Llovió durante toda la noche, con ganas, con muchas ganas. Varias veces me desperté por el sonido del agua... sólo esperaba que cayera todo lo que tuviera que caer durante la noche, y ya no por hacer las visitas lloviendo, si no porque teníamos otro día de carretera...
Hicimos el Check-out en el hotel, y como nos cogía de camino bajamos a desayunar a la cafetería del día anterior, la verdad que el café estaba muy bueno y los pasteles estaban recién hechos.. así que allá que nos fuimos.
Nada más ponernos en marcha, empezó a llover con muchas ganas... pero muchas.. tanto que llegó un punto que los limpias no daban a basto.. así que aunque no contábamos con ello, decidimos parar en Castellina.
Dejamos el coche en una zona azul, de las que tienes "X" minutos para aparcar y anotarlo con el reloj del parabrisas... y nos atrincheramos en una cafetería que había justo en frente. Serían sobre las 10:15 de la mañana... así que saqué la guía de la Toscana, el móvil para aprovechar el wifi, y nos pedimos algo de tomar. (Cappuccino & Zumo 3,30€). Al lado de la cafetería, hay un COOP (un supermercado) y yo.. que andaba con la cosa de comprarme unas galletas para traerme a España... aproveché la ocasión... mi chico no sabía cómo iba a meter los 8 paquetes de galletas y la pasta que había comprado en la maleta.. pero vamos.. yo lo metía o lo metía.. pero ya me pelearía por la noche con ello... de momento al maletero y luego aprovechando que paro de llover.. un paseo por el pueblín.
Esta pequeña comunidad, fue frontera entre las rivales Siena y Florencia. Destaca por la producción de vino "Chianti Classico"... sus grandes depósitos a la entrada de la localidad dan fe de ello. (enormes!). En el puro centro del pueblo, llama la atención una especie de túnel, que originariamente era una calle medieval que estaba al aire, pero que fue quedando cubierta por tiendas y casas y ahora es una larga galería abovedada, muy fresca en verano, y cálida en invierno, que cobija algunas vinaterías y locales, ya bien de venta de caldos de la zona, o para degustarlos.
En menos de una hora lo teníamos visto.. y nos pusimos en ruta hacia Radda in Chianti... la lluvia paso a un pequeño orbayo... y empezó a escampar el día... empezamos a recorrer carretera entre lo que yo me había imaginado como la Toscana... campos y campos y campos y campos de viñedos verdes, muy altos en distintas tonalidades, colinas llenas de terrazas con vides.. precioso.. una gama de colores guapísimas.
Radda es el principal centro turístico de la zona, muchas personas escogen y sitúan su alojamiento en esta zona para luego recorrer los al rededores y perderse buscando la Dolce Vita. Radda posee un Palazzo visitable, muchas enotecas e incluso un castillo a unos 6 Km de la población.
Dimos un paseo por la localidad, entramos en alguna vinoteca, y nos sentamos en la Enoteca Dante parar comer. Después, fui a visitar a una amiga que vive en esa localidad, y después de un ratito con ellos (era día laborable y tampoco podía entretenerla mucho) y ponernos los dientes largos, por el maravilloso sitio donde vive... después de poder pasar un ratito con ella.. seguimos ruta...
Entre campos y campos de viñedos, llegamos a la parte baja de esta ciudad medieval, aparcamos en uno de los parkings de las afueras y subimos por unas escaleras de acceso para cruzar las murallas.
Callejeamos por sus calles empedradas en dirección a la piazza del Duomo y la piazza de la Cisterna. Y dejando caer la vista en sus escaparates llamativos de productos de Italia. Había llovido y escampado así que la luz que había en el ambiente era preciosa, y el ambiente en la calle, aunque había muchos turistas.. se podía pasear tranquilamente disfrutando del lugar. En la Piazza de la Cisterna empezó a sonar música clásica e inundaba todo el casco antiguo. Un regalo para los oidos y para los sentidos en general.
San Gimignano, tiene 14 torres en pie de las 72 que llegaron a ser, eran (y son) símbolo del poder y de la riqueza de los poderosos clanes medievales de la ciudad.
Se pueden visitar La Collegiata, el Museo d'arte sacra, el Palazzo Comunale, el museo del vino, el museo Archeologico y speziera di santa Fina... y alguna chiesa más.
Aunque San Gimignano, es conocido también por su cultivo de azafrán, nosotros aprovechamos para comprar un par de especieros que nos habían encargado de sal y pimienta que habíamos visto en una de las tiendas de las que subiamos. No hizo falta regatear mucho pero el chico por llevarle dos, nos los dejó más baratitos.
Ya empezaba a anochecer cuando salimos dejando atrás este bonito pueblo, camino de Volterra. Teníamos que buscar el alojamiento y donde dejar el coche...
La carretera aunque era un poco estrecha nos dejo disfrutar del fin del día con una puesta de sol preciosa.
Llegamos a Volterra de noche cerrada, aunque aún era temprano, serían sobre las 19'30... y callejeando siguiendo las indicaciones del GPS, acabamos en la puerta de la Iglesia de S. Michelle y ahí que dejamos el coche para poder soltar las maletas...
Volterra está a sólo 30 Km de San Gimignano, es cocida aparte de por sus restos arqueológicos del Teatro Romano por sus artesanos de alabastro. Volterra fue un asentamiento Etrusco conocido por su comercio... y en estos tiempos modernos con muchas cosas que visitar. Entre todo ello.. La piazza del Priori, La catedral, el Museo del Alabastro, el Museo Etrusco Guarnacci, La forezza Medicea y Parco Archeologico, y por su puesto el teatro Romano.
Nos alojamos en el Albergo Etruria subímos tooooooodas las bolsas que teníamos en el coche de alquiler, ya que tocaba jugar un poco al tetris y colocar las cosas en las maletas para facturarlas al dís siguiente... y bajamos a aparcar el coche en otro sitio, ya que aunque un chico de una tienda nos dijo que no había problema, no nos fiabamos mucho de dejar el coche justo y "literalmente" en la puerta de la iglesia. Siguiendo las indicaciones de la chica del albergue, dejamos el coche en el parking que hay al lado de las ruinas del teatro.
Encontramos sitio bien en la parte de grava y fuimos tranquilamente a dar un paseo por la zona de las ruinas y por dentro de la muralla. En la zona del Albergo había algun bar tipo vinateria, así que aprovechamos para tomarnos un vino y hacer balance de todo lo que habíamos visitado en estos días. Para la cena, teníamos algo de comida que habíamos ido comprando así que buscamos un sitio chulo donde sentarnos, cenamos un "picnic", y luego cruzamos Volterra de lado a lado aprovechando que no había nadie.. o casi por las calles. Sin entretenernos mucho retiramos para poder preparar el equipaje... se nos estaba acabando lo bueno ya...
Lo de hacer tetris.. no era broma





