Empezamos a subir desde Carrapateira hacia el norte y nos encontramos la playa de Arrifana antes de llegar a Aljezur. Es una playa larga y con un ambiente familiar con algunos restaurantes para comer pescadito y escuelas de surf donde aprenden los chavales.

Pasado Aljezur es imprescindible parar en la Playa de Carriagem, es la única que no está bien indicada pero es fácil de encontrar. Desde Rogil sale un caminito directo, preguntar por allí que todo el mundo la conoce. Esta playa no es para bañarse, está llena de rocas y el oleaje es jodido, pero tiene un encanto muy especial. Se recomienda ir con la marea baja y muchas ganas de pasear.
La gastronmía de esta zona es excepcional, se funden los productos del interior con los del mar y la oferta es variadísima. En ninguna mesa falta el pan, el aceite de oliva y el queso alentejano.
Para comer pescado y marisco un amigo portugués nos recomendó un chiringuito en la Praia do Azenha do Mar, en Breijao. Comida muy rica y a buen precio pero se llena y no se pude reservar, así que hay que ir a primero hora o nada.