Lunes, 13, Delhi
El tiempo que hemos estado dormidos ha sido muy corto, nos acostamos más allá de las 2 y para las 7 ya estamos arriba. Estoy un poco desorientado, es como si el tiempo no hubiera pasado, me da la sensación que todo ha sido como un sueño, pero al mirar por la ventana me doy cuenta de la realidad, ya estamos en la India. Once meses después de haberlo programado, once meses de espera, ya esta. Hay que ponerse las pilas, no se puede desperdiciar ni un solo minuto.
Después de una magnifica ducha, bajamos al desayuno. Como todos los desayunos sean como este me parece que vamos a salir de aquí con unos cuantos kilos de más. Dulces, salados, un montón de zumos naturales, comidas calientes, frías, tortillas, crepes,…. Joder!
Afuera del hotel nos espera Raj , y el mismo autobús de anoche. A los que fuimos de Madrid, se han sumado los 9 que llegaron de Barcelona el día anterior. Ellos ya nos llevan un día de ventaja, y por lo que respecta a Delhi ya no lo vamos a recuperar. Nosotros vamos a estar un día, (dos noches), y ellos 2 dias.Es una pena, ya que Delhi tiene para ver.
Montamos en el bus los 23, el guía de Madrid se queda en el hotel, y nos dirigimos a nuestra primera visita en Delhi: Jamma Masjid, la mezquita más grande de la India. El 14 % de la población total (1400 millones, según estimaciones, ya que no hay censo actualizado) es musulmana, y es el tercer país con más musulmanes en el mundo.
Entramos subiendo una gran escalinata, pero antes hemos tenido que pagar por sacar fotografías ,250 rupias, ¡ya empezamos! A las mujeres les ponen una túnica de lo más ridícula, azul, anaranjada, rosa,… con motas blancas.



La primera impresión, aparte del calor y la humedad, es que estas mezquitas no se parecen mucho a las que hemos conocido en otros países. Conozco la Mezquita Verde de El Cairo, y la Mezquita Azul de Estambul, por poner un ejemplo, y en estas toda la construcción está dedicada al culto, y en las de la India, el lugar para el culto es una construcción abierta. En la parte central hay unas fuentes, y por los laterales, como si fueran murallas, las familias se juntan, comen, charlan, en los soportales, y algunos hasta duermen.
Al estar situada en el alto de una colina, podemos divisar una muy buena panorámica de Delhi, destacando el Fuerte Rojo.




Después de una hora de visita, bajamos las escalinatas para coger el bus. La siguiente visita es el Raj Ghat, que es el lugar donde incineraron al padre de la nueva India, Mahatma Gandhi.
Nada más llegar, y mientras Raj nos daba las primeras explicaciones, empezó a caer agua. Teníamos la tormenta encima. Pasamos de un cielo despejado, a un montón de nubes oscuras cargadas de agua. Esto tiene mala pinta, por suerte no cae mucha, y además se seca enseguida. El lugar es un gran parque público, los pocos árboles que hay, están puestos ahí por los mandatarios que visitan el Ghat.



Para llegar al lugar donde fue incinerado, hay que dejar los zapatos. Tenemos dos opciones, dejarlos en unos nichos con todos los demás, o en unos nichos con vigilancia, claro que en estos tienes que dejar luego la voluntad. Pues por diez rupias los dejamos bien vigilados, no vaya a ser que tengamos que volver luego descalzos.
Como no hay mucho más que ver, la visita es bastante rápida.


Después de un buen rato esperando partimos hacia la siguiente visita, el Templo de Birla, eso sí de aire acondicionado nada de nada. Como no se solucione lo vamos a pasar un poco mal, entre el calor y la humedad, no va haber quien lo soporte.
Llegamos al templo de Birla, que debe su nombre a su benefactor, un empresario que se dedico a abrir templos con su dinero.
Es una maravilla, precioso, dejamos el bus y nos disponemos a entrar. En este no cobran por las fotografías, por una razón: Hay que dejar las maquinas en unas taquillas. No foto. Pues a joderse, porque si por fuera es bonito por dentro es aun mejor. Tratare de describirlo, tiene en la parte de arriba, el templo principal, con dos lugares dedicados a Vishnu y a Laxani. A cada lado, pero en templos separados, están los dedicados a Durga y a Shiva. Como ha llovido, y vamos descalzos o con calcetines, tenemos los pies frescos.
Salimos a la calle y nos encontramos una sorpresa de lo más agradable, nos han cambiado el bus. Se han apiadado de nosotros. Podremos regresar a nuestra burbuja climática después de hacer las visitas. Desde el otro lado de la carretera sacamos las únicas fotos que tenemos del templo., Y después de sortear a los primeros vendedores ambulantes, montamos en el bus para la siguiente visita.







Después de un rato salimos y recuperamos nuestro calzado. A la salida nos encontramos con una de las situaciones más tristes de todo el viaje, al lado del autobús, además de los imprescindibles vendedores, vemos a una mujer con la cara desfigurada por algún acido arrojado por algún desgraciado. Qué asco da que tengan que suceder estas cosas, las mujeres , a pesar de ser las que más trabajan y las que llevan las familias, son tratadas, por suerte no en todos los casos, peor que a los animales.


Subimos a la habitación, y nos bebemos las dos primeras Voll Damm. (Metí en la maleta seis latas). Cuando se lo digamos a los catalanes se les va a hacer la boca agua.
Mientras descansamos cae una tormenta espectacular, con muchos truenos y rayos. Menos mal que no nos ha pillado en alguna visita. En la tele vemos que en algunas zonas de Delhi hay inundaciones, y que el rio está a punto de desbordarse. Espero que no pase nada.
A las cuatro bajamos, ya ha escampado, y vamos a hacer una visita primero panorámica desde el bus, para ver la Puerta de la India, y el parlamento, y luego iremos a ver el Minarete de Qtub Minar, en las afueras de Delhi.
Yo tenía muchas ganas de ver la Puerta de la India, más tranquilamente, pero es lo que hay, en un solo día no se puede ir a todos los sitios. Nos conformamos con verlo desde el bus, ni siquiera sacamos una foto, y vamos hasta el parlamento, y lo mismo, vuelta y para atrás.
Por las grandes avenidas que recorremos, salen monos. Están acostumbrados, ya que cruzan las carreteras tan campantes.
Nos dirigimos ya al minarete, hay unos atascos enormes. Me imagino que será por las inundaciones, y se nos hace muy tarde. La visita corre peligro. Después de estar parados en una gran avenida durante un buen rato, el chofer decide ir por otro camino, dando un rodeo, va a ser difícil pero aun podemos llegar a tiempo.
Cuando llegamos ya ha anochecido, y ya han cerrado, pero no sé cómo ni porque lo abren para que lo veamos. La pena es que de noche no se ve igual, pero menos es nada.
Lo único que está en pie es el minarete, que además se hizo en varias épocas diferentes, se notan diferentes estilos. Las demás construcciones están en restauración.



A media noche me suena el móvil, se me ha olvidado que mi hijo me iba a hacer unas llamadas perdidas para enterarme que había hecho la real (sociedad). El susto es cojonudo, pero como han empatado suena tres veces. No está mal. Me duermo tranquilo. Que friki soy!!!