CUBA OCCIDENTAL POR NUESTRA CUENTA - 2008 ✏️ Blogs de America

De Viñales volvimos a la Habana para pasar en casa de nuestro amigo Alberto la última noche del viaje.
El vuelo salía el día 12 a las 20.30 de la noche y para el día 11 a las 12.00 del mediodía ya estábamos en la Habana por lo que contábamos con 1 día y medio para seguir explorando la cuidad.

Lo primero que hicimos fue ir a visitar el Cementerio de Colón. este se ha hecho tan famoso entre los turistas que cobran la entrada! la verdad es que esta visita la hicimos mas por capricho de nuestro anfitrión que por gusto propio, pero hay que reconocer que mereció la pena la visita.
De ahí nos llevaron a comer a un sitio que me encantó, pero no soy capaz de recordar el nombre. Era algo así como ‘la casa de Francia’ o ‘ club francés’ o parecido….
Esta en el centro de Vedado y tiene una terraza preciosa en el ultimo piso. Comimos muy bien, barato, al fresquito y con unas vistas espectaculares.


Desde allí decidimos acercarnos a la Habana Vieja. El trayecto lo hicimos en taxi ilegal, y fue toda una experiencia. Es algo difícil de hacer si no vas con cubanos, y me resulto muy gracioso, porque para mi era algo complicadísimo…..¿como se sabe que un coche es taxi ilegal y no un coche normal? Paramos el coche usando como palabra clave ‘Habana’ y una vez dentro nos encontramos dos chicas que yo no sabia si eran familiares/amigas del chofer o clientes. Ufff..., todo un lío.


Plaza de la Revolución

En La Habana Vieja visitamos la Cámara Oscura (en la Plaza Vieja) y fuimos al Museo del Chocolate. La visita a este último merece la pena, pero debo decir que su especialidad, que es el chocolate frío, me decepciono un poco….no se aleja mucho del Cola Cao de toda la vida…..

Habíamos quedado en ir a cenar a casa de un íntimo amigo de nuestro anfitrión, y teníamos que encaminarnos al barrio de Casablanca. Para llegar hasta allí tuvimos que cruzar la bahía en un pequeño ferry y nos cachearon de arriba abajo y registraron las mochilas antes de montar, ya que ese barquito fue secuestrado hace unos cuantos años por varios cubanos para escaparse hasta Miami. Así que desde entonces las medidas de seguridad son extremas……o por lo menos lo eran hasta que llegamos 2 de Bilbao y pasamos con una navaja en la mochila sin que se dieran cuenta, jiji




Una vez en Casablanca subimos hasta El Cristo donde las vistas de toda La Habana son espectaculares, y mas aun al atardecer, que fue cuando nosotros estuvimos allí.



Después fuimos a cenar a casa del amigo de nuestro amigo y hasta ahí todo bien, el problema fue conseguir que un taxi viniera a buscarnos a ese lado de la ciudad…..pero a eso de la 1.30 de la madrugada cuando ya estábamos pensando en quedarnos a dormir allí……apareció un autobús como caído del cielo justo en frente de la casa!!! pero vamos a ver, alguien podría esperar que en Cuba hubiera autobuses funcionando a esas horas??? Yo, no.

Al día siguiente nos levantamos con la tristeza de saber que era nuestra última jornada en Cuba y fuimos a ver algo que teníamos pendiente desde que habíamos llegado: El Museo de la Revolución. Me gustaría decir que disfruté de la visita y que fue de lo más interesante, pero nada más lejos. Es un museo tan denso, con tanta concentración de información a lo largo de las salas que acaba resultando agobiante y aburrido (por lo menos a mi me lo pareció)

A la salida nuestro amigo Alberto vino a recogernos ( el ya había visto el museo en varias ocasiones y no quiso pasar por el mismo ‘trance’ de nuevo) y nos fuimos a comer al restaurante italiano del Hotel Plaza (baratito también, aunque no lo parezca)

Aquí viví uno de los momentos mas emotivos, si no el que mas, de todo nuestro viaje.
El restaurante estaba a medio llenar, y cuando ya íbamos por el segundo plato entró en la sala el típico trío con la guitarra y las maracas tocando canciones archiconocidas (que si Yolanda, que si el Chan Chan, etc etc) hasta que nuestro amigo Alberto con la poca vergüenza que le caracteriza (en el sentido mas positivo de la expresión) se dirigió a ellos pidiéndoles que se esmeraran un poco mas y que tocaran canciones mas antiguas y complicadas. Los músicos se sintieron retados y se quedaron tocando solo para nuestra mesa durante más de media hora!!! Fue una maravilla, y teniendo en cuenta que esto sucedió a 2 horas de coger nuestro vuelo de vuelta tuve que hacer un verdadero esfuerzo para no derramar alguna lagrimilla…..

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