![]() ![]() 20 DIAS POR LIBRE EN CHINA EN AGOSTO DE 2012 ✏️ Blogs de China
Un viaje por Beijing, Datong, Pingyao, Xi´an, Chengdu, Guilin , Shanghai y más sitiosAutor: Juanip Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (4 Votos) Índice del Diario: 20 DIAS POR LIBRE EN CHINA EN AGOSTO DE 2012
01: EL VIAJE
02: NIHAO BEIJING
03: 2º DÍA: VIAJE FALLIDO A CHENGDE. TEMPLO DEL CIELO, TEMPLO DE LOS LAMAS Y TEMPLO
04: 3º DÍA: CIUDAD PROHIBIDA Y PALACIO DE VERANO
05: 4º DÍA: LA GRAN MURALLA
06: 5º DÍA: ÚLTIMO DÍA EN PEKÍN
07: 6º DÍA: CAMINO DE DATONG EN TREN
08: 7º DÍA: LAS CUEVAS DE YUNGANG
09: 8º DIA: PINGYAO
10: 9º DÍA: LLEGAMOS A XI´AN
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Etapas 4 a 6, total 19
Hoy toca un plato fuerte: la ciudad prohibida. Queremos levantarnos pronto para llegar temprano y que no haya tanta gente. Resultado: nos quedamos dormidos. Nos estamos luciendo en China. En fin, desayunamos en el Starbucks de al lado del hotel. El mejor sitio para tomar un café, los chinos casi no toman café y no lo hay en ningún lado, a no ser en un MacDonalds o un KFC, aunque ahí suelen estar bastante malos. Nos fuimos andando a la ciudad prohibida y llegamos en unos 20 minutos, hoy hace sol y pega de lo lindo, vamos a pasar calor. En la entrada hay una avalancha de gente, pero como hay muchas taquillas la cosa va bastante rápido y sacamos las entradas en seguida (60 yuanes por persona). Que deciros de la ciudad prohibida, es uno de los sitios más fotografiados e importantes de China, pero por mucho que la hayas visto en la tele te sorprende su tamaño, es enorme, lo cual se agradece porque aunque está media China contigo cuando vas, no te agobian porque hay sitio para todos, excepto para fotografiar los tronos imperiales desde la puerta de los pabellones, que eso es la jungla, hay que lucharlo duramente. Como el sol pegaba de lo lindo, los chinos andaban refugiándose en todas las sombras existentes, allí había familias con sus bolsas llenas de comida envasada en bolsas (salchichas, huevos negros y verdes, tallarines con tomate), una constante en toda China, con los paraguas para el sol, con gorra-paraguas para la cabeza, con la camiseta remangada hasta el cuello... vamos, un espectáculo. Nos tiramos unas2-3 horas viendo la ciudad prohibida, nos tomamos un polo con sabor a melocotón riquísimo aunque me quedaron ganas de probar alguno de los otros dos sabores estrella: polo de guisantes y polo de habas. ¡ están un poco locos los chinos! Al salir, comimos en un restaurante que está por la parte de atras de la ciudad prohibida, nos tomamos unos dumplings ( bolas de masa rellenas de carne o verdura) muy ricos y muy baratos y emprendimos la segunda parte del día, el objetivo era el Palacio de Verano, que está a unos 15 km , casi en las afueras de Pekín, pero a donde llega el metro. Tuvimos que andar un buen rato largo hasta llegar al metro y desde ahí nos llevó más de media hora llegar porque está en la parada de …....., la penúltima de la línea. Una vez que sales del metro tienes que andar todavía casi un kilometro hasta la entrada del palacio de verano. Por el camino nos encontramos un montón de puestecitos de pinchos, pero la carne olía bastante mal, cosa que no nos extrañaba porque con tanto calor se tenía que echar a perder. La entrada cuesta 30 yuanes. Una vez que entramos, caminamos un poco y nos encontramos con el precioso lago lleno de barquitas que es el núcleo del palacio de verano, uno puede caminar alrededor del lago, en una u otra dirección, viendo los pabellones, las zonas del lago llenas de lotos. También puedes alquilar una especie de pedaleta o coger un barquito turístico con forma de dragón. Nosotros decidimos empezar a caminar bordeando el lago, vimos los lotos flotando en el agua, la galería cubierta de más de un kilometro de largo y decorada toda con pinturas y al final de todo nos encontramos con el barco de piedra y marmol construido por la emperatriz Cixi. Parece ser que se gastó el dinero para modernizar la flota imperial en el caprichito, cosas de los emperadores. No entramos en los pabellones que están en lo alto del palacio de verano porque ya estaban a punto de cerrar (eran las 16:20) así que compramos alguna chuchería en los puestecillos y nos bajamos unas botellas de agua fresquita. Ya con los pies hechos polvo y agotados tuvimos que desandar todo lo andado hasta la entrada del metro. Hay muchos autobuses urbanos justo a la salida del palacio de verano, pero no teníamos ni idea de cual nos podía valer así que nos fuimos al metro. Lo bueno es que como era la segunda parada de la línea nos pudimos sentar (algo casi imposible en el metro de Pekín) y fuimos estupendamente todo el trayecto. Al llegar decidimos cenar algo y luego ya irnos al hotel porque estabamos cansados, así que nos fuimos a los puestos de la calle Wangfujing y como un día es un día decidí comerme un pinchito con 3 escorpiones y otro con un caballito de mar. me cobraron 50 yuanes (unos 6 euros), bastante caro, pero como eso no se puede hacer todos los días pues nada. Los escorpiones pequeñitos estaban todavía patalenado en el pincho cuando los pusieron a la brasa y no estaban malos, sabían a brasa y poco más, en cambio el caballito de mar estaba un poco seco y no me convenció mucho. Después de tomarlo, unos italianos me preguntaron que tal estaban y se animaron y ya quedaban pidiendo otros para ellos. Los chinos, en cambio, sacándonos fotos y seguramente pensando que eramos una panda de frikis, jeje. Completamos la cena con unos pinchitos de carne y dumplings y para el hotel, a descansar y a hacer la digestión. Etapas 4 a 6, total 19
4º DÍA: LA GRAN MURALLA
Hoy tocaba la visita a la Gran muralla, sector de Mutianyu, está un poco más lejos que el tramo de Badaling, pero habíamos visto fotos de Badaling totalmente masificado y lleno de gente y nos apetecía algo más tranquilo. Cogimos el autobus en la estación de Dongzhimen, sabíamos el número, el 916, con lo cual lo cogimos sin problemas, porque el resto de la información estaba en chino. El bus era muy barato y nos llevó una hora llegar a la ciudad de Huariou, allí el bus va haciendo paradas y se suben los taxistas a decirte que te bajes que esa es la parada para la gran muralla. Nosotros no les hicimos caso, sabíamos que había que ir hasta la última parada y coger un taxi, pero otra chica americana que iba a la gran muralla se bajó en una parada y decidimos también bajar en una de las paradas. Allí negociamos con un taxista el precio hasta la muralla y nos cobró 80 yuanes por hacer el trayecto de 15 km que faltaba. Por el camino ya vimos la gran muralla en lo alto de la montaña. Increible pero ahí estabamos, en ese sitio que tanto habíamos visto por la tele. Hacía un calor infernal en la zona, así que compramos unas botellas de agua y echamos un vistazo a los puestos de recuerdos de la zona, tras decir “no gracias” a multitud de vendedores, compramos las entradas. Decidimos no sacar la entrada para el telesilla que te sube hasta arriba y compramos solo la de acceso a la muralla (45 yuanes), fuimos los únicos pringados que con un calor asfixiante subimos la montaña por unas escaleras bastante empinadas, por las que bajaba alguna gente, aunque la mayoría bajaba por el tobogán que hay desde arriba. Nos llevó la ascensión un buen rato, con sus paradas, bebiendo agua, descansando, pero aún así llegamos empapados de sudor, mientras nos cruzamos con guiris tan frescos por la muralla que habían subido en telesilla. En fin, fue toda una experiencia. Recorrimos un buen tramo de muralla, subiendo y bajando lo que acabó por destrozarnos, con lo que ya llevabamos encima, sacamos un monton de fotos para mandar a la familia por washapp y emprendimos la bajada por las escaleras. La bajada fue mejor que la subida, aunque las piernas las llevabamos finas de la paliza que les habíamos dado. Comimos en un chiringuito abajo: la comida normal, pero el precio era un timo. Nunca os sentéis en un sitio que no pone los precios en la carta. Nos cobraron 150 yuanes (unos 16 euros) por 2 platos y 2 cervezas lo que en China es un timo. Negociamos con uno de los muchos taxistas-transportistas para que nos llevara al pueblo, a la parada del 916. Fuimos en un monovolumen, con una familia china. Nos cobró unos 80 yuanes, aunque seguro que a los chinos les cobró mucho menos, pero tuvimos suerte y en cuanto nos dejó en la parada pasó el bus para Pekín, con lo que nos salió redondo. Acabamos llegando sobre las 18:00 bastante cansados, pero con la moral un poco más levantada, hoy nos las habíamos apañado para coger buses, menos mal (que ingenuos). Como en 2 días nos ibamos en tren a Datong, nos acercamos a la estación central de trenes para sacar el billete. ¿qué os puedo decir? Las estaciones de tren son una locura, y la de Pekín es de tamaño mosntruoso. Entramos en una gran sala con 60 taquillas para comprar los billetes. Todo en chino claro, pero en un luminoso indicaban que en una se habla inglés, menos mal. Pues no, está cerrada. Nos ponemos en la de al lado, y tras 15 minutos de cola, un chino con mala hostia nos dice que los trenes para Datong no salen de ahí, sino de la estación de tren oeste de Pekín y que solo hay billetes para el tren de las 17:30. Ahora sí que nos había fallado la Lonely Planet. Nos salimos de la cola, pero al salir de la estación nos asalta una duda: aunque el tren no sale de aquí, nos podrán vender los billetes igual. Nos volvemos a poner en la cola otros 15 minutos y aquí llega lo surrealista. Ahora atiende una china, también con mala hostia, pero ahora hay billetes por la mañana, ¿por qué? Quién lo sabe. Los compramos antes de que cambiaran de opinión, nos costaron 54 yuanes cada billete.Ojo: siempre que compreis un billete de tren teneis que enseñar el pasaporte porque ponen su número en el billete. Salimos de la estación esquivando a la gente durmiendo, tirada en el suelo, comiendo... Hay una marea humana de gente esperando su tren, que a lo mejor no sale hasta dentro de 10 horas, y que convierten aquello en una locura. Etapas 4 a 6, total 19
5º DÍA: ÚLTIMO DÍA EN PEKÍN
Hoy es nuestro último día en Pekín, por la mañana fuimos a visitar uno de los templos taoístas más antiguos de Pekín, el Templo Dongyue (entrada 10 yuanes). No teníamos una idea muy clara de en que consistía el taoismo,a pesar de haberlo leído en la guía. Nos llamó la atención la cantidad de capillas , alrededor de los patios, llenas de figuras de madera que representan dioses, espíritus, que parecen sacadas de dibujos animados japoneses. Todo un mundo desconocido para nosotros.. después del templo nos acercamos a la plaza de Tianamenn, para verla bien. Es una plaza inmensa pero está toda vallada, con lo que solo puedes acceder a ella por unos accesos muy controlados, con scaners. No pudimos entrar en el mausoleo de Mao porque ya estaba cerrado (cierra a las 12 del mediodía), así que nos contentamos con ver por fuera los edificios del parlamento y del museo nacional de estilo soviético. Como se puso a llover nos fuimos a comer una sopa con tallarines, de esas que les gustan tanto a los chinos en una especie de MacDonalds chino de Tianamenn y nos fuimos a pasear por un barrio restaurado que está al sur de la plaza. Es un barrio totalmente dedicado a tiendas y restaurantes en lo que era un viejo barrio, lo que pasa es que lo han restaurado tanto que todo parece nuevo. Chocaba un poco la imagen de los edificios de arquitectura tradicional con las tiendas y su música a todo volumen, pero eso es China, sobre todo ruído y lo moderno mezclado con lo antiguo. Como seguia lloviendo decidimos no ir ya al parque Beitai como teníamos pensado y nos quedamos por la zona callejeando un rato. Como todo lo que se podía visitar estaba ya cerrado nos fuimos a echar un vistazo al famoso mercado de la seda. Nuestra intención era ir el último día antes de volver a España, para así poder hacer compras y no ir cargando con ellas todo el viaje, pero fuimos para echar un vistazo y hacernos una idea de lo que había. Está al lado del barrio de las embajadas y nos encontramos con un edificio de 5 pisos, en plan centro comercial, lleno de tiendas, con falsificaciones de todas las marcas que os podáis imaginar. Tenía muy buena pinta y vimos que había de todo, así que decidimos no comprar regalillos para nadie durante el resto del viaje porque ahí había de todo. Tambíén vimos como iba la cosa: tú miras algo, le preguntas cuanto a la china (no hay precios puestos), ella te dice una burrada de pasta, tú le dices que no, y la china saca una calculadora y te dice que cuánto cuesta para ti, que pongas el precio, a partir de ahí a regatear. Vamos, que un proceso largo y elaborado. Eso sí, es el único lugar del viaje donde los chinos chapurrean algo de español, ¿por qué será? Etapas 4 a 6, total 19
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