Madrugamos y salimos directas hacia Wroclaw, 447 km, la mitad del viaje por carreteras secundarias y la otra por autopista. Nos costó una eternidad salir de Lublin, accesos cortados por obras, mala señalización y todas las indicaciones en polaco...

Atravesar Polonia de este a oeste, fue toda una atracción, es un largo viaje, pero muy relajante, me gustó porque se disfruta del paisaje, que de nuevo cambia a bosques frondosos y la oportunidad de parar en cualquier pueblo que apetezca por el camino y las áreas de descanso están muy bien montadas sobre todo en las autopistas.
A mitad de camino nos detuvimos en Piotrków Tryibunalski y aprovechamos para visitar su centro histórico.

después de un aperitivo, nos pusimos rumbo a nuestro destino.

Las autopistas de Polonia tienen algunos tramos muy agobiantes, por culpa de las corrientes migratorias de aves, ya que para evitar accidentes, colocan unas enormes vallas de hierro y que impiden ver el paisaje, por lo que desde mi punto de vista es horroroso circular durante kilómetros y kilómetros por una zona vallada.
Llegamos a Wroclaw al atardecer,

Marta la pesada voz del GPS nos dejó justo delante del Hostel, aunque otra vez, nos horrorizamos al ver el edificio por fuera,

Una vez superado esto y de haber dejado el coche en el Pkg del hostel, nos fuimos directas al centro. La primera impresión nos dejó maravilladas, es otra ciudad preciosa, limpia y con mucha actividad nocturna.