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Lo primero que pensamos fue en el transporte y es que pensamos primero llegar en avión a una de ellas y luego ir de una a otra en tren pero se tardaba bastante y en autobus tampoco nos apetecía asi que como llevabamos sólo equipaje de mano y el vuelo era de menos de una hora no fue tan malo.
Los vuelos los compré a través de edreams y nos costaron 700 euros para dos personas e hicimos : Madrid - Praga, Praga - Budapest y Budapest - Madrid haciendo escala en Praga (esto era necesario para que saliera más barato aunque como ya volvíamos a casa no nos importó mucho tardar un poco más).
Nos levantamos a las 4 y llegamos muy pronto a Barajas para hacer el check in (nos resultó raro porque siempre vamos con equipaje de mano y hacía años que no facturabamos en el aeropuerto pero no se que problema había en esta ocasión que la erolínea no nos dejaba). Volamos con Czech airlines, que por cierto es de las pocas compañías que quedan que en vuelos europeos cortos dan comida, y a las 9: 30 h estábamos en el aeropuerto de Praga para poder aprovechar el día.
Lo primero que nos pasó es que en cuanto llegamos al aerouerto nos empezamos a agobiar un poco con el cambio de moneda y como ya en el aeropuerto necesitas coronas para pagar el autobus pensamos en cambiar un poco de dinero. Yo no me acordaba muy bien de cual era el cambio oficial asi que al final nos liamos y cambiamos 200 euros, muy mal hecho porque más tarde nos dimos cuenta de que el tipo de cambio era malísimo y de que teníamos que haber esperado a llegar al centro y hacerlo más concretamente en la Plaza de Kafka donde recomendaban otros foreros pero bueno tuvimos para casi los tres días asi que no fue tan terrible.
Pues eso, cambiamos algo de dinero, nos dieron billetes grades como no, y tuvimos que volver porque las máquinas que venden los tickets para el autobus sólo cogen monedas. Vuelta a ver si nos cambiaban algo, tuvimos suerte y nos lo dieron y pudimos comprar un ticket de 32 coronas que vale para un trayecto de 1 hora y media en el que puedes coger autobus y metro que era lo que teníamos que coger nosotros.
Cogimos en seguida el autobus 119 que nos llevó en 20 minutos a la estación de metro de Dejvicka de la línea A. Desde aquí al centro hay 4 paradas sólamente. Hay otros autobuses como el 100 o el 179 que también enlazan el aeropuerto con la línea de metro pero te llevan a la línea de metro B desde la que hay unas 10 paradas al centro.
Nosotros tuvimos que hacer trasbordo en Muzeum y pararnos en IP Parlova.
El hotel estaba en una calle el norte de la plaza de Wenceslao y se llamada Residenze V Tunich. Era una habitación bastante grande con una cocinita y un baño que era más que suficiente para ir sólo a dormir. El único problema fue que las ventanas no cerraban bien y se oía muchísimo el ruido de la calle y nosotros nos alojamos en fin de semana y se oían gritos y conversaciones de bastante gente porque había bastantes bares por la zona (yo duermo como un lirón asi que no tuve ningún problema pero a mi novio le importó un poquito más...) El precio fue bastante bueno: 160 euros las tres noches y los recepcionistas eran majos y te ayudaban en todo lo que necesitaras.
Dejamos las maletas en la habitación y salimos a conocer la ciudad.
En 5 minutos estabas en la plaza de Wenceslao con sus tiendas y siguiendo un poquito más abajo por la calle Na Müstku y luego Melantrichova llegabas en seguida a la Plaza de la ciudad Vieja. Me parecieron de las más bonitas de Praga, medievales, con las fachadas de colorines y me realmente preciosas. Además entre las dos había una calle con puestos desde por la mañana hasta por la noche con cosas hechas a mano y cuadros que eran preciosos. Para comprar algun regalito o recuerdo este mercadillo es perfecto y no era nada caro.
Lo que es un rollo es la moneda e íbamos a todas partes con la calculadore del móvil para saber en cada momento cuanto costaban las cosas porque ver que un regalito pequeño costaba ¡¡150 coronas!! te parecía una pasada y resulta sólo eran 6 euros. Pero esto no era nada en comparación con con los aun más difíciles florines de Hungría que más tarde usaríamos...jejejeje....
Llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja o Stare Mesto y lo primero que vimos fue el precioso Reloj astronómico. Su principal atractivo es el desfile de los doce apóstoles en las ventanas situadas encima del reloj que se produce cada vez que el reloj marca las horas en punto y dió la casualidad de que llegamos a las 10: 55 por lo que nos quedamos a verlo junto con otros cientos de turistas, todos mirando hacia arriba.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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La plaza es preciosa y en ellas destacan el monumento a Jan Hus en el centro que fue quemado por sus ideas reformistas y su deseo de cambiar la ciudad, la Casa del Minuto o la Casa Storch con sus preciosas fachadas y la iglesia de Nuestra Señora de Tyn y la Iglesia de San Nicolás (veremos que esta es una de ellas, que la otra está en el barrio de Mala Strana).
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Por la iglesia de San Nicolás llegamos a la plaza de Kafka y vimos la casa de cambio donde deberíamos haber cambiado el dinero, nos comimos un sandwitch en una panadería cercana porque no habíamos comido nada desde el vuelo y por la calle Kaprova llegamos al puente de Manesuv desde el que teníamos unas vistas espectaculares del barrio del castillo y del fantástico Puente de Carlos.
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Después de hacer unas fotitos decidimos andar por la orilla hasta el puente de Carlos. Había barcos que tenían terracitas para tomar algo y eran preciosas.
Llega un momento en que no puedes porque el paseo se corta pero te metes un poco en una calle y sales directamente a la torre del puente.
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Hay una torre a la entrada del puente y otra a la salida y son muy bonitas.
El puente es impresionante con sus 30 estatuas direrentes, cada una representado una cosa y desde él las vistas del barrio del Castillo son preciosas pero está lleno no, llenísímo de gente. Había cientos de turistas, vendedores con sus puestos de artesanías, bandas tocando y era imposible sacar una buena foto.
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Anduvimos hasta el otro lado, bajamos un poquito por la derecha hasta el museo Kafka aunque no llegamos a él y luego subimos un poquito hasta la iglesia de San Nicolás del barrio de Mala Strana. Nos sentamos un poco en la plaza de la iglesia porque el cansancio por no haber dormido casi ya se notaba en nuestros cuerpos y no podíamos ni con nuestro alma y decidimos volver un poco al hotel a dormir un poco. Además hacía un calor horrible que todavía hacía que nos cansaramos más.
Volvimos a atravesar el puente entre los millones de personas que lo ocupaban y llegamos otra vez a la orilla de la parte vieja para volver al hotel.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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En frente de la torre del puente está el Clementinum que era un seminario jesuíta que hoy en día alberga la Biblioteca Nacional y la Biblioteca Técnica Estatal. Lo atravesamos y en vez de coger la calle Karlova que es la que nos llevaría a la Plaza de la Ciudad Vieja de nuevo fuimos callejeando por la orilla del río.
Aquí nos perdimos un poco entre tanta callejuela y salimos a la calle Narodní que es una de las calles más comerciales que cruzan la Plaza de Wenceslao.
Por fin llegamos al hotel y dormimos un poco.
Sobre las 17 salimos otra vez en dirección al río por la calle Zitna para ver la zona sur del río. Pasamos por el ayuntamiento de la ciudad vieja que estaba muy cerca del hotel y callejeamos hasta llegar al puente Jiraskuv y ver las casas danzantes que me gustaron bastante.
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Subimos otra vez hacía el centro de la ciudad por la orilla del río, nos cruzamos con la isla de Slovanski por la que dimos una vuelta y volvimos a subir a la orilla .
Esta zona, ya lo comentaré más tarde, me recordaba mucho a Paris a la zona de la isla de la cité, con el río y la isla en el centro.
En la calle principal, a orillas del río ( Masarucobo Nabrezi) las fachadas son De colores claritos y como hacía mucho calor el sol se reflejaba en ellas y era muy chulo.
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Pasamos el puente Most Legii y llegamos al imponente edificio de Narodni divadlo o Teatro Real de Praga.
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Y continuamos andando hacia el puente de Carlos de nuevo.
En Praga vayas donde vayas, en cuanto sales al río, siempre te encuentras con el puente de Carlos.
Habíamos visto el puente desde el otro lado pero desde este otro lado las vistas eran igual de bonitas.
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Y llegamos al puente, y por la famosa y turística calle Karlova anduvimos en dirección a la plaza de la ciudad vieja de nuevo.
Estas calles están llenas de tiendas de souvenirs y de restaurantes. Las fachadas de colores de las casas y las placitas son preciosas y aunque es la parte más mona de la ciudad y me gustó bastante, me pareció todo demasiado turístico.
En la calle Karlova hay dos teatros para disfrutas del famoso Teatro Negro de Praga. Nosotros lo miramos pero nos parecía un poco caro y había leido en los foros que en algunos casos podía resultar un poco aburrido asi que no nos decidimos a hacerlo.
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A esta hora teníamos un hambre voraz y yo tenía una lista de restaurantes recomendados por los foreros pero empezamos a buscar algunos de ellos y la verdad es que nos resultó bastante complicado entre tanta callejuela.
Nos adentramos por el barrio judío para buscar uno de ellos pero nada, en mi mapa no venían la mitad de las calles y con los nombres tan raros que tienen era imposible.
Uno de los últimos que tenía apuntado era el Klub Architektu y ese si que lo tenía más o menos localizado en la plaza de Betlemske Namesti. Está como un poco metido en la parte de atrás de la iglesia pero no tiene pérdida porque tiene una cártel que se ve muy bien. Es un sótano con poquita luz y el ambiente es jóven con camareros jóvenes también. Me encantó y comimos genial por unos 35-40 euros con dos primeros, dos segundos y dos postres espectaculares. Muy muy recomendable y el sitio es chulísimo. También tienen platos checos pero cocinados de un modo más modernillo y no es nada turístico.
Cuando salimos del restaurante rodando de todo lo que habíamos comido, volvimos al río e hicimos el mismo recorrido de vuelta al hotel.
De nuevo os dejo algunas fotitos de las vistas del puente esta vez de noche que son una maravilla.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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A la altura del puente de Legii, en la isla de Strelecky, había un concierto de música checa que la verdad es que sonaba muy bien y aunque no se podía entrar a verlo porque aunque estaba al aire libre el recinto estaba vallado la música se oia perfectamente y estuvimos un rato en el puente donde había más gente que también disfrutaba de la música.
Un rato después volvimos al hotel por la calle Narodni y cuando parecía que nos habíamos perdido otra vez aparecimos en la calle Jungmannova que daba al Ayuntamiento de la ciudad nueva que estaba al lado del hotel.
Jejeje, no hay ciudad que se nos resista y Praga no iba a ser diferente...
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