MIÉRCOLES 29/03 ✏️ Diarios de Viajes de Reino Unido

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Tras el buen madrugón, desayunamos y nos dispusimos a aprovechar nuestro primer día en Londres.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a la parada del Tube de Pimlico para comprar la Travelcard de tres días on peak. (17,40£) y así poder usar tranquilamente los benditos 2x1 que tantos pounds nos ahorró durante el viaje, así como poder usar tantas veces como quisiéramos los medio de transportes incluidos y que buenamente nos explicó el hombre de la estación.
El tube nos dejó impresionados ya que aquello es otra ciudad bajo tierra… ¡Qué pasada! Es enorme ¡Qué escaleras!

Y pusimos rumbo a la Torre de Londres.
Bajamos en la parada Tower Hill. Y aquí usamos nuestro primero 2x1 (16,50£), no recuerdo muy bien si me pidieron la travelcard…creo que si. La verdad es que me la pidieron bastantes veces y sino ya la enseñaba yo por si acaso.
La visita nos llevó casi toda la mañana. Primero empezamos por los muros y las torres. Vimos el Palacio Medieval con una réplica de la cama de Eduardo I y réplicas también de las diferentes coronas que han habido lo largo de la historia ¿Las joyas de la corona? Pues muy chulas…cómo brillaban. Ahora eso sí, las puertas de entrada y salida a la cámara donde se encuentran eran alucinantes…que gordas ¡¡jejej!! Éstas se encontraban en el edificio Waterloo Block, cuya entrada me gustó mucho con esas dos torrecillas y un reloj en medio. De aquí pasamos a la White Tower, que está parcialmente en reformas en una de las caras de la fachada, pero aún así es preciosa. Aquí pudimos ve una colección de armaduras, incluso de pequeños infantes. Y de aquí pasamos a ver las diferentes zonas de los prisioneros, donde todavía se pueden ver las escrituras en la pared, así como las zonas de torturas.
Y como no, vimos los famosos cuervos de la Torre que están en una zona muy bonita del recinto.
Desde aquí pudimos hacer varias fotos al puente de Londres.
Fuera del recinto, al lado del río, hay unos banquitos muy majos donde aprovechamos para descansar y tomar un tente en pie…unas muffins que nos compramos y que estaban...ummm…¡¡jeje! Desde aquí tienes una vista del puente preciosa.

Y una vez terminado el almuerzo nos fuimos a visitarlo. Llevábamos mucha ilusión con esta parte del viaje y por fin estábamos en el famoso puente de Londres. Desde que decidimos viajar a esta ciudad la visita del puente era uno de nuestros objetivos. Nos apetecía mucho pasear por él, cruzar el Támesis y admirarlo por dentro.
Desde allí pudimos ver el famoso pepinillo que tanta gracia me hacía.

Usamos otro 2x1 (6,00 £). La visita no está mal: te ponen unos videos de cómo se propuso la idea, los diferentes modelos que se presentaron a concurso, fotos de la época, el funcionamiento de la maquinaria…y luego tienes oportunidad de verla (o una maqueta a tamaño real) en otra zona el puente que para acceder a ella tienes que salir a la calle y bajar a la parte de la orilla del río. Es un poco liosa y más si no te quedas con las indicaciones que te dan, pero si sigues a la gente no tienes problema ¡¡jaja!!
A mí me gustó mucho poder pasear por lo alto del puente y admirar las vistas que hay desde allí.

Y aquí teníamos la duda de… ¿dónde vamos?

Nos apetecía caminar por la otra orilla del Támesis y admirar los edificios que había por allí, así que eso hicimos. Desde esa zona se hacen fotos muy bonitas del río y sobre todo del puente…pero no serían las únicas que sacaríamos ¡¡jejej!!

Había visto que por allí estaba el Museo Dungeon y como tenía ciertas ganas de ver cosas sobre Jack el Destripador nos pasamos por allí. Había una cola larguísima, así que pensé que valdría la pena el museo cuando estaba tanta gente esperando a entrar.
Una vez más usamos los 2x1 (19,95 £) y después de la espera nos adentramos en el museo del Terror ¡¡jejee!! Aquello es más como una atracción de feria, como el pasaje el Terror, pero algo más chulo. Vas atravesando las zonas a pie y siempre acompañado por un actor del museo que, claro está, va disfrazado. Ellos te van contando las historias de los diferentes asesinos que ha habido en Londres, así como las diferentes etapas por las que han pasado como la peste, el incendio… De vez en cuando te van dando sustos y eso está muy entretenido porque vas todo el rato en tensión. ¡¡jaja!! Bueno esto depende de la gente, hay quien se ríe o no le da miedo pero a mí, que me meto mucho en el papel, me gustó bastante.
Lo único malo que le vi es que como no vayas puesto en inglés te pierdes la mitad de las cosas…pero nosotros nos pudimos hacer una idea.
Tienes también dos pequeñas atracciones: una de barquita con caída y otra de una caída libre en pequeñito. No están mal. Como ya he dicho parece más una atracción de Terror que un museo. A mí me gustó, pero porque me ahorré una entrada, si tengo que pagar dos no entro.

Cuando salimos empezaron a caer unas gotas y como ya era la hora de comer nos metimos en un Mc’Donals que encontramos por la zona. Después decidimos quedarnos por esta orilla del río y acercarnos a ver el London Eye y sus alrededores, para ello nos desplazamos con el tube.

Lo primero que hicimos fue entrar en el Acuario antes de que cerraran. (13,25£, con 2x1). No estaba mal, pero lo vi un poco simple. Lo que más me gustó fue la zona de los tiburones…hubo uno que me miró con una cara de mala leche…lo podéis ver en las fotos. En general…bien…para ir con niños. Pero me gustaron más otros sitios que vi por Londres, como el Zoo, que cuento más adelante.

Y por fin salimos fuera y pudimos admirar la gran noria: El London Eye. En ese momento no montamos, lo dejamos para unos días después. Por ahora nos conformábamos con pasear bajo sus pies, admirar el Parlamento y el Big Ben desde la otra orilla y atravesar el río por el Westminster Bridge hasta llegar a él. Cuando íbamos por el puente nos llamó la atención los puestos de perritos calientes y de peladillas que habían…antes de irnos tendríamos que probar uno de esos perritos… umm, que pinta!!

Y de aquí decidimos acercarnos a Picadilly Circus.
Salimos del tube directamente frente a los famosos letreros y como ya era de noche se veían muy chulos. La plaza estaba a rebosar de gente, algunos sentados a los pies de la fuente con la famosa estatua de Eros comiendo algo, bebiendo café, haciendo fotos,…o simplemente admirando la plaza. Había varias tiendas en los alrededores y decidimos entrar en una de deportes que tenía unos descuentos llamativos.

Como el agotamiento ya estaba haciendo mella en nosotros decidimos irnos para el hotel. Para regresar utilizamos el bus, ya que el nº 24 nos dejaba en la misma puerta del hotel y de este modo podíamos ver la ciudad iluminada. Primero cogimos el 12 y luego el 24. El recorrido estaba muy bien porque se veía la Nacional Gallery con la Columna de Nelson, Las Horse Wards, El parlamento y el Big ben, Wenmister Abbey y San Margaret Church, Westminster Cathedral, la estación de Victoria… y ya se adentraba en Belgrave Road que era donde estaba nuestro hotel. Y justo en la misma puerta estaba la parada.
Nos pasamos por la habitación para asearnos un poco y de aquí nos fuimos al Italiano que teníamos al lado para cenar. La verdad es que cenamos de maravilla y no era nada caro: 29,70 £ una ensalada, una calzone, una lasaña, dos coca colas, una fanta, unos panes con mantequilla,…y creo que nada más. La calzone era una pasada, bastante grande y estaba…umm…bueno todo estaba delicioso. Cenamos muy a gusto y el dueño que es Italiano fue muy amable con nosotros.

Por este día ya habíamos hecho bastante, nos pasamos por la ducha y a la cama…estábamos cansadísimos, pero había merecido la pena. Por ahora estaba cumpliendo nuestro planning y todo nos estaba gustando mucho.

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