7 de Septiembre 2011:
Bruselas, la capital de Europa
Un niño meón, un elefante rosa y caminar hasta morir.
Parte 2
Seguimos por esta calle, entrando en las tiendas de souvenirs y chocolaterías, hasta llegar a la figurita más famosa de la ciudad. El Manneken Pis o niño meón, que sí, que es pequeñita, que no os hagáis falsas esperanzas, es pequeñita, pero tiene un encanto especial. Además la encontramos adornada con un arco de flores precioso, en este caso no estaba vestido.
Le envían trajes desde cientos de países, y lo van vistiendo según
las fechas, podéis ver los trajes como os dije en la Maison du Roi. Desde un traje de Mickey Mouse a uno de vaquero… tiene de todo en el fondo de armario este pequeñín. Data de 1600 aproximadamente, aunque la estatua que hoy en día está en la fuente no es la original.
Nosotros, y os recomiendo que lo hagáis, pillamos un riquísimo gofre en la tienda que está justo al lado de la estatuilla, la que tiene un gran Manneken Pis de plástico con un gofre en la mano. Nos sentamos allí mismo en un escaparate de una tienda y nos lo comimos viendo el ambiente de la esquina meada más bonita que he visto nunca.
Que rico estaba el waffle!!! Bajamos por la Lievevrowbroersstraat, es una calle que no tiene salida, llegas al final y o giras a la izquierda o a la derecha porque si no te comes un edificio.
Giramos a la izquierda para ver una pequeña iglesia, y nos encontramos con una vieira del camino de Santiago en el suelo, podréis ver muchas por la ciudad, desde aquí parte el camino a tierras españolas.
Descansamos un poco al fresquito de la iglesia, y luego deshacemos el camino para ir por la calle de la derecha, hacia Plattesteen, encontrándonos con fachadas dibujadas al estilo cómic, y es que las hay así por toda la ciudad, cuando menos te lo esperas… aparecen!!!
Llegamos a la zona de la Bourse, la Bolsa. Previamente entramos a la iglesia de San Nicolás, nada especial, pero ya que son gratis merece hacer un alto en el camino. Al edificio de la Bolsa no se puede entrar, pero la fachada es preciosa, llena de esculturas y con unas columnas imponentes. Incluso algunas esculturas son obras de Rodin en su etapa de aprendiz. Este edificio es del siglo XIX.
Desde allí lo que hicimos fue irnos a la zona de Ste – Catherine. No tiene pérdida, con un mapa como los de Use It que te indican todo de forma muy clara, más los carteles que hay por las calles de Bruselas indicando la dirección de los principales puntos turísticos, más una guía de viaje que os explique cada cosa en castellano… Más fácil imposible. Llegamos a la plaza que tiene el mismo nombre, lugar donde en invierno hacen un mercadillo y una feria de atracciones pista de hielo incluida realmente bonita. La iglesia estaba cerrada, como de costumbre según nuestra guía de viaje. Esta plaza era un mercado de pescado, pues antes pasaba por aquí el río de la ciudad, ahora invisible pues lo ocultaron bajo tierra debido a las inundaciones y las enfermedades causadas hace siglos. Justo tras la iglesia se encuentra encajonada entre las paredes de un hotel la Torre Negra o Tour Noire, que formó parte de la muralla que rodeaba la ciudad.
Y nuestro siguiente destino era el Teatro Real, y aquí estuvimos casi una hora perdidos por las calles de la zona… y es que no lo encontrábamos absurdamente. Dando vueltas de un lado para otro, al final dimos con un teatro alejado de donde en realidad estaba el que queríamos visitar, luego Joshua cogió el mapa y nos llevó de nuevo a la zona de la Bolsa… en fin, una locura, total lo único que teníamos que hacer desde la Plaza Ste – Catherine era seguir recto por la zona de De Brouckere y te encontrabas con la plaza y el Theatre Royal Monnaie. Sí, si no te pierdes en un viaje interrail no es un viaje interrail propiamente dicho. Y cómo no… en obras.
Desde allí a dos pasos se encuentra la zona vieja de la ciudad, entramos por la calle más famosa de esta zona, la de los carniceros, es decir, la Rue des Bouchers, un estrecho callejón lleno hasta los topes de restaurantes y terrazas que ofrecen mejillones como plato estrella y no carne, le hubieran puesto calle de los marisqueros o algo así jajaja. Hacia la mitad de la calle hay un callejón a la izquierda donde se encuentra la cervecería más famosa de Bruselas, la Delirium Tremens, y la niña meona o Jeanneke Pis, que se oculta frente a la cervecería tras una reja metálica.
Y entramos, como no, al Delirium Café (www.deliriumcafe.be) que tiene tres plantas, a cada cual más bonita, decorada totalmente en sus paredes y techos con placas metálicas, posavasos, y logotipos varios de miles de marcas de cerveza. Nos sentamos en un rincón y pedimos la cerveza de la casa, la del elefantito rosa, la Delirium Tremens. Eso sí, puedes elegir en una carta con más de 2000 tipos de cerveza diferente, que más que una carta parece las páginas amarillas o la biblia de lo extensa que es. Para los amantes de la cerveza como nosotros aquello era el paraíso.
Y allí estuvimos un buen rato descansando las piernas, jugando a las cartas y tomando una cerveza riquísima en un ambiente de lujo. Si vas a Bruselas y no pasas por aquí es un sacrilegio…
Pasamos de nuevo por la Grand Place de camino a la estación central de trenes, porque nos íbamos a la zona del Parque del Cincuentenario y el Distrito Europeo. Hoy aprovecharíamos el día al máximo. Lo que hicimos fue pillar el metro hasta la estación de Merode, no tiene pérdida, el metro es fácil de usar. Allí bajamos y de camino al parque paramos para ver una casa de estilo Art Nouveau, la Maison Cauchie, (www.cauchie.be), se puede entrar a visitarla pero ya estaba cerrada (cierra a las 17:00), además lo mejorcito es su increíble fachada de 1905.
Desde allí vamos a visitar el enorme parque del Cincuentenario. Tiene un arco del triunfo que se parece mucho al de París. Se construyó en 1880 para conmemorar el 50 aniversario de Bélgica, de ahí viene lo de “Cinquantenaire”, pero tardó tanto en acabarse que la estructura tal y como está en la actualidad se acabó en 1905. A los lados del arco hay dos grandes museos, el de coches antiguos o Autoworld (www.autoworld.be) y el museo de Historia Militar (www.klm-mra.be). Y no pudimos entrar porque ambos estaban cerrados, pero estas cosillas pendientes son buenas para regresar a verlas en otros viajes, y eso hice en Semana Santa con mi novia.
Caminamos por el enorme parque visitando diferentes esculturas y nos echamos sobre el césped para descansar un poco en ese entorno idílico. Después de un rato continuamos nuestro recorrido, ya que queríamos ver la zona de los edificios europeos.
Salimos del parque por la zona de la derecha, donde se encuentra una mezquita, y bajamos por la calle Michelangelolaan hasta llegar a otro parque, el Square Ambiorix Plein, con una fuente y varias estatuas, visitamos la fachada de otra casa Art Nouveau que está justo al lado, la Maison St – Cyr, preciosa.
Desde allí bajamos hasta otra zona verde cercana, la Square Marie Louise Plein, y luego pillamos la Avenue Livingstone hasta llegar a la Wetstraat, aquí en esta zona está el edificio Berlaymont, con forma de estrella, construido en 1967, sede de la comisión europea. Por esta zona puedes ver ya en las aceras las estrellas azules de pintadas que indican que estás en zona europea.
Lo cierto es que estos enormes monstruos de hierro y cristal son impresionantes, ya se hacía de noche. Desde aquí fuimos al Parc Leopold, que es enorme y lleno de lagos y colinas verdes. Este parque fue el zoológico de la ciudad hasta finales del siglo XIX. Se encuentra justo detrás del Parlamento Europeo que es hacia donde nos dirigíamos. En este parque está la Biblioteca Solvay o el Museo de Ciencias Naturales entre otros edificios.
Llegamos tras un paseo por el parque, y ya muertos del cansancio, al enormemente enorme Parlamento Europeo. Ya era de noche y mi cámara no saca precisamente buenas fotos en la oscuridad, pero os dejo unas cuantas de todas formas. Buscamos la bandera española y deambulamos por la zona del Parlamento, me quedé con las ganas de verlo de día, pillamos el tren en una parada cercana y volvimos a la zona del albergue, el día había acabado y estábamos rendidos.
Llegamos al albergue, hicimos la cena en la amplia cocina, y luego bajamos a la zona común a conectarnos a internet y jugar al ping pong un rato. Luego subimos a dormir, que el día había sido muy duro, era nuestra última noche en tierras centroeuropeas, esto se acababa, las rodillas no me aguantaban más pero aún quedaba una mañana larga para ver la zona del Atomium, y se nos quedaban muchas cosas de Bruselas atrás, así que habría que volver porque Bélgica me había enamorado…
Gastos del día:
- Tranvía Gante: 1’20 €
- 1/3 parte de billete de metro de un día para grupos: 3:33’€
- MIM: 4 €
- Gofre al lado del Manneken Pis: 3 €
- Metraillete del almuerzo + coca cola: 6’10 €
- Medallas San Miguel en la catedral: 2 €
- Botella de agua de 1 litro y medio: 0’87 €
- 1/3 de salsa y atún para la cena: 1’48 €
- Cerveza en Delirium: 3’20 €
Total del día: 25’18 €