Madrugón, desayuno, y en marcha otra vez que tenemos muchas ganas de ver Edimburgo. Hay unos 45 minutos (35 millas), tampoco es mucho, pero queremos estar a las 11 h en el Starbucks de la Royal Mile para hacer el famoso tour "gratuito".
Lo primero es localizar el hotel reservado para esta noche, Premier Inn Edinburgh Central - Lauriston Place, nos ha costado 41 £ con tarifa "Premier Saver" (sin cambios ni devoluciones, pero fenomenal de precio). Súper céntrico y muy apañado (la cama es especialmente grande y cómoda, en serio). El hotel no tiene parking pero si un acuerdo con uno cercano de modo que las 24 horas nos salen por unas 10 £, no está mal.
Ale, coche en el aparcamiento y prestos hacia la Royal Mile, a empezar a disfrutar de Edimburgo y de paso a localizar el Starbucks.

Es toda una chulada de ciudad, nos encantó. Evidentemente un sólo día se queda corto, pero si te organizas bien da tiempo a ver lo más importante y llevarte la esencia de la "Atenas del Norte" contigo (como opinión personal, no era necesario el amago de Partenón en Calton Hill, la ciudad por sí sola ya es una monada y no tiene nada que envidiar a Atenas sino que es casi al contrario, pero lo dicho, es sólo mi opinión

Una vez ubicados en la Royal Mile, es fácil encontrar el Starbucks, sobretodo porque siendo ya casi las 11 h se empieza a congregar bastante gente a la espera de los tours "gratuitos". Hay dos empresas que los realizan, o al menos eso observamos, aunque quizá sean más. Unos de rojo, los del famoso Sandeman's, y otros que van de verde y que fue finalmente al que nos apuntamos (no recuerdo el nombre, sorry). El grupo era bastante más reducido y la chica que más tarde nos guiaría por Edimburgo nos pareció muy maja, así que allí nos quedamos. Fue un acierto, os recomiendo que lo hagáis el primer día aunque os guste viajar por libre, como también es nuestro caso. Es una primera toma de contacto con la ciudad fantástica, te ayuda a situarte y a tomar referencias y sobretodo a conocer los monumentos y edificios que más tarde visitarás con más tranquilidad y detenimiento. Además, todas las historias y anécdotas que van contándote hacen la visita muy agradable (mejor que ir con la nariz pegada a una guía sin ver por donde andas, jeje). En resumen, se trata de una visita panorámica de la ciudad, en la web de Sandeman's podéis ver el recorrido. En total nos ocupó unas tres horas y media que para mi gusto estuvieron muy bien aprovechadas. Al final, cada uno paga a la guía lo que considera justo, por eso se les llama tours "gratuitos". Como quedamos tan contentos contratamos el tour nocturno de los fantasmas para esa misma noche, no recuerdo el precio exacto, pero rondaba las 4-5 £. No es tan completo como el de la mañana, y había oído comentarios negativos al respecto, pero a nosotros nos gustó. Paseo nocturno por la ciudad, visitando cementerios, historias del Edimburgo subterráneo, fantasmas, no se, me pareció agradable y curioso.
Una vez finalizado el tour y aprovechando que estamos en la New Town, decidimos dar una vuelta e ir a comer al restaurante que nos había recomendado nuestra guía que era mu maja. Ahora no recuerdo el nombre, pero era un tipo de VIPS escocés, no estaba mal.
Ya con la panza llena, nos vamos hacia el castillo, la visita estrella del día. No defrauda en absoluto, ya sólo las estatuas de William Wallace y Robert the Bruce dándote la bienvenida hacen que te sumerjas de lleno en otra época. De nuevo utilizamos nuestro Explorer Pass, y de nuevo cogemos las audioguías que amenizan nuestra visita con datos históricos y curiosidades. Creo que estuvimos como dos o tres horas dentro, y no recuerdo en absoluto que se nos hiciese pesado, aunque reconozco que yo soy un poco "chicote" y esas cosas me encantan, uniformes de soldados de todas las épocas, cañones (el Mons Meg es una pasada!!, vaya trasto!!), calabozos..., está genial. Es muy curioso y entrañable el cementerio para perros, donde enterraban a las mascotas de los regimientos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Los Honores de Escocia (corona, espada y cetro), la Piedra del Destino (sobre la que eran coronados los reyes escoceses y robada por los ingleses que no la devolvieron hasta 700 años después), las prisiones de guerra y el Scottish National War Memorial (donde son homenajeados todos los soldados escoceses caídos desde la Primera Guerra Mundial) son dignos de visita.
Abandonamos el castillo para seguir la Royal Mile hasta el final, disfrutando del paseo, hasta llegar al Palacio de Holyrood, donde sigue alojándose la reina cuando visita Escocia. Evidentemente no lo vimos por dentro por falta de tiempo. Justo enfrente se encuentra el Parlamento Escocés, que desentona bastante con lo que es la arquitectura de toda la ciudad, sinceramente.
Vamos a terminar la tarde subiendo a Calton Hill, donde vemos como el atardecer cae sobre Edimburgo con lluvia y arco iris incluidos, chulísimo!.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
He de decir que una de las cosas que más nos llamaron la atención fueron los cementerios, aunque suene un poco tétrico. Son preciosos, un concepto muy diferente al que estamos acostumbrados, abiertos y en armonía con la ciudad. Además estuvimos ante las lápidas de la profesora McGonagall y Tom Riddle!!, jajaja!!, la influencia de Escocia en la saga de Harry Potter es grande, de hecho también vimos el famoso "The Elephant House", donde J.K. Rowling escribió los primeros libros.
La historia de Greyfriars Bobby también nos cautivó, así como su tumba, que aunque está fuera de campo santo porque no se permite enterrar animales, nunca le faltan juguetes, flores y hasta chocolatinas.

Preciosa también Victoria Street.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras el atardecer decicimos acercarnos al hotel antes de cenar para hacer el check-in porque las maletas las tenemos en el coche todavía. Una vez instalados en nuestra habitación, volvemos a patear en busca de papeo, dios, que cansados estamos...
La idea era cenar en The Elephant House, por lo visto hacen una ensalada César estupenda, pero sobretodo por frikismo de la menda con el tema Harry Potter

De ahí directos al tour nocturno de los fantasmas, nos alegramos de que sea la misma chica que nos guió por la mañana, que rabia no acordarme del nombre, era majísima. Lo que he comentado antes, es más flojito que el otro, pero muy agradable y curioso.
Nos quedamos sin poder visitar Mary King's Close, el único callejón que está abierto al público y que se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad al permitirte ver y experimentar como era la vida en el Edimburgo subterráneo. Será una turistada al igual que el cañón de la una en punto, pero me da igual, tiene que estar chulísimo.

Otro día intenso llega a su fin, vuelta al hotel arrastrando los pies, vaya paliza a andar nos hemos pegado hoy!!, pero ha merecido la pena con creces.
Lo mejor todavía está por llegar..., mañana ponemos rumbo a las Highlands!!!