Amanece en Edimburgo y oh sorpresa, hace sol!! Frío pero nada del otro mundo y un sol que invitaba a caminar!; nos metimos un buen desayuno con huevos revueltos, salchicha, bacon, zumo etc (lo siento pero el típico porridge ese de avena me parecía bastante asquerosete, con perdón a los escoceses!)

Queríamos ir al Museo Nacional de Escocia, para echar un ojo y sobretodo contemplar las vistas del Castillo desde la terraza del piso 7 (gracias foro); como nos quedaba a unos 15’ del hotel, y gracias a Google Maps, una constante en el viaje, vemos que el autobús 27 para justo delante del hotel y nos deja al lado mismo del Museo, así que perfecto, por otras 3 libras nos plantamos en el museo; decir que esa semana la terraza del Museo estaba cerrada por reformas


El Museo en sí se deja ver, pero tampoco para echar la mañana en él:


Cerca del museo está el colegio de Harry Potter, muy chulo con los chavales uniformados por allí de recreo, así como el cementerio de Greyfriars con la tumba del perrito Bobby y su estatua un poco más allá:


En la misma calle podéis encontrar la cafetería donde se supone que “nació” Harry Potter, El Elephant House:


Saliendo del museo nos fuimos deteniendo en las tiendas de souvenirs de South Bridge Street, a ver si veía un Kilt a buen precio y ponerme las piernas morenas






La catedral, destacar sus vidrieras y su órgano, muy coqueta, piden 2 libras para hacer fotos pero nadie te vigila así que las haces sin problemas (no os olvidéis de buscar al angel tocando la gaita).






Al salir también veréis el Advocates Close, con vistas chulas sobre el monumento a Scott (el grande).


Seguimos caminando por la royal Mile dirección al castillo, parando, como no, en tiendas de souvenirs; el castillo nos pareció muy cara la entrada así que ya teníamos claro de no entrar, tan solo fuimos a la terraza y entramos hasta la parte donde te piden el ticket.


Saliendo del castillo hay una tienda enorme de varias plantas con todo tipo de souvenirs, ropa, kilts etc, donde también gastamos alguna libra. Saliendo de la misma y bajando por Ramsay Ln en un momento llegamos a otro punto de interés, los Princes Street Gardens.
Del sol con que nos recibió Edimburgo poco quedaba ya, el cielo negro y una incipiente lluvia que torno en agua nieve y nieve nos acompañó en este tramo, en el cual bajamos a ver si estaba el Floral Clock, cosa poco probable ya que como nos confirmaron solo a partir de primavera; de todas formas y como eran las 12:55 esperamos atechados al cañonazo de las 13 en punto desde el Castillo, que se ve perfectamente desde los jardines.
Tras ver el cañonazo de las 13, puntualidad británica, nos dejamos caer por el cercano Monumento a Scott y la Estatua adyacente del Dr Livingstone (supongo



Cómo seguía lloviendo y mi mujer estaba cansada, decidimos irnos a comer; encontramos un Pizza Hut en Hanover Street, no muy lejos de los jardines, que tenía bufete por 6,95 libras de pizza y ensaladas…maravilloso

Tras recargar fuerzas, y ya que había dejado de llover, nos fuimos dando un paseo hasta Calton Hill, que ya se divisaba al final de la calle; de camino nos encontramos con el hotel de 5 estrellas, el Balmoral, y más tiendas de recuerdos etc, of course. Mientras mi mujer estaba en una tienda yo me escapé calle Calton Hill abajo hasta la rotonda de Leith Street, donde está la estatua homenaje a Sir Arthur Conan Doyle y su Sherlock Holmes:


A la vuelta mi mujer me esperaba ya para subir a la colina, que se sube muy fácil, sin apenas esfuerzo, merece la pena porque son las mejores vistas de todo Edimburgo.






Bajando de Calton Hill y mirando en Google Maps vi que el bus nº 10 salía desde los jardines y nos dejaba en la puerta del hotel, y como ya estaba frio de verdad y estábamos algo cansadetes ya, nos fuimos al hotel.

Cerca del mismo nos agenciamos unas Fish&chips y unos aros de cebolla por apenas 9 libras, encima como el señor que nos atendió era italiano y le solté 4 palabras en su lengua, nos cargó los take away a reventar



Cenamos pronto y a descansar
