![]() ![]() Pekín, Yanshuo y Hong-Kong. ✏️ Blogs de China
aventuras, risas y llantos en ChinaAutor: Canarioloco78 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (4 Votos) Índice del Diario: Pekín, Yanshuo y Hong-Kong.
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Etapas 4 a 6, total 10
Desayunamos temprano y empezamos la ruta con destino a la plaza de Tiananmen y a la ciudad prohibida. Como dijimos hay mucha seguridad en todo Pekín, y justo era el congreso quinquenal del partido comunista, así que al salir del metro encontramos en la plaza de Tinanmen y la Ciudad Prohibida cientos de policías haciendo cacheos. Daba un poco de susto puesto que revisaban mochilas y chaquetas pero a los tres extranjeros que estábamos allí ni nos miraron. Luego nos hicimos la típica foto con el retrato de Mao detrás. La ciudad prohibida más que una ciudad parece una megalópolis, no en vano fue la residencia imperial durante más de 500 años. Es gigantesco, ocupa más de 900 edificios y 720.000 km2 y hará falta una mañana entera o día si quieres verlo en su totalidad, visitando todos los pabellones y rincones de este complejo. Nosotros paseamos por la zona central sin pararnos demasiado en el resto de dependencias a los lados de los pabellones principales. Hicimos la visita en una hora y media y te deja un grato sabor en la boca, después de ver descomunal sitio, que tardó más de quince años en construirse con más de 1 millón de obreros. Entrada Ciudad Prohibida. Pekin por Germán Lemes, en Flickr Más fotos aquí Ciudad Prohibida Pekín. Sobran las palabras y los números. La Ciudad Prohibida o en chino “Ciudad Púrpura Prohibida” es una de las grandes construcciones de China y el mayor complejo palaciego del mundo. Salimos por la puerta que da al norte frente al Parque Jinshan, por la Puerta de la Divina Armonía, es una visita más que recomendable obligatoria, puesto quelas vistas que veremos de la ciudad prohibida desde el Parque Jinshan bien valen el paseo de subir a lo alto de la colina. Subimos arriba tras unos diez minutos paseando por el parque, y también se ven unas vistas increíbles del resto de Pekín y del precioso Lago Behai y la Pagoda Blanca que lo flanquea orgullosamente. También se puede hacer uno la medida de la distancia que hay entre todos estos sitios de interés, ciudad prohibida, parque Beihai con la pagoda y también verás desde Jinshan las torres del Tambor y de la Campana y la pequeña plaza que los separa. Todo ello si la polución atmosférica te lo permite porque la bruma que se ve desde lo alto resta mucha visibilidad a las vistas y a la hora de hacer cualquier foto. Parece niebla pero no lo es. La distancia es bastante grande, sin saber que al final llegaríamos hasta las torres en lo que sería un día maratoniano. Bajamos al Parque Beihai, es precioso, muy bien cuidado y con una gran cantidad de edificios, pabellosnes, plantas, flores, paseos, y un lago realmente enorme, es un sitio de visita obligatoria en Pekín. Entramos al Lago Beihai por una calle de puestos callejeros, un hutong pequeñito. La entrada es por un puente lleno de árboles y seguimos caminando para llegar a la Isla de Jade en medio del lago donde está la Pagoda Blanca. Cierto es que de lejos se ve bastante mejor que de cerca en el sentido que tiene grietas y está un poco deteriorada y muy de cerca se ven esas cicatrices que ha dejado la climatología. La Pagoda ha sido destruida varias veces por otros tantos terremotos. La actual data de los años setenta y está sobre el Templo Yongan. Vale la pena subir para obtener interesantes fotos del parque y de la Pagoda. La Pagoda Blanca. Pekin. The white Pagoda por Germán Lemes, en Flickr Tras coronar la isla de jade y visitar la pagoda blanca, se puede acceder al otro lado del lago con unas barcazas que por un módico precio te ahorran la caminata de bordearlo. Nosotros tuvimos que hacerlo puesto que en invierno no hay servicio de barcos. Es un paseo tranquilo y agradable hasta llegar a unos edificios tipo casetas encima del agua donde los chinos bailan y se divierten. Desde aquí hay una bonita panorámica del Lago Beihai, la Pagoda Blanca y el Parque Jinshan. Saliendo se encuentra una inmensa avenida que tras seguirla y girar hacia la izquierda te lleva directamente a la Torre del Tambor y a la Torre de la Campana tras caminar unos diez minutos. Estas Torres están separadas por una plazoleta de unos cien metros y están como mirándose la una a la otra, vigilándose mutuamente. Se usaban para anunciar el tiempo a la población cuando no habían medios de medirlo. La campana sonaba al amanecer y el tambor para avisar del anochecer. La subida a la Torre del Tambor es una enorme escalera ascendente con bastante inclinación no apto para personas mayores o niños y unos 50 metros de altura. Destaca en su entorno puesto que ya se integra en una zona llena de Hutongs, el de Dongcheng, y su función era dar las horas y avisar a la población. Dan un espectáculo, corto pero con mucho estruendo tocando los diez o quince tambores de imitación a los originales que funcionan. Vale la pena esperar a que dé la hora de espectáculo para verlo. Acto seguido nos encaminamos a visitar la Torre de la Campana, que hasta el año 1.924 (cuando el último emperador, Puyi, fue obligado a abandonar la ciudad prohibida) se usaba para dar las siete de la tarde y su sonido podía oírse en más de 20 km a la redonda debido a la arquitectura de su construcción. El tamaño de la campana de bronce es gigantesco y es la más grande y pesada de china. Cuenta la leyenda que un emperador mandó hacer una nueva de bronce en el plazo de tres meses y si el color no le gustaba mandaría matar al forjador. Al ver que no lo conseguía la hija de éste se tiró al bronce fundido pero sus zapatos no cayeron. El sonido de la campana cuando hace viento suena como “xie” en chino que significa zapato, como el fantasma de la hija del forjador. La campana. The drum. por Germán Lemes, en Flickr Más fotos de Pekín Pekín Y aquí se acabó el día, tras un paseíto de quince minutos llegamos a nuestro hostal a eso de las cuatro de la tarde. Etapas 4 a 6, total 10
Hoy tocaba el Templo de los Lamas, y como todos los templos, es un conjunto templario inmenso, gigante pero eso sí, espectacular. Como todo cuando sales del metrom en la parada de Yonghehong, te encontrarás un poco perdido porque no hay ninguna señal para orientarte. Si ves un muro alto, síguelo que al final aparecerá la entrada al Templo. Apenas sales de la boca del metro, ya huele a incienso por todas partes, gente con puestos vendiéndolo de todos los colores, tamaños y olores y muchos comprando para ponerlo a quemar después dentro del Templo mientras rezan.
Más fotos de Pekín ¡Aquí! Templo de los Lama. Pekin. Lama Temple por Germán Lemes, en Flickr Dentro hay un carril central con los altares más grandes con distintos tipos de budas. A los lados altares más pequeños y gente rezando delante de ellos o arrodillados o haciendo ofrendas florales y de incienso. Hay un Buda gigante de unos 18 metros, es inmenso y es lo mejor del Templo y es una auténtica pasada ver semejante escultura. Templo de los Lama. Pekin. Lama Temple por Germán Lemes, en Flickr Templo de los Lama. Pekin. Lama Temple por Germán Lemes, en Flickr Más fotos del Templo de los Lamas Después de ver todo el recinto y tomarnos un cafecito y un muffin es un costa coffee que es una cadena que está por todo el país nos dirigimos al mercado de la seda, el Silk Market, si paras en la parada de metro de Yonganli que está justo debajo hay una salida que viene a dar a la planta cero del mercado de la seda sin salir a la calle. Para nosotros fue una desagradale experiencia porque nos esperábamos algo más ya que realmente no hay nada interesante que comprar o no es tan barato. La ropa de marca tiene pinta de no aguantar ni medio lavado, la mala calidad salta a la vista, algunas prendas de Lacoste tienen dientes y otras no. O te encuentras un prenda de Tony (que no Tommy) Hilfiger y en esas andamos. Los relojes feos y desconocidos o marca “Roles”. Eso sí nos reconocían físicamente porque sólo nos decían “amigos, amigos” “barato”. Todos decían sus palabritas en español cristiano. Debajo del Silk Market hay un KFC y donde vivimos unas de esas escenas que no olvidarás en china. El señor que comía al lado nuestro se levanta a un lavabo que había pegado al baño, se lava las manos y escupe, rascándolo desde sus adentros, en el mismo lavabo y deja aquel pegote allí, se vuelve y sigue comiendo. China Total. Etapas 4 a 6, total 10
Nos levantamos temprano para desayunar en el Café del Beijing Downtown Packers y coger fuerzas para el día de excursión. Salíamos ocho personas en una furgoneta, cuatro de ellas qye recogimos en otros hoteles de Pekín. Entre ellos, la guía Emily, y la que sería nuestra nueva compi de viaje, Catalina, una chilena muy simpática. Nos costó 280 RMB incluyendo la comida y la entrada a la gran muralla, pero no al tobogán y/o telefércio, que supone otros 80 RMB. Vale la pena, de otra manera debes caminar como 45 minutos para llegar arriba a la muralla. Respecto a ésta, qué decir, que no sea relativo a lo gigantesco y monumental que es. Es noviembre y aquí, hacía bastante frío y hay una fina capa de hielo sobre la muralla. El camino está perfectamente restaurado y preparado para los turistas, y se pasa sobre unas 14 torres de vigilancia, eso sí, también verás como la maleza y hierba se va adueñando del resto del camino y lo derruida que está la murallla en gran parte.
Sin embargo, es impresionante y te quita la respiración ver como esta increíble obra de ingeniería serpentea sobre las crestas de las montañas, desafiando la razón y comprensión humana y la pierdes de vista tanto a un lado como al otro. No se puede describir con palabras el tamaño de esta construcción y no puedes evitar pensar cuántas personas trabajaron y murieron por un propósito que no se pudo alcanzar. Tras sacar mil fotos, pasear durante dos horas y parar muchas a veces y ponerte a contemplar la infinita longitud de la muralla, nos tocaba bajar a comer. Y, como subimos en teleférico, bajamos en tobogán, una divertida manera de despedirte de la gran muralla. Como reciben tanto turistas en el restaurante que fuimos la comida era mucho de nuestro gusto europeo. Fue la primera comida decente que comimos y no dejamos nada en el plato, ni nosotros ni la chilena ni la pareja de ingleses que nos acompañaban y dos chicos alemanes MJ y Germán en la Gran Muralla China por Germán Lemes, en Flickr [img] ![]() Gran Muralla China. Great Wall of China por Germán Lemes, en Flickr[/img] Tras hora y tres cuartos de viaje llegamos a la zona del parque olímpico de Pekín. Para hacer honor a la verdad, no esperábamos mucho de esta parte de la excursión eso de ir a ver un estadio, sin embargo es completamente recomendable pasar una hora de paseo en este parque. El Nido de Pájaro, es simplemente, alucinante y esa madeja de hierros entrecruzados. Los pekineses van a esta zona a jugar con cometas y pasear, muy bonito. Nido de pájaro y reflejo. Pekín por Germán Lemes, en Flickr Nuestra amiga chilena nos llevó a un bar español que conocía… a 50 metros de nuestro hostal y no lo habíamos visto!!! Se llama “salud” y cenamos unos calamares y tortilla. Allí le hicimos indicaciones a una camarera sobre una lata de coca cola vacía (pidiendo otra) pero nos trajo un vaso vacío con hielo. Más fotos de Pekín ¡Aquí! Etapas 4 a 6, total 10
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