Teníamos excursión para este dia y el siguiente. La contratamos por internet, con una página de turismo en Marrakech con unas críticas mas bien buenas y un precio un poco alto pero aceptable para lo que parecía incluir la experiencia.
A las 8 teníamos la recogida en unestro Riad y asi fue; nos tocó a la puerta el guía, un marroqui joven que se presentó y nos llevó para el 4x4 que lo tenía aparcado en la plaza. En principio íbamos a ir solo nosotros dos con él, y en otro 4x4 dos parejas mas. Nos pusimos de camino hacia las enormes montañas que ibamos a cruzar.
Durante el camino fuimos haciendo paradas para admirar el paisaje y distintos bares y tiendas de souvenirs
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Paramos para ver una cooperativa de Mujeres que fabrican el aceite de Argán, un fruto de una especia endémica de marruecos. Tras la explicación pasamos por la tienda de sus productos, faltaria mas..
A partir de aqui el camino se puso duro y monótono, a prueba de Biodraminas..
A medio día llegamos a Ourzazate. Nos llevaron a comer a un complejo con vistas a la Kasbah que según ponía en la gran Lonely había servido de escenario en Star Wars. Tras nuestro tajin de pollo al Limón decidimos entrar, pese a que el guía nos había dicho que no tenía nada de especial y a la gente no le gustaba. Hacer caso de su consejo y ahora el mio, vas subiendo y pasando por habitaciónes vacías, pequeñas y apenas una vista por las ventanas que sacar en claro..no vimos ningún ewok ni a r2. 20 DH por persona tirados.
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Nos poníamos otra vez en carretera, esta vez hacía el Valle del Draá.De nuevo carretera monótona donde de vez en cuando se pasaba alguna población o zona que nos sacaba momentanteamente del aburrimiento. El guía tampoco ponía de su parte, si hablabas o le preguntabas te contestaba pero que no estaba por la labor de ganarse ni siquiera una propina al final de la excursíón...
Atardeciendo ya nos dijo el guía que faltaban unos 20 minutos para llegar al pueblo desde donde cogeríamos "la línea de cercanías" de la zona hasta el campamento bereber, el camello.
Que animal mas curioso pero que incomódo que es el hodío. Pensé que me acostumbraría pero no, a los 15 minutos, temiendo seríamente por mi entrepierna decidí bajarme del camello. Quedaba aún buena caminata nos dió a entender el bereber encargado del rebaño con gestos.. por lo menos disfrutaría del atardecer que estaba a nuestras espaldas
De momento la zona no tenía casi nada de lo que podría ser desierto, aun había vegetacion y ni siquiera arena. Ya era practicamente de noche cuando palpé arena como suelo. La alegría en un momento se me quito de la cara cuando me di cuenta que la arena es bonita sentirla pero no tanto andar y andar por ella haciéndole mentalmente al berebere la pregunta del millón: ¿falta mucho papa pitufo?
Por fin aparecóo el campamento a lo lejos, en media hora lo tuvimos delante. Nos asignaron Haima y fuimos a la gran tienda, donde nos recibieron con muscia tradicional y te. por fin nos relajamos. Conocimos a un matrimonio de Bogotá y sus dos hijos, con ellos cenamos y pasamos una noche muy amena hablando y comparando experiencias de los viajes, coincidiamos en casi toda Europa.
Tras timbalear y bailar con los autóctonos la gente empezo a retirarse a las haimas e hicimos lo propio. Al dia siguiente veríamos el amanecer..