Stage 5: Vivac Dunes du Juif - NEAR Daya el Maider (145 km pista 80 km asfalto) ✏️ Diarios de Viajes de Marruecos

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Despertamos bajo los rayos del sol que nos pegan encima desde hace unas horas, nos despertaron al amanecer, pero las camas son tan comodas que decidimos alargar un rato mas nuestro plácido sueño.

La noche ha sido increible, dormir rodeados de arena y ver el cielo las dunas desde la cama, da una sensación de libertad y relax increible.

Pasadas un par de horas la manta ya empieza a hacerse insoportable a estas horas de la mañana, nos la pusimos para evitar la entrada de bichos en la cama, no por frio y ahora ya molesta bastante.

Antes de dormir esparcimos Autan en cantidades industriales en circulo en torno a la cama, creedme, habia bichos de todo tipo subiendo en ella mientras cenábamos, y parece que en este caso ha cumplido su función de mantenerlos alejados.


Somos los últimos en levantarnos ,y nos dirigimos a desayunar, hay montada una gran carpa en una habitación de barro completamente decorada, nos encontramos allí ya a todos los demas turistas desayunando, han sido mas rápidos que nosotros.

El desayuno es como todos los dias del trayecto,con pocos cambios: panecillos, quesitos mermelada y café.

Anoche Moha nos informó de que podremos disfrutar de una ducha caliente en los baños, gracias a unas placas solares que tienen instaladas.


Los baños están unos 200 metros del campamento , que de noche parecen muchos más, y como unica referencia tienen una única bombilla en la puerta, para localizarlos en la oscuridad.

De las 4 duchas del baño de chicos solamente una funciona, menos mal que casi todos los demas turistas han abandonado el campamento ya a estas horas de la mañana y no tendremos que esperar incomodas colas.

Nos espera el dia mas desertico de todos, saldremos del campamento vivac Dunes du Juif cruzando el desierto hasta el pueblo de Mhamid a unos 15 km, en donde comenzara una carretera hasta Zagora en dirección a una posición indeterminada en mitad del desierto a 20 kilometros de la frontera argelina, pero esta vez solos sin ningun turista mas por allí cerca.

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aaaaaa ¡ Prisas alemanas everywhere ! aaaaaa ¿el baño? segunda duna a la derecha

Acabamos de ducharnos y subimos en el coche, el desierto nos espera, aunque el cielo está un poco nublado, poco mas tarde en Zagora viviremos la jornada mas calurosa de todo el viaje.

Continuamos camino hacia Mhamid por las dunas del desierto, el calor empieza a aumentar por momentos.




Llegamos a Mhamid, aqui junto a la escuela local comienza el camino, dejamos atras la pista y entramos en el pueblo para comprar agua y refrescos.

Mhamid se encuentra a las puertas del desierto y tiene un toque especial de encanto, con esas casas echas de barro y esas calles como del lejano oeste, sin asfaltar, dejando volar la arena por ellas, solo un pequeño camino de asfalto cruza el pueblo de norte a sur.


Los refrescos helados nos dan la vida, el calor es asfixiante, disfrutamos de la bebida en una de las calles principales y nos damos cuenta de que aquí no hay mas turistas que nosotros.


Aqui no pasa el tiempo, los lugareños se lo toman todo con una calma absoluta, como si el reloj se hubiera detenido o se moviera mas despacio en este pequeño rincón de barro junto al desierto.


Hoy es el dia mas caluroso de todos los que pasaremos en este viaje.

Una última foto y salimos con destino Zagora, el aire acondicionado del toyota nos ayuda a aplacar el calor dentro del coche pero los rayos que dan sobre los cristales nos están pegando de lleno.


Emprendemos camino con dirección a Zagora, aunque circulamos por carretera, tiene bastante tráfico, y sus condiciones no son muy buenas, vemos un accidente, el policia esta regulando el tráfico junto al camión, que llevaba bombonas de gas y han quedado esparcidas por todos sitios, toda la zona huele muy fuerte a gas.

De camino a Zagora, Moha nos comenta que aprovechará su paso por allí para llevar el Toyota a una revisión y cambio de aceite en un taller, también visitaremos el mercado de la ciudad en busca de nuestra comida del dia.

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aaaaaaaaa Cuidadín con los camellos aaaaaa ¡ Será por cestos!

La carretera es especialmente peligrosa, ya que ademas de muy transitada, su estrecho asfalto obliga a echar el coche a la arena cuando viene alguien de frente.

Aproximadamente una hora despues de salir de Mhamid llegamos a la civilización, Zagora.



Con sus taxis, sus gasolineras, sus agencias de viaje, Zagora es un punto turistico conocido como puerta al desierto, desde el que comienzan muchas excursiones para visitar el cercano desierto, la ciudad cuenta también con talleres donde poner a punto los vehiculos antes de la travesía, hoy nos ha recibido con 55 grados de calor.


Moha nos dirige al interior del mercado local, a pesar de ser una ciudad grande y turística comparada con las de alrededor no solo no vemos mas turistas por aquí, sino que la gente en el interior del mercado parece sorprendida por vernos allí, nos miran bastante, incluso un par de niñas de unos 8 o 10 años de edad trataron de robarme, con la vieja escusa del choque fortuito, además de sorprenderlas en el momento, fui precavido y en mis bolsillos no habia nada.


Compramos pan y latas de atún en el mercado, donde también podemos ver mucha variedad de frutas típicas del lugar.

Despues de aprovisionarnos nos dirigimos al taller donde Moha lleva el coche a revisar, mientras tanto nosotros comemos nuestros bocadillos a la sombra.

Pasada aproximada mente una hora salimos de Zagora tomando una pista en dirección a nuestro alojamiento nocturno.

Cruzamos por Tizi 'n Tafilalt, el paisaje árido del lugar impresiona aún mas a estas horas con el calor pegando encima nuestro.


Tenemos aire acondicionado y agua para soportar el calor, el camino es largo pero completamente llano sin dunas, aun asi David, probablemente afectado por la fuerte temperatura del lugar se siente mareado el resto del viaje, esto hará que tengamos que hacer algunas paradillas por el camino.


Continuamos en ruta en dirección a la frontera con Argelia.

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aaaaaaaaaaa Hidratación masiva aaaaaa ¿Tengo piedras de que me importe?

Aún quedan horas hasta que se haga de noche, pero podemos contemplar como la temperatura comienza a descender y como en el horizonte vacío va poco a poco cayendo el sol.


Son las 19.00, encontramos el lugar donde nos alojaremos esta noche, se trata de un pequeño alojamiento/refugio en mitad del desierto que llevan unos hermanos de 20 y pocos años, el lugar se encuentra justo en el punto exacto que separa el desierto de tierra árida del desierto con dunas.

Los chicos no viven aquí, se dedican a cuidar ganado también y han venido expresamente hoy para recibirnos y pasar la noche con nosotros en el lugar, no hay por tanto nadie más en unos cuantos kilometros a la redonda.

Nos reciben al estilo marroquí, con una mesa bien puesta y té caliente, despues de tomarlo y dejar nuestras maletas fuera del coche, decidimos cojer posiciones para ver el anochecer desde las dunas.


La posición es privilegiada, tenemos delante el horizonte vacio, a nuestra izquierda y detrás de nosotros las interminables dunas del desierto y a nuestra derecha el refugio.



Regresamos al alojamiento, los hermanos, que tienen otro chico a su cuidado, estan preparandonos la cena, ya de noche.

El lugar no dispone de electricidad mas allá de un generador que ilumina unas tenues bombillas por habitación y otro par de ellas en el baño y el patio del lugar.

Aprovechamos que el generador está funcionando para darnos una ducha caliente antes de cenar, según acabamos nos encontramos que la cena ya está lista: ensalada y tajin de pollo con verduras.


Al acabar de cenar , le pedimos a los hermanos si pueden sacar las camas afuera, también echan una alfombra sobre la arena.

Se ponen a tocar los tambores africanos, junto con Moha mientras estamos tumbados en la alfombra escuchando ellos improvisan un ritmo juntos.


Allí tumbados sobre aquella alfombra en mitad del desierto sin nadie mas que nosotros, los hermanos el chico y Moha nos sentimos como si estuvieramos en el último rincón del mundo.

Reunidos todos allí en la alfombra sobre la arena disfrutamos ademas de la música de tambores, del cielo despejado sobre nosotros, y mirando podemos observar una mancha enorme alargada, la via lactea, parece como si desde el centro se hubiera derramado una botella de leche, es increible como brilla en mitad de la oscuridad en la que estamos, para mí ademas es la primera vez que puedo verla.


Despues de todo esto nos dirigimos a pasar la noche en nuestros colchones tirados sobre la arena, nos quedamos sorprendidos de que tanto Moha como los hermanos y el chico deciden dormir toda la noche tirados sobre la alfombra cuando disponen de camas dentro.

La noche es increible, la mejor que he vivido nunca, el lugar tiene una forma como de fuerte de playmobil con un patio grande, una pared que lo rodea por completo, y 4 habitaciones y una cocina/recepcion pegadas al fondo en la pared, pero con un detalle, no hay puerta que cierre la entrada al patio.

Durante la noche el viento con arena procedente del desierto entra en el patio y lo recorre a sus anchas, una bolsa de plástico de nuestras botellas de agua comienza a volar y recorrer todo el patio haciendo el tipico ruido de algo golpeando el suelo, como las bolas de paja del antiguo oeste, para aunmentar esa sensación, un poco mas tarde rompe el silencio de la noche una de las puertas de una de nuestras habitaciones, comienza a golpearse sola ,la hemos dejado mal cerrada y el viento hace que se golpee.


Despertarse a las 4 de la mañana y ver la sombra del muro con ese hueco grande donde debería ir la puerta, asi abierto a la nada, sin luz, que te comunica directamente con el desierto, impresiona mucho, si notas el viento con arena sobre tí mas aún, pero si ya oyes unos pasos dirigiendose hacia ti desde lejos lentamente en la oscuridad la sensación es una pasada.

No se ve nada, y al pasar al lado de las camas veo que es uno de los hermanos que va a cerrar la puerta que se estaba golpeando.

Despues de aquello la noche sigue su curso algo mas silenciosa.

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