Los adoquines del camino te indican que Roma es diferente, ni rastro del moderno asfalto y si plenitud de arte e historia en cada esquina de la ciudad...en cada palmo...
Andar por las calles del centro de Roma es como hacer un cursillo intensivo de historia, de nuestra historia, pues ¿quien no nos asegura que cualquier ciudadano Romano no se paseo por nuestras ciudades?...El mismo cesar Augusto fundo Barcelona, y nuestra lengua tiene un padre común...
Llena de iglesias: iglesias para ver, para recrearse en el arte que rebosa en sus paredes, en sus arcos, en sus techos, rivalizando en majestuosidad con el mismísimo Vaticano...
Empezar una visita en Santa Maria la Major, es un aperitivo de lo que se espera: dos salas opuestas con unas impresionantes estatuas, avisan de que nada es igual en la capital del imperio...y yo que creía que las iglesias tan solo eran lugares de recogimiento y de oración...aprendí que también pueden ser de admiración, de contemplación y por que no de preguntas....¿para que tanto esplendor?
El coliseo Romano, mucho mejor por fuera que por dentro, es como si la Máquina del tiempo, caprichosa ella, hubiera sustituido a los gladiadores por los cientos de turistas que estábamos dentro, y los gritos de los ciudadanos romanos, jaleando a los guerreros aun resonaran en las paredes semireconstruidas del coliseo...y estábamos dentro...dentro de un enorme recinto que en sus mejores tiempos albergo casi 45000 personas, gritando, riendo, disfrutando de los juegos que allí se realizaban...
Salir del coliseo y entrar en el foro, en el foro romano, la primera ciudad de lo que hoy es Roma, el primer emplazamiento...tanta ruina, tanto arte..., ¿quien dijo que las piedras tan solo son piedras?...el templo de Saturno, el de las Vestales, la tumba de Rómulo, y todo ello adornado una vez mas, por los ecos de los caballos cruzando veloces la calzada…¿O es que mi imaginación me juega una mala pasada?...
Iglesias del siglo I, emplazadas dentro de otra iglesia mas reciente...templos romanos, profanados por la voracidad cristiana de adjudicárselo todo. Nada podía quedar impune a los dioses cristianos...y de la ruina de unas piedras, a la esplendor de la plaza Venecia, con el monumento mas impresionante y colosal de todos los que habían en la capital de Italia: el monumento a Vittorio Emmanuel I, rey de Italia en los albores del siglo XX...dos soldados custodian la llama eterna, siempre encendida, que representa el espíritu del Rey...sinceramente.
IMPRESIONANTE....tanta majestuosidad, tanta mármol, para un rey...a medio camino del valle de los caídos y de las catedrales mas imponentes...hay que verlo.
Como también hay que ver y pasear por el Trastevere, donde tan solo los nombres de las calles me recordaban que no estábamos paseando por el barrio de Gracia de Barcelona...calles pequeñas, alejadas del gentío, con ambiente bohemio, restaurador y tranquilo...
El Vaticano...¿como alguien, descendiente del que fundo una iglesia siendo pobre, puede tener tanto, y tanto y mucho mas de dinero, arte, ostentación, poder, etc.etc.etc.etc.etc...
Los museos vaticanos...no se pueden contar en palabras, hay que verlos: cuadros impresionantes, que parece que salten de la pared y se pongan a pasear por las salas…la sala de Rafael, la de los
Borgia, la de Constantino, la sala de arte egipcio, la de arte etrusco...a cada figura, nueva expresión de asombro...¿quien las hizo tan reales?....y la Capilla Sixtina, mil veces vista en televisión, pero aun así, los ojos no se despegan del techo, y un escalofrió recorre la piel, cuando se esta en ella.
Desde lo alto de la cúpula de San Pedro, el horizonte Romano; debajo la plaza del mismo nombre y una sensación extraña de satisfacción y rabia a la vez, recorre los finos hilos de nuestra piel.
Dentro de la basílica, la capacidad de asombro que se había quedado ya
agotada, renace de nuevo, y la imagen de la Piedad, vuelve a remover los instintos y las emociones...aunque el sentimiento cristiano este algo aletargado.
En la Basílica, uno se estremece...y por no hablar de las grutas vaticanas, de las tumbas de los Papas, y de la colosalidad del lugar....de nuevo impresionante....
El castillo de San Ángelo, donde las leyendas de Ángeles que liberaron Roma de la peste, sirven para mostrarnos una nueva perspectiva de la ciudad..con el rió Tiber a nuestro pies, y un puente flanqueado por arcángeles, que nos indican el camino a San Pedro...de noche deben de atemorizar.
Fuentes...las fuentes de Roma...capitulo aparte. No hay fuente mas bella que otra, quizás mayor, o mas grande, pero destacar a una por encima de otra, es quizás un error....la plaza Nabona con la fuente de los 4 ríos...colosal... me aparte al mirarla, pues creía que en cualquier momento, las estatuas que estaban en ella, dejarían su pose y se pondrían a caminar a nuestro lado, como un mortal mas, como un turista mas.
Da igual que sea de día o de noche...merecen la pena ser vistas en cualquier momento, incluso merecen sentarse a su lado, mirándolas eternamente, charlando con ellas, pues aun no se como no hablan..
Y la de Trevi...su nombre archiconocido es quizás lo que mas nos atrae al visitarla, para luego comprobar que siendo preciosa, no se sabe con cual se quedaría uno…
Y fuentes y más fuente, y obeliscos, y columnas secuestradas de Egipto, y agua, luces, y gente en las plazas, en las cafeterías, en las terrazas, en las pizzerías...un bullicio enorme que ni siquiera en el Panteón, lugar de reposo de Reyes antiguos, es capaz de aminorar...el Panteón, donde un agujero en el techo, nos enseña que no esta cerrado y que el agua se filtra por sus paredes, de la misma manera que la majestuosidad de todo lo que se ve, se queda en las retinas de cada uno.
La Vía Apia, las catacumbas romanas, una de tantas...500.000 personas
enterradas en un mimo lugar, bajo tierra, a través de mas de 24 kilómetros de calles subterráneas, con sus olores, y sus tinieblas...perderse en aquel lugar, era retroceder 20 siglos y quedarse allí a vivir con los restos de los que aun permanecen enterrados...
Las termas de caracalla... Enorme balneario de los tiempos pasados, que podía albergar a más de 15000 personas a la vez, dándose unos baños, gracias a los cientos de esclavos que se encargaban de mantener el agua caliente...
Calientes no es que estuviéramos, pues la lluvia hacia acto de presencia, y ni por esas, con lluvia incluida la gente que atestaba la plaza Spagna, y sus escaleras desaparecieron...¿por que son tan famosas unas escaleras?...quizás por que en sus alrededores se condensan todas, todas, todas las tiendas y marcas de altísimo nivel, donde por tan solo mirar sus escaparates, se tiene miedo de que a uno se le cobre...Roma no es cara...lo que es caro es acceder a sus monumentos, recintos, tesoros, museos....da igual el que se visite. Se acierta seguro...
No podíamos dejar Roma, sin visitar una ultima maravilla. El Moisés de
Miguel Ángel: escondido en una pequeña iglesia … Cuenta la leyenda que cuando Miguel Ángel lo esculpió, sorprendido de su perfección, y a la vez contrariado por que no hablaba, le dio un martillazo
en su rodilla, para que no fuese tan perfecto…
El pliegue de sus músculos, sus arrugas...yo también me preguntaba por que no hablaba, por que no se levantaba de su silla y se ponía a charlar con nosotros...
Roma...Roma...amor leído al revés...mas cosas vimos, claro que si, pero cuando todo ha sido tan increíblemente bello, no se sabe que
resaltar...arte, mucho arte, y caminar, mucho caminar, pues el caos
circulatorio de Roma no deja otra opción...los rótulos de sus calles, su hablar, el monte palatino, el barrio Gobierno Vechio, los autobuses donde nadie paga, ( o al menos esa es la impresión), iglesia de San Giovanni luterano...etc.etc.etc....y me estaría así hasta mañana...
hasta pasado, hasta siempre...O hasta que vuelva a Roma...
Volver...,al menos mientras la costumbre de regresar se siga alimentando en la Fontana de Trevi.
Llorenç Estella. Marzo 2005
Andar por las calles del centro de Roma es como hacer un cursillo intensivo de historia, de nuestra historia, pues ¿quien no nos asegura que cualquier ciudadano Romano no se paseo por nuestras ciudades?...El mismo cesar Augusto fundo Barcelona, y nuestra lengua tiene un padre común...
Llena de iglesias: iglesias para ver, para recrearse en el arte que rebosa en sus paredes, en sus arcos, en sus techos, rivalizando en majestuosidad con el mismísimo Vaticano...
Empezar una visita en Santa Maria la Major, es un aperitivo de lo que se espera: dos salas opuestas con unas impresionantes estatuas, avisan de que nada es igual en la capital del imperio...y yo que creía que las iglesias tan solo eran lugares de recogimiento y de oración...aprendí que también pueden ser de admiración, de contemplación y por que no de preguntas....¿para que tanto esplendor?
El coliseo Romano, mucho mejor por fuera que por dentro, es como si la Máquina del tiempo, caprichosa ella, hubiera sustituido a los gladiadores por los cientos de turistas que estábamos dentro, y los gritos de los ciudadanos romanos, jaleando a los guerreros aun resonaran en las paredes semireconstruidas del coliseo...y estábamos dentro...dentro de un enorme recinto que en sus mejores tiempos albergo casi 45000 personas, gritando, riendo, disfrutando de los juegos que allí se realizaban...
Salir del coliseo y entrar en el foro, en el foro romano, la primera ciudad de lo que hoy es Roma, el primer emplazamiento...tanta ruina, tanto arte..., ¿quien dijo que las piedras tan solo son piedras?...el templo de Saturno, el de las Vestales, la tumba de Rómulo, y todo ello adornado una vez mas, por los ecos de los caballos cruzando veloces la calzada…¿O es que mi imaginación me juega una mala pasada?...
Iglesias del siglo I, emplazadas dentro de otra iglesia mas reciente...templos romanos, profanados por la voracidad cristiana de adjudicárselo todo. Nada podía quedar impune a los dioses cristianos...y de la ruina de unas piedras, a la esplendor de la plaza Venecia, con el monumento mas impresionante y colosal de todos los que habían en la capital de Italia: el monumento a Vittorio Emmanuel I, rey de Italia en los albores del siglo XX...dos soldados custodian la llama eterna, siempre encendida, que representa el espíritu del Rey...sinceramente.
IMPRESIONANTE....tanta majestuosidad, tanta mármol, para un rey...a medio camino del valle de los caídos y de las catedrales mas imponentes...hay que verlo.
Como también hay que ver y pasear por el Trastevere, donde tan solo los nombres de las calles me recordaban que no estábamos paseando por el barrio de Gracia de Barcelona...calles pequeñas, alejadas del gentío, con ambiente bohemio, restaurador y tranquilo...
El Vaticano...¿como alguien, descendiente del que fundo una iglesia siendo pobre, puede tener tanto, y tanto y mucho mas de dinero, arte, ostentación, poder, etc.etc.etc.etc.etc...
Los museos vaticanos...no se pueden contar en palabras, hay que verlos: cuadros impresionantes, que parece que salten de la pared y se pongan a pasear por las salas…la sala de Rafael, la de los
Borgia, la de Constantino, la sala de arte egipcio, la de arte etrusco...a cada figura, nueva expresión de asombro...¿quien las hizo tan reales?....y la Capilla Sixtina, mil veces vista en televisión, pero aun así, los ojos no se despegan del techo, y un escalofrió recorre la piel, cuando se esta en ella.
Desde lo alto de la cúpula de San Pedro, el horizonte Romano; debajo la plaza del mismo nombre y una sensación extraña de satisfacción y rabia a la vez, recorre los finos hilos de nuestra piel.
Dentro de la basílica, la capacidad de asombro que se había quedado ya
agotada, renace de nuevo, y la imagen de la Piedad, vuelve a remover los instintos y las emociones...aunque el sentimiento cristiano este algo aletargado.
En la Basílica, uno se estremece...y por no hablar de las grutas vaticanas, de las tumbas de los Papas, y de la colosalidad del lugar....de nuevo impresionante....
El castillo de San Ángelo, donde las leyendas de Ángeles que liberaron Roma de la peste, sirven para mostrarnos una nueva perspectiva de la ciudad..con el rió Tiber a nuestro pies, y un puente flanqueado por arcángeles, que nos indican el camino a San Pedro...de noche deben de atemorizar.
Fuentes...las fuentes de Roma...capitulo aparte. No hay fuente mas bella que otra, quizás mayor, o mas grande, pero destacar a una por encima de otra, es quizás un error....la plaza Nabona con la fuente de los 4 ríos...colosal... me aparte al mirarla, pues creía que en cualquier momento, las estatuas que estaban en ella, dejarían su pose y se pondrían a caminar a nuestro lado, como un mortal mas, como un turista mas.
Da igual que sea de día o de noche...merecen la pena ser vistas en cualquier momento, incluso merecen sentarse a su lado, mirándolas eternamente, charlando con ellas, pues aun no se como no hablan..
Y la de Trevi...su nombre archiconocido es quizás lo que mas nos atrae al visitarla, para luego comprobar que siendo preciosa, no se sabe con cual se quedaría uno…
Y fuentes y más fuente, y obeliscos, y columnas secuestradas de Egipto, y agua, luces, y gente en las plazas, en las cafeterías, en las terrazas, en las pizzerías...un bullicio enorme que ni siquiera en el Panteón, lugar de reposo de Reyes antiguos, es capaz de aminorar...el Panteón, donde un agujero en el techo, nos enseña que no esta cerrado y que el agua se filtra por sus paredes, de la misma manera que la majestuosidad de todo lo que se ve, se queda en las retinas de cada uno.
La Vía Apia, las catacumbas romanas, una de tantas...500.000 personas
enterradas en un mimo lugar, bajo tierra, a través de mas de 24 kilómetros de calles subterráneas, con sus olores, y sus tinieblas...perderse en aquel lugar, era retroceder 20 siglos y quedarse allí a vivir con los restos de los que aun permanecen enterrados...
Las termas de caracalla... Enorme balneario de los tiempos pasados, que podía albergar a más de 15000 personas a la vez, dándose unos baños, gracias a los cientos de esclavos que se encargaban de mantener el agua caliente...
Calientes no es que estuviéramos, pues la lluvia hacia acto de presencia, y ni por esas, con lluvia incluida la gente que atestaba la plaza Spagna, y sus escaleras desaparecieron...¿por que son tan famosas unas escaleras?...quizás por que en sus alrededores se condensan todas, todas, todas las tiendas y marcas de altísimo nivel, donde por tan solo mirar sus escaparates, se tiene miedo de que a uno se le cobre...Roma no es cara...lo que es caro es acceder a sus monumentos, recintos, tesoros, museos....da igual el que se visite. Se acierta seguro...
No podíamos dejar Roma, sin visitar una ultima maravilla. El Moisés de
Miguel Ángel: escondido en una pequeña iglesia … Cuenta la leyenda que cuando Miguel Ángel lo esculpió, sorprendido de su perfección, y a la vez contrariado por que no hablaba, le dio un martillazo
en su rodilla, para que no fuese tan perfecto…
El pliegue de sus músculos, sus arrugas...yo también me preguntaba por que no hablaba, por que no se levantaba de su silla y se ponía a charlar con nosotros...
Roma...Roma...amor leído al revés...mas cosas vimos, claro que si, pero cuando todo ha sido tan increíblemente bello, no se sabe que
resaltar...arte, mucho arte, y caminar, mucho caminar, pues el caos
circulatorio de Roma no deja otra opción...los rótulos de sus calles, su hablar, el monte palatino, el barrio Gobierno Vechio, los autobuses donde nadie paga, ( o al menos esa es la impresión), iglesia de San Giovanni luterano...etc.etc.etc....y me estaría así hasta mañana...
hasta pasado, hasta siempre...O hasta que vuelva a Roma...
Volver...,al menos mientras la costumbre de regresar se siga alimentando en la Fontana de Trevi.
Llorenç Estella. Marzo 2005