Jueves 16, Jaipur -Fathepur Sikri- Agra
Y llego. Unos de los días más esperados, porque no decirlo, el más, la visita con mayúsculas, cursiva, negrita y subrayada, el día D, la visita al Taj Mahal!!!
Pero antes de que llegue la Hora H. aun tenemos que hacer muchas cosas.
Desayunamos prontito, como casi siempre, y esta vez aunque lo hacemos en el comedor pequeño no hay problemas. Que más da. Y como no podía ser menos, lo hacemos completito, como si fuera una comida, que no sabemos cómo puede ir el día.
Aun nos falta la visita al Palacio de los Vientos. A esas horas aun no han abierto las tiendas de la ciudad amurallada. Los únicos que estamos somos nosotros, un par de tiendas de souvenirs abiertas, y unos cuantos “intocables” pidiendo. Parece que se saben nuestros horarios, porque vienen por todas partes.
La visita es muy rápida, solo nos bajamos del bus para sacar fotos, y admirarlo mas de cerca, cuesta creer, que toda esa belleza sea solo fachada, y me explico, detrás de las ventanas, solo hay un pequeño pasillo, que es por donde se asomaban las mujeres del Harén del palacio (que estaba detrás), para ver la calle y sus gentes, sin ser vistas, nada más. Eso si es de una belleza acojonante.
y ya después de una breve parada salimos de Jaipur, nuestro próximo destino antes de llegar a Agra es Fathepur Sikri.
El camino es igual de entretenido que cuando salimos de Delhi para ir a Jaipur. Gente por todas partes, animales por la carretera en sentido contrario, y niños, muchos niños, todos muy bien uniformados para ir a la escuela, limpios y sobre todo, sonrientes.
A mitad de camino nos anuncian una parada técnica (para mear y otras cosas), y para nuestra sorpresa, cambiamos de carril por la mediana, y en sentido contrario avanzamos unos 300 metros para llegar a un bar. ALUCINANTE!, sobre todo porque los vehículos que nos cruzábamos en sentido contrario, no pitaban, para ellos parece ser que es algo normal.
Hemos pasado del acojono en la carretera, a las risa, sobre todo porque para ellos es lo normal, y por otro lado, hay que decir que la velocidad no es muy elevada, no creo que pasemos de los 90km/h, o quizás hasta menos.
En esta parada nos encontramos con un bus con gente de Donostia, y algún que otro coche con “mini grupos “ de tres o cuatro personas. Seguro que a partir de ahora nos los encontramos más veces.
Después de 30 minutos, una coca-cola, un cigarrito y una meadita, salimos hacia Fathepur Sikri.
Llegamos hacia las 11,30 de la mañana. El complejo está en una zona bastante despoblada, cosa rara, y para acceder a ella tenemos que dejar el bus en un parking, y subir a la ciudad en un bus eléctrico. Esto es, eso dicen, para evitar la contaminación…………………..
Mas o menos 2 km de subidita, y ya estamos. No hay mucha gente en la visita. Fathepur Sikri fue erigida por el emperador mogol Akbar, fue la capital del imperio mogol durante 14 años. Se cree tuvo que ser abandonada, al parecer, por falta de agua y resultando saqueada y robados muchos de sus tesoros.
Cuesta creer que esa fuera la razón, pero si ellos lo dicen……….
En 1hora y media ya está la visita ventilada, nos espera el Taj Mahal.
Nada más salir a la carretera paramos en un puesto de control para pagar el peaje del autobús, nos entretiene mientras dura la espera un hombre con un mono, pobre animal.
El hotel, ITC Mughal Hotel, es de solo dos alturas, está en obras, así que entramos por una puerta lateral.
Ya son más de las dos y media, y entre que nos dan las habitaciones y comemos, justo justo vamos a andar. Hemos quedado a las 16 para hacer la gran visita, se acerca la hora H.
Itziar se ha puesto mala, así que se queda en la cama este rato a ver si se recupera un poco. No se puede perder la visita.
Algunos nos acercamos a uno de los restaurantes a comer. Pedimos poca cosa un plato de spaghetti, pero a pesar de estar medio vacío el comedor no me los traen hasta las 15,40. Hemos quedado en veinte minutos y sin comer.
Felipe, que pasaba por ahí, interviene, y para compensar dicen que nos invitan a cenar a los 5 que estábamos. Vaya fundamento, y el precio más 20 euros por un plato de spaghetti y la cerveza. Es lo que hay.
Itziar ya se ha recuperado un poco, eso parece, y vamos al autobús. No salimos puntuales, siempre hay alguien que se retrasa, y los nervios empiezan a aflorar, cierran al ponerse el sol.
Como en Fathepur Sikri, hay un parking en los alrededores, y ahí dejamos el bus, y montamos en un trenecito eléctrico, por la contaminación también, de hecho hace unos años quitaron unas industrias que había en los alrededores para preservar más limpio el Taj Mahal.
Ya estamos en la entrada, nos han dado una bolsa con una botella de agua, y unas calzas para poder entrar luego en el Mausoleo.
Asamos el control, los chicos por un lado, y las chicas por otro, y ya estamos dentro. Detrás de la muralla ya se ve el Taj, Que emoción!!!!.
Entramos en el edificio de entrada y Zas!!! Ahí está, majestuoso, brillante, espectacular. Que MARAVILLA!!!!!!!!!!!
Maquinas fuera, como si fuera una estrella de cine, es el blanco de todas las cámara y videos.
Como ha llovido, casi ni lo hemos notado, el estanque refleja el Mausoleo. Sacamos una foto de grupo y luego cada uno por nuestra cuenta. La verdad es que no me canso de disparar la cámara, pero hay que acercarse. Estamos como niños el día de Reyes. Parece que no llegamos, fotos, fotos y fotos, de todos los lados, (alguna saldrá bien), y ya por fin llegamos al mausoleo. Dejamos el calzado en una especie de consigna ( 10 rupias), y subimos las escaleras. Las calzas son de papel, y con la lluvia se han estropeado. Habrá que ir descalzo.
Damos una vuelta al Mausoleo, intercambiamos fotos con una familia India, y nos vamos a una de las mezquitas. El tiempo se echa encima, vemos que el sol va poniéndose. Vaya mierda.
Recogemos el calzado, y vamos a la entrada. Más y más fotos. Compramos también, como si tuviéramos pocas, la foto del grupo, y alguna más, y ya se echa el día, tenemos que salir. Es una pena, se ha hecho cortísimo.
Montamos en el trenecito, los vendedores corren detrás de el, (como vas a comprar algo así, es imposible), la cosa es que llegan a la vez que nosotros al parking.
Montamos en el bus, y las caras brillan de felicidad. Ha sido una visita corta, pero muy emocionante. Que belleza!!!!
Llegamos al hotel, una ducha y salimos a cenar. Itziar ha aguantado estoicamente, pero se queda en la habitación.
Según vamos por el camino, el mismo grupito de Jaipur, se nos acercan todos los tuck tuck de Agra. Que no, que queremos andar, que la noche esta perfecta. A unos dos km encontramos un Pizza Hut.
Las pizzas, picantes, cojonudas. Las cervezas, heladas , mejor.
Al salir negociamos con tres tuck tuck para que nos lleven de vuelta al hotel, pero por otro camino.
Nos llevan al fuerte rojo, y como no se paran en una tienda, y les decimos que nada, que no queremos comprar, ni siquiera mirar. No se lo toman muy bien, pero es lo que hay.
Después de una vueltita, llegamos al hotel. Cada uno a su habitación. Una de las grandes citas de este viaje ha acabado. Hay que digerirlo, disfrutarlo, y ordenar las emociones. Mañana será otro día, seguiremos en Agra, visitaremos el Fuerte Rojo, y para la tarde hay varias opciones. Ya se verá.