JUEVES 31
Hoy es el típico día in intinere. Aprovecho para poner al día el diario de ayer en Granada, mientras hago tiempo para coger el tren que me llevará a Ronda a las 13:45 (19’5€)
Me despido del albergue meridiano de Granada y su staff, que se merecen un diez. No puedo sino tener palabras positivas para este hostal. Se cumple el dicho de bueno, bonito y super-barato. Recomendable sin dudas.
El tren me Media Distancia de Renfe va medio vacío, bueno, vacío del todo. Es muy cómodo, aunque tiene bastantes paradas para mi gusto. No obstante, con puntualidad me deja en Ronda a las 16:15.
Me dirijo a la oficina de turismo (al lado de la plaza de toros) para que me den el típico mapa y la hoja con horarios de monumentos. Aprovecho para pedirles los actos culturales del día, y suerte, hay una obra de teatro hacia las 21:00 protagonizada por el grupo de teatro municipal. Igual que me acerco.
Me dirijo hacia el albergue a dejar la mochila y poder tomar algo (con su tapa correspondiente, que tengo hambrecilla). El hostal (15€) es una casa, pero en vez de ir hacia arriba, hay que dirigirse hacia abajo. Tiene como dos pisos a modo de terrazas. La habitación que me toca está en el segundo subpiso, junto al baño comunitario (sólo hay uno). Es una habitación de cuatro literas y, para variar, no estoy solo. Bueno la verdad es que el albergue está tomado por un grupo de jóvenes Surcoreanos.
Veo que tiene una pequeña terraza-mirador en los dos pisos y como hace un día cojonudo, pues allá que salgo y … flipa con las vistas… en frente del puente nuevo de Ronda.

Antes de que se marche el sol hago un simulacro de recorrido que mañana voy a seguir y de paso miro dónde hay bares de tapas para la cena. Vaya tontería… por todas partes.
Pues na’, que me voy de vuelta al hostal tras el paseo de una horita (Ronda es pequeño y no me he detenido en ningún lugar, menos en la tasca donde me he tomado una clarita con ensalada de pulpo por 2€, sólo me he situado). Aprovecho para ducharme, que igual mañana está muy concurrido y a dar un paseo.
Como es San nosequé, hay una representación de teatro en el Vicente Espinel por parte de un grupo local (8€). Se trata de Melocotón en Almíbar de Miguel Mihura. Ha sido una hora y media de risas continuas con su teatro absurdo.
VIERNES 1 y FINDE

Hoy a la mañana tocaba hacer el recorrido planificado. En realidad se puede ver Ronda en una mañanita, pero a mí me gusta ir más tranqui, por eso me suelo quedar a dormir al menos una noche. La parte antigua de la ciudad es fantástica, con sus calles empedradas, callejones insospechados, casitas blancas y edificios suntuosos.
Por supuesto, lo más llamativo (y espectacular) es el puente nuevo sobre el tajo. Las mejores vistas (incluso mejor que desde el hostal) se pueden ver desde el Arco del Cristo. Aunque hay que bajar mucho (y volver a subirlo), la vista sin lugar a dudas merece la pena.

También me han gustado mucho las vistas de las diferentes sierras desde los miradores del Parador Nacional y de la Alameda del Tajo (Mirador de los Reyes Católicos)

Muy bonita me ha parecido la plaza de la Duquesa de Parcent, donde se ubica el ayuntamiento y la Iglesia de Santa María la Mayor.

Una pena que no estuviera abierta la Casa del Rey Moro ni sus jardines. Por otra parte, no creo que merezcan la pena los llamados Baños árabes. Cerca están los llamados Jardines de Cuenca, ciudad con la que está hermanda.

Lo dicho, lo mejor es callejear y pasar varias veces por las callejuelas, valga la redundancia.

Para acercarme a MÁLAGAtenía previsto hacerlo en tren, pero sólo hay uno a las 17:00, mientras que autobuses hay más de media docena; así que cojo un autobús a las 15:00 que me acerca a la capital de la provincia en hora y media aproximadamente.
Venir a Málaga no era porque hubiera leído que fuese tan bonita como las otras capitales que he visitado en el viaje. Más bien se trataba de una decisión logística: el aeropuerto tiene conexión directa con Bilbao.
Además, había un aspecto emocional que me unía con la Costa del Sol, lugar de mis vacaciones veraniegas de los últimos 8 años (hasta que empecé los diarios de los viajes en solitario).
El albergue es de la Junta otra vez. Nuevamente una pasada de habitación compartida (para mí solito), con baño incluido y desayuno frugal por 18€.

Está un poco alejado de la zona antigua, pero aprovechando el buen tiempo que hace en la ciudad, para allí que me he ido. Me ha sorprendido gratamente la cantidad de avenidas arboladas y anchas que hay. He recorrido unos cinco kilómetros y si fuera tarzán podría haber hecho el recorrido sin tocar suelo.

Además los edificios están muy bien conservados y son realmente bonitos (aunque no sean del año de la churumba). Por ejemplo, el ayuntamiento es una pasada:

Qué decir de la monumentalidad de la Catedral de Málaga

También se puede visitar en la ciudad la Alcazaba, pero sin que se me malinterprete, ya estaba cansado de ver restos antiguos. Estando en Málaga, lo mejor es pasear, como he dicho más arriba, por sus avenidas y jardines. Aprovechar el tiempo sensacional que hace (en mi opinión el mejor de España, sin contar las Islas Canarias). Acercarte a algunos pueblos de la Costa del Sol.
En efecto, durante este finde he aprovechado para acercarme a Torremolinos y Benalmádena para recordar viejos tiempos. Qué gozada el paseo marítimo, los chiringuitos (que no los quiten por favor), el buen tiempo, el solcillo en los bancos viendo el mar...
Pues eso, que Málaga no es Córdoba ni Granada, pero para desconectar estos dos últimos días y descansar (a pesar de que ando más de diez kilómetros cada día) ha sido una bendición. Por cierto, que he aprovechado para ver un espectáculo en el Atrio, un musical tributo a Broadway del grupo Kun Iluzio (sí ya sé que no os sonará de nada, a mí tampoco, pero estuvo genial).
Aquí termina mi estancia en Solitario por la zona centro de Andalucía.
Un saludete a los que me habéis seguido las andanzas y espero haber sido de ayuda. En la última etapa, como siempre, hare un miniresumen de lo que más me ha gustado de cada ciudad.