Muy prontito, a las 8:15 del 15 de agosto cogíamos un autobús que nos llevaría de León a Madrid, parando directamente en la terminal 1, que es desde donde cogeríamos el vuelo con Ryanair. Para seguir con la tradición de los últimos viajes, comida en el Mc Donalds y a embarcar. Tras una ligera espera nos ponemos a la cola, pensando que tampoco pasaba nada al tener los asientos ya asignados, y de repente vemos cómo una asistente de Ryanair va mirando las maletas de mano de los últimos de la cola y nos va poniendo pegatinas en ellas, diciéndonos que podíamos pasar por la zona de embarque preferente; vaya chollo, pensamos, embarcamos antes y sin pagar el suplemento... cuando llegamos al mostrador, nos dicen que nuestras maletas se van a la bodega, así que tenemos que esperar por ellas en la cinta de recogida de equipajes cuando lleguemos a Pisa.

Hacía muchos años que no volaba con Ryanair, y para el tema de equipaje me dio la sensación de que son mucho más laxos que antes: permiten un bolso o mochila pequeños, y en la maleta de cabina no comprobaban si cumplían con las restricciones de tamaño, ni de peso, y aunque nosotros sí nos habíamos asegurado de que las nuestras lo hacían, vimos algunas otras que ni de lejos lo hacían.
El vuelo transcurrió sin complicaciones, y pese a que habíamos salido con algo de retraso, se ganó tiempo durante el vuelo y aterrizamos con bastante puntualidad. Llegando ya se divisaba Campo dei Miracoli, y todos buscábamos la torre inclinada

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La recogida de equipajes fue bastante rápida y pudimos coger el autobús de Terravisión que salía para Florencia. Había cogido los tickets por internet, 10€ los dos, ahorrándonos 2 euritos. El viaje dura algo más de 1 hora, y ya se va adivinando el paisaje de la Toscana.
El autobús nos dejó en la estación de Santa Maria Novella y al lado teníamos el hotel, el Ambasciatori. Más abajo os pongo la opinión que dejé en Tripadvisor.
Tras dejar las maletas partimos rumbo al centro, parando para comprar un helado en Via Panzani, y error de novato: pedí un cono mediano de dos sabores sin preguntar precio, que no estaba expuesto; resultado: 8€, cuando el otro que habíamos cogido nos costó 3€. Sí que nos enseñó el dependiente un cartelito con los precios y el cono que había pedido yo valía eso, pero nos dejó helados, nunca mejor dicho. El helado estaba muy bueno, pero después, pidiendo tarrinas de 2,5€ o 3€ era más que suficiente.
En unos 10 minutos nos plantamos frente al Duomo, haciendo las primeras fotos, con la boca abierta, tanto a la catedral
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como a la reproducción de las puertas del Paraíso, en el Baptisterio
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Tras un buen rato rodeando el duomo, nos dirigimos a la Piazza della Signoria, dominada por el Palazzo Vecchio
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Tras contemplar las estatuas de la plaza, entre las que se encuentra esta reproducción del David,
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entramos en el Palazzo para comprar la Firenze Card, donde nos enteramos que ese día ya no se podía acceder a la torre, porque había bastante gente intentando subir, así que entramos directamente a ver el palacio, que por ser viernes cerraba a las 24h. Por dentro las estancias son majestuosas, reformadas por Vasari en el s.XVI
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Recorrimos las diferentes salas, maravillados y sin poder dejar de mirar a las paredes, al techo,... todo con una decoración muy pomposa y recargada.
Nada más salir, y si bien no teníamos excesiva hambre, nos dirigimos a probar los famosos bocadillos del Antico Vinaio. No fue difícil encontrarlo, sobre todo al ver la cola en la puerta:
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Los bocadillos, a 5€ si no recuerdo mal, están buenísimos. A la hora de elegirlos te dan una pizarrita donde han apuntado sus recomendaciones, si bien puedes elegir tú también los ingredientes. Yo le pregunté a dos italianos que iban delante de nosotros que cuáles eran para ellos los mejores. No nos recomendaron nada mal...

Cogimos unas botellitas de agua y nos sentamos en un bordillo a comer los bocadillos: no pudimos terminarlos, pero estaban buenísimos.
Después volvimos a la Piazza della Signora y nos sentamos al pie de las estatuas, viendo la gente pasar
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Entramos de nuevo en el Palazzo Vecchio para comprar la guía oficial de los Uffizi. La justificación es muy simple: pronto iríamos al hotel y así no cargábamos con ella el día que visitáramos la galería.
Fuimos paseando hasta el Ponte Vecchio, caminando después hasta el Ponte Santa Trinita para hacer esta foto
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antes de volver al hotel, comprando por el camino agua y un Schweppes de pomelo que estaba buenísimo. Un buen día, en resumen.
Opinión del hotel Ambasciatori de Florencia (400€ las 4 noches, más 32 de tasas municipales):
Pasamos 4 noches en este hotel, situado en un lateral de la estación de Santa María Novella, ideal si se llega a Florencia en tren o autobús.
El check in fue bastante rápido, dándonos un apartamento, que se encuentran algo alejados de recepción, a unos 7-8 minutos, teniendo que coger un par de ascensores o, más rápido, subir y bajar escaleras.
El apartamento era muy amplio, con una cama bastante cómoda, salvo las almohadas, muy bajas para mi gusto, un vestidor donde estaba la caja fuerte y el minibar y el baño, completo y muy grande, con bañera de hidromasaje, aunque no funcionaba muy bien, ya que sólo estaban operativos 2 chorros y los aros de los mismos se despegaban. Daba la impresión de que el apartamento acababa de ser renovado, y en el baño tuvieron algo más de prisa. No obstante, la decoración de la habitación era muy moderna y cuidada. Un aspecto que no nos gustó es que había algunos mosquitos en la habitación, y quizá el estar a la altura de un bajo ayudó, pero salimos de Florencia con alguna que otra picadura.
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El buffet del desayuno no estaba mal, con mucha variedad pero la calidad no era excesiva, quizá derivado de que el hotel es muy grande y hay mucha rotación de gente. Tienen dos salas de desayuno, y supongo que en función de la habitación en la que te alojan te asignan a una u otra. En la que nosotros estuvimos echamos en falta zumo natural, algo más de salado, croissants frescos, una tostadora en condiciones,... En resumen: pasable, pero muy mejorable.
A la hora del check out nos querían hacer pagar unas llamadas de teléfono, hasta que uno de los recepcionistas dijo que era un error del hotel que asignaba llamadas suyas a las habitaciones,...
En general, una muy buena opción para alojarse en Florencia, si bien cuidando los aspectos que destaco podría ser un hotelazo.