Ultimo día en París, así que decidimos sacarle el máximo provecho.
Reponemos fuerzas con un buen desayuno y nos dirigimos hacia la parada del Metro de Abbesses, en la Plaza de Abbesses.
No nos costo mucho dar con el famoso muro del Jéteme, junto a un pequeño parque.
Fotos de rigor y continuamos el itinerario previsto.

Ayudados por la aplicación del mapa de París de este foro, vamos callejeando y disfrutando de las tiendas de recuerdos, de alimentación, floristerías etc.
Finalmente y con buen rumbo llegamos frente al Sagrado Corazón, que se alzaba magestuoso coronando su trono sobre París.
Y como no, iniciamos el ascenso a su encuentro, con pausa y ritmo ajustado a nuestro aliento, escalón tras escalón íbamos ganando altura y a la vez nueva perspectiva de la imponente blanca fachada. La subida es preciosa por la vegetación, fuentes y buen ambiente; no se aprecian restos de botellón...

Visita a su interior muy recomendable, creo que es otra de las visitas obligadas en esta magna Capital. A las imagenes me remito.
Saliendo del Sagrado Corazón, a la derecha, tomamos dirección hacia la Plaza Tertre, la de los pintores... A medida que nos aproximamos, vemos el bullicio de personas, locales, tiendas, recuerdos, detalles, etc... y finalmente la Plaza en si, muy interesante de recorrer, sin prisas, disfrutando de todos los matices de color que aportan los numerosos artistas y vendedores que alli se encuentran a sus anchas.

No puedes evitar el ir entrando en uno y otro local, pues el conjunto es un popurri de objetos que terminan captando tu atención.

Finalizamos la visita y comenzamos a bajar del barrio, buscando el Mouline de la Gallete, y para dar descanso a nuestros pies, y a su vez cambiar de tercio, tomamos el metro en la Avda. Clichi y tras hacer transbordo, terminamos en la Plaza de la Bastilla, recorrido ligero y fotos.

Continuamos dirección a Plaza Des Vosgues, sosegado lugar pequeño parque pero muy agradable para dar descanso a las piernas. Esta como encapsulado por claustros de arcos que lo hacen muy peculiar.

Nuestra proxima parada es el Barrio Judio, asi que tomamos dirección hacia la calle Rosiers, no muy lejos, el paseo resulta entretenido y enseguida nos adentramos en un ambiente diferente, muy peculiar, una calle que hay que recorrer un par de veces para sacarle el gusto, pastelerias hebreas, tiendas y todo tipo de locales de comida.

Como no entre ellos el famoso y renombrado "As du Falafel", que fue donde queríamos comer, pues ya apretaba el estomago, y asi lo hicimos.
Bueno, esto es como Marruecos, te estan acechando en las inmediaciones de los locales para engatusarte y que entres a consumir.

Tambien os comento que en "As du Falafel", puedes pedirte la tipica pita para llevar, y una lata, y es realmente barato. Nosotros optamos por entrar, y empaparnos del ambiente del local, completamente lleno, pero los camareros son muy activos y en poco te ubican en una mesa; poco delicado, mas bien es un local muy casero, (si eres delicado o escrupuloso mejor no entres); pedimos un plato completo de la carta y variamos en la carta para probar un poco de cada cosa, y fue un acierto, comida muy buena, mucho condimento variado y abundante.

Pagamos algo mas que si hubiéramos pasado de largo, pero comimos muy a gusto, sentados, rodeados del ambiente Judio, pues hasta vimos como un rabí, realizaba una curiosa ceremonia de bendición o algo parecido con uno de los camareros, en la misma calle. ( Quizás reclamo turístico).
Finalizado nuestro repostaje, íbamos con sobrepeso y aun no terminamos, visitamos la pastelería hebrea, donde cayeron varios de los atractivos pasteles megacaseros.
Y a seguir andando, que asi bajamos lastre...
Nos dirigimos hacia la calle Rivoli, y pasamos junto a la Torre de Saint Jacques, admirando su estructura y el transito de personas por esta enorme avenida.
Volvimos a pasar por todas esas tiendecitas que la caracterizan, souvenirs y demás, placido paseo que nos venía muy bien para echar pabajo el falafel.


Bueno, finalmente terminamos en el metro, que nos llevó hasta el Arco del Triunfo, que nos habíamos dejado en el tintero.
Así que, animo..., a subir escalones.

Si que merece la pena, con tranquilidad hasta arriva, y luego a disfrutar de las magnificas vistas, que te situan en un punto cardinal dentro del trazado urbano, perspectivas de las mas grandes Avenidas de Paris.

Y este fue nuestra ultima visita, pues el cansancio nos podía, y al finalizar con el Arco, y el acto de homenage que presenciamos, tomamos el metro y directos al Hotel, cenamos en un Restaurante Italiano, y a descansar, pues el transfer venía a recogernos sobre las 5:00 horas para llevarnos al Aeropuerto y de vuelta volando pa casita.
¡¡¡Hasta siempre París... !!!! una promesa;.... Volveremos.