A media mañana aterrizamos en el aeropuerto de Frankfurt Hahn, cogimos nuestro coche de alquiler y nos dirigimos al primer destino, Wurzburgo a poco más de dos horas de camino.
Es una pequeña ciudad universitaria , construída a orillas del río Meno y presidida desde una colina por la fortaleza Marienberg.
Es una ciudad llena de tesoros: la catedral de San Killian, la Residenz, El puente viejo, pero lo mejor de todo es perderse por sus calles y disfrutar de su ambiente medieval. La ciudad fue destruída casi por completo en la 2º guerra mundial pero desde luego las labores de reconstrucción han sido muy exitosas.
Puente viejo
Residenz

Capilla de la Residenz.www.residenz-wuerzburg.de
Por la noche nos dirigimos a Rothenburg ob der tauber donde pasaríamos la primera noche.Al llegar dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a ver Rothenburg de noche y a probar la gastronomía bávara.