Pekín, Yanshuo y Hong-Kong. ✏️ Blogs de China

Summer palace…en invierno!!! Como todos los días, nuestro desayunito en el hostal y directos al metro. Nos bajamos en la parada Beongham, pero te deja por detrás del palacio, digamos que por la salida, donde está el edificio-palacio en sí y entras por la parte trasera. Nos hubiera gustado hacerlo al revés empezar por la zona de la isla y el puente de mármol y acabar por el palacio. Hace un día negro, como dicen aquí los de valdepeñas, jaja y con poca visibilidad. Se tarda unas tres o cuatro horas para ver los palacios y los jardines. Como siempre, todo en china, es gigante. Los nenúfares los pobres estaban marchitos por el frío y el barco que debe ser que comunica ambos lados del lago, tampoco funciona. Imagino que en verano puede ser una gozada pasear en barco, aunque prefiero el frío del invierno a estar una semana en pekín con el calor extremo que debe hacer y la polución. La verdad que es inmenso e impresionante, visita hiper obligada esta del palacio de verano.

Saludando. por Germán Lemes, en Flickr

MJ haciendo la china por Germán Lemes, en Flickr

Puente de los diecisiente arcos. Pekin. por Germán Lemes, en Flickr

A la salida por la zona del puente, vimos la indicación del metro, la estación de Xiyuan, había que caminar por lo que se veía pero después de tantas horas y días pateando, cogimos un taxi pirata que esperan a la salida del palacio y por 20 yuanes nos llevó al metro Xiyuan. Ahí comimos en un McDonald´s y vuelta al hostal. De camino a éste, con un frío que pelaba, paramos en otro Mac y pedí un Hot chocolate, chocolate caliente de toda la vida, pero parece que a las chicas que atendían les hizo gracia mu chocolate caliente y no hacían sino mirarme y murmurar entre ellas y sonreír. Es curioso ver cómo el personal femenino nos miraba y se les oía decir hot chocolate. María José dice que es que tendría que haber pedido sólo chocolat sin el hot, yo digo que decían “mira qué guapo el que pidió el hot chocolate jejeje..” Otra anécdota china!
Repetimos cena en el bar español “Salud”, con palomitas antes con la cervecita de aperitivo y nos pasó una de las cosas más curiosas del viaje. Tres jóvenes chinos pidieron tres chupitos de tequila y como no sabían como tomárselo, se lo dijimos, lo de la sal y el limón. Se quedaron tan contentos que nos invitaron a una ronda, muy simpáticos. Para agradecerles el detalle, nosotros les invitaríamos a otra ronda de chupitos de tequila. Muy divertidos.
Así terminó nuestra última noche en Pekín, quién lo diría, tomándonos chupitos con tres chinos enun bar de aire español.
Dzàiyién Pekín, adiós Pekín.

Todas las fotos de Pekín ¡Aquí!

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Salimos trempano, bueno tempranísimo, a eso de las 06.00 H nos estaba ya esperando el taxi para llevarnos al aeropuerto. La verdad es que decidimos salir tan temprano puesto que nuesto vuelo era a las diez y teníamos miedo de atasco en la autopista o colas en eun aeropuerto gigante como Pekín. Pues ni una cosa ni otra, en media hora estábamos en el aeropuerto, y, extrañamente, poca gente (para lo que es China) y en nada habíamos hecho check-in y estábamos en la puerta de embarque. A esperar dos horas y media a que salieramos
El vuelo tranquilo, en hora y con una comida bastante digna en la compañía Grand China. Tras casi tres horas y media aterrizamos en Guilin, capital de la provincia de Guanxi, donde nos esperaba el transfer al hostal. La mujer nos recibió con una sonrisa, un poco de amabilidad sureña china, y de camino empezábamos a ver las famosas formaciones cársticas alrededor de la ciudad.
El hostal, el Lakeside Inn de Guilin, es un super hostal, muy limpio, en el centro, armoniosamente decorado, cama y duchas grandes y con wifi gratis. Eso sí, por fuera no parece un hostal sino un bar, puesto que se entra de hecho por el bar del hostal y al fondo, se encuentran las escaleras para subir a las habitaciones. El personal muy muy amable, mucho más que en Beijing y siempre con gran sonrisa.

lago pagodas guilin por Germán Lemes, en Flickr

Está el hostal a 25 metros del famoso lago de las pagodas, el icono de esta ciudad. Ciudad, que dicho sea de paso, huele muy mal, y mientras, paseábamos por el lago, una rata saltó de la salida de una alcantarilla y pasó bajo mis piernas. Yo sólo oí el grito de maría josé y salté instintivamente, no viendo al susodicho animal. Jeje. Anécdotas viajeras, en fin.
Paseo por la ciudad, vimos de lejos, la trompa del elefante, no llegamos a entrar dentro y recorrimos un poco más el centro. No llegamos a ver los barcos que salen directamente hasta Yangshuo. Volvimos al hostal y mientras MJ se echaba una siestecita, yo me dediquéa intentar sacar fotos nocturnas de las pagodas. Me pedí después un capuccino en el hall mientras mandaba fotos por whastapp a España, y las chicas de la recepción, invitaban a los huéspedes con pastitas y galletas. Luego contrataríamos una excursión para el río Li.

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Desayunamos en el hostal mientras jugamos al yenga que había en recepción. Nos vienen a buscar porque al final concertamos una excursión por el río Li de dos horas alrededor de Yangdi y traslado a yangshuo después. El precio fue de 200 yuanes por persona. La excursión sale desde el embarcadero de Yangdi, y pasas dos horas viendo los típicos paisajes de la zona, con sus montañas cársticas y se hace un recorrido de ida y vuelta por la zona viendo los paisajes más interesantes en una canoa de bambú a motor. Lo bueno es que prácticamente tocas el agua puesto que la canoa va a ras y la sensación es mucho mejor que hacer el recorrido en los grandes barcos turísticos que llegan hasta yangshuo. Lo peor, la guía, que se sentó con nosotros en la canoa y no paraba de vendernos más excursiones.

Este es el embarcadero de canoas en yangdi. algunas abuelas intentan venderte naranjas y productos locales.


Los paisajes son espectaculares. Es una de las partes más emocionantes del viaje.



Tras dejar Yangdi, nos trasladan en guagua a Yangshuo, en cuarenta minutos estamos allí. Cogemos un taxi porque nuestro hotel no está en el centro del pueblo sino a las afueras y para no estar perdiendo tiempo. Se llama The Li River Retreat, y es el mejor hotel en el que nos podíamos alojar allí. Está en medio de la naturaleza, sólo oyes los pájaros por la mañana, es muy acogedor, con unas vistas increíbles a las montañas desde nuestra habitación. Y, sobre todo, agradecimos su cocina, más europea que china y fue donde empezamos a comer mejor, sobre todo maría josé.
La habitación, sencillamente espectacular, elegimos la que tiene dobles vistas o algo así, y levantarte y ver ese paisaje y el río Li, no tiene precio, bueno en europa lo tendría y costaría el triple que aquí jeje.
Después de comer caminamos hasta el pueblo, donde llegas al centro en más o menos treinta minutos por un paseo bordeando el río, bueno, el río está abajo, bastante abajo.
Después de pasear por Yangshuo y tomar algo volvimos en taxi por 3 euros al hotel.


Todas las fotos de la zona de Yangshuo Yangshuo

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