Después de un buen desayuno en nuestro B&B, partimos hasta Skye. El día estaba más nublado de lo habitual en nuestro viaje, que por cierto estaba siendo de maravilla en ese sentido. Por ahora no nos había caido una gota de agua. La cosa estaba a punto de terminar.
El tiempo: Hablar del tiempo en Escocia es como hablar de la bolsa. Puede cambiar de un momento a otro y ni te das cuenta. En nuestro viaje al menos necesitamos tanto camisas o camisetas de manga corta frescas como un buen chubasquero. No desprecieis el mal tiempo o el frío o el viento que os va a hacer; pero tampoco creais que no os puede hacer un día de muuuuucho calor.
La primera parada de nuestra etapa consistió en el famoso castillo de Los Inmortales: Eilean Donan Castle. Hicimos mogollón de fotos, dimos una vuelta y, como hace mucha gente, no entramos.

Como íbamos bien de hora decidimos tirar hacia Elgol, antes de llegar a Broadford. Después de hacer un recorrido por una de esas carreteras minúsculas de Escocia, llegamos a cuatro casas que es Elgol. Vive prácticamente de las excursiones en barco que hacen desde allí.
Nada más llegar vimos que el barco Bella Jane estaba a punto de zarpar y nos añadimos al grupo. La idea es llegar al lago Coruisk, inaccesible desde carretera, la única forma de llegar a él es en barco o atravesando las Cuillins.
De camino al lago, vimos un montón de focas en las rocas o nadando.
El tiempo seguía nublado.
Cuando haces la excursión tienes dos opciones: llegar en barco hasta la zona del lago y volver directamente o llegar, bajarte para dar una vuelta de 1 hora y media y volver cuando vuelven a recogerte.
Nosotros elegimos la segunda opción. ¿para qué vas hasta allí si no te bajas para dar un paseo y ver el lago?.
Al desembarcar dirigimos nuestros pasos hacias el lago (que no se ve desde el embarcadero). Después de unos minutos, llegamos hasta él. La verdad es que es impresionante y, seguro, más bonito en un día despejado.
Como os podeis imaginar, el camino estaba embarrado, con charcos intermitentes, rocas resbaladizas y demás zarandajas. Decidimos andar un rato y justo cuando estábamos en el punto más alejado... SE PUSO A LLOVER.
La lluvia, mezclada con un viento fortísimo, hizo que quedáramos calados en un momento. Ya ni mirábamos si pisábamos un charco o barro. Fuimos hacia el embarcadero a esperar el barco, que encima llegó tarde. Estábamos como una sopa. Tened en cuenta que alrededor del lago no hay ni un sitio donde guarecerte. Media hora (no debió ser mucho más) a la intemperie es mucho.
En el barco nos dieron un cacao o café calientes y volvimos a tierra firme.
De vuelta al coche enfilamos hacia nuestro B&B, en Broadford. La casa está en una zona agradable, alejada del pueblo y desde nuestra habitación se ve el mar. Resultó otro de los mejores alojamientos del viaje y sus dueños, un matrimonio de mediana edad, de los más simpáticos.
Después de poner a secar nuestra ropa húmeda, fuimos a cenar. Nuestra cena de hoy fué en The Harbor Restaurant, un restaurante regentado por una española que cocina una mezcla de comida española y local. No estuvo mal.
Como estábamos cansados, esa noche nos fuimos directamente a dormir.
Alojamiento: Tir Alainn