13 días por tierras francesas ✏️ Blogs de FranciaViaje en familia durante 13 días recorriendo en coche buena parte del territorio francés.Autor: Anfran.20 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (11 Votos) Índice del Diario: 13 días por tierras francesas
01: Introducción
02: Preparativos
03: Día 14 Agosto: Barcelona-Puigcerdà-Pamiers (284 Km)
04: Día 15 Agosto: Toulouse-Cahors-Domme-La Roque Gageac-Collongues la Rouge-Limoges
05: Día 16 Agosto: Limoges- Oradour sur Glane-St Savin-Blois (288Km)
06: Día 17 Agosto: Castillos del Loira: Chambord, Chenonceau, Villandry (370 Km)
07: Día 18 Agosto: Nantes-Rocheford en Terre-Vannes-Josselin-Rennes-Vitré-Fougères
08: Día 19 Agosto: Dinan-St. Malo-Mont Saint Michel (267 Km)
09: Día 20 Agosto: playas del desembarco de Normandía (358 Km)
10: Día 21 Agosto: Étretat-Rouen-Amiens-París (392 Km)
11: Día 22 Agosto: París
12: Día 23 Agosto: Auxerre-Nevers-Moulins (398Km)
13: Día 24 Agosto: Clermont-Ferrand-Puy de Dôme-Salers-Le Puy en Velay (414Km)
14: Día 25 Agosto: Le Puy en Velay-Mende-Millau-Narbona (358 Km)
15: Día 26 Agosto: Perpignan-Céret-Girona-Aeropuerto El Prat- Gran Canaria (310 Km)
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Etapas 7 a 9, total 15
Km etapa:362 km
Salimos del hotel temprano como todos los días, para visitar Nantes. El día había amanecido nublado, y hacía más frío que los días previos. Aparcamos el coche en un parking que no pagamos por ser domingo. La ciudad estaba vacía: por eso y porque el tiempo no acompañaba decidimos visitar sólo la catedral de St. Pierre et St. Paul. La ciudad estaba en obras, por lo que nos costó encontrar la salida en dirección a Rochefort en Terre. Durante el trayecto nos cayó una tromba de agua que parecía presagiar el tiempo que nos encontraríamos en el norte (por suerte fue una falsa alarma, tuvimos un tiempo excelente ). Cuando llegamos al pueblo había dejado de llover, y aparcamos a la salida del mismo (los coches estacionan a ambos lados de la calle y es gratuito; los parkings de pago se encuentran a la entrada de la villa). Aunque era domingo, no había tanta gente como pensábamos. Visitamos la iglesia, paseamos por sus calles y compramos algún recuerdo. Aprovechamos para comprar baguettes y algún dulce en una boulangerie (el dueño fue muy simpático, nos intentó hablar en español para explicarnos los ingredientes de los dulces). El pueblo es precioso aunque el día estaba nublado. Nos gustó mucho el lugar. En el camino hacia Vannes nos encontramos alguna sorpresa En esta ciudad aprovechamos un merendero para almorzar. Paseamos sobre todo por su costa. Vimos nuestras primeras casas de madera. Llegamos a Josselin: es un lugar precioso, con sus casas de madera y con uno de los castillos medievales más bonitos que vimos en el viaje (junto con el de Vitré) En la trasera de la iglesia, esta la entrada para subir a la torre (gratuita, pero con una escalera de caracol interminable). El esfuerzo mereció la pena por las estupendas vistas. Por los comentarios que había leído, llegamos a Rennes sin muchas expectativas, pero a mí me pareció una ciudad preciosa. Aparcamos en la rue Victor Hugo y pasamos por delante del Palais du Parlament du Bretagne y la place du Palais. Subimos hacia la place Ste. Anne y vemos por fin, las famosas casas de madera. A esa hora, la zona más animada de la ciudad estaba en la place Ste. Anne, con multitud de jóvenes comiendo en las terrazas. En la trasera de la plaza, vimos algunas casas típicas que estaban rehabilitando. La última parada del día fue Vitré. Igual que Rennes, sólo había gente en las terrazas, pero nadie visitando la ciudad. Paseamos por las calles con casas de madera, vimos su enorme castillo medieval…Es un lugar muy bonito, pero era ya muy tarde y no pudimos disfrutarlo porque estaba anocheciendo. Llegamos al hotel Formule 1 de Fougères. Aquí tuvimos el primer susto del viaje: la máquina automática no reconocía la tarjeta de crédito, y por un momento pensamos que tendríamos que quedarnos a dormir en el coche . Mi hermano se dio cuenta que había un telefonillo al lado de la máquina, que comunicaba con el responsable del hotel, y en inglés, traté de explicarle lo que nos pasaba. A los pocos minutos llegó el encargado, y nos atendió sin problema en la recepción. Cenamos en un Mc Donald que había a pocos minutos del hotel. Etapas 7 a 9, total 15
El día amaneció nublado y feo, la temperatura había bajado significativamente con respecto a los días anteriores y parecía que en cualquier momento comenzaría a llover. Por todo esto (y porque ese día teníamos un horario muy condicionado por las mareas del Monte Saint Michel) decidimos no detenernos en Fougères, y salir directamente rumbo a nuestra primera parada importante del día: Dinan. Estacionamos en el parking que esta justo delante de la basílica St. Sauveur, que se convirtió en la primera visita del lugar. Tras el “susto” inicial, el tiempo nos acompaño una vez más.
La ciudad es preciosa, necesita al menos una mañana para verla en profundidad y sin prisas. Nosotros decidimos centrarnos en lo típico:las casas de madera y sus calles empinadas (vimos varios atletas que subían y bajaban corriendo esas calles una y otra vez…eso no debe ser bueno para la salud ), pero insisto, es un lugar con un ambiente muy agradable, en el que te puedes tirar toda la mañana perfectamente. De vuelta al coche, pasamos por les Jardins Anglais desde donde se puede ver la característica imagen de Dinan. Desistimos de visitar Dinard cuando a pocos kilómetros de llegar vimos que la caravana de coches para entrar era inmensa. Es un destino de playa, muy muy turístico y a rebosar de gente a esa hora. Así que con ayuda del GPS nos desviamos a nuestra siguiente parada: St. Malo. Después de dejar el coche en un parking subterráneo (justo al lado de la oficina de turismo; no muy económico, pero el tiempo era lo que menos nos sobraba), entramos en la parte intramuros de la ciudad. Aunque fue destruido casi en su totalidad en 1994, la restauración de sus calles y casas permiten imaginar el pasado corsario de este lugar. Es un sitio muy turístico, pero aun así merece la pena dar un paseo por sus calles, repletas de tiendas de souvenirs, restaurantes, etc.. Subimos por la rue du Boyer y llegamos hasta Porte des Bés, desde donde pudimos ver la costa. Nos sorprendió ver a gente en la playa, incluso bañándose (acostumbrados al clima de Canarias, allí hacia demasiado frío para bañarse ). Vimos le Petit Bé y le Grand Bé, a los que se puede acceder cuando la marea esta baja. Bordeamos la muralla por la parte externa, y vimos varios carteles que anunciaban cómo serían las mareas de ese día. Almorzamos en St Malo crêppes y galettes (no podíamos dejar Bretaña sin probarlas!! ). Salimos en dirección a Cancale, una ciudad costera preciosa, mucho menos abarrotada que las anteriores paradas. Aquí no nos entretuvimos mucho porque nos quedaba el plato fuerte del día. A la salida de Cancale, vimos por primera vez el Mont Saint Michel La pleamar ese día era a las 18:35, así que, siguiendo las recomendaciones del foro, llegamos al Monte sobre las 4 de la tarde, para poder disfrutar con tranquilidad la subida. El acceso al parking del Monte está muy bien indicado; una vez ahí nos dirigimos hacia una especie de centro de interpretación donde dan información sobre el Monte y hay múltiples maquetas para hacernos una idea del lugar. Cerca de aquí cogemos el autobús lanzadera, que nos lleva hasta casi la entrada del Mont Saint Michel (hay que andar cerca de un kilómetro desde donde nos deja el autobús). La única calle es estrecha y empinada, está llena de gente y cuesta caminar. Esto le quita algo de encanto, pero el esfuerzo merece la pena. Nos dirigimos directamente a la abadía con idea de visitarla y salir para ver las mareas, pero cuando estamos en la terraza occidental, nos damos cuenta que hay muchísima gente mirando el mar… nos fijamos y…está subiendo!! Así que decidimos verla desde ahí; merece la pena pagar la abadía solo por ver la marea desde esta perspectiva (aconsejo llevar abrigo, porque aquí sí que hace viento y frío). Simplemente espectacular. La abadía…no es nada del otro mundo, es más espectacular por fuera que por dentro (posee varias estancias, la mayoría, vacías)…pero tiene (en mi opinión) de las mejores vistas para ver las mareas. Entre una cosa y otra se nos había pasado la tarde, así que tras comprar algunos souvenirs, emprendemos el camino de vuelta, no sin antes tomar alguna imagen para el recuerdo. A la hora que salimos del monte (sobre las 19:30 mas o menos) había mucha menos gente que a la entrada, y el ambiente era mas agradable y tranquilo. Nos costó despedirnos de este lugar. Pagamos el parking (12€) y salimos en dirección a Avranches, siempre con la mirada puesta en el Monte. Muy cerca del Monte hay un cementerio alemán de la Segunda Guerra Mundial, pero a esa hora (como no) ya estaba cerrado. Esa noche nos alojamos por última vez en un Formule 1 en Saint Lô. Tuvimos el mismo problema que en Fougères, pero esta vez lo solucionamos sin mayores sobresaltos. Etapas 7 a 9, total 15
Este fue otro de los días clave del viaje. Desde que se propuso ir a Francia, Normandía se convirtió en parada obligatoria. Como nos sucedió con los Castillos del Loira, nos quedamos con ganas de más, por lo menos se necesitan2 días para ver lo más importante de manera relajada (siempre que guste la historia de la 2º WW: aconsejo buscar información para entender qué sucedió exactamente en cada lugar). Así que ese día nos levantamos temprano, cansados pero con ganas, y salimos en dirección a Saint Lô. Sólo nos detuvimos para ver su catedral.
Seguimos nuestro camino hacia la primera parada del día: Sainte Mère Église. No había mucha gente a esa hora de la mañana, así que pudimos visitar tranquilamente la iglesia (con su famoso paracaidista colgado) y los alrededores. Justo en frente está el museo Airbone. Aprovechamos esta primera parada para comprar algunos souvenirs; retomamos la ruta, ahora hacia el cementerio alemán de La Cambe, justo al lado de la autopista. Los cementerios revelan claramente quiénes fueron los vencedores y quiénes los vencidos. En este lugar fueron enterrados más de 20.000 alemanes, la mayoría jóvenes que no sabrían ni por qué luchaban. Junto al cementerio hay varias salas donde exponen fotos de otros cementerios alemanes por el mundo (como el visitamos hace unos años en Extremadura) y un centro de la memoria, con algunos objetos y documentos de esta guerra (entrada gratis). Nos dirigimos ahora al Pointe du Hoc, famoso lugar donde escalaron los acantilados los rangers, y que fue bombardeado de tal manera, que aún permanecen los socavones de los impactos. El lugar está muy bien cuidado, con aparcamientos habilitados tanto para caravanas como para coches. Nos dio la sensación que estaban acondicionando los caminos que llevan hasta los acantilados, poniendo paneles informativos, etc. quizás para hacerlo de pago en un futuro (fue nuestra impresión). El sitio es impresionante, con varios bunkers alemanes rodeados de agujeros. Si están interesados en el lugar, aconsejo llevar alguna linterna pequeña porque las estancias de los bunkers no están iluminadas, y aunque no tienen nada “especial” en su interior, siempre pica la curiosidad. La gente se ayudaba de las luces de cámaras de fotos y de los móviles. Nosotros llevamos una mini-linterna "por si acaso" y sólo la usamos en esta etapa. Nos pasamos toda la mañana recorriéndolo, sorprende lo bien conservado que está todo, teniendo en cuenta que han pasado más de 60 años de su construcción. Totalmente recomendable. Pasado el mediodía, vamos hacia la siguiente parada: Omaha Beach y el cementerio americano. Aquí también disponen de un enorme aparcamiento (el parking del cementerio alemán es escaso, nosotros tuvimos que aparcarlo a un lado de la carretera). En el camino, nos encontramos con un memorial, al que no entramos por falta de tiempo. Desde la entrada al cementerio se puede observar la playa de Omaha, y bajar por unas escaleras interminables hasta ella (nos quedamos con ganas de bajar y recorrerla , pero viendo la hora, decidimos dar prioridad al cementerio). El cementerio es impresionante, sobrecogedor, pero con un aire distinto al alemán: se nota que fueron los vencedores, y el patriotismo americano rebosa por todas partes. Queríamos visitar por lo menos un museo de Normandía, así que después de buscar mucha información, nos decidimos por el de Bayeux: “Musee memorial Bataille de Normandie”, que está al lado del cementerio inglés (se ve desde la carretera). Antes de entrar comimos unos bocatas que compramos en un Leclerc cercano. El museo está muy bien, tiene un poco de todo, que era precisamente lo que buscábamos: historia (sólo en inglés y francés), objetos de la época, armamento, videos, etc. Se recorre en una hora y media a lo sumo. De nuevo, tener en cuenta los horarios en Francia: a las 5 y media nos indicaron por megafonía que el museo cerraría en media hora. Condicionados de nuevo por las mareas (ese día la bajamar era a las 5 y media) salimos hacia Arromanches para ver su puerto artificial. Es un lugar bastante turístico pero tranquilo: en todos los sitios que visitamos de Normandía había mucha gente, pero las visitas se hacen con un respeto diferente a otros lugares. Pudimos ver perfectamente los restos del puerto artificial y dar un paseo por la playa (no es aconsejable acercarse mucho a los restos del puerto, porque están rodeados de una especie de chapapote, que mancha de negro el calzado y huele muy mal; lo digopor experiencia ). Tras este “incidente”, aprovechamos para comprar souvenirs (la calle está llena de tiendas). La siguiente parada fue Longues sur Mer (tuvimos que deshacer camino, pero la visita de Arromanches dependía de las mareas). A esta hora de la tarde, había gente paseando (hay un parking de caravanas cerca) pero casi nadie visitando las baterías (se ve que los franceses respetan mucho “su horario”; la única familia que nos encontramos era también española). Era muy muy tarde, pero no queríamos irnos de Normandía sin ver Caen (en el museo de Bayeux hay fotos del antes y el después de esta ciudad; quedó completamente devastada durante la guerra). Seguimos hacia Bénouville para ver el famoso puente Pegasus. Ahora sí, el día no daba para más, así que cogimos la autopista de peaje en dirección a Le Havre, donde nos alojamos en el primer B&B del viaje. Atravesamos el puente de Normandía que a esa hora de la noche, estaba iluminado de manera bastante colorida (peaje 6.30€). Como en los Formule 1, a partir de las nueve de la noche no hay personal en recepción, así que nos dirigimos a las maquinas que están también en el exterior del hotel; sin problemas para hacer el check-in. Como ya comenté al principio, estos hoteles tienen una excelente calidad-precio: habitaciones cuádruples con baño propio, y un desayuno muy bueno y completo con algo mas de variedad que los Formule 1. Cenamos y caímos rendidos en la cama. Etapas 7 a 9, total 15
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