Nueva York y Washington DC bajo la nieve (2013) ✏️ Blogs de USA

27 de marzo

Tal como me temía, 4 días son demasiados a mi parecer para Washington. No me queda mucho de lo más típico para ver, o sea que me lo tomo con mucha calma, bajo a desayunar más tarde de lo habitual, y pasadas las 10 salgo a dar una vuelta. Bajo andando hasta la puerta norte de la Casa Blanca, que aún no había visto, y me dirijo dando paseos por las manzanas de la ciudad hacia Chinatown, con la esperanza que sea interesante como las de San Francisco o NY. Ni de lejos, muy decepcionante.


Dando tumbos por las calles, bastante aburrido, paso por delante del Teatro Ford, en la calle 10, en el que asesinaron a Lincoln. Evidentemente, está muy remodelado, pero es una atracción turística más, pues está lleno de excursiones escolares, aparte de un teatro en funcionamiento. Yo no entro al ver las colas. No muy lejos se encuentra el Museo de los Espías, en la calle F. La cola para entrar casi da la vuelta a la manzana. La gente se aburre en Washington (o es muy friki). Sólo por curiosidad, entro en la tienda de souvenirs del museo (no hay cola), y doy una vuelta: parece un santuario dedicado a James Bond, la CIA y el FBI, libros, camisetas, artículos de "espionaje", postales... Curioso. Sigo mi ruta hacia el este por la calle F y llego a Unión Station, que aparte de la estación de trenes y buses, tiene un montón de tiendas y restaurantes donde perder el tiempo. Aprovecho la ocasión para informarme de la mejor opción para ir mañana al aeropuerto desde la ciudad. Me informan en el mismo sitio del día de mi llegada, de que hay un autobús directo al aeropuerto por unos pocos dólares, que sale de l'Enfant Plaza. Me tomo un pedazo enorme de pizza por un par de dólares, entro en las tiendas, busco algún recuerdo que comprar... No encuentro nada de mi agrado y salgo otra vez a la calle, bajo hasta el Mall, concretamente hasta el Capitolio, dónde saco unas cuantas fotos más. Tengo la intención de ir a los Archivos Nacionales, en los que creo están expuestas la Declaración de Independencia y la Constitución, pero aquí sí que la cola de gente da más de una vuelta a la manzana, o sea que me olvido de ello y entro en otro de los museos Smithsonian para ver una exposición de retoque fotográfico a lo largo de la historia. Bastante decepcionante. Al salir, me decido a entrar en el Museo (Smithsonian, como no) de Historia Natural. Aquí es gratuito (en NY tuve que pagar 20$), y puedo contemplar una exposición de fotografía de naturaleza que me encanta. Me tiro un buen rato en ella. Tras salir del museo, vuelvo a entrar en el museo del Aire para comprar unas chapas de militar, grabadas con los nombres de mis perros y pasar un rato más en la tienda del museo.



Empiezo a estar cansado y creo que no me queda casi nada por ver, o sea que cojo rumbo downtown y me tropiezo de lleno, en la calle 11, con el edificio del FBI, el J. Edgar Hoover, en memoria a su primer director. Supongo que actualmente no está en funcionamiento en la misma localización, pues paso un buen rato curioseando por la zona y nadie entra ni sale, ni siquiera hay vigilancia en el exterior.



Así pues, vuelvo andando al hotel, pasando a comprar la cena, para disponerme a preparar la maleta para mañana. La vuelta será dura, pues tengo una escala en Moscú de varias horas...

---

28 de marzo

Todo lo bueno se acaba...Con todo preparado, bajo a desayunar y hacer el check out del hotel con tranquilidad. Recojo el equipaje y voy andando hasta la estación de metro de Foggy Bottom, para hacer mi último recorrido en metro. Tanto la línea azul como la naranja paran en Enfant Plaza (verde y amarilla también), o sea que es fácil, no tengo que hacer ningún cambio de tren.
Salgo a la calle y tras recorrer un laberinto de restaurantes, doy con un amable empleado que me indica dónde debo esperar el autobús que lleva directo al aeropuerto de Dulles. Tras consultar el horario, veo que tengo tiempo de ir a comer alguna cosa a un chiringuito que hay frente a la parada. El autobús llega puntual y tengo un trayecto de casi una hora.
Ya en el aeropuerto, tengo la suerte de poder facturar de los primeros, pues acaban de abrir las taquillas de facturación. Libre de equipaje, recorro el larguísimo aeropuerto, yendo de tienda en tienda. Para el largo viaje de regreso, me compro un libro (en inglés, claro) que empiezo a leer de inmediato para amenizar la espera.
Un vuelo sin complicaciones, largo, aburrido e incómodo, para llegar a Moscú (Sheremetyevo), unas 9 o 10 horas después. Las pistas del aeropuerto están llenas de montones de nieve, con máquinas que la apartan de las rutas de los aviones. El interior de la terminal está casi desierto. La espera se va a hacer muy larga. Aprovecho para dormir, leer, jugar con la Tablet, recargar la batería de la misma y comer una hamburguesa en un Burger King.
El vuelo desde Moscú a Barcelona, pues más de lo mismo, como siempre...El regreso es duro, pero vale la pena cuando me encuentro a mi familia esperando en la terminal de Barcelona.

Esto es todo amigos!

---