Siguiendo nuestra máxima de gastar pocos kms hoy hacemos el último viaje por tierras alemanas, francesas y suizas. Y es que desayunamos en Alemania (en nuestro apartamento), tomamos un helado en Suiza (Basilea), comimos en Francia (Mulhouse) y cenamos de vuelta en Alemania.
En principio el día de hoy iba a llevarnos hasta Lucerna y si sobraba tiempo y ganas una paradita en Basilea. Pero con el rollo del kilometraje, acabamos modificando la excursión a Basilea por la mañana y Mulhouse por la tarde.
Como no tenemos el impuesto de las autopistas de Suiza, y para lo que nos queda no merece la pena pagarlo, hemos cogido carreteras secundarias para llegar a Basilea. Básicamente hemos seguido las indicaciones del GPS pero en lugar de coger la salida por autovía a Basilea hemos seguido la de la carretera convencional (rótulos en amarillo). Es muy simpático porque de repente vas por una calle en Alemania y te encuentras la frontera (que es como una estación de buses) y en la continuación de la calle apareces en Suiza.
Seguimos las indicaciones al centro y aparcamos en un parking publico antes de cruzar en Rin. Esto fue casualidad y todo un acierto.
A dos pasos del parking llegamos a la orilla. Muy bonita, se tiene una vista alucinante de la ciudad. Allí nos dimos cuenta de que hay una barcaza que se usa para pasar a la otra orilla, y que utiliza la propia corriente del río para impulsarse. Por €4 cruzamos los 3 (ningún problema en subir con perros); un paseo realmente divertido y recomendable.

Después nos dimos una vuelta por la zona vieja. Bonita, la verdad es que me gusto, no sé si porque no estaba en mis planes iniciales y no me esperaba nada. Lo mejor el mercado frente al ayuntamiento. Este edificio es precioso y el mercado de enfrente está bastante animado.

Cruzamos de nuevo a la otra orilla y nos tomamos unos helados en el paseo del río.
Ya rumbo a Mulhouse, para no tener problemas con las autopistas, quitamos esta opción del GPS y cruzamos a Francia sin problemas.
Llegamos a Mulhouse y seguimos las indicaciones de Centre Ville y las del parking de Porte Jeune que estaban en el asfalto. Es un parking que está en el centro.
Como era la hora de comer, paramos en una crepería. Buenísima!! Y además se portaron muy bien con nuestra perra, le trajeron agua, la acariciaban...una pena nos acordarme del nombre del local.
Como no temíamos mucha información de la ciudad estuvimos dado una vuelta. Poco más...la Plaza de la Reunión es muy bonita pero no vimos más y creo que si se tiene otra opción no lo recomendaría mucho.

Y como aun teníamos tarde por delante, decidimos volver a casa para dar un paseo por el bosque que teníamos sobre nuestra casa. Un paso agradable que nuestra perra agradeció.
Como ya es nuestra última noche en la Selva Negra decidimos salir a cenar como despedida, y como tenemos kms de sobra con las restricciones que hemos hecho, salimos por zona en busca de un restaurante. Paramos en Tootmos y nos metemos en el restaurante Europaisches Gastehaus. Y da la casualidad que la cocinera es una valenciana. Mira que es difícil, eh! El caso es que nos recomienda unas ensaladas de un fiambre de la zona con pepinillos, y de segundo carne con salsa de champiñones (muy buena). Ni que decir que nuestra perrita estuvo con nosotros en el restaurante y que le ofrecieron agua.