La odisea comenzó el miércoles a las 21:30, salimos de Burgos y llegamos a Santander a las 00:00.
Nuestro avión no salía hasta las 10:25 de la mañana, por lo tanto nos esperaba toda la noche en la estación de autobuses. La mala noticia llegó cuando nos comunicaron que la estación cerraba, aunque finalmente nos las apañamos para no pasar una noche demasiado mala. El primer autobús hacia el aeropuerto salía a las 6:30 y yo no dormí ni un sólo minuto en toda la noche, mi compañera, Sara, pudo dormir veinte minutos a eso de las cinco de la mañana.
Exactamente a las 6:50 salimos de la estación rumbo al aeropuerto, y para variar, comencé a sentirme fatal por culpa del frío nocturno (además me tomé un Monster, lo cual me empeoró)
Una vez en el aeropuerto de Santander estábamos nerviosas, yo totalmente preocupada por todas las opiniones (negativas y aún más negativas) que había oído sobre Ryanair, pero, sinceramente, un viaje espectacular.
A mí me dan un pánico horrible los aviones, pero aun así, casi puedo decir que medio disfruté el vuelo.
En el aeropuerto no tardamos casi nada, y, aunque yo creía que el avión iría casi vacío, estaba completamente lleno. ¡Cuánta gente yendo a Edimburgo!
Lo único que puedo destacar como desagradable en este viaje, es uno de los empleados del aeropuerto. La verdad es que fue muy maleducado conmigo, quería buscarme problemas para pasar el control donde no los había y, finalmente, cogió mis tarjetas de embarque y me dijo que no eran válidas. La verdad es que me llevé un mal rato con ese señor, porque realmente sí que eran las tarjetas de embarque para mi vuelo...
A las 10:30 nos subimos al avión, un vuelo tranquilo, ni una sola turbulencia y todo se me pasó muy rápido.
A las 11:40 llegamos a Edimburgo y casi se me caen las lágrimas después de tanto tiempo deseando visitar Escocia.
Rápidamente volamos a por el airlink nº 100, cuesta 4 libras (un viaje) 7 libras (ida y vuelta)
Nos tocó un conductor muy gracioso, que nos hizo creer a todos que sólo hablaba inglés y nos inundó a preguntas. Unos minutos después nos deleitó con una pequeña visita turística guiada en un español mejor que el de muchos españoles, la verdad es que fue muy divertido.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde la estación de autobuses de Edimburgo, nuestro hotel estaba a apenas 5-10 minutos (aunque hay que subir unas mil escaleras

Nosotras dos nos alojamos en el Castle Rock Hostel, un albergue con un ambientazo. (Todos éramos personas de 18-30 años.
Nosotras estuvimos en una habitación mixta de 10 personas, y allí conocimos a gente de todas partes (Australia, Bélgica, Nueva Zelanda, Estados Unidos...) y muchos españoles: desde Cádiz hasta Galicia o Cataluña.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Esta era la vista que teníamos justo en la puerta del hostel.
Para llegar al Castle Rock Hostel, hay que pasar por la Royal Mile, una de las calles más concurridas y populares de Edimburgo. Ahí van algunas fotos de lo que vimos antes de llegar al hotel y poder, por fin, descansar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Poco después, a eso de las cinco de la tarde, por fin pudimos echarnos a la cama, tras 26 horas seguidas sin poder dormir, aunque la verdad es que no nos duró mucho, porque a las cinco y media nos despertamos y no pudimos volver a dormir hasta la noche...
