. [align=center] ![]() Nuestro primer desvío es una pequeña carretera (practicable para cualquier vehículo) en la que tras unas 13 millas (20 km) te lleva a Dante’s View, un mirador con unas vistas espectaculares del parque con sus dunas, sus salinas… La zona de aparcamiento está justo al lado del mirador, con lo que esta vez no tienes que andar demasiado bajo el sol. Sólo tener cuidado con los cientos de avispas que corren cada vez que llega un coche, no sé si para refugiarse en una sombra o para intentar conseguir algún alimento en esa tierra yerma. Pero nos hicieron abrir y cerrar rápido las puertas y revisar bien el coche antes de salir para evitar sustos ![]() Las vistas desde Dante’s Peak ![]() ![]() Volviendo a la carretera de Furnace, seguimos hasta Zabriskie Point. Este era otro punto de visita obligada para cinéfilos, ya que es donde el director italiano Antonioni rodó su única película en Estados Unidos que tituló con el nombre del lugar. Antonioni, experto en ambientes opresivos, reflexionó en Zabriskie Point sobre la cultura americana previa a la revolución del 68 y la cultura hippie, con una fotografía psicodélica y música de Pink Floyd. Creo que no podría haber encontrado un escenario mejor para sus reflexiones y ¡el rodaje tuvo que ser un auténtico infierno! ¡No se como no se les fundía el celuloide! Lo más valientes se atrevieron con una caminata por la zona, pero yo preferí tomar testimonios fotográficos de la gesta desde la lejanía y esperar fresquita en el coche. Vistas desde lo alto de Zabriskie Point ![]() Una de mis fotos preferidas: ![]() Cuidado porque es un poco irresponsable irse sólo a caminar por allí (lo pensamos luego, claro! ![]() Habíamos comprado unos sándwiches (guardaditos en la nevera para que resistieran el viaje) y así no teníamos que buscar un sitio para comer. Hicimos bien, porque no hay absolutamente nada hasta que llegas al Visitor Center de Furnace Creek, donde tampoco es que haya mucha oferta. La próxima parada fue Bad Waters. Es una zona de aguas sulfurosas que queda algo al Sur (luego tuvimos que retroceder hasta Furnace para volver a la carretera de Panamint, aproximadamente 30 minutos de ida y otros 30 de vuelta). Habíamos visto salinas en zonas mediterráneas, pero nada parecido a esa piscina con olor a azufre en medio del desierto que, si existe el infierno, estoy segura de que la decoración estará inspirada en este lugar. A pesar de estar en un espacio abierto con vistas de kilómetros alrededor, cuando te acercas a la piscina principal sientes como una especie de opresión, supongo que causada por el sulfuro, que es toda una experiencia. ![]() ![]() ![]() De aquí ya nos dirigimos al hotel, que está a poco más de una hora del Visitor Center, porque no nos hacía gracia conducir por la noche por esas carreteras. No es que fuera especialmente peligroso, pero sin luz, sin conocer el terreno… mejor íbamos a ver la puesta de sol al hotel y aprovechábamos para descansar un poco. De camino aún nos dio tiempo de parar en una zona de dunas de arena: ![]() Para que os hagáis una idea de la inmensidad de rectas de la carretera: ![]() ![]() Y de la tierra que las rodeaba ¡cómo para plantar algo aquí! ![]() Y por fin llegamos al hotel Panamint Springs Resort. 1 noche 95$. Nosotros, al planificarlo con mucho tiempo, cogimos hoteles dentro de los parques. Aun así en algunos casos ya estaban llenos los que más nos gustaban. Al ir con poco tiempo nos iba genial estar ya dentro del parque, pero si lo hacéis con menos tiempo el secreto es buscar sitio en los pueblos cercanos a las entradas. Cuidado con los pueblos que están rodeando el parque, porque la entrada más cercana puede estar a dos horas de camino. En el caso del Panamint Springs Resort, lo primero que notamos es que el nombre es muy curioso… sobre todo porque “resort” en este caso significa ocho cabañas en medio del desierto con una gasolinera que hace también de recepción. ¡Casi igual que los resorts del Caribe ![]() ![]() Nuestra cabaña, exterior e interior: ![]() ![]() Y a descansar, que mañana nos esperan 500 km de viaje y un cambio de clima y flora que no podíamos imaginar.[/align] Etapas 4 a 6, total 11
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.7 (29 Votos)
![]() Total comentarios: 15 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |