A las 8:00 AM sale el bus que nos llevará de visita a Móstar. www.buscroatia.com/ ...ik-mostar/#
Existe la posibilidad de contratar excursiones diarias desde aquí, incluso en español, pero los precios rondaban entre 50 y 60€ mientras que el bus era menos de 20€ ida y vuelta.
No es que no necesite un guía, probablemente aprendería algo nuevo, pero creo ir lo suficientemente documentada y preparada para explicarle a mi hija lo que sucedió por aquí no hace tanto tiempo, por culpa de la religión y otras malas hierbas

El control fronterizo para entrar en Bosnia & Herzegovina aquí es mucho más estricto que en el corredor de Neum.
Hay que entregar el pasaporte al policía y no se puede bajar del bus mientras están haciendo las comprobaciones.
No me gusta nada eso de que se me lleven los pasaportes, pero la gente se ve muy tranquila.
Unos 20 minutos después el segundo conductor del bus sube con los pasaportes y va cantando los nombres mientras reemprendemos el camino.

La palabra Mostar significa "guardián del puente" o casa del puente.
Llegamos a la estación de autobuses y cambiamos en un banco algo de dinero a marcos bosnios, unos 20€, lo justo para comer y comprar algún recuerdo, y nos vamos caminando por una gran avenida hacia el puente viejo (Stari Most)

Impactantes imágenes nos recuerdan continuamente lo que pasó: Cementerios urbanos con una fecha demasiadas veces repetida, placas en las calles con los nombres de personas, para el mundo anónimos pero todos ellos padres hijos, nietos o maridos de alguien.
El paisaje urbano se va transformando a medida que llegamos al centro del barrio turco


Excesivamente enfocado al turismo, con mercadillos, banderitas, música fuerte... hay que mirar la ciudad con atención para ver lo que te pueden decir las "paredes"
Ciertamente, es muy bonito, todo reconstruido, limpio y con ambientillo

Paramos a comer en un restaurante del centro, bajo un emparrado junto al río y dos personas nos costó al cambio 5€ en total.
Me iba a sobrar dinero bosnio así que nos pusimos a mirar tenderetes para comprar algo de recuerdo (una camisa de algodón blanca y unos pendientes) aunque quise guardar monedas para tomar algo después.

Cuando por enésima vez cruzábamos el puente para ir de un lado al otro de los tenderetes, nos sorprende el muchacho en bañador que nos había pedido unas monedas hace un rato a cambio de saltar al río Neretva desde lo más alto del puente.
Nos lo hemos perdido...

Algunos creerán que es un oportunismo dado el tirón turístico que tiene últimamente la ciudad.
No es cierto, se trata de una tradición antiquísima, cuando el salto valiente a las frías aguas servía para recaudar fondos benéficos, ayudar a los más necesitados de la ciudad
Nos despedimos de la zona turística ya que camino de la estación de buses quiero explicarle a mi hija algunas cosas sobre esta ciudad que muchos parecen ignorar.

Mostar está llena de graffiti, algunos muy simples y con escuetos mensajes que nos hacen reflexionar

La presencia militar internacional es muy visible, la mayoría soldados británicos, de uniforme y armados.
Una muestra de la vigilancia es esta cámara instalada en una vivienda destruida a la que se me ocurrió hacer una foto.
Acto seguido, pensé que vendrían los militares a quitarme la cámara (demasiadas películas..) pero no ocurrió nada.

No hay que desviarse mucho para ver las secuelas de una guerra: metralla que destroza el asfalto, paredes y viviendas enteras.
Algo merecedor de como mínimo un respeto es la decisión de muchos de volver a lo que fue y sigue siendo su casa, o quizás por no tener otro remedio.

Será justo en esta calle y mientras trato de explicarle a mi hija lo que puede llegar a ser una guerra cuando tengamos la visión más impactante de este viaje.
Habíamos visto mucha gente con prótesis, "sabemos" lo que son las minas anti-personas, pero verlo en directo es muy duro.
De repente, y por el centro de la calle vemos acercarse a un hombre haciendo deporte. Lo especial es que le falta un trozo de cráneo.
Cuántas historias humanas más habrán detrás de cada puerta, de cada ventana...?
Intento hacerme la fuerte, la valiente delante de mi hija pero lo cierto es que en ese momento yo también necesité un hombro en que apoyarme.

Ya en la estación, nos comunican que el bus procedente de Sarajevo lleva un retraso por un error mecánico, calculan que de un par de horas.
Con los marcos restantes empezamos a comprar bolsas de patatas fritas, galletitas, chocolatinas, agua... como si no hubiera un mañana.
El regreso se hizo lento, interminable, pero la amabilidad y simpatía de los conductores del bus lo suavizó y acabamos todos cantando canciones de los Beatles mientras hacíamos una reflexión sobre este tan largo día

Desde la terraza vemos, los barcos, iluminados, llenos de gente y pensamos en tiempos antiguos, cuando el mar unía, no separaba y nos damos cuenta de lo parecidos que somos los mediterráneos, mucho más unidos que los de esa artificiosa Comunidad Económica, a la que tuvieron la desfachatez de conceder un premio Nobel de la Paz.
Bus al aeropuerto www.buscroatia.com/ ...brovnik-2/ y con esa sensación angustiosa de que ya se acaba el viaje, nos hacemos la promesa de regresar algún día.
Me sorprendió la inesperada hospitalidad
Me gustó la sensación de estar en una encrucijada cultural
Me encantó pisar las mismas piedras que los antiguos héroes.
Me robó el corazón la capacidad de estas personas sobrellevar sus penas, su mirada limpia, directa al alma.
Hasta siempre Croacia!
