Amanecemos en la casa. La verdad es que amanece muy muy pronto y como no hay persianas ya desde las 5 o así entra muchísima luz y nos despierta.
Después de desayunar y sacar a la perra, ponemos rumbo a la isla de Texel; los pronósticos del tiempo no eran muy buenos pero la dueña de la casa nos dice que vamos a tener mucha suerte porque vienen unos días muy buenos... hay que entender que estamos en Holanda y lo que ellos entienden por "buenos".
Llegamos a la zona de embarque para el ferry en Den Helder, y tras equivocarnos y preguntar finalmente nos ponemos en la cola para entrar con el coche.
Después de desayunar y sacar a la perra, ponemos rumbo a la isla de Texel; los pronósticos del tiempo no eran muy buenos pero la dueña de la casa nos dice que vamos a tener mucha suerte porque vienen unos días muy buenos... hay que entender que estamos en Holanda y lo que ellos entienden por "buenos".
Llegamos a la zona de embarque para el ferry en Den Helder, y tras equivocarnos y preguntar finalmente nos ponemos en la cola para entrar con el coche.


El precio con el coche incluido es de €25. El viaje a penas dura 20min; el coche se deja en la bodega y de puede subir a cubierta a echar un vistazo. En el barco también hay una cafetería y una tienda de souvenirs.


Lo primero que hacemos al salir del ferry es seguir camino a Den Burg y a la entrada del pueblo nos encontramos con la oficina de turismo y con el primer símbolo de las VVV que nos ayudará en distintas ocasiones a lo largo del viaje. El triángulo con las 3V es el símbolo que hay en todos los pueblos de Holanda donde se encuentra la oficina de turismo. Allí nos dan una pequeña explicación de qué podemos ver y nos dicen que toda la isla tiene una ruta marcada por las carreteras con el símbolo Route VVV. Es muy fácil de seguir te permite hacerte una idea de la isla al completo.

Lo primero que queríamos hacer era ver Den Burg y nos dicen que justo en frente de la oficina de turismo hay un descampado donde se puede aparcar el coche gratis, ya que el centro del pueblo es de pago, y como no hay distancias es la mejor opción para aparcar.
El pueblecito es bastante bonito, casas bajitas muy cuidadas y está lleno de tiendas y terrazas para tomar algo. Nos dimos una vuelta por el centro y acabamos en un pequeño parque junto a la iglesia donde pudimos soltar un rato a la perra. Es una pena que nos diéramos cuenta de sacar fotos porque ademas aquí hizo muy buen tiempo...
Seguimos hacia Oudeschild para ver el puerto que creo que es lo más chulo que tiene el pueblo. Aquí aparcamos en un sitio de pago, pero vimos al salir hacia el norte que había un parking gratuito a dos pasos. Nos dimos una vuelta hacia el centro y nos llamó la atención que el dique que separa el pueblo del puerto estuviera vallado y tuvieran allí a las ovejas pastando (esto se repetiría por toda la isla).
El pueblecito es bastante bonito, casas bajitas muy cuidadas y está lleno de tiendas y terrazas para tomar algo. Nos dimos una vuelta por el centro y acabamos en un pequeño parque junto a la iglesia donde pudimos soltar un rato a la perra. Es una pena que nos diéramos cuenta de sacar fotos porque ademas aquí hizo muy buen tiempo...
Seguimos hacia Oudeschild para ver el puerto que creo que es lo más chulo que tiene el pueblo. Aquí aparcamos en un sitio de pago, pero vimos al salir hacia el norte que había un parking gratuito a dos pasos. Nos dimos una vuelta hacia el centro y nos llamó la atención que el dique que separa el pueblo del puerto estuviera vallado y tuvieran allí a las ovejas pastando (esto se repetiría por toda la isla).




Seguimos la ruta y por la carretera vemos varios miradores así que nos paramos en uno. Es el primer contacto con un dique de alquitrán y piedra, interesante!

Seguimos los indicadores de la ruta y empieza a llover. Cuando llegamos al faro (símbolo de la isla) no es que lloviera, es que jarreaba. Como llevábamos unos bocatas nos lo comimos en el coche y esperamos hasta que más o menos paró. Íbamos a acercarnos al faro pero no estaba permitido pasar a los perros (ya me dirás...en medio la nada...que iba a estropear?), así que nos bajamos hasta la playa pero de nuevo empieza a llover y nos metimos a tomar algo en el chiringuito. No paró de llover en un buen rato así que lo pasamos descansando que tampoco viene mal.


Salimos cuando paró de llover pero fue montarnos en el coche y volver a llover. Seguimos la ruta indicada en la carretera y llegamos a una zona de marismas donde hay un mirador. Llovía a mares así que no saqué la cámara pero el sitio era precioso.
Seguimos hasta De Koog y nos acercamos a la playa para meternos en otro chiringo porque es que no para de llover. Fue una pena no poder ir. Las dunas y patear un poco más la zona pero es que no paró de llover fuerte en toda la tarde. Y como vimos que así poco podíamos hacer, decidimos volvernos a casa con cierta pena, porque la isla es una pasada. Creo que imprescindible en una visita a Holanda.
A la vuelta no te piden el ticket en el ferry, metes el coche y ya está.
Y ya de vuelta a casa el tiempo poco a poco mejoró y hasta salió el sol, así que aprovechamos para jugar con la perra en el prado de la casa.