Esta vez he acertado con el título porque me tocó la excursión a París con la madrastra de Blancanieves o por lo menos con la sobrina porque hay que ver la mala pata que tenía la madame esta.
Bueno, me calmo. Iniciamos el día como siempre desayunando un par de veces y aprovechando la presencia de Minnie para echarle unas fotillos a las peques. Después nos acercamos al hotel New York porque es desde la fachada de este hotel que remeda el New York de principios del XX desde donde salen las excursiones a Paris. Tras un retraso de hora y pico,nos etiquetan como ganado y nos suben a unos autobuses de dos pisos con una visibilidad casi nula. Emprendemos el viaje con la esperanza de que nos cambien a autobuses “descapotados” para la visita pero no,va a ser que no.Vimos desde lejos Invalides,el arco de Triunfo, los campos eliseos,echamos unas fotos a la Torre Eiffel , nos llevan a un muelle para subir al bateau que nos lleva a Notre Dame donde desembarcamos;visita rápida,volvemos al bateau que nos regresa a la Torre Eiffel, subimos dos y dos no por mareos y acongoje general. Bajamos,nos suben al bus y de regreso a Eurodisney.
¿Véis que resumen más corto?Pues casi tardo más en escribirlo que en la excursión. Desde luego, no la recomiendo a nadie. El que quiera ir a Paris que vaya por su cuenta y verá mejor las cosas. Se preparan, se piden informes a los viajeros.com y mejor que subirse a una excursión de estas programadas.
Volvemos sobre las cuatro y pico de la tarde y nos lanzamos como posesos a disfrutar de nuestra última tarde en el parque. Me pido “el mundo pequeñito” y subo y subo y subo y subo hasta que mis peques avergonzadas me exigen que deje de canturrear y vayamos a ver a Alicia. Y vemos a Alicia y al gato de Cheshire y al gusano fumador y subimos otra vez a Dumbo y a Peter Pan(jo,qué cola)y a Buzz Lightyear y al submarino de 20.000 lenguas de viaje ídem y a Pinocho y a Blancanieves y otra vez a los piratas.
Como dije al final de nuestro primer día, ese aroma de felicidad que flota en el ambiente a las diez y media de la noche cuando los últimos van desfilando por la calle mayor en dirección a los hoteles mientras el castillo iluminado domina la “ciudad” y Campanilla desparrama su “polvo mágico” desde lo alto de la torre es muy especial y hay que disfrutarlo. Es mágico,de verdad.Pero la realidad se impone y mañana haremos nuestras maletas y otra vez nos llevarán hasta el aeropuerto para devolvernos a casa. Habrán sido unos días que recordaremos siempre, los niños no tanto como los padres.
Bueno, me calmo. Iniciamos el día como siempre desayunando un par de veces y aprovechando la presencia de Minnie para echarle unas fotillos a las peques. Después nos acercamos al hotel New York porque es desde la fachada de este hotel que remeda el New York de principios del XX desde donde salen las excursiones a Paris. Tras un retraso de hora y pico,nos etiquetan como ganado y nos suben a unos autobuses de dos pisos con una visibilidad casi nula. Emprendemos el viaje con la esperanza de que nos cambien a autobuses “descapotados” para la visita pero no,va a ser que no.Vimos desde lejos Invalides,el arco de Triunfo, los campos eliseos,echamos unas fotos a la Torre Eiffel , nos llevan a un muelle para subir al bateau que nos lleva a Notre Dame donde desembarcamos;visita rápida,volvemos al bateau que nos regresa a la Torre Eiffel, subimos dos y dos no por mareos y acongoje general. Bajamos,nos suben al bus y de regreso a Eurodisney.
¿Véis que resumen más corto?Pues casi tardo más en escribirlo que en la excursión. Desde luego, no la recomiendo a nadie. El que quiera ir a Paris que vaya por su cuenta y verá mejor las cosas. Se preparan, se piden informes a los viajeros.com y mejor que subirse a una excursión de estas programadas.
Volvemos sobre las cuatro y pico de la tarde y nos lanzamos como posesos a disfrutar de nuestra última tarde en el parque. Me pido “el mundo pequeñito” y subo y subo y subo y subo hasta que mis peques avergonzadas me exigen que deje de canturrear y vayamos a ver a Alicia. Y vemos a Alicia y al gato de Cheshire y al gusano fumador y subimos otra vez a Dumbo y a Peter Pan(jo,qué cola)y a Buzz Lightyear y al submarino de 20.000 lenguas de viaje ídem y a Pinocho y a Blancanieves y otra vez a los piratas.
Como dije al final de nuestro primer día, ese aroma de felicidad que flota en el ambiente a las diez y media de la noche cuando los últimos van desfilando por la calle mayor en dirección a los hoteles mientras el castillo iluminado domina la “ciudad” y Campanilla desparrama su “polvo mágico” desde lo alto de la torre es muy especial y hay que disfrutarlo. Es mágico,de verdad.Pero la realidad se impone y mañana haremos nuestras maletas y otra vez nos llevarán hasta el aeropuerto para devolvernos a casa. Habrán sido unos días que recordaremos siempre, los niños no tanto como los padres.