DÍA 1: MADRID-MILÁN ✏️ Diarios de Viajes de Italia

Llegamos al Aeropuerto de Barajas y teníamos nuestro vuelo a las 9:35 con Iberia. Pero, según palabras textuales del piloto, con la primavera llega la huelga de controladores franceses así que hora y media de retraso que nos hizo perder la primera mañana. Llegamos al aeropuerto de Linate alrededor de las 13:00. Es un aeropuerto muy pequeño por lo que encontrar la salida al bus es muy fácil. Hay dos opciones: o coger uno de línea regular que te lleva cerca del Duomo o coger uno privado que te lleva a la Stazione Centrale por 5€ por persona. Nosotros, como íbamos a Centrale al final nos iba a salir más o menos igual de dinero, así que en 45 minutos ya estábamos en nuestro destino.
El hotel que elegimos, lo vimos nada más bajar el bus: Starhotel Andersson. El hotel es un cuatro estrellas bastante recomendable, las habitaciones estaban bien sin ningún ruido, personal amable, desayuno bueno.
Como era ya la hora de comer pedimos consejo al recepcionista para un restaurante. Nos dijo Il Tivolino en Via Pirelli. Allí me comí un Risotto alla Milanesa, bastante bueno que se diferencia de los demás risottos porque está hecho de mantequilla con azafrán. El sitio estaba bien pero no lo recomiendo porque por ¡el pan 9€! ¡Y la cerveza 6€! Nos sentimos un poquito estafados pero bueno después aprendimos la lección nada de pan y mirar bien las bebidas. Aun así, no os vais a librar que en muchos restaurantes te cobren por el servicio.
Por la tarde decidimos ir al Castello Sforzesco y los jardines que hay detrás.

Para llegar, el metro es Lanza y la salida es a la Strada Buonaparte y ya se ve parte del Castillo. En horario de verano (consideran Abril como verano) cierra a las 19:00 y como andábamos justos de tiempo, decidimos no visitar los museos que tiene. Por fuera la verdad es que merece la pena. El parque (Parco di Sempione) de detrás está también muy bonito y andamos hasta llegar al Arco della Pace. De vuelta, decidimos caminar hasta el Duomo, que son solo unos 15-20 minutos andando por la Via Dante. Como estábamos a un mes de la Expo, toda la calle está con postes de banderas de distintos países. Es una calle comercial así que se te hace ameno. Por fin, llegamos al Duomo.

Impresiona mucho aunque he de decir que, si has visitado por ejemplo Burgos o Sevilla, tampoco es tanta la sorpresa en cuanto a tamaño. Estaba medio atardeciendo, así que nos metimos a la Galeria Vittorio Emmanuelle II donde vimos las prohibitivas tiendas que hay.

No entré en ninguna, porque una siempre tiene la sensación de que la van a echar a patadas aunque si entré a la tienda Ferrari. Como fiel seguidora que soy de la Formula 1, no me pude resistir a ver de cerca el Ferrari de Fernando Alonso del año 2014.
Al aproximarse la hora de la cena, decidimos coger el metro en Duomo para ir a la zona del hotel. Cenamos en un restaurante en la plaza de la Estación llamado Caffe Panzera, en la esquina con Via Vitruvio. Comí pizza y estaban bastante bien pero eso si, 3.50€ por el servicio.
De esta manera, acabamos el primer día, listos ya para la excursión a Como.