![]() ![]() Malasia, Singapur y escapada a Siem Reap ✏️ Blogs de Asia Sudeste
16 días en Malasia con escapada a Siem Reap y Borneo, vía Singapur, en septiembre de 2012Autor: Anafartalar Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: Malasia, Singapur y escapada a Siem Reap
01: Introducción y Preparativos
02: 4 de Septiembre: Llegada a Singapur
03: 5 de septiembre. Jet Lag y calor en Singapur
04: Kuala Lumpur, 6 de septiembre
05: Cuevas Batu y más KL, 7 de septiembre
06: Siem Reap! El paraíso del viajero... 8 de septiembre
07: ¡Angkor! 9 de septiembre
08: Angkor, segundo día. 10 de septiembre
09: Llegamos a Borneo, 11 de septiembre
10: Parque Nacional de Bako, 12 de septiembre
11: Los orangutanes de Semmengoh, 13 de septiembre
12: Gunung Gading: más que Rafflessias
13: Georgetown, 15 de septiembre
14: Disfrutando de Georgetown
15: Llegamos a Langkawi - 17 de septiembre
16: Langkawi, 18 de septiembre
17: Final del viaje: Langkawi-Singapur-Frankfurt-Madrid
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Etapas 10 a 12, total 17
Este día estaba dedicado a uno de los platos fuertes de Borneo: el Parque Nacional de Bako. Sin duda merece la pena. En los foros hay muchísima información sobre cómo llegar así que no nos entretendremos en eso. Nosotros fuimos en una excursión del hotel, con otra pareja, en una furgoneta. Todo muy cómodo y muy rápido hasta llegar allí.
La entrada el parque se hace en un edificio que sirve de embarcadero: ![]() Aquí se puede ir al baño (sin lujos y con pocos escrúpulos: estamos en la selva), comprar agua, pagar las entradas y leer unos carteles macabros que avisan de los peligros de las mordeduras de los cocodrilos con fotografías de accidentes (increíble). Es aquí donde se sube a una canoa a motor que tras unos 20 minutos por el río te lleva al punto de inicio de todas las rutas. Nos acompañaba un guía oficial, que te orienta y explica. Tras la excursión nos quedó claro que ir con guía supone ver mucho más y entender mucho más. Francamente recomendable. Es importante llevar un calzado adecuado para la humedad, el barro y las caminatas. Se llega a una playa con manglares donde empiezan todos los recorridos: ![]() Hay varias rutas y uno puedo optar por senderos cortos y relativamente fáciles. Para la mayoría, en estación seca, sirven unos playeros cualquiera. Si está embarrado, no sirve nada. Nosotros tuvimos suerte y nos fue genial. La pareja que iba con nosotros, en chanclas, sufrió bastante pero se quejaron poco. Cerca del pequeño embarcadero hay unas casetas que sirven de alojamiento. Lo veréis en la web del parque e incluso en booking. Es la única opción en el lugar. Estaban construyendo otras, quizá mejores. Lo que vimos era terrorífico en cuanto a higiene (y también si se tiene aprensión a insectos, reptiles, monos, etc). No obstante, hay rutas nocturnas y la experiencia de los que se quedan a pasar la noche debe ser bastante intensa. No lo dudamos, pero no lo hicimos. La experiencia de la excursión diurna también es fantástica. Vigilando a una víbora cerca de las casetas... ![]() Por las casetas rondaban algunos jabalís salvajes, bastante acostumbrados a la presencia humana. Caminando unos minutos, pudimos ver víboras, monos narigudos (son tímidos y huidizos, pero pueden verse) monos de cresta blanca, macacos (por supuesto), un lémur volador y en general mucha naturaleza. Todo tipo de monos: ![]() El lemur volador: ![]() Es impresionante. Hicimos una ruta que iba hasta una playa, de menos de una hora de trayecto y vuelta al punto inicial. En la playa había valientes bañándose. El agua era turbia y no nos animamos, más por las fotos de los cocodrilos que por el hecho de no haber traído el bañador. Comimos cerca de las casetas, en el único local que hay, con un buffet cuartelero, pero nutritivo y luego hicimos otra pequeña ruta muy llana que se adentró en el bosque. Una experiencia magnífica. Al regresar a Kuching, tras la ducha en el hotel dimos una vuelta y aun pudimos pasar por tiendas de comida y especias (recomendamos sinceramente comprar pimienta): ![]() Al final del día estábamos verdaderamente cansados, por los vuelos y la intensidad del viaje, y optamos por programar al día siguiente la excursión a Semmengoh, muy sencilla y ligera. La contratamos sobre la marcha en la recepción del hotel. Etapas 10 a 12, total 17
La excursión a Semmengoh no empezó bien. A la hora señalada no vino nadie a recogernos. Como estábamos en el propio hotel, protestamos y, después de cierta confusión, un chaval de la casa nos llevó él mismo. Esto nos supuso un pequeño retraso, pero sin más. El personal del hotel resultó bastante ineficiente, aunque a cambio nos pasamos el trayecto a la reserva de los orangutanes charlando con el pobre chaval al que le había caído el marrón, que resultó muy interesante: era muy joven, hablaba malasio porque es la lengua oficial, chino porque era su etnia e inglés por trabajo. ¡Con menos de veinte años estaba preparado para trabajar en cualquier sitio del mundo!
Visitar la reserva de Semmengoh es facilísimo en todos los sentidos. Se puede llegar en transporte público, coche, o alquilando el transporte con chófer como nosotros. Una vez dentro, todo es sencillísimo. Hay senderos por el bosque y hay unas horas en las que se pone comida en determinadas estructuras de madera. Los orangutanes lo saben y acuden a por ella. ![]() ![]() Es un espectáculo cuando aparecen por las copas de los árboles. Vimos media docena de adultos y una madre con una cría que pasó por el suelo a nuestro lado. Es impresionante. ![]() A la vuelta, lo de siempre en Kuching: nos habría venido bien más infraestructura de relax (una playa, una piscina en el hotel, bares…) pero era mucho pedir. Tomamos algo en un café al lado de la oficina de turismo, en la que preguntamos si había raflessias en flor en algún lugar que pudiésemos visitar. Resultó que las habia en Gunung Gading y decidimos ir allí al día siguiente. Había carreras de algo similar a las traineras en el río y nos quedamos viendo el ambientillo, deambulando por allí. Puestecillos de comida, artesanía de poca monta y mucha mercancía de la que puede verse en cualquier rastro del mundo. Dedicamos un tiempo a ver tiendas para ver si nos animábamos a comprar alguna máscara tribal, productos en madera, camisetas o lo que fuese. No había gran cosa (hay varias tiendas con mucha mercancía: no es que no haya, es que no nos sedujo mucho la oferta). Cenamos de nuevo en el food court al final de India Street. ![]() En el hotel, contratamos la excursión a Gunung Gading para el día siguiente. Etapas 10 a 12, total 17
Este día lo dedicamos a visitar el parque de Gunung Gading. Está a algo más de dos horas de distancia de Kuching. Fuimos en un coche con chófer. El recorrido es interesante. Paramos a ver orquídeas naturales (en una cuneta) y pasamos por algunos pueblos.
Al llegar, el chófer nos presentó a un guía que nos llevó a ver las rafllessias. Nos adentramos por el bosque y las fuimos encontrando. Están muy controladas y se sabe exactamente cuáles y cuándo florecen (es importante preguntar antes de ir). Aunque ellos ya saben dónde están, tiene un punto de juego y de descubrimiento: ![]() Vistas las rafflessias, el guía nos dejó solos indicándonos el camino que había que seguir para hacer la ruta que quisiésemos elegir, más larga o más corta, a la vera del río, pasando por una serie de cascadas. Antes de irse, el guía intentó cobrarnos (su servicio ya estaba incluido en el precio). Más que al hecho de que fuese perro viejo, prefiero achacarlo a la falta de comunicación entre las partes. Tras la discusión nos despedimos muy amablemente en medio de la selva y nunca más nos volvimos a ver. La ruta fue estupenda. Íbamos solos por un sendero, a veces llano y a veces con bastante pendiente, en el que se señalaba de vez en cuando el acceso al río, a una poza, a una cascada. El sendero estaba perfectamente señalado, aunque en ocasiones la vegetación se cerraba bastante: ![]() Una libélula que descansaba con nosotros: ![]() Una vez más cometimos el error de no llevar bañador, aunque nos metimos prudentemente en un par de pozas con aguas cristalinas y peces lentos, siempre solos nosotros dos. ![]() Al terminar la ruta y llegar al punto de inicio, nos esperaba nuestro chófer con una bolsa de plástico con fruta y algo de comida. No estuvo mal para reponer fuerzas. La vuelta fue algo accidentada (se estropeó el coche y el chófer tuvo que quedar con un compinche que le prestó el suyo. No fue desagradable y nos sirvió para charlar un buen rato sobre carreteras, coches y la industria del automóvil en Malasia. Este día fue sensacional y, sin embargo, a priori podría parecer que el plan resultaba un poco reiterativo con Bako. Es difícil recomendar a nadie sobre qué hacer y cómo planear su viaje a esta zona. Si la prioridad es aprovechar al máximo el tiempo, seguramente se pueden sumar dos excursiones en un día, madrugando bastante y planificando bien. Si uno quiere experiencias más intensas, debe pasar una noche en Bako… Es difícil acertar. Si yo pudiese cambiar algo, habría pagado 20 euros más por noche y me habría ido a un buen hotel en el que darme un chapuzón y tomarme una copa, con una habitación en condiciones, en lugar del Lime. Etapas 10 a 12, total 17
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