Describir la ciudad de Marrakech con palabras es algo muy complicado: mágica, embriagadora, fascinante, sorprendente, caótica...
Lo mejor es dejarse llevar, sin un plan programado por sus calles, escuchando a sus gentes, aspirar sus aromas a jazmín, curry, almizcle, menta. Ver su cara amable, y también la más triste. Sentir una bofetada de calor, a las cuatro de la tarde en la plaza Jemaa El Fna. Beber sin prisas un inesperado té a la menta. Sucumbir a la sonrisa de los niños. Despertar en un encantador riad. Dejar la vergüenza en un hamman. Probar sus distintos sabores...pero sobre todo, lo mejor es dejar que esta ciudad te envuelva poco a poco, y quede grabada a fuego en tu corazón.
En Marrakech el tiempo se detiene, las horas pasan con lentitud, y los días se convierten en semanas.
Marruecos se ha convertido en mi país número 23.
He visitado lugares como Egipto, Túnez, Siria, y la verdad es que no esperaba nada especial de Marrakech, pero desde luego, el viaje me ha sorprendido muy gratamente. No creo que tarde en volver.
Comenzemos:
En este caso se repite la pauta de mi viaje a Oslo. 5 amigas, o mejor dicho 5 conocidas (algunas de ellas ni siquiera eso...se conocieron en el coche de camino a Madrid). Todas buena gente, divertidas y encantadoras. Han sabido adaptarse a la perfección, y creo que han disfrutado del viaje al 100%.
El vuelo por supuesto con Ryanair (los adoro), por 28 euros (de media, puesto que no compramos los billetes al mismo tiempo, y a algunas les salió por unos cuatro euros más) ida y vuelta desde Madrid.
Nuestro viaje fue de tres días completos, llegamos a Marrakech el día 15 de Junio a las 8 de la mañana, debido a la diferencia horaria (una hora menos que en España), y cogimos el avión de regreso a las 8 de la mañana del 18 de Junio, llegando a Madrid sobre las 12 del mediodía.
Me hubiese gustado disponer de al menos 2 ó 3 días más, para visitar Essaouira y el valle de Ourika, pero habrá que dejarlo para la próxima vez...
Como el vuelo era mañanero, salimos de Zamora a las 02.00 de la madrugada, dejamos el coche, en el parking de larga estancia, y el autobús nos llevó hasta la terminal T1 de Barajas.
Me hicieron meter mi maleta, en el dichoso carrito de medidas, aggggg, cuando la puse encima y ví, que la maleta se quedaba posada en la parte de arriba, me empezó a latir el corazón a mil por hora. Venga, un buen empujón hacia abajo (pensaba que me iba a tener que ayudar con la rodilla), y pa' dentro. Para sacarla, casi me cargo el instalache...
Como siempre el vuelo puntual, y no iba muy lleno, por lo que aprovechamos a ponernos cómodas y echar un sueñecito...Cuando por fin había cogido postura, comenzó la aproximación al aeropuerto, jo, que rabia! Qué dolor de oídos, mientras descendía el avión! En menos de dos horas habíamos llegado a Marrakech.
En el avión te dan un formulario de inmigración, para que lo entregues en control de pasaportes.
Nos tuvieron unos 10 minutos en el aire, puesto que el aeropuerto aún no había abierto. Curioso, verdad?
En control de pasaportes nos dimos cuenta, de que allí las prisas no valen, ufff, que lentitud!!! Cuando por fin nos sellaron el pasaporte, nos dirigimos a la salida dónde nos estaban esperando para llevarnos al riad, que había reservado por internet, directamente desde su página. No hay reserva directa, hay que hacerlo a través de e-mails.
www.dar-riad-sacr.com/ ...tation.php
El taxi nos dejó a la puerta de la medina, ya que no pueden entrar por esas calles tan estrechas, y un señor con un carrito nos llevó las maletas. Si nos veís las caras que pusimos hasta llegar al riad...yo estaba alucinando, porque pensaba que no era posible, que nos estuviesen llevando hacia dónde yo había contratado...y las caras de mis compañeras ni os cuento, eran todo un poema...vaya callejones...sin asfaltar, oscuros...derecha, izquierda, izquierda, otra vez derecha, ahora por dónde hemos girado? pero vamos a ser capaces de encontrar el riad cuando tengamos que ir sólas?. En cinco minutos habíamos llegado a la puerta del riad, no había ningún cartel, ni nada que nos diese a entender que era ese el sitio dónde teníamos que ir...cuando al fin nos abren la puerta y entramos, pude respirar tranquila, era igual que las fotos que había visto en internet, que alivio!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos recibió Kenza, su dueña, una chica marroquí de 37 años, super amable, nos tuvo un rato esperando en la recepción, y se sentó con nosotras, luego nos subió a la terraza, y nos sirvió un desayuno riquísimo, con zumo de naranja, tortas, panes, mermelada, miel, café, té. Cuando terminamos de desayunar, nos estuvo explicando como llegar a la plaza, que sitios ver, como movernos en autobús...También nos dió un mapa. Nos dijo que cuando volviesemos tendrían nuestras habitaciones preparadas, puesto que aún estaban ocupadas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En la terraza dónde desayunamos se estaba genial, había una tortuga, a la que yo bauticé como Casiopea, y un gato naranja que en los días posteriores nos haría unas cuantas visitas a la habitación...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos daba mucha pereza levantarnos, pero había que ver cosas, así que nos despedimos de Kenza y salimos a recorrer las calles de Marrakech.
Mis compañeras consiguieron orientarse muy bien, y en menos de 10 minutos estábamos en la plaza. Cambiamos dinero un poco antes de llegar a la plaza, puesto que en el aeropuerto no nos dió tiempo, ya que no quisimos hacer esperar al señor que nos había ido a buscar.
Nuestro primer destino, como no, fue la famosa plaza Jemaa El Fna, que a esas horas ya estaba llena de puestos de naranjas, encantadores de serpientes y tatuadoras de henna. Nos metimos de lleno en la medina, y caminamos sin rumbo fijo. Pasamos por el barrio de las especias, dónde empezó a acompañarnos un niño que hablaba perfectamente español, llegamos hasta el barrio judío, Mellah, y entramos en el patio de su sinagoga, pero no la vimos por dentro. Había que pagar la "voluntad" 10 dirhams por persona.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después vimos el cementerio judío, la entrada es gratis, pero hay un señor en la puerta que te pide unas monedas a la salida. No dimos nada.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En una tienda nos invitaron a pasar y a tomar un té bereber (le echan 8 tipos de especias), que estaba realmente bueno (a mi no me gusta el té y me lo bebí todo). También nos dieron un masaje con aceite de argal en el cuello y en los hombros.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Entramos en el Palacio del Bahia. 10 dirhams por persona. No voy a explicar cada cosa, puesto que eso lo encontráis en cualquier guía. El edificio es muy bonito y merece la pena. Pasamos un buen rato allí, haciéndonos fotos, pegando saltos...Los españoles allá dónde vamos, siempre dando el cante...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Regresamos a la plaza. Jemaa El Fna, es como un poderoso imán, de una forma u otra, lo quieras o no, siempre terminas allí.
Nos tomamos un merecido zumo de naranja por 3 dirhams, que estaba muy bueno, aunque un poco caliente, a ver quién es el valiente que pide hielo...
A esas alturas ya estabamos un poco cansadas, puesto que no habíamos dormido la noche anterior, así que decidimos ir a comer unos bocatas de los que habíamos traido de España, y a echar un poquito la siesta. Cuando llegamos ya estaban preparadas nuestras habitaciones. La Rouge room y la Blue room (suite). Ambas bastante bonitas y acogedoras.
Después de la siesta, nos dimos una ducha, y a qué no sabéis dónde fuimos? Pués claro! A la plaza...
Vimos la Koutobia, por fuera, ya que los "infieles" no podemos entrar. Y nos acercamos hasta las Tumbas Saaidíes, pasando antes por la mezquita de la Kasbah, las tumbas ya estaban cerradas (no pongo horarios de entrada, puesto que allí deben regirse por la voluntad del encargado de abrir o cerrar, es mejor hacer todas las visitas por la mañana), pero se nos acercó un señor que nos dijo que esperaramos, que iba a buscar al encargado, que nos las abriría para nosotras. Estuvimos un rato esperando en una tienda de especias, y como ya estaba empezando a oscurecer, nos fuimos, con la idea de volver al día siguiente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Otra vez en la plaza...pero ahora se veía de forma completamente distinta a como la habíamos visto por la mañana. Estaba llena, que llena...llenita de gente por todos los lados, había cientos de puestos de comida, música, cuentacuentos, tatuadoras, monos, serpientes, dentistas...Era díficil elegir hacía donde mirar...
Dimos unas cuantas vueltas, para decidir el sitio donde íbamos a cenar. Todos te acosan, para que lo hagas en su chiringuito. Al final, por recomendaciones de gente del foro, nos sentamos en el puesto número 26. Pedimos de todo: calamares, tagine, cous-cous, pastilla, brochetas , ensalada...Todo, incluso la bebida, nos costó 300 dirhams, que al cambio son unos 30 euros, y eso que nos timaron 60 dirhams, entre que hicieron las cuentas mal, y añadieron una barbaridad por el pan, a esas horas ya pasábamos de discutir...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de cenar, nos dimos una vuelta por los zocos de alrededor, y nos fuimos felices al riad. Llevábamos unas 15 horas en Marrakech, y parecía que habían pasado al menos 48...
Lo mejor es dejarse llevar, sin un plan programado por sus calles, escuchando a sus gentes, aspirar sus aromas a jazmín, curry, almizcle, menta. Ver su cara amable, y también la más triste. Sentir una bofetada de calor, a las cuatro de la tarde en la plaza Jemaa El Fna. Beber sin prisas un inesperado té a la menta. Sucumbir a la sonrisa de los niños. Despertar en un encantador riad. Dejar la vergüenza en un hamman. Probar sus distintos sabores...pero sobre todo, lo mejor es dejar que esta ciudad te envuelva poco a poco, y quede grabada a fuego en tu corazón.
En Marrakech el tiempo se detiene, las horas pasan con lentitud, y los días se convierten en semanas.
Marruecos se ha convertido en mi país número 23.
He visitado lugares como Egipto, Túnez, Siria, y la verdad es que no esperaba nada especial de Marrakech, pero desde luego, el viaje me ha sorprendido muy gratamente. No creo que tarde en volver.
Comenzemos:
En este caso se repite la pauta de mi viaje a Oslo. 5 amigas, o mejor dicho 5 conocidas (algunas de ellas ni siquiera eso...se conocieron en el coche de camino a Madrid). Todas buena gente, divertidas y encantadoras. Han sabido adaptarse a la perfección, y creo que han disfrutado del viaje al 100%.
El vuelo por supuesto con Ryanair (los adoro), por 28 euros (de media, puesto que no compramos los billetes al mismo tiempo, y a algunas les salió por unos cuatro euros más) ida y vuelta desde Madrid.
Nuestro viaje fue de tres días completos, llegamos a Marrakech el día 15 de Junio a las 8 de la mañana, debido a la diferencia horaria (una hora menos que en España), y cogimos el avión de regreso a las 8 de la mañana del 18 de Junio, llegando a Madrid sobre las 12 del mediodía.
Me hubiese gustado disponer de al menos 2 ó 3 días más, para visitar Essaouira y el valle de Ourika, pero habrá que dejarlo para la próxima vez...
Como el vuelo era mañanero, salimos de Zamora a las 02.00 de la madrugada, dejamos el coche, en el parking de larga estancia, y el autobús nos llevó hasta la terminal T1 de Barajas.
Me hicieron meter mi maleta, en el dichoso carrito de medidas, aggggg, cuando la puse encima y ví, que la maleta se quedaba posada en la parte de arriba, me empezó a latir el corazón a mil por hora. Venga, un buen empujón hacia abajo (pensaba que me iba a tener que ayudar con la rodilla), y pa' dentro. Para sacarla, casi me cargo el instalache...
Como siempre el vuelo puntual, y no iba muy lleno, por lo que aprovechamos a ponernos cómodas y echar un sueñecito...Cuando por fin había cogido postura, comenzó la aproximación al aeropuerto, jo, que rabia! Qué dolor de oídos, mientras descendía el avión! En menos de dos horas habíamos llegado a Marrakech.
En el avión te dan un formulario de inmigración, para que lo entregues en control de pasaportes.
Nos tuvieron unos 10 minutos en el aire, puesto que el aeropuerto aún no había abierto. Curioso, verdad?

En control de pasaportes nos dimos cuenta, de que allí las prisas no valen, ufff, que lentitud!!! Cuando por fin nos sellaron el pasaporte, nos dirigimos a la salida dónde nos estaban esperando para llevarnos al riad, que había reservado por internet, directamente desde su página. No hay reserva directa, hay que hacerlo a través de e-mails.
www.dar-riad-sacr.com/ ...tation.php
El taxi nos dejó a la puerta de la medina, ya que no pueden entrar por esas calles tan estrechas, y un señor con un carrito nos llevó las maletas. Si nos veís las caras que pusimos hasta llegar al riad...yo estaba alucinando, porque pensaba que no era posible, que nos estuviesen llevando hacia dónde yo había contratado...y las caras de mis compañeras ni os cuento, eran todo un poema...vaya callejones...sin asfaltar, oscuros...derecha, izquierda, izquierda, otra vez derecha, ahora por dónde hemos girado? pero vamos a ser capaces de encontrar el riad cuando tengamos que ir sólas?. En cinco minutos habíamos llegado a la puerta del riad, no había ningún cartel, ni nada que nos diese a entender que era ese el sitio dónde teníamos que ir...cuando al fin nos abren la puerta y entramos, pude respirar tranquila, era igual que las fotos que había visto en internet, que alivio!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos recibió Kenza, su dueña, una chica marroquí de 37 años, super amable, nos tuvo un rato esperando en la recepción, y se sentó con nosotras, luego nos subió a la terraza, y nos sirvió un desayuno riquísimo, con zumo de naranja, tortas, panes, mermelada, miel, café, té. Cuando terminamos de desayunar, nos estuvo explicando como llegar a la plaza, que sitios ver, como movernos en autobús...También nos dió un mapa. Nos dijo que cuando volviesemos tendrían nuestras habitaciones preparadas, puesto que aún estaban ocupadas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En la terraza dónde desayunamos se estaba genial, había una tortuga, a la que yo bauticé como Casiopea, y un gato naranja que en los días posteriores nos haría unas cuantas visitas a la habitación...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos daba mucha pereza levantarnos, pero había que ver cosas, así que nos despedimos de Kenza y salimos a recorrer las calles de Marrakech.
Mis compañeras consiguieron orientarse muy bien, y en menos de 10 minutos estábamos en la plaza. Cambiamos dinero un poco antes de llegar a la plaza, puesto que en el aeropuerto no nos dió tiempo, ya que no quisimos hacer esperar al señor que nos había ido a buscar.
Nuestro primer destino, como no, fue la famosa plaza Jemaa El Fna, que a esas horas ya estaba llena de puestos de naranjas, encantadores de serpientes y tatuadoras de henna. Nos metimos de lleno en la medina, y caminamos sin rumbo fijo. Pasamos por el barrio de las especias, dónde empezó a acompañarnos un niño que hablaba perfectamente español, llegamos hasta el barrio judío, Mellah, y entramos en el patio de su sinagoga, pero no la vimos por dentro. Había que pagar la "voluntad" 10 dirhams por persona.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después vimos el cementerio judío, la entrada es gratis, pero hay un señor en la puerta que te pide unas monedas a la salida. No dimos nada.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En una tienda nos invitaron a pasar y a tomar un té bereber (le echan 8 tipos de especias), que estaba realmente bueno (a mi no me gusta el té y me lo bebí todo). También nos dieron un masaje con aceite de argal en el cuello y en los hombros.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Entramos en el Palacio del Bahia. 10 dirhams por persona. No voy a explicar cada cosa, puesto que eso lo encontráis en cualquier guía. El edificio es muy bonito y merece la pena. Pasamos un buen rato allí, haciéndonos fotos, pegando saltos...Los españoles allá dónde vamos, siempre dando el cante...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Regresamos a la plaza. Jemaa El Fna, es como un poderoso imán, de una forma u otra, lo quieras o no, siempre terminas allí.
Nos tomamos un merecido zumo de naranja por 3 dirhams, que estaba muy bueno, aunque un poco caliente, a ver quién es el valiente que pide hielo...
A esas alturas ya estabamos un poco cansadas, puesto que no habíamos dormido la noche anterior, así que decidimos ir a comer unos bocatas de los que habíamos traido de España, y a echar un poquito la siesta. Cuando llegamos ya estaban preparadas nuestras habitaciones. La Rouge room y la Blue room (suite). Ambas bastante bonitas y acogedoras.
Después de la siesta, nos dimos una ducha, y a qué no sabéis dónde fuimos? Pués claro! A la plaza...
Vimos la Koutobia, por fuera, ya que los "infieles" no podemos entrar. Y nos acercamos hasta las Tumbas Saaidíes, pasando antes por la mezquita de la Kasbah, las tumbas ya estaban cerradas (no pongo horarios de entrada, puesto que allí deben regirse por la voluntad del encargado de abrir o cerrar, es mejor hacer todas las visitas por la mañana), pero se nos acercó un señor que nos dijo que esperaramos, que iba a buscar al encargado, que nos las abriría para nosotras. Estuvimos un rato esperando en una tienda de especias, y como ya estaba empezando a oscurecer, nos fuimos, con la idea de volver al día siguiente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Otra vez en la plaza...pero ahora se veía de forma completamente distinta a como la habíamos visto por la mañana. Estaba llena, que llena...llenita de gente por todos los lados, había cientos de puestos de comida, música, cuentacuentos, tatuadoras, monos, serpientes, dentistas...Era díficil elegir hacía donde mirar...
Dimos unas cuantas vueltas, para decidir el sitio donde íbamos a cenar. Todos te acosan, para que lo hagas en su chiringuito. Al final, por recomendaciones de gente del foro, nos sentamos en el puesto número 26. Pedimos de todo: calamares, tagine, cous-cous, pastilla, brochetas , ensalada...Todo, incluso la bebida, nos costó 300 dirhams, que al cambio son unos 30 euros, y eso que nos timaron 60 dirhams, entre que hicieron las cuentas mal, y añadieron una barbaridad por el pan, a esas horas ya pasábamos de discutir...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de cenar, nos dimos una vuelta por los zocos de alrededor, y nos fuimos felices al riad. Llevábamos unas 15 horas en Marrakech, y parecía que habían pasado al menos 48...