Mi viaje comenzó el día 3 de julio cuando salí desde Zaragoza en el AVE de las 7.50 a Madrid. Sí, ya lo sé. soy una cagaprisas, pero es que en este tipo de cosas me gusta ir con mucho tiempo para luego no estresarme ante los imprevistos. Además, ya tuve una pequeña mala experiencia en mi anterior viaje cuando casi pierdo el tren a Madrid, ahora no me arriesgo




La verdad es que en el tren sin incidencias. Me parece una chorrada ir en el autobús por ahorrar 4 duros con todo lo que te cuesta el viaje... al menos en los de Rep. Dominicana que salen pasado mediodía y con el tren tienes tiempo más que de sobra, el avión si no hubiese salido a las 7 de la mañana también hubiese sido buena opción.
Bien, llegamos a Atocha a su hora y camino al aeropuerto. Cogimos un cercanías hasta Nuevos Ministerios y de ahí el metro. La verdad es que el tema de la huelga me tenía un poquillo inquieta, pero ni esperamos 4 minutos a que llegase el metro, un tren vacío hasta en el que nos pudimos sentar sin problemas. Vamos, que entre unas cosas y otras a las 10.30 ya estábamos en el aeropuerto. Nada, a plastificar maletas y a facturar. Volábamos con Air Europa hasta Santo Domingo. Pedimos ventanilla, pero según el chico como había muchos vuelos enlazados ya no quedaban... Eso sí nadie en la fila para hacerlo, no sé, la gente suele quejarse de filas, pues yo casi no espero en mis vuelos, pero es que esta vez pasé directamente.
Pues nada, como íbamos con tanto tiempo a dar vueltas como una peonza... Yo recordaba el dutty-free mucho más grande, con más variedad de tiendecillas, supongo que la memoria nos juega malas pasadas en ocasiones. Comimos (fatal y por un ojo de la cara, pero qué esperar en un aeropuerto) y a embarcar. La gente se lanza en cuanto abren la puerta, jamás entenderé porqué, si total están los asientos numerados. Bien, cuando la fila acababa nos levantamos, con tan mala suerte que justo cortaron en nosotras porque no había sitio en el autobús y se estaba acumulando la gente en la escalera. Nada a esperar un poquillo de pie (total íbamos a estar horas y horas sentadas...



No teníamos sitio en nuestros asientos para dejar el equipaje de mano, tuve que mandarlo unos asientos por detrás, vamos, que para no molestar no cogí nada de la bolsa (ni revistas, ni libros...) LLega casi la hora del despegue y la gente no cesaba de cambiarse de sitios, aquello parecía el juego de las sillas mientras las pobres azafatas intentaban contar teniendo que recomenzar contínuamente. LLega la hora de despegue y la puerta sigue abierta, pasa media hora y la puerta sigue abierta. Preguntamos y nos dicen que falta gente de embarcar


Pese al tiempo que tardamos en despegar no llegamos casi con retraso a Las Américas. Pagamos las tasas, nos sellaron los pasaportes (esta vez me aseguré de que me lo sellasen, no quería ir de nuevo de ilegal

Bien, cuando salimos nuestro taxista nos estaba esperando. Fuimos muy bien, muy tranquilos y en un coche nuevo y cómodo. Eso sí mi hermana que era la primera vez que pisaba el país se puso pelín nerviosa con los adelantamientos, el celular, la búsqueda de tarjetas en mitad de la autopista

LLegamos al hotel de Santo Domingo, el Mércure Colonial. La habitación es bastante pequeña, la ducha me venía súper justa (mido 1.60 no quiero pensar cómo es para los altos), las camas muy pegadas, casi todas las habitaciones son exteriores a una calle (El Conde) que no es precisamente tranquila y menos un sábado... Para mí no hay hoteles buenos o malos, para mí un hotel vale lo que cuesta o no y podré esperar más o menos del hotel dependiendo de lo que he pagado. Ya os digo que este hotel cuesta más de lo que vale. De todos modos, tampoco es un sitio en el que pensase pasar mucho tiempo...
Fue llegar a la habitación, dejar la maleta y salir por la puerta, no queríamos correr el riesgo de apalancarnos. Teníamos que llamar a España para avisar de que todo estaba bien, como lo que antes era Verizone (creo que ahora se llama Claro) estaba cerrado seguimos buscando por la calle. Entramos en un sito pequeñito, que yo ni pensé que tuvieran teléfonos (sólo ordenadores) y sí tuvieron, además baratísimo, a 7 pesos el minuto...
A cenar... Propuse ir a un sito del Malecón que me habían recomendado, pero fue llegar a la 19 de Marzo y mi hermana decía que por ahí no iba, que estaba muy oscuro... Yo nunca he tenido miedo de ir por Santo Domingo, pero sé por dónde puedo meterme y por dónde no, no creo que hubiese ningún problema por meternos por ahí, pero qué se le va a hacer... Acabamos cenando en El Mesón de Bari. El sitio no era muy barato, pero asequible; lo mejor era que se comía de fábula, nos pedimos unas empanadas de cangrejo y lambí para chuparse los dedos.

De ahí vuelta al hotel, cambiamos algo de dinero para el día siguiente y a dormir.