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Hoy tenemos que dejar el camarote antes de las 8 así que vamos a desayunar temprano al buffet Panorama. De pronto empieza a llover a cantaros. De hecho, alguno que estaba cogiendo el café, cuando se acerca a las ventanas piensa que están dando con mangueras desde fuera (¡si, para que los que embarcan hoy lo vean bonito, je, je!
) porque la cortina de agua es muy densa, ¡y nosotros, con los paraguas en las maletas!…Tenemos margen aún para volvemos al camarote y terminar el aseo, evitando las colas que luego se formarán en los servicios. Dejamos nuestro equipaje de mano en la consigna muy bien organizada en el rendez-vous y aprovechando que ha escampado un poco nos vamos a tierra.
Estamos buscando la parada del famoso 16 porque allí no hay línea azul en el suelo ni oficina de información, los mismos 14 del grupo de SPB, que como somos madrugadores, nos hemos vuelto a encontrar en tierra a la vez. En esto vemos a las chicas del autobús turístico justo cuando empieza de nuevo a llover. Nos ajustan un poco el precio a 20€ por adultos y 10€ por estudiantes, así que como la lluvia arrecia, no estamos para regatear mas porque al menos es un techo para guarecernos mientras vemos la ciudad (el cielo está muy negro).
El trayecto hasta la plaza de la catedral lo hacemos bajo la lluvia que ahora es fortísima, tanto que el chofer que en un enrollado, nos dice que va a esperar a que llegue el bus de la línea morada para que hagamos el transbordo sin mojarnos. Me explico, en el puerto se coge la línea amarilla que va por la parte sur de la ciudad. La parte norte la cubre a línea morada, y tiene en el centro varias paradas coincidentes para hacer los cambios. En teoría hay que bajarse de una y esperar a que llegue el correspondiente bus, pero en vista de cómo caía y de que éramos casi sus únicos pasajeros, el chofer nos hizo el favor de esperar al bus de la línea morada.
Hecho el transbordo y cuando estábamos cerca de la catedral de la Roca, la lluvia cesó, así que aprovechamos a bajar y hacer la visita (está muy curiosa). A la salida vimos que se acababa de ir nuestro bus, y la frecuencia es de 30 minutos, así que decidimos caminar de vuelta a la estación. A pesar de lo que dicen en la guía no tiene nada de interés y te cobran 1€ por entrar al lavabo, pero nos pillaba de camino.
NOTA: en el interior de ayuntamiento, al lado de la plaza del mercado, los lavabos se pueden utilizar y son gratuitos (eso nos lo dijeron en el bus turístico y es cierto, claro)
Seguimos caminando y en 10 minutos nos plantamos de nuevo en la plaza de la catedral. Por fortuna sigue sin llover, así que del tirón nos hicimos la plaza del mercado, el mercado viejo y la catedral roja que está todo junto.
Volvemos al bus turístico para ir a ver el monumento a Sibelius, que está bien, pero tampoco recomiendo ir expresamente. Además nos toca esperar unos 20 minutos al siguiente bus para terminar de hacer el tour y luego al correspondiente amarillo para ir al puerto de nuevo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Entre pitos y flautas nos hemos ventilado el margen que habíamos calculado para comer tranquilamente en el barco antes de que nos lleven al aeropuerto (a las 15:15), así que comemos, pero a la carrera mientras ya están llegando los que comienzan hoy su crucero. Cojo unos bocadillos, algunas piezas de fruta y un par de pastelillos de los más consistentes para el viaje, que ya me sé yo lo que nos van a dar en vuelo, y con el tercer bocado aún en la boca, llaman a nuestro turno para dirigirnos al punto de encuentro y desembarcar. ¡Ahora sí que se ha acabado el Empress!
En el hangar de tierra está preparada la recepción, igual que nosotros la tuvimos en Copenhague, y allá al fondo, nuestra maletas. Tenemos que recoger cada uno las nuestras, porque como es de suponer, el check-in en el avión hay que hacerlo personalmente, aunque como siempre asistidos por ellos.
Tardamos algo más de media hora en llegar al aeropuerto en el bus de pullmantur, que por cierto, hace buena parte de la ruta que esta mañana nos han hecho los buses turísticos (¡ay, si lo llego yo a saber!...) y ahora sí que nos toca un buen ratito de cola ante los mostradores del aeropuerto, porque estamos llegando a la vez los de distintos vuelos. Incluso una de las excursiones de pullmantur, que viene con la hora pegada y algunos tienen que pedir que les den prioridad porque sus vuelos salen antes que los nuestros.
El resto, se nos va en matar el tiempo en el aeropuerto porque todos los vuelos van retrasados. El viaje se hace mucho más pesado que a la ida, yo creo que entre que es más largo, que nos tienen agotados de tantos cambios de hora y que lo que nos espera es deshacer las maletas, los ánimos no son los mismos.
En cualquier caso, ha sido una semana FANTASTICA en la que no teníamos más expectativas que las de pasarlo bien y dejarnos llevar por lo que encontrásemos en cada ocasión, como así ha sido. Los comentarios de todos los que hicieron el viaje antes que nosotros nos han ayudado a ello así que desde aquí ¡GRACIAS! y sin lugar a dudas, AGRADECER la amabilidad y buen hacer de todo el personal de pullmantur tanto en el barco como en tierra así como los guías y conductores que nos ayudaron a conocer cada escala.
¡Qué bueno es acabar un viaje con tan buen sabor de boca y ojalá los que empezáis las próximas semanas volváis con esta misma sensación!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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