Bueno he de indicar que a partir de este día, decidimos volver al hotel por la tarde, a pesar de la distancia y los veinte o treinta minutos de metro, pero queríamos suavizar el ritmo, descansar, y disfrutar tambien de las comodidades del hotel (Spa descrito en el prefacio); y cambiarnos de ropa, pues las noches siguientes iban a subir de nivel.
Nuestro tercer día en Paris comienza como no, en el Louvre (PMP), directos a el, la cola te la saltas con la (PMP) y entras por la gran Pirámide, al bajar te despistas un poco debido a las dimensiones del subsuelo, es una amplia red de galerías, que recomiendo antes de empezar a andar, estudiar el mapa que consigues en tu idioma.
Nosotros decidimos concretar y fuimos a ver lo que mas nos atraía, tal como indica el folleto a lo mas destacado: Vimos la Estela Moabita, inscrita en piedra, la venus de Milo, Samotracia, Apolo, Galeria de Egipto, Asiria, la Gioconda y algo mas que se dejo ver.
Tengo que reconocer que teníamos previsto ver Orsay y Orangerie, para exprimir el (PMP), pero fueron borrados de un plumazo al salir del Louvre.
Para conseguir una foto decente de la Gioconda, échale arroz al asunto, los chinos se creen que son los únicos que tienen cámara... jeje
Despues paseamos bajo nuestro chubasquero por los Jardines de la Tullerías, con la noria a tu derecha, hasta Concordia. Muy bonito, es para quedarse allí..., pero el recorrido manda, hay que seguir.
Buscamos donde comer, teniamos previsto caer por el Japones junto al Louvre, el "Higuma", pero estando dentro y viendo los menus, no nos convenció, asi que andamos un poco hacia la calle Rivoli, y en una transversal encontramos un Italiano que estaba muy bien, si quitamos lo grosero que era su dueño, algo mal amodado y gritón; al salir nos quedamos los ultimos, le preguntamos que si estaba tan áspero o irritado por el 4-0 de España Italia, el tio se vino a menos.
Muy bien, el camarero,un chico joven sabia algo de español y fue todo lo amable que no lo fue el dueño.
Salimos y paseamos por Rivoli, souvenirs a placer, bastante mas baratos que en otros sitios, que lo sepáis.
En el Louvre saque los típicos llaveritos de la torre, 4 por 1€; pero en la misma base de la torre te daban 5 por 1€, cosa curiosa ¿no?.
Bueno, después nos encaminamos hacia la Plaza Vendome, la conocida columna con la estatua de Napoleón en su cúspide. Zona de lujo y ostentosidad, joyerías de renombre y el famoso Hotel Ritz, con sus enormes limusinas en la puerta.
Alguna sorpresa por la calle Rivoli, llena de tentaciones...
Después de las fotos, cogemos rumbo a Les Halles, pero estaba en obras, seguimos hacia el Museo Pompidur, en el camino encontramos la Plaza de Saint Eustache, y lo propio...
Pompidur lo vimos solo de pasada y por fuera, y la fuente Stravinsky, también en limpieza, mala pata.
Y de aqui hacia Hotel de Ville, monumental ayuntamiento tienen los franceses, y buen paseo el nuestro, asi que embocamos en metro junto al Ville y para el Hotel.
Uff, nunca me he cambiado mas rápido, bañador chanclas y zumbando pa bajo...
Ya os digo Spa, Hamman y baño a chorros por toslaos; ... te dejan nuevo; duchita y ropa larga para una cena memorable; en "Le Train Bleu", reservado por internet para las 22:00 horas. Un homenaje pal cuerpo y mente.
Bajamos del metro en Gare de Lyon, y allí mismo esta el restaurante, justo encima de la estación de trenes y frente a los andenes, esta algo escondida la entrada.
Bueno desde nuestra entrada fue impresionante, me reciben ya diciéndome mi nombre y que les acompañe, al decir que de francés ni papa, nos envían a un camarero que lo hablaba perfectamente.
La carta era algo excesiva en precio, pero hasta en este tipo de restaurantes existe "Le Formule"; pedimos menu, a 65€/pers., ahora si, estaba muy muy bien, para cuatro personas, nos pusieron dos botellas de vino tinto, elegido por nosotros que no estaban nada mal, salimos muy contentos, no solo por el vino sino por el trato atento y refinado, el ambiente inmejorable, los andenes a nuestra vista desde un gran ventanal, y el resto del restaurante tendríais que verlo para creerlo, parece que estés comiendo en Versailles.
Al salir llovia y volvemos al metro, pero al hacer transbordo para la linea 12, vemos a la gente correr y correr, claro, que cierran a las 1:00, asi que un agente nos indicó que el servicio había concluido, y nos larga fuera, estábamos en Concorde y lloviendo, así que no había mas remedio, "Taxi", que nos cobró 13 € hasta el hotel, me esperaba mas caro la verdad...
Fin del día y a la cama a terminarlo como se merece... descansando.-
Nuestro tercer día en Paris comienza como no, en el Louvre (PMP), directos a el, la cola te la saltas con la (PMP) y entras por la gran Pirámide, al bajar te despistas un poco debido a las dimensiones del subsuelo, es una amplia red de galerías, que recomiendo antes de empezar a andar, estudiar el mapa que consigues en tu idioma.


Nosotros decidimos concretar y fuimos a ver lo que mas nos atraía, tal como indica el folleto a lo mas destacado: Vimos la Estela Moabita, inscrita en piedra, la venus de Milo, Samotracia, Apolo, Galeria de Egipto, Asiria, la Gioconda y algo mas que se dejo ver.
Tengo que reconocer que teníamos previsto ver Orsay y Orangerie, para exprimir el (PMP), pero fueron borrados de un plumazo al salir del Louvre.



Para conseguir una foto decente de la Gioconda, échale arroz al asunto, los chinos se creen que son los únicos que tienen cámara... jeje
Despues paseamos bajo nuestro chubasquero por los Jardines de la Tullerías, con la noria a tu derecha, hasta Concordia. Muy bonito, es para quedarse allí..., pero el recorrido manda, hay que seguir.



Buscamos donde comer, teniamos previsto caer por el Japones junto al Louvre, el "Higuma", pero estando dentro y viendo los menus, no nos convenció, asi que andamos un poco hacia la calle Rivoli, y en una transversal encontramos un Italiano que estaba muy bien, si quitamos lo grosero que era su dueño, algo mal amodado y gritón; al salir nos quedamos los ultimos, le preguntamos que si estaba tan áspero o irritado por el 4-0 de España Italia, el tio se vino a menos.
Muy bien, el camarero,un chico joven sabia algo de español y fue todo lo amable que no lo fue el dueño.
Salimos y paseamos por Rivoli, souvenirs a placer, bastante mas baratos que en otros sitios, que lo sepáis.
En el Louvre saque los típicos llaveritos de la torre, 4 por 1€; pero en la misma base de la torre te daban 5 por 1€, cosa curiosa ¿no?.
Bueno, después nos encaminamos hacia la Plaza Vendome, la conocida columna con la estatua de Napoleón en su cúspide. Zona de lujo y ostentosidad, joyerías de renombre y el famoso Hotel Ritz, con sus enormes limusinas en la puerta.

Alguna sorpresa por la calle Rivoli, llena de tentaciones...

Después de las fotos, cogemos rumbo a Les Halles, pero estaba en obras, seguimos hacia el Museo Pompidur, en el camino encontramos la Plaza de Saint Eustache, y lo propio...

Pompidur lo vimos solo de pasada y por fuera, y la fuente Stravinsky, también en limpieza, mala pata.

Y de aqui hacia Hotel de Ville, monumental ayuntamiento tienen los franceses, y buen paseo el nuestro, asi que embocamos en metro junto al Ville y para el Hotel.

Uff, nunca me he cambiado mas rápido, bañador chanclas y zumbando pa bajo...
Ya os digo Spa, Hamman y baño a chorros por toslaos; ... te dejan nuevo; duchita y ropa larga para una cena memorable; en "Le Train Bleu", reservado por internet para las 22:00 horas. Un homenaje pal cuerpo y mente.
Bajamos del metro en Gare de Lyon, y allí mismo esta el restaurante, justo encima de la estación de trenes y frente a los andenes, esta algo escondida la entrada.
Bueno desde nuestra entrada fue impresionante, me reciben ya diciéndome mi nombre y que les acompañe, al decir que de francés ni papa, nos envían a un camarero que lo hablaba perfectamente.
La carta era algo excesiva en precio, pero hasta en este tipo de restaurantes existe "Le Formule"; pedimos menu, a 65€/pers., ahora si, estaba muy muy bien, para cuatro personas, nos pusieron dos botellas de vino tinto, elegido por nosotros que no estaban nada mal, salimos muy contentos, no solo por el vino sino por el trato atento y refinado, el ambiente inmejorable, los andenes a nuestra vista desde un gran ventanal, y el resto del restaurante tendríais que verlo para creerlo, parece que estés comiendo en Versailles.


Al salir llovia y volvemos al metro, pero al hacer transbordo para la linea 12, vemos a la gente correr y correr, claro, que cierran a las 1:00, asi que un agente nos indicó que el servicio había concluido, y nos larga fuera, estábamos en Concorde y lloviendo, así que no había mas remedio, "Taxi", que nos cobró 13 € hasta el hotel, me esperaba mas caro la verdad...
Fin del día y a la cama a terminarlo como se merece... descansando.-