Sábado 11 de Agosto/2012
Nos levantamos tempranito, ya que yo quería llegar prontito a la terminal, bajamos a desayunar al buffet y nos cogimos un taxi, que fueron 17€.
Llegamos a la terminal a eso de las 9,30h, y allí estaba el que se convertiría en nuestra casa los próximos 7 días, el maravilloso Sovereign. Nos dirigimos a un mostrador a dejar las maletas, llevábamos el checkin online, pero no imprimí las etiquetas, ya que había leido que allí te las daban y efectivamente así fue, nos pidieron el número de camarote, el 1058, y allí las dejamos. Íbamos sin equipaje de mano, ya que ya llevábamos los bañadores puestos jijiji para no perder tiempo! Los chicos del mostrador nos dijeron que hasta las 11 no abría la terminal, y que por la parte de atrás había una cafetería por si queríamos ir. Decidimos esperar allí ya que acabábamos de desayunar, y nos colocamos delante de la puerta de la terminal, mientras esperábamos vimos pasar a la gente del anterior crucero que salía con sus maletas y sus caras de nostalgia...Al poco rato se fue formando una cola detrás de nosotros, yo le decía a mi marido, que era un palo ser los primeros jajajaaja.


Pues nada, ahora tocaba esperar....Nos leímos los papeles que te dan, la carta de bienvenida del capitán, los planos de las cubiertas.... pero se hace muuuuy larga la espera. Ahora, sabiendo lo que sé, hubiera llegado más tarde, ya que yendo en suite, tienes un mostrador específico para el checkin y llegando a la hora que llegues, serás de los primeros en embarcar, ya que siempre tienen preferencia.
En ese tiempo de espera aprovechamos también para ir conociendo a alguno de los Soveranos, el nombre de nuestro grupo en el foro. Poco a poco la terminal se fue llenando de gente. Dieron las 13h y los nervios se hacían mayores en mi interior....hasta que por megafonía nos comunican que el embarque se retrasaría debido a unos problemas técnicos...


Al fin estábamos dentro, el interior es como en las fotos, me pareció muy bonito. Lo primero que hicimos fue subir hasta el camarote, y lo tuvimos que hacer por las escaleras, ya que durante las primeras horas, tan sólo funcionan 3 de los 6 ascensores centrales, ya que la mitad los usan para subir las maletas, así que para no esperar lo hicimos por las escaleras y hasta la cubierta 10...Abrimos la cabina y lo mismo, como en las fotos, la verdad es que las siutes están muy bien, son muy amplias y con la terraza es una maravilla. Ah! En ese momento ya teníamos 2 de nuestras 3 maletas en la puerta. De paso me cogí el diario de a bordo, para echarle un vistazo mientras comíamos. Como había leído que lo mejor era ir rápido a comer, ya que después se saturaba y no había forma de coger mesa, subimos a la cubierta 11 al buffet. Al llegar aún no había mucha gente, ya que fuimos de los primeros grupos en embarcar y sólo pasamos por la cabina a meter las maletas y poco más, ya que ya tendríamos tiempo después para visitar el barco. Elegimos una mesa al lado de la ventana desde la que se veía el mar. Al poco rato, el comedor empezó a llenarse de gente dando vueltas en busca de una mesa, la cola para coger cerveza era larguísima, ya que en todo el comedor sólo hay un grifo. En esto vimos pasar a una pareja de soveranos de los que habíamos conocido en el puerto buscando mesa y les ofrecimos sentarse con nosotros, así que comimos los 4 juntos. Ni recuerdo lo que comí, sé que comí muy poco, ya que los nervios y la excitación que tenía no me permitían comer. Ambas parejas teníamos asignado el primer turno de cena, y preferíamos el segundo, así que como de 15,30 hasta las 16,30 aproximadamente, abre un mostrador en la cubierta 3 para solicitar el cambio de turno, hacia allí nos dirigimos los 4. Pedimos el cambio, y le dijimos al chico que nos atendía que si querían nos pusiesen en la misma mesa y él nos dijo que así el cambio era más fácil, pero que al día siguiente recibiríamos la notificación en la cabina. Cuando acabamos fuimos con esta pareja en el café de San Marcos en la cubierta 5 para tomarnos un cafetito, haciendo caso de las recomendaciones del foro de que allí está el mejor café del barco. Primero pasamos por el camarote a ver si ya había llegado la maleta que faltaba, que casualmente era la mía

Tras esto volvimos al café de San Marcos a tomarnos nuestros capuccinos y encontrarnos con la pareja que cenaba en el Duero, a los que sí les dejaron pasar al restaurante llegando a la misma hora que nosotros. Después del café subimos a la disco a tomarnos unas copas. Una de las chicas estaba un poco mareada y se marcharon a por la pastilla del mareo. Mi marido y yo nos quedamos un ratillo, luego nos fuimos a dar un paseo por la zona de la piscina y a las 0,00, para la habitación. Al llegar me puse a leer el diario del día siguiente, estuve en la terraza escuchando el mar y sintiendo una agradable brisa....tenía tanta emoción que no fui capaz de acostarme hasta las 2h....
