Hoy tocaba visitar la Ribeira Sacra. Por consenso familiar decidimos dedicarle solo un día para no quedar hasta las narices de monasterios. Así que planeamos visitar lo más famoso y bonito de esta mágica comarca, el Cañón do Sil y los monasterios circundantes, amén de Castro Caldelas y en caso de sobrar tiempo Pobra de Trives (al final no fuimos) y acabar el día en la zona del Miño de la capital orensana.
TOTAL: 129 kms.
Antes de nada me gustaría dedicar unas líneas a explicar esta maravilla que está a punto de convertirse en Patrimonio de la Humanidad al cumplir los requisitos y que será presentada en breves para formar parte del selecto grupo de lugares con semejante título y hacer eco del lamentable trazado de la autovía A-76 que está a punto de cargarse el paraje por lo de siempre, los intereses de unos pocos. Espero que alguien les haga parar y no rompan este mágico lugar, sin duda uno de los rincones más bonitos de España.
A primera vista puede parecer que el nombre de Ribeira Sacra venga de "Ribera Sagrada" por el gran número de monasterios que se concentran en la zona, pero no es así; una mala traducción hace muchos siglos de un historiador portugués tradujo como ribera la palabra gallega "Riboira" que significa robledal, y así la Riboira Sacra (un pequeño bosque sagrado) pasó a dar nombre a toda la zona, si bien el nombre se aceptó porque era idóneo para la cantidad de monasterios en la zona.
La Ribeira Sacra comprende las riberas del Sil y el Miño, donde el curso del agua ha dado lugar impresionantes cañones; y donde desde el siglo IV se han fundado una cantidad ingente de monasterios. El porqué viene de muy atrás, del siglo IV, en el que un catolicismo naciente en Galicia y liderado por Prisciliano, el obispo de Ávila, ve impotente como la violencia y la pobreza derivadas de la profunda crisis del Imperio Romano se adueñan de la sociedad. Entonces este obispo llama al ascetismo (rezar en solitario para purgar los pecados y tratar de mejorar el mundo) y muchos hombres se lanzaran a esta soledad en busca de la santidad deseada. Estas riberas se poblaron de ermitaños que se instalaron en ellas por el clima mediterráneo y la cercanía al río, que proveía comunicación y alimentos. Poco a poco los eremitas empezaron a formar comunidades y se agruparon en pequeños monasterios, hasta que las razias árabes vaciaron la zona hasta la llegada de los benedictinos, que aprovechándose de los monasterios abandonados se instalaron en ellos alcanzando la zona su máximo esplendor entre los siglos X y XII, cuando miles de monjes poblaban este entorno natural tan privilegiado. Poco a poco entró en decadencia hasta que con la Desamortización de Mendizábal (1837) quedaron despoblados por completo. A día de hoy están en un gran estado de conservación muchos de ellos al ser de titularidad pública (museos, centros de interpretación) o privada (como el Parador de Santo Estevo). Íbamos a dedicar el día a este mágico rincón donde tan bien se combina lo mágico y lo natural con la historia.
Nos levantamos pronto y nos fuimos a desayunar a uno de los muchos bares de la zona del hotel que sirven completos desayunos por un precio irisorio (café+zumo+tostada por 2€ me tomé), y antes de las 10 (hora en que empieza la zona azul) cogimos el coche para ir a la primera parada del día, San Pedro de Rocas, el monasterio que dio origen a toda la Ribeira Sacra. Acoge el Centro de Interpretación de la Ribeira Sacra y además de la curiosa iglesia original excavada en la roca acoge varias salas donde se explican la historia de los distintos monasterios de la zona (hay un vídeo muy ameno y educativo de la de este monasterio) además de diversos aspectos de la vida en la comarca (oficios, tradiciones, leyendas...) Había leído por internet que tenía más valor histórico que artístico y que era una visita testimonial; pero personalmente fue la visita que más me gustó del día. Llegamos un rato antes de que abriera (diez y cuarto o así) y la chica, muy amable, nos dejó entrar mientras preparaba los planos y demás de la recepción.
En el vídeo explican la historia: fue fundado en el 573 por cinco eremitas que excavaron en la roca una pequeña iglesia con unas celdas, dedicando todo el día a la oración y la meditación. Fue el primer monasterio de toda Galicia. Tras el abandono por la inseguridad fue refundado, según la leyenda por un caballero que lo encontró de casualidad y se quedó en él porque vio la luz al encontrarlo. Vivió el paso del eremitismo al cenobismo (rezar en comunidad) antes de ser abandonado en el siglo XV tras dos incendios que lo asolaron.
Empezamos la visita por el centro de interpretación, que acogía diversas salas como ya dije. Me llamó mucha la atención una reproducción de las celdas, y es que aquí se cumplía a rajatabla el voto de pobreza como se puede apreciar a simple vista. Da claustrofobia pensar que los monjes vivían aquí de forma voluntaria:
Y también la sala del vino, donde explican como se realiza el mismo. La verdad es que puedes pasar el tiempo que quieras en este museo, puesto que hay documentales de muchas cosas, logicamente solo vimos el de la historia y por las demás salas pasamos de puntillas leyendo algunos paneles y demás. Podías además hacerte fotos como si fueras un monje metiendo la cabeza por un agujerito (se ve a continuación) y nos hicimos alguna que quedó bastante graciosa, ideales para echarse unas risas con familiares y amigos al enseñarlas.
Una vez fuera se ve el campanario hecho sobre una roca y al que se puede subir. Es bastante espectacular y recomiendo la subida, aunque ojo si teneis vértigo para bajar porque lo podeis pasar muy mal.
Y detrás está el plato fuerte, la iglesia bajo la roca. Aquí hay que aforar (1€ para encender la luz), pero bueno, que con todo lo que hay en el Centro de Interpretación lo pagamos encantados. La iglesia es extremadamente sencilla pero curiosa por estar bajo la montaña, en su pared tenía pintado un mapamundi que se fue borrando con el paso de los años. Una pena.
Bajo la roca, y también al aire libre, están las tumbas de varios monjes que poblaron el monasterio. Su forma es realmente curiosa, puesto que están excavados en el suelo antropomórficamente.
Información práctica
Acceso: Desde Ourense omamos la OU-536 en dirección Castro Caldelas y al llegar a Esgos empiezan las señales que nos conducen a él.
Horario: 10:30-13:45 16:30-19:45 (18:30 de diciembre a febrero)-> Todos los días
Precio: Gratuito (1€ para iluminar la iglesia)
Web: www.sientegalicia.com/ ...;idzona=28
La siguiente parada del día era Santo Estevo do Ribas do Sil, el mayor conjunto monasterial de la Ribeira Sacra. Actualmente es un Parador, así que el acceso a dos de los tres claustros está restringido a los huéspedes (al menos teoricamente, nos colamos en los dos restantes sin darnos cuenta siquiera, pero shh no se lo digais a nadie) siendo visitable la iglesia y el claustro de mayor tamaño. Como curiosidad contar que en el escudo hay 9 mitras (lo que llevan los obispos en la cabeza), y es que se cuenta que hasta 9 obispos se recluyeron a este monasterio en los siglos X y XI.
Empezamos la visita por la iglesia, de estilo románico y con 3 ábsides semicirculares. Al entrar se aprecia que esta iglesia es pequeña y que no estaba pensada para las peregrinaciones (no tenía girola, ni naves laterales ni ná de ná), pero con una espectacular bóveda de crucería del siglo XVI que aportaba mucha verticalidad al templo.
El monasterio está anexo y la puerta impresiona, además está perfectamente conservado al ser un Parador desde 2004.
Entramos y nos encontramos con el Claustro de la Portería, que tiene tres cuerpos de arcos de medio punto sin bóveda. Es enorme y es el único accesible para los no huéspedes.
En uno de los laterales se encuentra un pasillo que une con los otros dos, y allí que nos fuimos. Abrimos una puerta e íbamos hablando de la historia del monasterio y de los tres claustros, no vimos un pequeño cartelito que informaba que solo podían pasar huéspedes del parador y nos dimos cuenta al salir. Muy oportuno.
Bueno, el segundo claustro es el Pequeño, el más moderno (construido en 1595) y que tiene dos cuerpos con arcos de medio punto sustentados por columnas dóricas (el orden griego que representa el género masculino)
Y el último es el más antiguo, pequeño y bonito. Se llama el de los Obispos y tiene dos cuerpos, siendo el inferior románico y el superior un añadido gótico. Es una preciosidad de claustro, da gusto pasar un par de minutos relajado admirándolo.
Además está decorado con gárgolas en el techo, es espectacular, la mejor obra de arte de todo el viaje, sin duda.
Información práctica
Acceso: Aparece indicado desde la general (OU-536) en varios puntos, no tiene mayor pérdida
Horario: ???
Precio: Gratuito (los dos últimos claustros restringidos a huéspedes)
Web: www.parador.es/ ...nto-estevo
De ahí nos fuimos al Cañón del Sil propiamente dicho, tomando la espectacular carretera que va por su vera (CV-323) y que es espectacular en sí misma, además de estar jalonada de miradores para admirar esta maravilla natural. Todo un placer transitar por ella y admirar las obras de arte que crea la fuerza del agua.
El primer mirador que nos encontramos fue el Mirador das Columnas, con unas vistas espectaculares del cañón aunque perdían mucho con unos cables de alta tensión que parecían estar diseñados a propósito para ser protagonistas de las fotos.
Siguiendo la carretera nos encontramos el Mirador de Cabezoas, en el que se apreciaba un meandro encajonado entre las paredes de los desfiladeros. Decir que las fotos pierden mucho y que la sensación de estar ante tal maravilla es indescriptible.
Llegando al pueblo de Paradas de Sil nos desviamos al Monasterio de Santa Cristina con la intención de verlo por fuera (en internet ponía que los lunes cerraban), pero que estaba abierto por ser Semana Santa (¡bien!) Como el resto es un monasterio en desuso, siendo el mejor exponente del románico rural gallego. Se fundó en el siglo X y su coto era muy amplio, aprovechándolo para plantar vid y castaños.
Está metido en un bosque y la sensación al llegar es espectacular.
La iglesia es bien sencilla, teniendo como joyas la labor escultórica y una ventana trífora en la cabecera, que aportaba luminosidad al templo.
El monasterio está medio derruido quedando solo parte del claustro.
Pero todo se compensa subiendo al campanario por unas tortuosas escaleras. Desde ahí arriba se tienen unas vistas preciosas del Cañón do Sil, no sabían los monjes ni ná...
Información práctica
Acceso: Hay que llegar al núcleo de Paradas do Sil, desde ahí está perfectamente indicado
Horario: 11-14 15-19:30 (M-D) aunque puede cambiar en función de la fecha
Precio:1€; 0.5 (entrada reducida, no entran aquí estudiantes)
Página web: www.sientegalicia.com/ ...;idzona=28
De ahí nos fuimos a Paradas do Sil, era la 1 así que era pronto para comer. Aparcamos delante de O Curtiñeiro (lo tengo anotado como el mejor restaurante de la zona) y reservamos mesa para más tarde. Nos fuimos dando un paseo hasta los Balcones de Madrid que están a 10 minutos caminando por un agradable camino (también se puede ir en coche) Es el mirador más famoso de la Ribeira Sacra junto con el Cabo do Mundo, y sus razones tiene para ello. Mirando a la izquierda nos encontramos con las escarpadas pendientes del Cañón do Sil y el río fluyendo tranquilo por el fondo tras haber excavado cientos de metros con su continuo flujo de agua. Por aquí transitan los minicruceros, no quisimos ir a uno porque todo el mundo nos dijo que se ve mejor desde arriba y bueno, nos parecía prescindible. Creo que no nos equivocamos.
Enfrente se ven tierras lucenses, la ribera norte del río, y un monasterio en lo alto que da mucha belleza a la estampa.
Y a la derecha tenemos el fin de los desfiladeros y el comienzo de las típicas imágenes de viñedos. Wow! Espectacular el mirador; y como no las fotos desmerecen bastante lo que estar ahí. Los que conozcais la zona lo comprendereis perfectamente.
Volvimos caminando y cuando nos sentamos ya teníamos hambre. Comimos unos menus del día bastante variados y completos con postre y bebida incluidos por tan solo 12€ por cabeza. En todo el Norte se come bien, y quitando ciertas ciudades y zonas, muy barato. Me encanta!
Seguimos la espectacular carretera hacia Castro Caldelas, se puede ir por la general en menos tiempo, pero os recomiendo seguir por la que va junto al río; ahora el paisaje es de viñedos en terrazas que parecen imposibles de construir por las pendientes que salvan.
Apareció un cartel que indicaba una pequeña senda, y allí que nos fuimos. Se trata de la Pasarela del Río Mao, una prolongación de la Ruta del Cañón del Mao. Es algo más de un kilómetro que realizamos en el tramo final de este río antes de que desemboque en el Sil. Es muy fácil, una pasarela de madera con agarraderos que va por la vera del río dejándolo más abajo o arriba y salvando los desniveles con escaleras. Eso sí, abstenerse gente que lleve carros, pues tiene esos escalones; pero es perfecta para familias con niños pequeños para que entren en contacto con la naturaleza en un agradable paseo de menos de una hora.
Empezamos a caminar y rapidamente nos encantó la ruta, tiene unas vistas preciosas, tanto del río como de las montañas boscosas que lo rodean.
Al avanzar empezamos a tener buenas vistas de los viñedos que parecen estar suspendidos en el aire, no sé como se arreglaron para construir las terrazas en esas pendientes tan escarpadas. Todo mi respeto a esos aldeanos que hace siglos lo consiguieron.
Y en un momento dado tenemos la opción de bajar a una pequeña playa a la orilla del río, me permití experimentar un poco con la cámara y dejé fluir mi vena artística.
Y finalmente podemos ver confluir el Mao con el Sil entre viñedos. Muy recomendable esta ruta para bajar la comida y pasar un rato agradable en la naturaleza. Fácil, sencilla y para todos los públicos.
Seguimos carretera hacia Castro Caldelas, pero paramos un segundo en una pequeña cuneta a hacer una foto de una de las estampas más bonitas del día. Completamente de postal la conjunción de viñedos, desfiladeros y el Sil.
Y así llegábamos a Castro Caldelas, el último pueblo de la Ribeira Sacra. A mis padres les gustó, pero a mi me decepcionó un poco. No sé si por las enormes expectativas que me había creado por leer que era totalmente medieval poseyendo una judería (me encantan las juderías) y que conservaba un castillo intacto (que es verdad) y muy bien montado (exagerado) o por el cansancio; o un poco de cada, pero la verdad es que me fui algo decepcionado del pueblo en cuestión.
Está asentado junto a una antigua necrópolis del Megalítico y restos de la Edad de Bronce y Hierro, y fue romanizada en el periodo anterior a Cristo en busca de oro. Empieza la cristianización con los visigodos y se construyen dos monasterios en la Alta Edad Media. Se construye un castillo que marca el desarrollo del pueblo, naciendo a su sombra una judería, de la que hoy quedan un par de calles paralelas.
Compramos unos regalos para la familia (vino y pastas) y nos lanzamos a descubrir la judería, mucho más pequeña de lo que pensaba.
Y tras esto fuimos al Castillo, que tenía la reproducción de una catapulta junto a la puerta.
Entramos al castillo donde nos dieron unos folletos con alguna información básica e interesante del castillo y nos encontramos en el patio.
Una vez ahí podemos subir a las dos torres del castillo, la del Homenaje y la defensiva. Empezamos por la defensiva, a la que se puede acceder y desde la que se tienen buenas vistas de la ciudad y del propio castillo.
Además podemos rodear el castillo por la parte alta por el adarve, es una forma curiosa de visitar este edificio histórico.
Las salas interiores acogen diversas dependencias, ninguna de ellas histórica, tanto la biblioteca como salas de conferencias o pequeñas exposiciones del idioma gallego. Lo que más me llamó la atención fueron un par de objetos que había en un pequeño Museo Etnográfico en los sótanos.
Y finalmente nos subimos a la Torre del Homenaje, donde vivían los dueños del castillo, los Condes de Lemos. Las vistas del pueblo y de las zonas circundantes son espectaculares.
Ahora que echo la vista atrás creo que es una visita interesante, ver las cosas desde otra perspectiva. Merece la pena ir a Castro Caldelas, creo que el cansancio del día me hizo ver la visita de una forma mala y me decepcioné principalmente por eso, muchas horas fuera tienen su precio. Retiro lo dicho anteriormente.
Información práctica
Acceso: En el centro de Castro Caldelas
Horario: 10-14 16-20
Precio:2€ (adultos), 1.60 (mayores de 65 y carnet joven), gratis (hasta 10 años), grupos: 25€ (21-49 pax) 50€ (más de 50 pax) precios fijos
Página web: www.castrocaldelas.es/ .../castelo-2
CONCLUSIONES DE RIBEIRA SACRA: Uno de los rincones más bonitos de España. Combina a la perfección una naturaleza maravillosa con cañones y viñedos con edificaciones históricas (monasterios y algún pueblo) que no desentonan con el paisaje, sino que lo hacen más bonito si cabe.
Para el viajero medio un día es el tiempo justo para empaparse de naturaleza e historia sin saturarse de monasterios y miradores. La zona sur del Cañón do Sil es la más interesante
Tomamos el coche hacia Ourense por la carretera general, que no tiene mayor encanto (al menos para mí que soy del Norte, si bien es cierto que para alguien que no esté acostumbrado le alucinará ver tanto verde). Renunciamos a ver algunos monasterios interesantes en la zona para no sobrecargar demasiado el día ni cansarnos de monasterios.
Aparcamos junto al Puente del Milenio, y es que hoy íbamos a ver la zona del Miño, que está bien pero solo si te sobra tiempo, no tiene nada de especial.
Este puente se construyó en 1999 y es el quinto y último construido sobre el Río Miño. Llama la atención visualmente puesto que además de la carretera salen por los laterales y hasta alcanzar una altura de 22 metros unas pasarelas peatonales.
La subida es muy fácil y apta para personas con vértigo (salvo casos extremos), y es que las barandillas llegan hasta la cabeza, dando una sensación de seguridad plena.
Las vistas desde lo alto son buenas, si bien se limitan principalmente al Puente Romano (al que luego iríamos), ya que falta altura para ver bien el centro de la ciudad.
En lo alto enfrente nuestro vemos la otra punta, es un paseo simpático dar la vuelta completa, si bien no es la octava maravilla del mundo. Repito, si se pilla Ourense de paso creo que no merece la pena desviarse hasta aquí, no es nada del otro mundo; aunque ya lo había leído me gusta comprobarlo, y en esta razón el blog donde lo leí tenía razón.
De ahí llegamos caminando en 5 minutos al Puente Romano atravesando uno de los barrios residenciales de Ourense sin mayor encanto. Este puente es uno de los 3 emblemas de la ciudad (como ya dije junto a la Catedral y las Burgas) e hizo que Ourense cobrara importancia como núcleo comercial durante la época romana y la Edad Media, y es que en aquellos siglos algo tan cotidiano actualmente como un puente, era toda una bendición para la zona puesto que todo el comercio y las personas debían pasar por él. Ha sufrido muchas modificaciones, es peatonal y muchos orensanos lo utilizan para cruzar del centro a la zona residencial del otro lado del río.
Tampoco es que tenga nada del otro jueves y las mejores vistas son las del Puente del Milenio.
La vuelta la hicimos por el paseo fluvial, lleno de gente por el buen tiempo y muy agradable. Nos fuimos al hotel y aparcamos a 20 metros de la puerta, metimos 70 céntimos en el parquímetro (eran las 7 y media y quedaba un rato de zona azul) y tras un breve descanso nos fuimos al centro a cenar. Probamos suerte en el bar del primer día, pero estaba lleno; así que echamos un vistazo a los bares de la zona hasta sentarnos en O Barallete, un antiguo Lizarrán y donde cenamos tapas de muy buena calidad y presentación y que no eran escasas. Nos encantó la cena y nos salió a unos 15€ por cabeza, un precio más que razonable. Está situado en la Calle Lepanto, junto a la Praza do Ferro.
TOTAL: 129 kms.
Antes de nada me gustaría dedicar unas líneas a explicar esta maravilla que está a punto de convertirse en Patrimonio de la Humanidad al cumplir los requisitos y que será presentada en breves para formar parte del selecto grupo de lugares con semejante título y hacer eco del lamentable trazado de la autovía A-76 que está a punto de cargarse el paraje por lo de siempre, los intereses de unos pocos. Espero que alguien les haga parar y no rompan este mágico lugar, sin duda uno de los rincones más bonitos de España.
A primera vista puede parecer que el nombre de Ribeira Sacra venga de "Ribera Sagrada" por el gran número de monasterios que se concentran en la zona, pero no es así; una mala traducción hace muchos siglos de un historiador portugués tradujo como ribera la palabra gallega "Riboira" que significa robledal, y así la Riboira Sacra (un pequeño bosque sagrado) pasó a dar nombre a toda la zona, si bien el nombre se aceptó porque era idóneo para la cantidad de monasterios en la zona.
La Ribeira Sacra comprende las riberas del Sil y el Miño, donde el curso del agua ha dado lugar impresionantes cañones; y donde desde el siglo IV se han fundado una cantidad ingente de monasterios. El porqué viene de muy atrás, del siglo IV, en el que un catolicismo naciente en Galicia y liderado por Prisciliano, el obispo de Ávila, ve impotente como la violencia y la pobreza derivadas de la profunda crisis del Imperio Romano se adueñan de la sociedad. Entonces este obispo llama al ascetismo (rezar en solitario para purgar los pecados y tratar de mejorar el mundo) y muchos hombres se lanzaran a esta soledad en busca de la santidad deseada. Estas riberas se poblaron de ermitaños que se instalaron en ellas por el clima mediterráneo y la cercanía al río, que proveía comunicación y alimentos. Poco a poco los eremitas empezaron a formar comunidades y se agruparon en pequeños monasterios, hasta que las razias árabes vaciaron la zona hasta la llegada de los benedictinos, que aprovechándose de los monasterios abandonados se instalaron en ellos alcanzando la zona su máximo esplendor entre los siglos X y XII, cuando miles de monjes poblaban este entorno natural tan privilegiado. Poco a poco entró en decadencia hasta que con la Desamortización de Mendizábal (1837) quedaron despoblados por completo. A día de hoy están en un gran estado de conservación muchos de ellos al ser de titularidad pública (museos, centros de interpretación) o privada (como el Parador de Santo Estevo). Íbamos a dedicar el día a este mágico rincón donde tan bien se combina lo mágico y lo natural con la historia.
Nos levantamos pronto y nos fuimos a desayunar a uno de los muchos bares de la zona del hotel que sirven completos desayunos por un precio irisorio (café+zumo+tostada por 2€ me tomé), y antes de las 10 (hora en que empieza la zona azul) cogimos el coche para ir a la primera parada del día, San Pedro de Rocas, el monasterio que dio origen a toda la Ribeira Sacra. Acoge el Centro de Interpretación de la Ribeira Sacra y además de la curiosa iglesia original excavada en la roca acoge varias salas donde se explican la historia de los distintos monasterios de la zona (hay un vídeo muy ameno y educativo de la de este monasterio) además de diversos aspectos de la vida en la comarca (oficios, tradiciones, leyendas...) Había leído por internet que tenía más valor histórico que artístico y que era una visita testimonial; pero personalmente fue la visita que más me gustó del día. Llegamos un rato antes de que abriera (diez y cuarto o así) y la chica, muy amable, nos dejó entrar mientras preparaba los planos y demás de la recepción.
En el vídeo explican la historia: fue fundado en el 573 por cinco eremitas que excavaron en la roca una pequeña iglesia con unas celdas, dedicando todo el día a la oración y la meditación. Fue el primer monasterio de toda Galicia. Tras el abandono por la inseguridad fue refundado, según la leyenda por un caballero que lo encontró de casualidad y se quedó en él porque vio la luz al encontrarlo. Vivió el paso del eremitismo al cenobismo (rezar en comunidad) antes de ser abandonado en el siglo XV tras dos incendios que lo asolaron.
Empezamos la visita por el centro de interpretación, que acogía diversas salas como ya dije. Me llamó mucha la atención una reproducción de las celdas, y es que aquí se cumplía a rajatabla el voto de pobreza como se puede apreciar a simple vista. Da claustrofobia pensar que los monjes vivían aquí de forma voluntaria:
Y también la sala del vino, donde explican como se realiza el mismo. La verdad es que puedes pasar el tiempo que quieras en este museo, puesto que hay documentales de muchas cosas, logicamente solo vimos el de la historia y por las demás salas pasamos de puntillas leyendo algunos paneles y demás. Podías además hacerte fotos como si fueras un monje metiendo la cabeza por un agujerito (se ve a continuación) y nos hicimos alguna que quedó bastante graciosa, ideales para echarse unas risas con familiares y amigos al enseñarlas.
Una vez fuera se ve el campanario hecho sobre una roca y al que se puede subir. Es bastante espectacular y recomiendo la subida, aunque ojo si teneis vértigo para bajar porque lo podeis pasar muy mal.
Y detrás está el plato fuerte, la iglesia bajo la roca. Aquí hay que aforar (1€ para encender la luz), pero bueno, que con todo lo que hay en el Centro de Interpretación lo pagamos encantados. La iglesia es extremadamente sencilla pero curiosa por estar bajo la montaña, en su pared tenía pintado un mapamundi que se fue borrando con el paso de los años. Una pena.
Bajo la roca, y también al aire libre, están las tumbas de varios monjes que poblaron el monasterio. Su forma es realmente curiosa, puesto que están excavados en el suelo antropomórficamente.
Información práctica
Acceso: Desde Ourense omamos la OU-536 en dirección Castro Caldelas y al llegar a Esgos empiezan las señales que nos conducen a él.
Horario: 10:30-13:45 16:30-19:45 (18:30 de diciembre a febrero)-> Todos los días
Precio: Gratuito (1€ para iluminar la iglesia)
Web: www.sientegalicia.com/ ...;idzona=28
La siguiente parada del día era Santo Estevo do Ribas do Sil, el mayor conjunto monasterial de la Ribeira Sacra. Actualmente es un Parador, así que el acceso a dos de los tres claustros está restringido a los huéspedes (al menos teoricamente, nos colamos en los dos restantes sin darnos cuenta siquiera, pero shh no se lo digais a nadie) siendo visitable la iglesia y el claustro de mayor tamaño. Como curiosidad contar que en el escudo hay 9 mitras (lo que llevan los obispos en la cabeza), y es que se cuenta que hasta 9 obispos se recluyeron a este monasterio en los siglos X y XI.
Empezamos la visita por la iglesia, de estilo románico y con 3 ábsides semicirculares. Al entrar se aprecia que esta iglesia es pequeña y que no estaba pensada para las peregrinaciones (no tenía girola, ni naves laterales ni ná de ná), pero con una espectacular bóveda de crucería del siglo XVI que aportaba mucha verticalidad al templo.
El monasterio está anexo y la puerta impresiona, además está perfectamente conservado al ser un Parador desde 2004.
Entramos y nos encontramos con el Claustro de la Portería, que tiene tres cuerpos de arcos de medio punto sin bóveda. Es enorme y es el único accesible para los no huéspedes.
En uno de los laterales se encuentra un pasillo que une con los otros dos, y allí que nos fuimos. Abrimos una puerta e íbamos hablando de la historia del monasterio y de los tres claustros, no vimos un pequeño cartelito que informaba que solo podían pasar huéspedes del parador y nos dimos cuenta al salir. Muy oportuno.
Bueno, el segundo claustro es el Pequeño, el más moderno (construido en 1595) y que tiene dos cuerpos con arcos de medio punto sustentados por columnas dóricas (el orden griego que representa el género masculino)
Y el último es el más antiguo, pequeño y bonito. Se llama el de los Obispos y tiene dos cuerpos, siendo el inferior románico y el superior un añadido gótico. Es una preciosidad de claustro, da gusto pasar un par de minutos relajado admirándolo.
Además está decorado con gárgolas en el techo, es espectacular, la mejor obra de arte de todo el viaje, sin duda.
Información práctica
Acceso: Aparece indicado desde la general (OU-536) en varios puntos, no tiene mayor pérdida
Horario: ???
Precio: Gratuito (los dos últimos claustros restringidos a huéspedes)
Web: www.parador.es/ ...nto-estevo
De ahí nos fuimos al Cañón del Sil propiamente dicho, tomando la espectacular carretera que va por su vera (CV-323) y que es espectacular en sí misma, además de estar jalonada de miradores para admirar esta maravilla natural. Todo un placer transitar por ella y admirar las obras de arte que crea la fuerza del agua.
El primer mirador que nos encontramos fue el Mirador das Columnas, con unas vistas espectaculares del cañón aunque perdían mucho con unos cables de alta tensión que parecían estar diseñados a propósito para ser protagonistas de las fotos.
Siguiendo la carretera nos encontramos el Mirador de Cabezoas, en el que se apreciaba un meandro encajonado entre las paredes de los desfiladeros. Decir que las fotos pierden mucho y que la sensación de estar ante tal maravilla es indescriptible.
Llegando al pueblo de Paradas de Sil nos desviamos al Monasterio de Santa Cristina con la intención de verlo por fuera (en internet ponía que los lunes cerraban), pero que estaba abierto por ser Semana Santa (¡bien!) Como el resto es un monasterio en desuso, siendo el mejor exponente del románico rural gallego. Se fundó en el siglo X y su coto era muy amplio, aprovechándolo para plantar vid y castaños.
Está metido en un bosque y la sensación al llegar es espectacular.
La iglesia es bien sencilla, teniendo como joyas la labor escultórica y una ventana trífora en la cabecera, que aportaba luminosidad al templo.
El monasterio está medio derruido quedando solo parte del claustro.
Pero todo se compensa subiendo al campanario por unas tortuosas escaleras. Desde ahí arriba se tienen unas vistas preciosas del Cañón do Sil, no sabían los monjes ni ná...
Información práctica
Acceso: Hay que llegar al núcleo de Paradas do Sil, desde ahí está perfectamente indicado
Horario: 11-14 15-19:30 (M-D) aunque puede cambiar en función de la fecha
Precio:1€; 0.5 (entrada reducida, no entran aquí estudiantes)
Página web: www.sientegalicia.com/ ...;idzona=28
De ahí nos fuimos a Paradas do Sil, era la 1 así que era pronto para comer. Aparcamos delante de O Curtiñeiro (lo tengo anotado como el mejor restaurante de la zona) y reservamos mesa para más tarde. Nos fuimos dando un paseo hasta los Balcones de Madrid que están a 10 minutos caminando por un agradable camino (también se puede ir en coche) Es el mirador más famoso de la Ribeira Sacra junto con el Cabo do Mundo, y sus razones tiene para ello. Mirando a la izquierda nos encontramos con las escarpadas pendientes del Cañón do Sil y el río fluyendo tranquilo por el fondo tras haber excavado cientos de metros con su continuo flujo de agua. Por aquí transitan los minicruceros, no quisimos ir a uno porque todo el mundo nos dijo que se ve mejor desde arriba y bueno, nos parecía prescindible. Creo que no nos equivocamos.
Enfrente se ven tierras lucenses, la ribera norte del río, y un monasterio en lo alto que da mucha belleza a la estampa.
Y a la derecha tenemos el fin de los desfiladeros y el comienzo de las típicas imágenes de viñedos. Wow! Espectacular el mirador; y como no las fotos desmerecen bastante lo que estar ahí. Los que conozcais la zona lo comprendereis perfectamente.
Volvimos caminando y cuando nos sentamos ya teníamos hambre. Comimos unos menus del día bastante variados y completos con postre y bebida incluidos por tan solo 12€ por cabeza. En todo el Norte se come bien, y quitando ciertas ciudades y zonas, muy barato. Me encanta!
Seguimos la espectacular carretera hacia Castro Caldelas, se puede ir por la general en menos tiempo, pero os recomiendo seguir por la que va junto al río; ahora el paisaje es de viñedos en terrazas que parecen imposibles de construir por las pendientes que salvan.
Apareció un cartel que indicaba una pequeña senda, y allí que nos fuimos. Se trata de la Pasarela del Río Mao, una prolongación de la Ruta del Cañón del Mao. Es algo más de un kilómetro que realizamos en el tramo final de este río antes de que desemboque en el Sil. Es muy fácil, una pasarela de madera con agarraderos que va por la vera del río dejándolo más abajo o arriba y salvando los desniveles con escaleras. Eso sí, abstenerse gente que lleve carros, pues tiene esos escalones; pero es perfecta para familias con niños pequeños para que entren en contacto con la naturaleza en un agradable paseo de menos de una hora.
Empezamos a caminar y rapidamente nos encantó la ruta, tiene unas vistas preciosas, tanto del río como de las montañas boscosas que lo rodean.
Al avanzar empezamos a tener buenas vistas de los viñedos que parecen estar suspendidos en el aire, no sé como se arreglaron para construir las terrazas en esas pendientes tan escarpadas. Todo mi respeto a esos aldeanos que hace siglos lo consiguieron.
Y en un momento dado tenemos la opción de bajar a una pequeña playa a la orilla del río, me permití experimentar un poco con la cámara y dejé fluir mi vena artística.
Y finalmente podemos ver confluir el Mao con el Sil entre viñedos. Muy recomendable esta ruta para bajar la comida y pasar un rato agradable en la naturaleza. Fácil, sencilla y para todos los públicos.
Seguimos carretera hacia Castro Caldelas, pero paramos un segundo en una pequeña cuneta a hacer una foto de una de las estampas más bonitas del día. Completamente de postal la conjunción de viñedos, desfiladeros y el Sil.
Y así llegábamos a Castro Caldelas, el último pueblo de la Ribeira Sacra. A mis padres les gustó, pero a mi me decepcionó un poco. No sé si por las enormes expectativas que me había creado por leer que era totalmente medieval poseyendo una judería (me encantan las juderías) y que conservaba un castillo intacto (que es verdad) y muy bien montado (exagerado) o por el cansancio; o un poco de cada, pero la verdad es que me fui algo decepcionado del pueblo en cuestión.
Está asentado junto a una antigua necrópolis del Megalítico y restos de la Edad de Bronce y Hierro, y fue romanizada en el periodo anterior a Cristo en busca de oro. Empieza la cristianización con los visigodos y se construyen dos monasterios en la Alta Edad Media. Se construye un castillo que marca el desarrollo del pueblo, naciendo a su sombra una judería, de la que hoy quedan un par de calles paralelas.
Compramos unos regalos para la familia (vino y pastas) y nos lanzamos a descubrir la judería, mucho más pequeña de lo que pensaba.
Y tras esto fuimos al Castillo, que tenía la reproducción de una catapulta junto a la puerta.
Entramos al castillo donde nos dieron unos folletos con alguna información básica e interesante del castillo y nos encontramos en el patio.
Una vez ahí podemos subir a las dos torres del castillo, la del Homenaje y la defensiva. Empezamos por la defensiva, a la que se puede acceder y desde la que se tienen buenas vistas de la ciudad y del propio castillo.
Además podemos rodear el castillo por la parte alta por el adarve, es una forma curiosa de visitar este edificio histórico.
Las salas interiores acogen diversas dependencias, ninguna de ellas histórica, tanto la biblioteca como salas de conferencias o pequeñas exposiciones del idioma gallego. Lo que más me llamó la atención fueron un par de objetos que había en un pequeño Museo Etnográfico en los sótanos.
Y finalmente nos subimos a la Torre del Homenaje, donde vivían los dueños del castillo, los Condes de Lemos. Las vistas del pueblo y de las zonas circundantes son espectaculares.
Ahora que echo la vista atrás creo que es una visita interesante, ver las cosas desde otra perspectiva. Merece la pena ir a Castro Caldelas, creo que el cansancio del día me hizo ver la visita de una forma mala y me decepcioné principalmente por eso, muchas horas fuera tienen su precio. Retiro lo dicho anteriormente.
Información práctica
Acceso: En el centro de Castro Caldelas
Horario: 10-14 16-20
Precio:2€ (adultos), 1.60 (mayores de 65 y carnet joven), gratis (hasta 10 años), grupos: 25€ (21-49 pax) 50€ (más de 50 pax) precios fijos
Página web: www.castrocaldelas.es/ .../castelo-2
CONCLUSIONES DE RIBEIRA SACRA: Uno de los rincones más bonitos de España. Combina a la perfección una naturaleza maravillosa con cañones y viñedos con edificaciones históricas (monasterios y algún pueblo) que no desentonan con el paisaje, sino que lo hacen más bonito si cabe.
Para el viajero medio un día es el tiempo justo para empaparse de naturaleza e historia sin saturarse de monasterios y miradores. La zona sur del Cañón do Sil es la más interesante
Tomamos el coche hacia Ourense por la carretera general, que no tiene mayor encanto (al menos para mí que soy del Norte, si bien es cierto que para alguien que no esté acostumbrado le alucinará ver tanto verde). Renunciamos a ver algunos monasterios interesantes en la zona para no sobrecargar demasiado el día ni cansarnos de monasterios.
Aparcamos junto al Puente del Milenio, y es que hoy íbamos a ver la zona del Miño, que está bien pero solo si te sobra tiempo, no tiene nada de especial.
Este puente se construyó en 1999 y es el quinto y último construido sobre el Río Miño. Llama la atención visualmente puesto que además de la carretera salen por los laterales y hasta alcanzar una altura de 22 metros unas pasarelas peatonales.
La subida es muy fácil y apta para personas con vértigo (salvo casos extremos), y es que las barandillas llegan hasta la cabeza, dando una sensación de seguridad plena.
Las vistas desde lo alto son buenas, si bien se limitan principalmente al Puente Romano (al que luego iríamos), ya que falta altura para ver bien el centro de la ciudad.
En lo alto enfrente nuestro vemos la otra punta, es un paseo simpático dar la vuelta completa, si bien no es la octava maravilla del mundo. Repito, si se pilla Ourense de paso creo que no merece la pena desviarse hasta aquí, no es nada del otro mundo; aunque ya lo había leído me gusta comprobarlo, y en esta razón el blog donde lo leí tenía razón.
De ahí llegamos caminando en 5 minutos al Puente Romano atravesando uno de los barrios residenciales de Ourense sin mayor encanto. Este puente es uno de los 3 emblemas de la ciudad (como ya dije junto a la Catedral y las Burgas) e hizo que Ourense cobrara importancia como núcleo comercial durante la época romana y la Edad Media, y es que en aquellos siglos algo tan cotidiano actualmente como un puente, era toda una bendición para la zona puesto que todo el comercio y las personas debían pasar por él. Ha sufrido muchas modificaciones, es peatonal y muchos orensanos lo utilizan para cruzar del centro a la zona residencial del otro lado del río.
Tampoco es que tenga nada del otro jueves y las mejores vistas son las del Puente del Milenio.
La vuelta la hicimos por el paseo fluvial, lleno de gente por el buen tiempo y muy agradable. Nos fuimos al hotel y aparcamos a 20 metros de la puerta, metimos 70 céntimos en el parquímetro (eran las 7 y media y quedaba un rato de zona azul) y tras un breve descanso nos fuimos al centro a cenar. Probamos suerte en el bar del primer día, pero estaba lleno; así que echamos un vistazo a los bares de la zona hasta sentarnos en O Barallete, un antiguo Lizarrán y donde cenamos tapas de muy buena calidad y presentación y que no eran escasas. Nos encantó la cena y nos salió a unos 15€ por cabeza, un precio más que razonable. Está situado en la Calle Lepanto, junto a la Praza do Ferro.