Nos levantamos bien temprano porque a las 6:30 nos recoge nuestro taxi. Le hemos contratado desde España recomendado por el foro. Nos llamo incluso la noche de antes para darnos el nombre del conductor que nos recogería y confirmar el servicio y los sitios que queríamos visitar.
Es importante tener en cuenta que crucé con ellos bastantes e-mails puesto que lo que yo quería hacer iba bastante justo por el tiempo y se salió un poco de lo que la gente pide normalmente. Al principio íbamos a ir dos personas pero luego se nos unió otra pareja que habíamos conocido el día de antes en el Buceo y que estaba interesada en hacer esas mismas visitas.
El alquiler de todo el día son 2000 $ que incluyen autopistas, estacionamiento y bebidas, estas últimas muy importante según descubriríamos al pasar las horas.
Salimos puntuales y de camino a Chichen Itza paramos en la ciudad de Valladolid. Alli hacemos algunas fotos a la iglesia y también al parque de la plaza y damos una pequeña vuelta. A Pesar de la temprana hora hay bastante animación.

Llegamos a la pirámide poco después de las nueve de la mañana y aún no hay casi nadie. Nuestro chofer nos contacta con un guía oficial bastante simpático que nos cuesta 500 $. El precio nos parece adecuado ya que nos lleva por todas las instalaciones contándonos 1 millón de detalles a los cuatro solos.
La entrada a la pirámide son 116 $ y te ponen una pulsera y que dan un ticket. Esto es así porque realidad a pasados entidades diferentes.
Al entrar aún están colocando los puestos ambulantes donde el foro recomienda comprar souvenirs así que por ahora nos hemos librado del acoso y darribo de los vendedores.
Después de la visita con el guía por todas las instalaciones nos deja solos para que podamos hacernos fotos y deambular a nuestro ritmo.
Como no pudimos desayunar en el hotel nos comemos unos sandwiches que nos habíamos preparado con cosas del bufet de la cena.
Después del almuerzo nos dedicamos a recorrer los puestos y comprar algunas cosillas.
A las 11:30 hemos terminado y salimos del recinto. Allí conocemos a Jesús que es el taxista con el que habíamos contactado en un primer momento y después ponemos rumbo a Ek-Balam. Al igual que en la anterior hay que pagar dos entradas diferentes pero aquí el total es de 64 $. Aquí si está permitido subir a lo alto de la pirámide principal. Son más de las 12 y el calor se hace ratos poco soportable.
El sitio si está mucho más salvaje que Chichén y aún queda mucho de reconstrucción por hacer.
Al terminar volvimos a coger nuestro taxi con su aire acondicionado y bebemos algo fresquito de lo que nos tenía nuestro chofer preparado.
Por el camino hacemos una parada para comer en una tienda que prepara comida junto a la carretera, es un sitio cuanto menos pintoresco que no pasaría ningún control de sanidad. Allí nos tomamos algo típico de Yucatán los panuchos que es básicamente una tortilla de maíz pequeña crujiente con pasta de el frijol sobre algún tipo de carne y verduras. Estaban riquísimas y con un par de ellas comimos. Además el precio de auténtica risa siete pesos por persona + 10 $ por refrescos de medio litro.
Después de comer retomamos camino hasta Coba donde llegamos a las 3:30. Aquí se paga una única entrada de 51 $. Vamos directamente a la gran pirámide ya que son unos 2 km de paseo. Decidimos hacerlos andando en lugar de en bici o en carrito porque el camino estaba cubierto por árboles y se estaba bien. A cambio de la sombra los mosquitos se ceban con nosotros a pesar incluso del relec.
La pirámide esta en bastante mal estado pero es algo más alta que la anterior. Armándome de paciencia y en varios tramos parando subo hasta arriba del todo venciendo el vértigo, la verdad es que las vistas merece la pena.
Al bajar casi se nos ha hecho la hora del cierre del parque y salimos ya con rumbo al hotel donde llegamos algo pasadas las seis de la tarde.
Como estamos bastante cansados nos dedicamos a estar tranquilos en la piscina hasta la hora de cenar. En el hotel toca noche de comida mexicana pero ni se parece a lo que comimos a media mañana.